VALETE VIATORES (y VI)

 


Estamos apenas a mes y medio del cierre de un proyecto que, en los últimos dos años, ha sido merecido protagonista en Oppida Imperii Romani, el proyecto de Europa Creativa "Valete uos uiatores: travelling through Latin inscriptions across the Roman Empire". Se ha tratado de un proyecto -cuyas claves y resultados esperables explicábamos hace algunos meses en este vídeo y que aparecen también recogidas en este póster expuesto en el workshop de Epigraphy.info celebrado en el Institute for Advanced Study de la University of Princeton- que ha estado presente en este blog casi desde su concepción cuando, con colegas de la Universidade de Coimbra, Université de Bordeaux, Università di Roma La Sapienza y, lógicamente, de la Universidad de Navarra, estábamos, todavía, trabajando en su conformación y os lo contábamos (ver aquí). Después, os informamos sobre su aprobación y financiación por la Unión Europea y sobre sus objetivos; nos detuvimos, también, en uno de sus principales deliverables, el que va a ser, muy pronto, el primer videojuego de temática epigráfica disponible en el mundo del ya denominado archaeogaming -videojuego que hemos presentado en varias conferencias también disponibles en YouTube, como la que puede seguirse en el canal de vídeos de Los Bañales de Uncastillo-; abordamos la temática de la serie audiovisual sobre Epigrafía Romana que está creando Clau Creative Services, socia del proyecto; y os dimos noticias sobre el avance de su repositorio virtual -ya con casi un centenar de inscripciones disponibles pero que alcanzará, en los meses próximos, hasta dos centenares- y que, además, ha contribuido a mejorar las prestaciones de los tradicionales repositorios virtuales de inscripciones -como la base de datos PETRAE del Institut Ausonius de Burdeos- y que también ha inspirado algunos proyectos didácticos de Epigrafía Romana que han centrado también entradas monográficas de nuestro blog y que han inspirado un consorcio que hemos presentado, para su financiación, a la actual convocatoria de proyectos Erasmus +.

Pues bien, a apenas un par de meses de cerrar el proyecto, nos ha parecido justificado volver sobre él en Oppida Imperii Romani pues hay bastantes novedades y citas de interés que, quizás, puedan interesar a quienes seguís este espacio y, sobre todo, a quienes habéis disfrutado con las anteriores entregas de esta etiqueta "Valete viatores" que ha pretendido servir de antena a los trabajos de nuestro proyecto y que seguirá cumpliendo esa función en los meses venideros. Vamos a presentarlas de modo ordenado para facilitar, también, que os hagáis cargo de esas noticias para nosotros plenamente satisfactorias y que, esperemos, contribuyan a seguir acercando la ciencia de las inscripciones, la Epigrafía, a la sociedad y para demostrar que, efectivamente, las inscripciones, han empezado a pasar "de la piedra a la pantalla" como un interesante curso de verano organizado por la Universidad de Zaragoza para finales de junio ha recordado con acierto, curso en el que también estaremos presentes. 

[I.] Citas: El próximo mes de junio vas a haber varias oportunidades de conocer, en detalle, los resultados del proyecto. En primer lugar, el día 15 de junio, miércoles, a las 19h, en el Museo Universidad de Navarra, en Pamplona, tendrá lugar un pase gratuito y completo de la serie audiovisual "Valete viatores: from Portugal to Rome" que, con cuatro capítulos, ilustra un viaje desde Lusitania al corazón del Imperio, Roma, descubriendo la huella epigráfica de la civilización romana y los rudimentos con los que los epigrafistas la ponemos en valor para extraer, de ella, además, toda la información histórica que ésta ofrece. Antes, el día 13 de junio, lunes, en la conferencia inaugural de la XVII Semana Romana de Cascante, presentaremos el proyecto en su conjunto. Será a las 19h en el Centro Cultural Avenida, en Cascante (Navarra). El capítulo correspondiente a España en esa serie audiovisual -con presencia de los proyectos arqueológicos de Los Bañales de Uncastillo y de Santa Criz de Eslava y de su contenido epigráfico- será también presentado, en esa misma sede, el viernes día 17, al final de la tarde (el programa detallado de esas jornadas puede verse en los enlaces anteriores). Además, tanto la serie audiovisual como el videojuego estarán presentes en la gala de apertura del XVI Congreso Internacional de Epigrafía Griega y Latina a celebrar en Burdeos entre los días 29 de agosto y 2 de septiembre y que la acogerá el Musée d'Aquitaine (ver programa aquí). 

[II.] Resultados y novedades: En un proyecto de clara vocación de transferencia, y al margen del trabajo investigador que hay detrás de cada una de las iniciativas del proyecto, es evidente que la difusión está en el centro del mismo. Pasamos a detallar algunas de las novedades que hemos generado y que, acaso, interesarán a los lectores de Oppida Imperii Romani.

a) Página web: Desde la Universidad de Navarra, disponemos ya de una homepage del proyecto. En ella, en constante transformación, se recoge acceso a todos los deliverables del proyecto para que queden centralizados para su uso investigador y docente. Lógicamente, éstos irán apareciendo en la web a medida se vayan generando: parece conveniente añadir el enlace a "favoritos". 

b) Videojuego: Actualmente, existen ya pequeños teasers a modo de píldoras de avance del modo cómo varias de las ciudades romanas que protagonizan el proyecto, se mostrarán en él: Los Bañales de Uncastillo, Santa Criz de Eslava, Burdigala y Roma estando pendiente un avance -que estará en seguida listo- de cómo se mostrará en él el foro de Idanha-a-Velha, la antigua ciuitas Igaeditanorum. En dos de ellas, como podrá comprobar quien acceda a los vídeos, se han reproducido vías funerarias, en otras dos espacios forenses y en la última un sensacional anfiteatro. Además, la presencia de las dos primeras ciudades romanas citadas en el que, como hemos dicho, será el primer videojuego de contenido epigráfico en difundirse en Europa ha llamado la atención de Aragón Televisión y de TVE en Navarra respectivamente. Hace apenas unos meses, en el marco del I Macrocongreso Internacional de Ciencias y Humanidades CIHUM 2022, promovido por ArtyHum Congresos, tuvimos la oportunidad de avanzar en qué medida el proceso de producción de una inscripción en época romana ha sido llevado a la escena de este singular videojuego a través de una ponencia ya disponible, íntegramente, en red.

c) Repositorio virtual: Como se ha comentado más arriba, más de la mitad de los modelos 3D de inscripciones previstos están alojados en el portal de Sketchfab creado al efecto pero, además, en la página web del proyecto hemos creado una sección específica "Museo Virtual" que, a través de varios botones, permite al usuario acceder a tipos de inscripciones concretos en función de sus ciudades o provincias de procedencia. Como muestra del tipo de información que ofrecen los visores, cerramos esta entrada con uno de ellos, ya anotado y abierto, en este caso una sensacional inscripción marmórea (CIL II, 442) de ciuitas Igaeditanorum

d) Libro: Lógicamente, en un proyecto universitario y de investigación como ha sido éste, nos pareció que un volumen conclusivo no podía faltar. Así las cosas, la editorial de la Universidade de Coimbra, editará, pasado el verano, el libro ANDREU, J., REDENTOR, A., y ALGUACIL, E. (eds.), Valete vos viatores: travelling through Latin inscriptions across the Roman Empire, Coimbra, 2022, cuyo índice, con contribuciones de epigrafistas e investigadores de las Universidades asociadas al proyecto, puede verse pinchando en el menú "Libro" del enlace anterior. 

e) Serie audiovisual: Cuando se escriben estas líneas están ya, prácticamente listos, los capítulos referidos a Francia, España y Portugal de la serie audiovisual "Valete vos viatores: from Portugal to Rome". Como se anotó más arriba, la premiere de la serie completa tendrá lugar el miércoles 15 de junio, a las 19h, en el Museo Universidad de Navarra y el capítulo relativo a España podrá verse en el Centro Cultural Avenida de Cascante (Navarra), el día 17 de junio, viernes. En definitiva, dos citas a las que no podéis faltar para ver el resultado final -sensacional- de este producto derivado de nuestro proyecto.

Valete uos uiatores!, seguidores de Oppida Imperii Romani. Nos encontramos personalmente en los eventos y deliverables que han articulado este post y que han dado sentido -y lo están dando en sus últimas semanas- al proyecto del mismo título que la despedida con la que cerramos estas líneas del que podéis seguir la actualidad a través de la etiqueta de este blog ya antes citada y que volvemos a enlazar. Será una buena ocasión para celebrar que este blog ha superado ya, gracias a vosotros, la barrera de las 400.000 visitas.

QVID, QVIA, QVAM?

 


 

En los últimos días, han llegado a nuestro móvil dos viñetas cómicas de la excelente serie de humor gráfico Fe de Ratas que publica ABC relativas a un asunto que ha ocupado a Oppida Imperii Romani en los últimos meses: la reforma, ya aprobada, de la Ley de Educación que abre en la educación española un nuevo horizonte, el de la LOMLOE, con un nuevo currículo de contenidos para ESO y Bachillerato que ha protagonizado no pocas informaciones y otras tantas polémicas en los últimos meses. Una de las tiras de Fe de Ratas hacía alusión al género y la igualdad como principios motores de la Historia a tenor de la nueva propuesta legal -y, en cierto modo, podría ser un buen epílogo a nuestro reciente post "Mulier obsequentissima"-, la otra -que colocamos en el cierre de este post- criticaba expresamente la marginación de la Historia de España en el nuevo Bachillerato. Aunque ya abordamos el asunto en dos entradas recientes que remitían a dos artículos y a una "tribuna" publicados entre enero y marzo en La Razón ("Quod in Hispania nascitur" y "Nuntia uetustatis") y en las que el lector encontrará más datos, como es sabido, a partir de este nuevo ordenamiento legal de la Enseñanza Secundaria y del Bachillerato toda la Historia de España que se enseñará en los dos cursos preuniversitarios queda reducida a la más estricta contemporaneidad con especial hincapié en aquellos asuntos que, a juicio de los ideólogos de la reforma, más han marcado los tiempos actuales y que, según ellos, constituyen "el entorno real del alumnado", en expresión literal de la nueva ley, ya disponible en red.

En consonancia con ello, en esa ley recién aprobada, a propósito de los "saberes básicos" propios de las "Ciencias Sociales", en la selección de contenidos que se pretende que el alumno adquiera (p. 41786-41787), de veinte contenidos seleccionados, prácticamente todos -aunque hay alusiones a "las raíces clásicas del mundo occidental" o a "la protección y defensa del patrimonio histórico-artístico"- aluden a cuestiones propias de la Contemporaneidad cuyo sólo enunciado deja a las claras el sesgo claramente ideológico de la nueva reforma: "ideologías, nacionalismos y movimientos supranacionales", "el proceso de construcción europea", "la contribución del Estado (...) a la convivencia social", "los valores y deberes democráticos", "el reconocimiento de los derechos LGTBQ+" o "los efectos de la globalización". Sin negar que esos asuntos -unos más que otros, desde luego- son, efectivamente, importantes para el futuro estudiante universitario y, también, para cualquier ciudadano, es importante señalar que al presentar esos contenidos como clave en el articulado de la nueva Ley nada se dice de las razones que, rápidamente, el Ministerio de Educación y Formación Profesional, con el Secretario de Estado a la cabeza, se han dedicado a aducir para responder a las críticas que la propuesta ha generado en la opinión pública y en un buen colectivo de profesionales de la docencia e investigación en Historia, entre ellos, muy atinadamente, la Real Academia de la Historia en un manifiesto que es necesario leer y estudiar. Así, para justificar su decisión de eliminar todo contenido anterior a 1812 en la formación de Historia que recibirán, a partir de ahora, nuestros estudiantes de Bachillerato, se ha aludido -por parte del propio Ministerio o por parte de quienes jalean sus consignas-, por ejemplo, a la falta de tiempo ("o abreviamos o no se puede estudiar todo", "estudiar toda la Historia de España en un curso es insólito") o a la adecuación a estándares en boga en otros países europeos justificaciones que en absoluto estaban presentes en la nota oficial publicada en la sección de Noticias del propio Ministerio para explicar la ordenación y las enseñanzas mínimas del nuevo Bachillerato y en la que, de hecho (pp. 46051-46052), se vuelve sobre la necesidad de que el alumno de Bachillerato logre "conocer y valorar críticamente las realidades del mundo contemporáneo" y, ahí sí, se obvia cualquier referencia a otro periodo histórico que no sea éste. La articulación de los "saberes básicos" de 2º curso de Bachillerato en torno a los bloques "sociedades en el tiempo", "retos del mundo actual" y "compromiso cívico" (pp. 46242) vuelve sobre los mismos patrones que, en cualquier caso, ya fueron analizados por quien escribe estas líneas en otros artículos de opinión previos sobre la cuestión, más arriba enlazados y en los que el lector ávido de más criterios, podrá documentarse. En definitiva, se presentan ante los medios excusas de circunstancias para una cancelación de la Historia de España que no conoce precedentes en nuestro sistema educativo y de la que, seguro, quienes nos dedicamos a la docencia universitaria -pero no sólo- nos lamentaremos en el futuro pero nada de ellas se dice en la propuesta pedagógica que sustenta esta inaudita abolitio de algunos de los periodos clave de nuestro pasado como nación.

A raíz de la "tribuna" que publicamos en La Razón el 17 de enero, se dirigió a nosotros Olga R. Sanmartín, de el diario El Mundo que, de hecho, ha cubierto extraordinariamente bien toda la información relativa a esta cuestión, y lo sigue haciendo. Ella estaba entonces preparando un especial sobre el tratamiento de la Historia de España en la nueva ley y pretendía contar con la opinión de varios expertos, en su mayoría académicos. En una entrevista electrónica nos formuló varias preguntas que inspiraron el sensacional reportaje que vio la luz el pasado 8 de abril en La Lectura, la revista cultural de El Mundo: "Borrar la Historia, sembrar ideología", un reportaje que, estos días, ha circulado notablemente por listas diversas de difusión y que traemos aquí digitalizado íntegramente para el disfrute y la formación de los lectores de Oppida Imperii Romani. Las preguntas, muy sencillas, giraron en torno a las diferencias entre el antiguo currículo, hasta ahora en vigor, y el nuevo, y se concretaron en [1.] ¿qué contenidos se eliminan?, [2.] ¿por qué lo hacen? y [3.] ¿qué va a suponer esto para nuestro país y para nuestro futuro?, preguntas que han inspirado la triple interrogativa latina quid, quia, quam que hemos escogido como título para esta entrada de cara a seguir manteniendo -salvo excepciones justificadas- los títulos en Latín para las entradas de este blog.  

[1] ¿Qué quitan? Volvamos, como hemos hecho otras veces, al articulado mismo de la ley. Términos como "Roma", "Grecia" o "Hispania Romana" y categorías históricas como "pólis" o "Imperio Romano", en la ley Wert aparecían 20 veces (Roma), 42 veces (Grecia) y 7 veces (pólis, Hispania Romana o Imperio Romano). En la nueva ley aparecen 14 veces (Roma), 22 veces (Grecia) o 2 veces (pólis, Hispania Romana o Imperio Romano) con el agravante de que en la ley Wert todas esas menciones aparecían vinculadas a asignaturas troncales como "Geografía e Historia" de 1º y 4º de la ESO o "Historia de España" de 2º de Bachillerato y ahora, cuando lo hacen, de modo bastante raquítico, es en asignaturas optativas de itinerarios de Humanidades como "Latín" o "Griego", lógicamente más minoritarias y que, prácticamente, van a quedar como los únicos espacios en los que se abordarán ahora las civilizaciones clásicas a pesar de lo mucho que éstas han prestado a la sociedad actual y de su innegable éxito en lacultura popular contemporánea, incluso. Lo mismo puede aplicarse a términos como "Reyes Católicos", "Al-Ándalus", "Humanismo" o "Siglo de Oro", con lo que éste último, por ejemplo, ha supuesto para nuestra Literatura y nuestras Letras (el término "Siglo de Oro" no aparece en la propuesta de ESO o de Bachillerato de la nueva ley ni una sola vez). Especialmente en la "Historia de España" de 2º de Bachillerato, los bloques de conocimientos que la ley Wert dedicaba al periodo comprendido entre la Prehistoria y la Edad Contemporánea son totalmente eliminados quedando sólo tratados en 1º de la ESO en un momento cognitivo de los estudiantes que no parece el de mayor madurez para hacerse cargo de la indiscutible aportación de estas civilizaciones al devenir histórico. Esto resulta especialmente grave por cuanto que son periodos en que o bien nuestro país estuvo al frente de la geopolítica mundial (Edad Moderna) o en los que la investigación (Prehistoria o Arqueología Clásica) es de referencia a nivel europeo.

[2.] ¿Por qué lo hacen? Como hicimos constar, con referencias concretas a su articulado, en las entradas de Oppida Imperii Romani antes citadas, La Ley Wert buscaba subrayar que "el pasado no está muerto y enterrado sino que influye en el presente y en los diferentes posibles futuros" y demandaba, respecto de la Hispania Romana "establecer conexiones entre el pasado de Hispania y el presente" subrayando que "la pluralidad de España sólo es comprensible si nos enfrentamos a procesos que tienen su origen en ese pasado remoto". Sin embargo, existe un interés explícito en la nueva Ley -que, como ya analizamos, apuesta por las "identidades", las "creencias", las "ideas" y las "emociones" como factores del devenir histórico- por reducir la Historia a "los logros de nuestra convivencia democrática" aplicando, además, a su análisis categorías históricas que están hoy en el debate social tales como "género", "sostenibilidad" o "igualdad" pero sobre las que, sin embargo, hubo avances -y retrocesos- entre la Antigüedad Clásica -¡incluso desde la Prehistoria!- y la Edad Contemporánea pero no sólo en la Edad Contemporánea avances que, sin embargo, parece se obvian. La Historia -y lo sabemos todos los que a ella nos dedicamos- debe analizarse no desde categorías del presente -como son todas éstas- sino desde categorías analíticas como "cambio", "herencia", "decadencia", "crisis" que, además, son conceptos que pueden fomentar el debate crítico de nuestros estudiantes a partir de la contemplación de los acontecimientos de la Historia Antigua, Medieval y Moderna y no sólo de los vividos en la Historia reciente por más que ésta haya sido del máximo interés, y lo sea, para la formación de nuestros jóvenes preuniversitarios. Esa mirada a la Historia con categorías contemporáneas pervierte el sentido mismo de la ciencia histórica y, prácticamente, aniquila el concepto de "la larga duración", uno de los más innovadores de la historiografía de los últimos siglos. Además, los "grandes procesos históricos" y la "conexión del territorio español con ellos" -que la nueva ley cita- se vinculan sólo a la contemporaneidad y se obvian grandes episodios de globalización de los que nuestro suelo fue parte -como el Imperio Romano o la islamización (sobre el primero hablamos explícitamente en nuestra entrada "Romanitas")- o, incluso, agente -como la Hispanidad o el Imperio español- o que, realmente, fraguaron en nuestro suelo por su posición geoestratégica en extremo occidente mediterráneo y no por otra razón (la Iberia colonial, la propia provincialización de Hispania como acontecimiento, el reino visigótico...). Daría la sensación de que en la cancelación de la atención pre-universitaria, y madura, a los logros del mundo clásico y del Humanismo, hay un afán por borrar de un plumazo los grandes valores que conforman la identidad europea sustituyéndolos por una visión local, y parcelada cronológicamente, de la Historia de España, quizás la más fácilmente ideologizable.

[3.] ¿Qué va a suponer esto para nuestro país y para nuestro futuro? Lógicamente, la cancelación de episodios clave de la Historia de España va a generar, a nuestro juicio, una notable miopía histórica. Al margen de hurtar a los estudiantes los grandes logros de un pasado común como nación -algo que es motivo de orgullo en los grandes países de nuestro entorno y sobre lo que ahora el Gobierno quiere pasar por alto, cuando no cancelar- nuestros jóvenes van a llegar a la Universidad pensando que las claves de la "convivencia democrática", de la "libertad" o del "progreso" -por citar valores a los que se alude como inspiradores de las competencias de Historia de España en la nueva Ley- se han sentado exclusivamente en la Edad Contemporánea sin alusión alguna a lo que la cultura clásica del mundo antiguo y, también, su reivindicación y transmisión cristiana posterior en los tiempos de la plena Edad Media y del Renacimiento, hicieron al fundar muchos de esos conceptos y teorizar sobre ellos. Se va a crear una generación de jóvenes capaz de mirar sólo dos siglos atrás y que, además, van a pensar que la Historia sólo se construye con la documentación escrita e historiográfica o con las fuentes hemerográficas obviándose por completo -por ejemplo- el papel que la Arqueología como estudio de la cultura material tiene como fuente de conocimiento para el historiador, y no sólo para el historiador de la Antigüedad. Resultará difícil explicar cómo se construye la verdad histórica si todo el referente es esencialmente contemporáneo y no se introduce al estudiante en un momento ya maduro de su formación, a todo el proceso historiográfico interdisciplinar que considera, también, la materialidad, como una fuente de información. Así, difícilmente se va a poder formar a una sociedad comprometida con la conservación de un patrimonio arqueológico envidiable y milenario como es el de nuestro país -que, no nos lo creemos, puede ser un gran motor de desarrollo territorial- al vincular, como hace la nueva Ley, el "patrimonio histórico" exclusivamente al de la Historia más reciente. La ocultación de ese pasado tiene, además, un gran riesgo competencial pues el periodo antiguo, por ejemplo, ilustra muy bien categorías históricas como las de "clasicismo", "renovación", "conflicto", "cambio", "continuidad", "decadencia"... que, de hecho, fueron objeto de reflexión por pensadores griegos y romanos. Polibio afirmaba que la Historia era la que mejor preparaba al hombre para los cambios de fortuna y para la actividad política. Pero, desde luego, una Historia que sea -como indica su etimología y vimos en la entrada "Nuntia uetustatis"- una comprensión en profundidad del pasado, y no sólo de parte del pasado.

En fin, sirvan estas líneas para que el lector de Oppida Imperii Romani contextualice lo que se ha volcado en el sensacional reportaje de La Lectura que traemos al encabezamiento de esta entrada; también para que quede constancia de que las opiniones que hemos vertido en nuestras colaboraciones con La Razón -que, como no puede ser de otro modo, habrán de continuar- nacen de haber trabajado a fondo el proyecto de ley y de una apasionada vocación por la Historia y, en particular, por la de la Antigüedad; y, por último para que, ahora que no parece haber marcha atrás, futuros legisladores intenten, si no desandar lo andado, sí justificar este atropello -y otros peores que habremos de ver en el futuro- con argumentos pedagógicos y académicos fundamentados y no con excusas escolares. Se abre el debate, estéril y triste -pues la Ley ya está aprobada y el daño, al menos incoado- pero siempre constructivo. 



MVNICIPES ET INCOLAE

 


[Fotografías de la nueva inscripción honorífica dada a conocer en estos últimos días y procedente de Marchena, Sevilla. Las fotografías son de Sergio García-Dils, a quien agradecemos su cesión]

Quien escribe estas líneas todavía recuerda la primera separata de una publicación científica que un colega le regaló. Corría el año 1996 y nos encontrábamos iniciando, prácticamente, nuestra Tesis de Doctorado en la Universidad de Zaragoza, en el entonces reputado y puntero Departamento de Ciencias de la Antigüedad. Nuestro maestro, Francisco Beltrán Lloris, nos obsequió con un ejemplar, en papel y tapas duras -como eran entonces las separatas antes de que quedasen sustituidas por el formato digital, más frío aunque, quizás, también más útil-, de un artículo que él acababa de publicar en la ya entonces prestigiosa revista Archivo Español de Arqueología. El artículo, disponible en red, se titulaba "Una liberalidad en La Puebla de Híjar y la localización del municipium Osicerda". Para nosotros, que iniciábamos entonces nuestros trabajos en torno al fenómeno de la munificencia pública en la circunscripción de Lusitania -que luego darían lugar a una monografía (Zaragoza, 2004) y a varias síntesis, como la que publicamos en Conimbriga, 38, 1999-, las notas a pie de página del trabajo de Beltrán (pp. 290-291, notas 12-16) nos resultaron de notable utilidad pues recogían parte de la bibliografía básica sobre ese fenómeno tan netamente romano y en boga en los estudios sobre Historia Antigua Peninsular al menos desde el primer capítulo de sus testimonios realizado por Julio Mangas (Hispania Antiqua, 1, 1971, pp. 105-146) y, sobre todo por el libro El mecenazgo cívico en la Bética, que acababa de publicar (Córdoba, 1994), Enrique Melchor. En el estudio, por otra parte, se presentaba la parte final de un pedestal, seguramente honorífico, que, por la fórmula de cierre [---in]colis Osicer[densibus] -"para los domiciliados Osicerdenses"- permitía pensar en que celebraba alguna suerte de reparto o de distribución -sobre este género de acto de liberalidad pública puede verse, por ejemplo, este clásico trabajo de, precisamente, Enrique Melchor (Florentia Iliberritana, 3, 1992)- en el contexto del municipium Osicerda, del conuentus Caesaraugustanus. El pedestal (AE 1996, 904) permitía, claramente, aportar indicios a favor de la localización en la hermosa localidad turolense de La Puebla de Híjar de ese todavía ignoto municipium Osicerda asunto sobre el que, de hecho, Francisco Beltrán volvería en fechas posteriores (Palaeohispanica, 4, 2004). En estos días, un sugerente hallazgo epigráfico que se ha producido en fechas recientes -concretamente en mayo de 2021, si bien acaba de ver la luz- en la localidad sevillana de Marchena nos ha hecho recordar el valor de esa expresión latina que alude a una parte concreta de la población residente en un municipio romano, los incolae aquéllos que no tienen la patria municipal -pues esos son los municipes- y son, por tanto, extranjeros, pero que sí están avecindados, domiciliados, en la comunidad y a los que, por tanto, afecta -con anotaciones también específicas- gran parte de la legislación local. 

Se trata, en esta ocasión, también, de parte de un pedestal descubierto reutilizado en la ermita de Santa Eulalia de Marchena, localidad que ya había ofrecido un catálogo de cerca de dos decenas de tituli romanos, todos del máximo interés. Las características de la inscripción, el modo cómo -desde un punto de vista científico pero también desde el social y mediático- se ha gestionado la información que aporta por parte de sus dos descubridores y editores principes, los excelentes epigrafistas Sergio García-Dils, de la UNED de Sevilla, y Salvador Ordoñez, de la Universidad de Sevilla -usuales editores de las siempre interesantísimas novedades de la colonia Astigi- han hecho que, en línea con otras entradas de la categoría Epigraphica de este blog -que hemos usado para destacar la capacidad informativa y documental de la investigación en Epigrafía Romana, algunas, de hecho, relativas a hallazgos béticos como el que se produjo en Cártama hace algunos años: "Loquuntur saxa"- dediquemos una nueva entrada de esta serie a esta singular inscripción y, especialmente, como se ha dicho, al ejemplar modo cómo sus descubridores y editores han gestionado y socializado la información aportada por el nuevo documento. Un modo que nos ha parecido absolutamente ejemplar y que resulta paradigmático respecto de los caminos que, en adelante, deberá seguir la Epigrafía Romana en materia no sólo de investigación sino, también, de transferencia, actividad ésta que, nos parece, no debe nunca descuidarse en Ciencias de la Antigüedad por más que muchos de nuestros colegas la infravaloren cada día.

Como hemos anotado más arriba -y puede verse en ORDOÑEZ, S., y GARCÍA-DILS, S., "786. Pedestal en homenaje a un sacerdote y magistrado local procedente del entorno de Marchena (Sevilla)", Ficheiro Epigráfico, 223, 2021, pp. 8-14- la pieza -pese a su reutilización en la iglesia del arruinado convento franciscano de Santa Eulalia, al sur de Marchena, y pese a las dificultades que, para su autopsia, esa circunstancia ha presentado a sus editores- ofrece un extraordinario porte con algo más de un metro de altura y más de medio metro de anchura y de profundidad tratándose, por tanto, como también prueba su texto, de un pedestal honorífico de naturaleza eminentemente pública probada también por el ductus y por las dimensiones de las letras, próximas a los 5 cm. Las fotos que coronan esta entrada -gentilmente ofrecidas por los autores de la publicación citada al comienzo de este párrafo- permiten corroborar que, efectivamente, se trata de una dedicación por parte de los muni[ci]p(es) et incol(ae) a un tal M. Cornelius Faustus del que, además, se mencionan sus relevantes cargos como augur municipal y como quattuoruir, dos importantes puestos del cursus honorum municipal (para la gramática de las inscripciones honoríficas, como ésta, puede verse un post anterior de esta misma serie: "Tituli hic"; sobre el augurado en Hispania debe verse el trabajo de José A. Delgado en Hispania Antiqua, 24, 2000, pp. 65-38 y sobre los quattuoruiri municipales el de Enrique Melchor en Rivista Storica dell'Antichità, 43, 2013, pp. 133-152). El interés de la pieza es, por tanto, notable y, como anotábamos más arriba, constituye un buen ejemplo de lo que la Epigrafía puede aportar a nuestro conocimiento de la Historia Antigua de la Península Ibérica y, en concreto, a la caracterización de su vida urbana desde dimensiones muy variadas (puede resultar útil, de nuevo, al lector de Oppida Imperii Romani revisar esta reflexión nuestra sobre el por qué de estudiar la Epigrafía Latina). Por un lado, como señalan sus editores (pp. 12-13) el nuevo documento habilita a confirmar la presencia en el lugar -o en sus inmediaciones- de la sede de un municipio romano seguramente de filiación augústea dada la adscripción a la Galeria tribus de M. Cornelius Faustus, tribus que, por otra parte, ya estaba atestiguada en el lugar (HEp1, 574 además de AE 1984, 512, sobre la que luego volvemos); además, viene a completar un notable repertorio epigráfico, el de Marchena, aportando, por segunda vez -tras otra inscripción que, además, fue vista de antiguo en la misma localización en que se ha hallado este nuevo titulus (CIL II, 1401) y que puede verse en uno de los enlaces que ofrecemos más abajo- un documento de naturaleza honorífica que se une a los varios funerarios ya conocidos (CIL II, 1393-1395; 1396-1398 o 1402) y a un par de documentos de carácter votivo (CIL II, 1391 y AE 1984, 512) el segundo de ellos, de hecho, testimonio también de la municipalidad del lugar al tratarse de una dedicación al Genius municipii

Pero, al margen de las virtualidades históricas del nuevo documento, este hallazgo ha puesto sobre la mesa el que, nos parece, puede y debe ser el modus operandi adecuado a la investigación en Epigrafía Romana especialmente ante hallazgos de esta entidad. Nosotros lo ensayamos en parte cuando tuvimos la fortuna de encontrar un pedestal dedicado a Tiberio en el foro de Los Bañales (AE 2015, 656) y baste, para ello, darse una vuelta por algunos vídeos del canal de YouTube del proyecto. Así, y como ya vimos en un post anterior de este blog, la elección, por parte de los editores, de la revista de la Universidade de Coimbra Ficheiro Epigráfico como órgano a través del cuál dar noticia de la nueva inscripción ha facilitado que -dado el carácter digital de este noticiario epigráfico y su extraordinaria difusión- la pieza figure ya, por ejemplo, en el Epigraphische Datenbank Clauss Slaby, la gran base de datos de inscripciones romanas que, auspiciada por la Universität Zurich y por la Katholische Universität Eichstätt de Ingölsdtadt, es, probablemente, la que más consultas diarias recibe por parte de epigrafistas y estudiosos de todo el mundo. Antes, por tanto, de su inclusión en los anuarios del tipo L'Année Épigraphique o Hispania Epigraphica, la pieza ya puede ser considerada por cualquier investigador interesado en la prosopografía municipal hispanorromana o en la vida municipal en la Baetica hispana. Pero, gracias al esfuerzo de los dos investigadores responsables de su hallazgo y publicación, sobre la inscripción se han publicado en estos últimos días muy documentadas noticias en El País -que, con ese sensacionalismo que tantas veces acompaña a las noticias sobre Arqueología y que convendría moderar, ha calificado el nuevo documento como "la piedra Rosetta de Marchena"-, en La Razón -que lleva al titular la contribución del nuevo pedestal a ubicar una nueva ciudad hispanorromana en Marchena-, en la edición digital -y en papel (que se recoge en la parte inferior)- andaluza de ABC, e, incluso, con excelente vídeo que permite ver la nueva inscripción y el lugar concreto en que ha aparecido -e imaginar las dificultades de los editores para su adecuada autopsia-, en La Sexta. El siempre recomendable portal de noticias sobre Antigüedad Terrae Antiquae, además, le dedicó atención hace algunos días y aportó, además, como material complementario, una deliciosa entrevista a Sergio García-Dils, de media hora de duración, realizada por el canal de YouTube de la videorevista Saber Más Marchena, en la que el experto epigrafista desvela contenidos que trascienden a la propia inscripción y que constituyen, de hecho, una sensacional clase sobre Epigrafía Romana, sobre vida municipal, sobre las singularidades del hábito y la cultura epigráficas de la Bética romana y sobre el texto que la inscripción aporta y, también, aquéllas cuestiones que prefiere mantener ocultas. Imprescindible. Dado el extraordinario rigor de las informaciones que se han enlazado en estas últimas líneas, podemos imaginarnos el esfuerzo y las horas de trabajo que habrán dedicado los dos editores de la inscripción a atender a los medios y a explicarles, pacientemente, todo lo relativo a este sensacional documento. Una labor que no cuenta para el curriculum académico pero que, precisamente por eso, hemos siempre de valorar y de agradecer (de ese tema hablábamos en una entrada muy reciente de la categoría Instrumenta, en esta misma sede).

Varias de las noticias aquí enlazadas aluden a la movilización de las autoridades y vecinos de Marchena para la incentivación de la investigación en este lugar y para aprovechar este nuevo hallazgo para recuperar el complejo de Santa Eulalia que, de hecho, amenaza ruina desde hace décadas. Mucho se ha hablado en este blog -especialmente en la sección Disputationes- del interés que tiene siempre la transferencia de resultados en investigación arqueológica como medio para generar identidades y una cierta identificación -casi una "catarsis"- con los espacios arqueológicos sobre los que se realizan las investigaciones lo que, a la postre, garantiza que también las instituciones locales y regionales se comprometan con los proyectos en tanto que éstas representan, o deben representar, a la sociedad civil. Como se ha dicho, la transferencia exige, siempre, mucha dedicación por parte de los investigadores y, desde luego, cuando está bien hecha -como dan prueba los reportajes arriba enlazados y la calidad de los contenidos que transmiten- ello transparenta, de modo claro, el esfuerzo de quienes la motivan, lideran y hacen posible. Pero, ese esfuerzo -muchas veces titánico- siempre vale la pena, siempre compensa, en parte porque permite que la sociedad conozca cómo es el trabajo del historiador de la Antigüedad y, en este caso, del epigrafista y perciba nuestra profesión como algo no sólo apasionante sino,  también, útil. Nosotros lo hemos experimentado sobradamente en estos últimos años tanto en Los Bañales de Uncastillo como en Santa Criz de Eslava aunque no hayan faltado las incomprensiones. La buena praxis de los dos investigadores andaluces protagonistas de este hallazgo y la calidad del documento que nos han regalado auguran, sin duda, alguna suerte de dinamización -más que deseable- de la investigación -ojalá que, también, con trabajo arqueológico de campo- sobre una ciudad, un municipio más -acaso Carula- del ramillete de comunidades privilegiadas que salpicó, con notable generosidad, las tierras del conuentus Hispalensis en el Alto Imperio Romano. 

La ciencia epigráfica que se hace en España sigue, por tanto, aportando notables alegrías y demostrando, una vez más, que es una de las disciplinas que mejor subraya que, como escribió Fergus Millar ("Epigraphy", en CRAWDFORD, M. (ed.), Sources for Ancient History, Cambridge, 1987, pp. 80-137, p. 136), nuestro conocimiento del mundo antiguo jamás, con fuentes como éstas, resultará estático.