[Sobre estas líneas, dos características instantáneas de Iuliobriga: arriba la calle porticada con viviendas (los pilares de la calle fueron recreados por A. García y Bellido en sus históricas excavaciones en el lugar) y abajo, en primer término, el área porticada del foro, junto a la ermita románica de Santa María]
Situación: Desde luego -ahora que estamos a un año de la conmemoración del bimilenario de Augusto (que, por cierto, inspirará importantes reuniones científicas y coloquios de diversa índole; hasta donde sabemos, uno en la Universidad de Sevilla en Septiembre 2013, otro en Madrid en Mayo de 2014 -organizado por la Universidad Complutense-, también, una nueva cita de la serie Tarraco Biennal, en Noviembre de ese mismo año en Tarragona y hasta la Semana Romana de Cascante, que cumplirá ese año su novena edición -ya está disponible el programa de la octava, para el próximo mes de Junio: pincha aquí- abordarán la figura y el legado de este personaje en Junio de 2014)- resulta admirable la capacidad geoestratégica y geopolítica que el emperador Augusto demostró en gran parte de las fundaciones o promociones ciudadanas que a él se le atribuyen. La colonia Caesar Augusta (Zaragoza), por ejemplo, sigue estando hoy en un punto central y equidistante de varias ciudades confiriendo a la capital de Aragón una posición clave a efectos, por ejemplo, logísticos y en el centro, casi exacto, del valle del Ebro, todavía hoy extraordinariamente ponderada. Pues bien -junto a las fuentes del Ebro (el manantial de Fontibre se halla muy cerca y es visible, de hecho, desde las propias ruinas, aunque es preceptivo acercarse a él)- la ciuitas que centra este post de nuestro Oppida Imperii Romani, la cántabra Iuliobriga, tiene, también, algo de esa gran capacidad visionaria del que fuera el primer Princeps de Roma no en vano su instalación debió obedecer a un deseo del propio emperador, de, culminadas las guerras cántabras -hacia el año 15 a. C.- instalar un enclave que controlase la montaña santanderina, su salida al mar y la septentrional área meseteña (sobre el contexto de esta política augústea de fundación de ciudades y, también, sobre su cronología, debe verse este trabajo de ABASCAL, J. M.: "Los tres viajes de Augusto a Hispania y su relación con la promoción jurídica de ciudades", Iberia, 9, 2006, pp. 63-78, pincha aquí). Efectivamente, Iuliobriga está en un punto clave entre el Cantábrico -apenas a escasos 80 kilómetros de Santander, en la pequeña y típicamente pasiega localidad de Retortillo, pedanía de Campoo de Enmedio- y la Meseta, en un punto de paso esencial en la vía Pisoraca-Flauiobriga (Herrera de Pisuerga-Castro Urdiales), no en vano sus ruinas todavía están al pie de la autovía A-67 que enlaza Santander con Palencia. Esa situación -y el hecho de que, prácticamente, sea la única ciudad romana visitable de la actual región de Cantabria (parece que el aserto de Plinio el Viejo sobre que Iuliobriga sería la única ciudad de entre los Cántabros cuyo nombre valdría la pena recordar se ha cumplido en este caso)- convierten a Iuliobriga en visita obligada para quien se acerque a Santander, una ciudad que -no hace falta subrayarlo aquí- bien vale una visita (pincha aquí para algunas recomendaciones que te ayudarán a preparar tu visita a la "novia del mar") por muchísimas razones que no es este lugar para ponderar y entre las que dar un paseo por la playa de El Sardinero no es, desde luego, de las menos importantes.
Acceso: Aunque las ruinas de la ciudad romana de Iuliobriga no están advertidas al pie de la A-67, que es la vía de acceso a la zona de Reinosa para el que viaja desde Santander y, también -dada la condición de encrucijada del propio yacimiento que, en cierta medida, ha heredado la actual capital cántabra- para el que lo hace desde el interior peninsular, apenas uno toma la salida "Reinosa" de la citada vía encuentra las indicaciones oportunas que conducirán al viajero a la zona de aparcamiento del yacimiento arqueológico ubicada justo en el costado del Museo Domus, un singular espacio museográfico que ha recreado una de las viviendas excavadas en la ciudad romana -la denominada "Casa de los Morillos" (que el visitante atravesará cuando se acerque, con el coche, hacia el aparcamiento, dejándola a la izquierda)- y que ofrece, además, una interesante y muy didáctica aproximación a la vida histórica de la ciudad y a los materiales que ha aportado la excavación y que son extraordinariamente representativos de la cultura material típica de una ciudad romana provincial. El Museo Domus es, desde luego, y por ello, visita obligada pero también lo es el conjunto arqueológico cuyos atractivos -foro junto a la ermita románica de Santa María y espacios domésticos tras la ermita, en la zona que "porticara" en su día A. García y Bellido dotando a la zona de una imagen tan característica y reconocible, y antes de llegar a ella, a ambos lados de la carretera de acceso a Retortillo- son descritos más abajo, en el apartado "Descripción" del presente post y, además, están extraordinariamente bien explicados al visitante con un aparato de señalética ejemplar que incorpora unas sencillas recreaciones que facilitan la inteligibilidad de los monumentos por parte del profano. La visita al yacimiento es libre y gratuita, no así la del espacio museográfico cuyos horarios e información de contacto y tarifas aparecen más abajo, en el apartado de "Recursos en internet".
Tipología: Citada por Plinio (Plin. Nat. 3, 21) tanto al referirse al nacimiento del río Ebro (ortus in Cantabris haud procul oppido Iuliobrica: "nacido entre los Cántabros no lejos de la ciudad de Iuliobriga") como al reseñar que, entre los populi -las "ciudades"- de los Cántabros -que indica que eran nueve-, Iuliobrica sola memoretur, es decir, "sólo recordaré Iuliobriga", la ciudad romana de Iuliobriga aparece también referida por Ptolomeo (Geog. 2, 6, 50) que la incluye, igualmente, entre la etnia de los Cántabros (sobre éstos véase AJA, J. R., CISNEROS, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Los Cántabros en la Antigüedad. La Historia frente al Mito, Santander, 2008). Nótese que, efectivamente, Plinio, en las dos ocasiones en que alude a ella lo hace como oppidum cuando, en realidad, el lugar que la ciudad romana ocupa no es un lugar elevado, ni fortificado ni cuenta con una gran acrópolis sino que se adapta a un paisaje de medias colinas: visitar Iuliobriga es una prueba más de que -contra lo que algunos aun sostienen- cuando Plinio emplea el término oppida, lo hace, sencillamente, como sinónimo de ciudad, de núcleo urbano, no como reflejo de la fisonomía del mismo (véase al respecto lo que hace tiempo publicamos en un controvertido trabajo en la revista Faventia, 29/2, 2007, pp. 37-46, con mucha bibliografía autorizada sobre el tema). Fundación augústea al término de las guerras cántabras -no en vano la presencia de la legio IV Macedonica está atestiguada notablemente en la zona a través de una serie de hitos terminales alusivos a los prata militaria controlados por dicho cuerpo legionario (ERCantabria, 19, 23, 25-27 -con foto de una de ellas aquí- de Las Quintanillas: sobre esta cuestión es fundamental, además de seguir las consideraciones vertidas respecto de ellos en IGLESIAS GIL, J. M., y RUIZ GUTIÉRREZ, A.: Epigrafía Romana de Cantabria, Santander, 1998, debe verse el trabajo de CORTÉS, C.: "El territorio militar en la Epigrafía de la Hispania Romana: los termini pratorum", en XXth International Congress on Roman Frontier Studies (León, 2006), León, 2009, pp. 91-102)- Iuliobriga debió alcanzar el rango de municipio en época flavia momento en que, de hecho, se revelan notables transformaciones en su urbanismo (para este contexto histórico es fundamentar acceder a la breve nota "Juliobriga en su marco histórico", Cuadernos de Campoó, 4, 1996, accesible aquí de igual modo que para esas condiciones medioambientales y geoestratégicas del lugar tan bien escogidas por Augusto, en la red, es útil el trabajo "El paisaje de Campoó y Julióbriga en época romana", Cuadernos de Campoó, 8, 1999, accesible aquí y con notable aparato bibliográfico). Como consecuencia de esa promoción municipal algunos de los miembros de las élites cívicas del nuevo municipio de derecho latino (véase FERNÁNDEZ VEGA, P., e IGLESIAS GIL, J. M.: "El urbanismo del Norte de Hispania en época flavia", Memorias de Historia Antigua, 23-24, 2003-2004, pp. 119-137, esp. pp. 129-130, accesible aquí) desarrollaron importantes carreras políticas a nivel provincial como es el caso de C. Annius Flauus o de Q. Porcius Vetustinus atestiguados en varios epígrafes de Tarraco (RIT, 330 y 302) en los que el gentilicio Iuliobrigensis ("natural de Iuliobriga") -y en el primer caso, además, Iuliobrigensis ex gente Cantabrorum- está atestiguado (sobre esta cuestión de la movilidad geográfica, también en razón de la promoción socio-política de sus protagonistas, puede consultarse el trabajo que, precisamente, el tándem que ha trabajado en Iuliobriga en los últimos años, ha editado no hace mucho -IGLESIAS GIL, J. M., y RUIZ GUTIÉRREZ, A. (eds.): Viajes y cambios de residencia en el mundo romano, Santander, 2011- y el lector deberá estar al tanto del próximo número, el trigésimo, que la revista Veleia, de la Universidad del País Vasco, consagrará a la cuestión).
Descripción: Como se dijo más arriba, Iuliobriga conserva, fundamentalmente, tres grandes áreas arqueológicas, dos de ellas junto a la ermita románica de Santa María -al parecer instalada sobre la curia del viejo foro local, en uno de los lados del foro romano- y una tercera algo más abajo, saliendo de la zona arqueológica por la misma carretera por la que se accedió a ella, a ambos lados de dicha vía. La visita puede comenzar en el que fuera el foro, la plaza pública de la ciudad romana, configurado (ver planta aquí) como un espacio porticado con una plaza central abierta -del que sólo es visible parte al estar el resto bajo la actual fábrica de la ermita- al que se fueron añadiendo sucesivamente una serie de edificios hacia la parte inferior incluyendo tal vez un templo -del que hoy sólo queda un monumental cajón de cimentación en sillarejo en la parte delantera a la perspectiva desde la que el visitante, desde el panel explicativo, observa la plaza- y varios espacios productivos y artesanales a modo de tabernae instalados, aprovechando, además, los locales creados por el necesario sistema de aterrazamiento con el que los romanos tuvieron que jugar para garantizar la urbanización de las desiguales colinas en que se ubicó la nueva ciudad romana (para el foro, debe verse el sensacional trabajo de CEPEDA, J. J., IGLESIAS, J. M., y RUIZ, A.: "El foro romano de 'Iuliobriga' (Cantabria): nuevas investigaciones arqueológicas", Archivo Español de Arqueología, 82, 2009, pp. 97-114, accesible aquí). Monumentalizado en su día -en especial a partir de Tiberio y, sobre todo, en época flavia, momento en que albergó una monumental estatua de bronce (FERNÁNDEZ, C.: "Fragmentos de una estatua de bronce procedentes de la ciudad romana de Iuliobriga (Cantabria): historia y tecnología", Sautuola, 11, 2005, pp. 127-129, accesible aquí y con utilísima bibliografía sobre la ciuitas que nos ocupa)- fue el corazón de la vida cívica contando, también, con seguridad, con una curia cuya posición queda hoy enmascarada por la ermita de Santa María pero que pudo ser excavada bajo sus cimientos hace algunos años tal como se explica en una publicación del Archivo Español de Arqueología antes enlazada. Además del foro, Iuliobriga ofrece una auténtica lección visual del modo cómo Roma fue adaptando la arquitectura doméstica a las peculiaridades locales. Así, si el visitante, tras contemplar el foro, continúa por la pista que, desde la ermita, se dirige a la zona que aparece en la primera fotografía de las dos que encabezan este post -la denominada de "La Llanuca"- allí, junto a la calle porticada cuyo recorrido coincidiría, grosso modo, con el de la referida pista y cuyo trazado está, además, marcado por los pilares que sustentarían el porche, podrá observar y entender cómo era una vivienda romana típica del Alto Imperio siguiendo, casi, los modelos itálicos, con gran patio central y peristilada y a la que se abrían todas las estancias principales. Sin embargo, si el viajero, tras visitar esta zona, retrocede por esa misma pista en dirección a Retortillo y luego, hacia Reinosa, a ambos lados del foro -y, por tanto, de la carretera de salida de Retortillo- encontrará otras viviendas en las que se han incorporado a la planta elementos como grandes corrrales o se ha reducido el tamaño de los patios centrales, sin duda por las condiciones climáticas que en este lugar la población debió soportar especialmente durante los inviernos (para la evolución de la arquitectura doméstica en Iuliobriga es fundamental el trabajo de FERNÁNDEZ VEGA, P. A.: Arquitectura y urbanística en la ciudad romana de Julióbriga, Santander, 1993, un autor cuyos trabajos sobre organización territorial periurbana -de la que ya hablamos en otro post de este blog, pincha aquí- y sobre arquitectura doméstica son fundamentales: ver lista aquí). Esa reducción del patio central -que ha dado lugar a la acertada denominación de "Casa Bloque"- operada ya durante el siglo II d. C. es extraordinariamente comprensible al visitar el patio que se ha recreado -en realidad, todo el edificio es una extraordinaria y meritoria recreación- en el Museo Domus que ha tomado como inspiración la denominada "Casa de los Morillos" (que el visitante encuentra a la derecha de la vía que, desde el aparcamiento, desciende, por la carretera, hacia Reinosa: ver helifoto aquí). Ese espacio, el Museo Domus es, como antes se dijo, un pretexto más -¡sensacional y envidiable!- para acercarse a Iuliobriga pues en él se puede entender, con bastante claridad, gran parte de lo visto en la arquitectura doméstica de esta ciuitas (por cierto, para quien no pueda acercarse al Museo Domus de Iuliobriga o, sencillamente, no lo encuentre abierto cuando pase por el yacimiento, en el siguiente blog se puede acceder a una completa galería de fotos, sensacional: pincha aquí y en YouTube no faltan usuarios que han subido grabaciones del cubiculum, el atrio, la culina y el triclinium que se recrean en el lugar -pincha aquí-) y, por supuesto, asombrarse ante el estilo de vida romano. ¡Un diez a la iniciativa que, sin duda, está contribuyendo a dinamizar el yacimiento y a acercar el mundo romano a la sociedad haciéndolo inteligible! ¡Desde aquí nos quedamos con la idea que, desde luego, vendría muy bien a muchos yacimientos arqueológicos romanos de nuestro país!
Bibliografía: Puestas en conocimiento de la opinión pública por el erudito de Reinosa Demetrio Duque y Merino en 1885, las ruinas de Iuliobriga han sido, desde entonces, objeto de atención investigadora y científica por J. Carballo y por Á. Hernández Morales en los años cuarenta y cincuenta (véase, por ejemplo, HERNÁNDEZ MORALES, A.: Juliobriga, ciudad romana en Cantabria, Santander, 1947), por A. García y Bellido en los últimos cincuenta y primeros sesenta (algunos de cuyos trabajos están disponibles en la ficha correspondiente a esta ciudad romana en la sección de "Historia y Arqueología de las Civilizaciones" de la Cervantes Virtual, de consulta obligada) y, desde los años ochenta, por José Manuel Iglesias Gil, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria (pincha aquí para seguir su producción historiográfica, sencillamente abrumadora y con un notable elenco de títulos alusivos a Iuliobriga y al poblamiento romano en Cantabria) y por su equipo que, además, espera, pronto, retomar los trabajos arqueológicos en el lugar: ¡sería, sin duda, una excelente noticia!. Además de los recursos que oportunamente, y para los distintos temas tratados más arriba, se han ido desgranando más arriba, nos parece resultan inexcusables -para profundizar en la singular fisonomía de esta ciuitas de más de veinte hectáreas de extensión- los trabajos de SOLANA SAINZ, J. Mª: Los cántabros y la ciudad de Iuliobriga, Santander, 1981 y la monografía de IGLESIAS GIL, J. M.: Iuliobriga, Santander, 1985. Además de ellos, debe leerse -y en parte está disponible online- la miscelánea IGLESIAS GIL, J. M. (ed.): Arqueología en Iuliobriga (Retortillo, Campo de Enmedio, Cantabria), Santander, 2002 (pincha aquí) que compila casi toda la información disponible sobre el lugar. Una buena síntesis sobre toda la problemática de la ciudad romana, y, también, sobre su reciente puesta en valor, puede obtenerse en PDF -pincha aquí- a través de IGLESIAS, J. M., y CEPEDA, J. J.: "Julióbriga. Una ciudad romana en el Norte de Hispania", Boletín GC: Gestión Cultural, 9, 2004, pp. 2-19. Por último, y a modo de síntesis, remitimos a la voz que, sobre Iuliobriga figura en el Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana (SOLANA SAINZ, J. M.: "Iuliobriga (Retortillo)", en ROLDÁN, J. M. (dir.): Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Akal, Madrid, 2006, p. 515, de validez como aproximación básica a las fuentes que la citan y a sus principales problemas.
Recursos en internet: Con una buena y bien documentada voz en Wikipedia y su correspondiente ficha en la página Arqueotur, a falta, todavía, de una página web monográfica del lugar, sin duda el mejor documentado site en internet para obtener información sobre la ciudad que centra este post es el que el propio J. M. Iglesias Gil compuso para la sección de Conjuntos Arqueológicos de la Cervantes Virtual (pincha aquí) que incluye, además, enlace a algunas publicaciones antiguas ya arriba citadas y, por supuesto, una notable galería de fotografías (véase también el post de este colega y de J. J. Cepeda en Celtiberia.net). También son recomendables el espacio que dedica a Iuliobriga la página de Turismo de Cantabria/Cantabria Infinita, o el que figura en la sección de Centros de Interpretación de la página de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, ambas con toda la información básica sobre horarios -en especial los del "Museo Domus", visita complementaria inexcusable al paso por el yacimiento- y accesos. Resulta fundamental -como aproximación histórica complementaria de los recursos arriba señalados y, también, como ejemplo del poder "identitario" que esta ciudad romana ejerce sobre la sociedad cántabra- leer el reportaje "Julióbriga, el icono más brillante de la cultura romana en Cantabria", El Diario Montañés, 21/09/2008, disponible aquí.
Recomendaciones: Destino turístico casi centenario, la oferta gastronómica y de alojamientos de Santander es, sencillamente, extraordinaria (pincha aquí para un listado bien argumentado y notable de recomendaciones), sin embargo, fieles a la filosofía de Oppida Imperii Romani sólo dejaremos aquí constancia de aquéllos establecimientos que hemos conocido directamente, de primera mano. Para los alojamientos, son cómodos, buenos y con precios que pueden resultar asequibles en según qué temporadas los vecinos Hotel Silken Rio Santander -frente a la espectacular playa de El Sardinero- y Hotel Santemar (la Cafetería y el Restaurante del Hotel Santemar son, también, recomendables: el último ofrece menús diarios a 16 Euros), ambos, además, con abundantes espacios de aparcamiento si uno viaja en vehículo propio. Cerca de ambos hoteles existe abundante oferta gastronómica de todo tipo y son recomendables la Cafetería La Italiana, en los bajos del casino -unos churros y una bollería extraordinarias, casi con vistas al mar- y, para comidas o cenas, el Restaurante La Cañía, prácticamente frente al Hotel Santemar. Pero, la recomendación "estrella" -toda una joya, un auténtico descubrimiento- para los lectores de Oppida Imperii Romani es el Restaurante El Cazurro, sobre la playa de la Arnía, en Liencres, a menos de diez kilómetros de Santander, literalmente "colgado" sobre la playa. Diariamente ofrece "guisos" para compartir -generosos en cantidad- a tan sólo 5 € que se pueden complementar, además, con rabas, bocartes -extraordinarios- croquetas de calamar y todo tipo de raciones principalmente "marineras", una buena alternativa al afamado -muy visto y aun más concurrido- Restaurante Marucho, en el centro de Santander, en la zona de "Tetuán" al que incluimos aquí conscientes de que despierta pasiones y gustará a muchos pero que, a nosotros, no termina de convencernos (muy pequeño y muy concurrido, mezcla que, normalmente, implica largas esperas, estrecheces, servicio lento...). Antes de terminar este post con el que volvemos a coger el pulso -abandonado desde Marzo, con una entrada sobre Tritium Magallum- a la sección de ciudades quintaesencia de este blog, sí habría que advertir que Retortillo no tiene una cafetería en la que poder tomar algo antes del mediodía, por eso, si el viajero se dirige a Iuliobriga antes de esa hora y quiere tomar un café debe dirigirse a la ruidosa -pero acogedora- y variadísima -en oferta- Cafetería de la Atalaya de la Vega, justo al pie de la autovía que enlaza Santander con Reinosa y junto a la salida que se ha de tomar para acceder a la ciudad romana, como se dijo, perfectamente señalizada al tomar dirección Retortillo. No lejos del yacimiento, al "arqueoturista" empedernido puede acercarse a recorrer, en una agradable excursión senderista, un tramo -supuesto, pues está en discusión- de la vía romana Pisoraca-Flauiobriga, antes citada y al que se acceder por Bárcena de Pie de Concha (pincha aquí para más información y, sobre todo, en este post de Terrae Antiquae, extraordinario, sobre la vía, sus vestigios y sus incógnitas).
https://gacetafrontal.com/quienes-fueron-los-romanos/
ResponderEliminarReligión de los antiguos romanos
Se puede decir a grandes rasgos que esta fue una civilización politeísta,
Gracias, Anabelén,
ResponderEliminarExcelente aportación la del enlace que compartes.
Gracias por seguir "Oppida Imperii Romani"
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