[Captura de la Epifanía figurada en el sarcófago romano de Castiliscar (Zaragoza), del siglo IV d. C., tomada del modelo 3D del monumento, realizado por Pablo Serrano y anotado por el autor de este blog para el Museo Virtual de Los Bañales]
Iam noua progenies caelo demittitur alto.
Tu modo nascenti puero, quo ferrea primum
desinet ac toto surget gens aurea mundo (...)
Si qua manent sceleris uestigia nostri,
irnita perpetua soluent formidine terras.
Ille deum uitam accipiet diuisque uidebit
permixtos heroas et ipse uidebitur illis
pacatumque reget patriis uirtutibus orbem.
"Ya del cielo desciende una estirpe nueva / Al niño que va a nacer, con quien se acabará primero la generación de hierro / y surgirá luego la de oro en todo el mundo (...) Si aún perduran huellas de nuestro crimen / borradas ésas liberarán la tierra del temor continuo / Él vivirá como los dioses mismos y con ellos verá a los héroes confundidos / y él mismo les parecerá un dios / y gobernará el universo pacificado por las virtudes paternas"
Este extracto de la égloga IV de las Bucólicas de Virgilio, lo hayas leído en Latín (texto latino completo aquí: Verg. Buc. 4, vv. 7-9 y 13-18) o en castellano (en la clásica traducción de Miguel Antonio Caro) causó furor en su día en la exégesis cristiana llegando a interpretarlo el emperador Constantino, según cuenta Eusebio de Cesarea (Vit. Const. 1, 181-192), como un signo de la presencia de evidencias de la Revelación divina en un escritor pagano, el propio Virgilio, que la habría compuesto hacia el 40 a. C., un asunto sobre el que, de hecho, existe no poca bibliografía (véase, por ejemplo la síntesis que hace del asunto J. L. Vidal en la edición de las Bucólicas de la Biblioteca Clásica Gredos -1990, pp. 119-133- o la que vuelta esta entrada, Christian interpretaions of Virgil's Eclogue 4, de la Wikipedia inglesa). No es para menos, desde luego, pues su sola lectura nos evoca a todos -sí, todavía a todos, creyentes o no, ahí está el poder evocador de los Clásicos y el mensaje universal de la Navidad- el sentido principal de la Navidad que, contra lo que pudiera parecer hoy no es ni la fiesta de la solidaridad -ni tampoco la del consumismo- ni la fiesta de la familia. Es, sencillamente la fiesta de un Dios hecho hombre que entra en la Historia -esa que tanta presencia tiene en este blog y por la que sentís pasión todos los que os pasáis por aquí- y, borrando las huellas de nuestro pecado -como con mucha gracia ha recordado en estos últimos días el viral y muy recomendable vídeo de Bethlehemian Rhapsody- abre un nuevo tiempo en el que Él, además, está llamado a reinar con todo el mundo, además, en paz.
Siempre me ha asombrado que, efectivamente, en la tradición cristiana, la verdadera plenitud de los tiempos representada por la Encarnación del Hijo de Dios- coincida con el reinado del emperador Augusto -algo sobre lo que ya hablamos y reflexionamos en alguna vieja felicitación de Oppida Imperii Romani (pincha aquí)- momento en que, efectivamente, como reza el pregón de la Misa de Nochebuena, toto orbe in pace composito, "todo el mundo estaba ordenado en paz" (idea que también alumbró otra vieja felicitación de nuestro blog). Estos días, por tanto, en todo el mundo, celebramos un acontecimiento real, histórico, que ha cambiado -seguramente como ningún otro- el curso de la Historia. Ojalá todos sepamos estar a la altura de la magnitud de esa celebración no sólo en estos días sino... ¡siempre!
¡Feliz Navidad y excelente 2019 para todos los lectores de este post, y, en especial, para los seguidores de Oppida Imperii Romani! Los que nos seguís de hace tiempo ya sabéis que esta felicitación navideña siempre cierra con música. Este año elegiremos la versión del clásico "tamborilero" que -bajo el título "Little drummer boy"- hace algunos años hicieron, desde la soleada California, las Wilson Phillips, hijas de Brian Wilson, de los Beach Boys, y de John Phillips, de The Mamas and the Papas. Seguro que os emociona pues destila espíritu navideño desde el primer acorde (pincha aquí). Espero que sea así y que resulte una buena sintonía para esta Navidad que deseo sea la mejor de todas las Navidades.
¡Feliz Navidad y excelente 2019 para todos los lectores de este post, y, en especial, para los seguidores de Oppida Imperii Romani! Los que nos seguís de hace tiempo ya sabéis que esta felicitación navideña siempre cierra con música. Este año elegiremos la versión del clásico "tamborilero" que -bajo el título "Little drummer boy"- hace algunos años hicieron, desde la soleada California, las Wilson Phillips, hijas de Brian Wilson, de los Beach Boys, y de John Phillips, de The Mamas and the Papas. Seguro que os emociona pues destila espíritu navideño desde el primer acorde (pincha aquí). Espero que sea así y que resulte una buena sintonía para esta Navidad que deseo sea la mejor de todas las Navidades.