OPPIDA DESERTA

 

El pasado mes de marzo de 2020, al ritmo de la irrupción del Covid-19 en nuestras vidas y, en particular, en Occidente, Oppida Imperii Romani dio inicio a una serie de reflexiones -en parte imitando un aluvión de artículos sobre pandemias históricas que vieron la luz, por aquel momento, en la prensa de media Europa- sobre los paralelismos que la Historia Antigua ofrecía al presente en relación con las epidemias, con sus síntomas, con su difusión y con las políticas llevadas a cabo para controlarlas y extirparlas. Esas reflexiones, iniciadas el pasado 13 de marzo de 2020 con una relativa a la peste de Atenas del 431 a. C., devinieron lugar a una prolífica etiqueta de este blog que, en cualquier caso, deseamos que pronto, por el cese de la pandemia, pueda dejar de crecer. 

Cuando el pasado septiembre, en la localidad navarra de Cascante -la antigua Cascantum- bajo el impulso de la Asociación Vicus de Amigos de Cascante y el soporte académico de la UNED de Tudela, celebramos la decimoquinta edición de la Semana Romana de Cascante, que tradicionalmente tiene lugar a mediados de junio pero que los confinamientos derivados de la pandemia del coronavirus obligaron a trasladarla al mes de septiembre, estaba claro que el tema elegido para la siguiente edición -que hace apenas unas semanas ha recuperado su fecha original- debía ser el de la gestión sanitaria y la protección de la salud en el mundo romano. Y así fue. En una atmósfera convivial que sólo la gente de Cascante sabe crear, con un buen número de alumnos de la propia Universidad Nacional de Educación a Distancia siguiendo el acto presencialmente y en remoto, a través de Intecca, la plataforma tecnológica de los Centros Asociados de la UNED y con un pequeño grupo de estudiantes del Diploma en Arqueología que ofrece la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, tuvo lugar esa XVI Semana Romana de Cascante en la que participaron expertos arqueólogos, epigrafistas, romanistas e historiadores de la Antigüedad de varias universidades peninsulares todos exponiendo cuestiones relativas a la obsesión del mundo romano en particular -y antiguo en general- por la salud. 

Como viene siendo habitual en los últimos años -y así fue, de hecho, el pasado año, como recordábamos hace doce meses en otro post de este espacio- se nos concedió el honor de dictar la conferencia inaugural del citado ciclo que siguió atentamente un buen número de público que, respetando los aforos y la ya asumida distancia de seguridad, se reunió en el extraordinario marco del Centro Cultural Avenida de Cascante. Aunque la comparativa histórica siempre ha de tomarse con precaución, nos pareció que una vez más -y como recordábamos no hace mucho a las estudiantes de Bachillerato del Colegio Sansueña de Zaragoza, en una charla con la que cerrábamos el pasado otoño académico- la Antigüedad tenía mucho que enseñarnos respecto de un episodio, el de la epidemia del coronavirus, que ha cambiado, se verá si definitivamente, o sólo durante estos extraños meses, nuestras vidas. La charla, titulada "Este virus lo paramos unidos: enseñanzas del mundo clásico a través de los autores antiguos" dio un repaso a la peste de Atenas, a la peste antonina y a la peste de Cipriano -sobre las que tanto sabía y tanto disfrutaba hablando el genial, y tristemente desaparecido Enrique Gozalbes Cravioto (ver un sensacional artículo suyo en Espacio, Tiempo y Forma. Serie 2. Historia Antigua, 26, 2013)- y aportó una visión crítica al modo cómo social, y políticamente, se ha hecho frente al Coronavirus, al menos en nuestro país. La charla fue, además, grabada por Ribera Visión, cuyo Canal de Vídeos en YouTube se está convirtiendo en un sensacional repositorio de conferencias sobre mundo romano derivadas de las últimas ediciones de este simpático. Encabeza este post veraniego de Oppida Imperii Romani que, espero, amenice alguna de estas calurosas tardes estivales.

Como comentábamos en el primer post del pasado mes de junio a propósito de algunas singulares declaraciones políticas de finales de la pasada primavera, espero que, además, el post que aquí termina os haga pensar pero, sobre todo, que pronto pasemos página de esta dolorosa situación que, durante tantos meses, convirtió a nuestras ciudades en oppida deserta, en palabras del historiador Paulo Orosio (7, 15, 15) en una de las acaso, más antiguas definiciones que se conocen del distanciamiento social. Que esa lamentablemente creciente etiqueta Covid-19 de nuestro blog sea pronto, sólo, un espacio en el que recordar, para aprender de un episodio en el que, de verdad, no sólo hemos hecho Historia sino que, además, la hemos vivido.

 

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