SANTA CRIZ (ESLAVA) (y IV)


[Trabajos de medición en Santa Criz de Eslava en el invierno de 2019]

Parece que fue ayer cuando, en febrero de este año que se nos marcha -antes de que se declarase en todo el mundo la pandemia del Covid-19 que ha cambiado nuestras vidas, al menos por el momento- anunciábamos en este blog la aprobación por el Parlamento de Navarra de una enmienda parlamentaria en favor de Santa Criz de Eslava para la adecuada gestión del yacimiento -bien representado últimamente en este blog (ver etiqueta)- y, también, de la exposición permanente instalada en el municipio de Eslava en junio de 2018 (ver texto de la enmienda aprobada). En dicho post indicábamos qué pretendíamos hacer con la cantidad adjudicada a dicha enmienda evidenciando, ya entonces, que creíamos en un proyecto arqueológico para Santa Criz de Eslava que fuera un proyecto de gestión integral del patrimonio. Un proyecto, por tanto, de investigación, sí, pero también de transferencia; de conservación y apuesta por la sostenibilidad del yacimiento; de gestión cultural y dinamización del lugar -y no sólo turística-; pero, por supuesto, de empleo de éste como motor de desarrollo económico para el futuro (algunas herramientas para conseguirlo han sido mostradas en un vídeo compartido en un reciente post de Oppida Imperii Romani). Hace apenas unos días, recibimos en Santa Criz de Eslava -en esta ocasión no en el yacimiento sino en la exposición arqueológica "Santa Criz de Eslava, reflejos de Roma en territorio vascón"- a la Comisión de Cultura del Parlamento de Navarra y les expusimos, con la presentación en diapositivas que cierra este post, el alcance de nuestros trabajos. Justo una semana después, se aprobaba en el Parlamento de Navarra, y por unanimidad, la enmienda a favor de Santa Criz de Eslava, para 2021, promovida por el grupo EH-Bildu dotada de una cantidad bastante menor pero que despertó el apoyo unánime de todos los grupos políticos del parlamento foral lo que, sin duda, es un neto motivo de satisfacción.

El presente post quiere acercar al gran público qué se ha hecho con ese dinero, de todos los navarros y, también, qué expusimos a los parlamentarios -aunque de ello se han hecho eco en estos últimos días Diario de Navarra y Diario de Noticias de Navarra- como líneas principales para el trabajo futuro. También porque, como refirió la arqueóloga Txaro Mateo en su intervención ante los parlamentarios en la visita de hace unos días, lo hecho con esos recursos puede servir de plantilla de lo que, si acompañan los recursos, podría hacerse, cada año, en una ciudad romana muy especial, seguramente, como siempre hemos subrayado, una de las más monumentales del nordeste peninsular. Así, si en el post del pasado febrero hablábamos de [1] investigación[2] viralización [3] dinamización, con arreglo a esos tres objetivos, las acciones desarrolladas en este año han estado encaminadas a [1] la atención a la exposición arqueológica, a [2] la intervención directa sobre el yacimiento y, en particular, sobre sus condiciones de, accesibilidad, visitabilidad y conservación y, por último, a [3] la incentivación de la investigación como medio para generar conocimiento que sirva, además, a los tres objetivos que se citaban al comienzo de este párrafo. Quienes, lectores de Oppida Imperii Romani, siguen a Santa Criz de Eslava en las redes sociales -tanto en Facebook como en Twitter- o quienes están suscritos a su Museo Virtual, conocen parte de esas actividades porque hemos ido dando cuenta de ellas en dichos espacios, ejemplos claros de las herramientas de mediación más inmediatas que tenemos hoy en día en los estudios sobre Antigüedad empleando las potencialidades de la web social 2.0. Todo eso que se ha hecho, además, se ha hecho en clara colaboración con la administración, con la Dirección General de Cultura de la Institución Príncipe de Viana y, en particular, con la Sección de Arqueología del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, que ha brindado un apoyo constante a cada una de las acciones aconsejando la realización de unas y apoyando, siempre sin reservas, el desarrollo de todas las demás. Por su parte, con recursos propios, el Ayuntamiento de Eslava se ha implicado al máximo en muchas de las acciones y, por supuesto, gratamente lo han hecho también, con aportaciones económicas, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, que ha cooperado desde su Diploma de Arqueología, y, también un proyecto financiado por la UNED de Pamplona en colaboración con la Obra Social La Caixa y la Fundación Caja Navarra

Santa Criz de Eslava alcanzó, en el curso 2018-2019, una cifra de casi 3.000 visitantes anuales -por encima de los 2.900, para ser exactos- repartidos entre quienes visitaron sólo el yacimiento arqueológico o quienes, la mayoría, pasaron también por la exposición arqueológica. Se trata de cifras extraordinarias para un yacimiento sin un centro de recepción de visitantes ni un museo de sitio. En las condiciones de este año, con tantas restricciones en el tamaño de los grupos y varios meses de cierre forzoso la cifra ha alcanzado los 600 visitantes. La arquéologa Nerea López, formada en la Universidad de Navarra, que atiende esas visitas contratada por el Ayuntamiento de Eslava, se ha convertido en todo un referente en Santa Criz. Su amabilidad, su pasión por la Antigüedad y su extraordinaria orientación al cliente son, de hecho, ponderadas en las numerosas reseñas con que Santa Criz cuenta ya en Google. Pero, lógicamente, ese deseable trajín de visitantes -que, estamos convencidos, se incrementará cuando se retomen las excavaciones y se aporten novedades continuadas- exige a un proyecto arqueológico inversión en su sostenibilidad, en su conservación. La reserva, en el trujal cooperativo de Eslava, de extraordinarios materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones antiguas, y el paso por él de los visitantes ha forzado gratamente a que parte de los fondos de la enmienda parlamentaria se destinasen a la atención a la exposición -en tareas de limpieza, de refacción de algunas de las peanas, de iluminación de algunos de los materiales más representativos, todos ellos extraordinarios (puedes verlos en el catálogo publicado sobre la muestra, que se vende en Eslava)- y, también, a la atención del yacimiento no sólo dañado, con afecciones menores, por el paso de visitantes, sino, especialmente, dañado en sus accesos por las inclemencias atmosféricas y más en un año marcado por los meses de confinamiento derivado de la situación sanitaria. Así, se ha realizado un profundo adecentamiento de las paredes laterales exteriores de la sala de exposiciones para garantizar, además, la ausencia de humedades en el interior (diapositiva 13 de la presentación que cierra este post); se han regularizado tramos del camino de acceso que habían sido dañados por la lluvia y en los que comenzaban ya a aflorar estructuras arqueológicas (diapositiva 7); se han instalado balizas y cordeles para guiar al visitante (diapositiva 8); se han consolidado con morteros las partes altas de muros que habían sido deteriorados por el paso de los turistas (diapositiva 8); se ha añadido mobiliario urbano -con papeleras y mesas de descanso en varios puntos del enclave-; y, por último, se han colocado algunas pasarelas de madera para, en cierta medida, facilitar al visitante autónomo, que en número creciente se ha acercado a Santa Criz este año durante la primavera y el otoño, un cierto itinerario de visita (diapositiva 8). El plato fuerte, quizás, de esa inversión sobre el propio bien arqueológico ha sido la redacción, de la mano de la Fundación ONCE y de la empresa Ilunion, de un plan de accesibilidad universal a Santa Criz de Eslava (diapositiva 11) que, cuando pueda ejecutarse, convertirá a Santa Criz -con las limitaciones propias de su posición en altura- en el primer yacimiento con accesibilidad total, proyecto éste que, incluso, ocupó la atención de Televisión Española en el pasado mes de noviembre.

Lógicamente, como demostramos a comienzos de año con un amplio estudio publicado en la prestigiosa revista SPAL de la Universidad de Sevilla (ya en acceso abierto), las posibilidades que, a nivel investigador, ofrecen tanto la necrópolis como, especialmente, el foro de Santa Criz de Eslava, son múltiples. Conocer a fondo su estado de conservación y documentar con rigor su geometría se han presentado siempre como un reto fundamental, como toda una inversión de futuro. De este modo, por un lado la restauradora Clara Calvo ha trabajado, con la Sección de Bienes Muebles del Gobierno de Navarra, en un estudio pormenorizado de las patologías de las estructuras inmuebles del yacimiento (diapositiva 10) y, por otra parte, la aclamada empresa 3D Scanner Patrimonio e Industria, spin off de la Universidad de Zaragoza, con Jorge Angás a la cabeza -uno de los mayores expertos en España en digitalización y documentación geométrica del patrimonio arqueológico, no en vano acaba de publicar un destacado volumen sobre la cuestión (con reseña en Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 29, 2021)- ha procedido a la digitalización completa del yacimiento (diapositiva 9) generando una información geométrica que obra ya en el servidor del Gobierno de Navarra para poder ser compartida, oportunamente, con técnicos e investigadores pero que, también, servirá de base para la promoción de visitas virtuales -pronto habrá una demo disponible en el canal de YouTube de Santa Criz de Eslava- y para la creación de herramientas de mediación en realidad aumentada en las que se quiere trabajar, especialmente, en 2021 incluyendo la edición, desde la Universidad de Navarra, de un cuadernillo pedagógico para escolares y familias en cuyos dibujos trabaja ya la artista navarra Pati Trigo (diapositiva 26) y que se confía pueda estar listo para el arranque del curso 2021-2022, ojalá ya de vuelta a la "antigua normalidad".

Cuando, en septiembre de 2017, se produjo el hermanamiento entre la villa romana de Liédena, Los Bañales y Santa Criz de Eslava y, poco después, la firma del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Eslava y la Facultad de Filosofía y Letras y la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, se tenía muy claro que el futuro de Santa Criz de Eslava pasaba por un ejercicio de la "Arqueología pública" que tuviera su base en la investigación seria, rigurosa, con equipos abiertos e interdisciplinar. El incremento de publicaciones que, sobre Santa Criz, se han producido en estos últimos dos años ha sido absolutamente notable -una lista de dichos trabajos se recogió en un post anterior sobre Santa Criz de Eslava aunque para la lista completa puede verse el perfil de Academia.edu de quien firma estas líneas- pero, tras la atención prestada al repertorio epigráfico de la ciudad y, también, a su foro, estaba pendiente dedicar esfuerzos investigadores, de manos de expertos, al material recuperado en las excavaciones de los años 90, en parte pendiente de ordenación y de inventario, al repertorio estatuario procedente del derrumbe de la zona meridional del foro -la única excavada hasta la fecha-, al impresionante conjunto de pintura parietal -con casi 10.000 fragmentos- recuperado en los rellenos constructivos de la amortización del probable almacén anexo al foro, al repertorio numismático y, con nuevas metodologías, al sensacional registro funerario recuperado en las excavaciones de la necrópolis. La actividad investigadora ha constituido, por tanto, el tercer pilar del proyecto de Santa Criz de Eslava en este 2020.

De este modo, y dando apoyo al sensacional trabajo de inventario desarrollado, en los almacenes del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, por las arqueólogas Txaro MateoLorena Marín y Nerea López -que han inventariado más de 14.000 fragmentos cerámicos, más de 900 objetos metálicos, cerca de 1300 materiales de construcción o, casi 4.000 restos de fauna (diapositiva 15)- y con un entusiasta apoyo de alumnos del Diploma en Arqueología de la Universidad de Navarra (ver el álbum en Flickr de dicho título, retrocediendo a partir de esta fotografía) han trabajado, en estos últimos tres meses, con materiales de Santa Criz de Eslava Luis Romero, de la Universidad de Navarra, que se ha ocupado del material escultórico y de la decoración arquitectónica (diapositiva 17) con notables novedades que, entre algunas otras de que se dará cuenta en el volumen del Corpus Signorum Imperii Romani ya comprometido al efecto, convierten a Santa Criz en la más septentrional de las ciudades hispanorromanas en contar con programas dinásticos heroizados (diapositivas 18 a 20), Lara Iñiguez, de la Universidad de Zaragoza, que ha sido capaz de identificar tres grandes conjuntos pictóricos de las primeras décadas del siglo I d. C. a través de un puzle casi imposible (diapositivas 21 y 22), Gianluca Mandatori, de la Societas Scientiarum Fennica que, desde Roma, ha inventariado el monetario de Santa Criz así como los grafitos parietarios y los grafitos y sigilla sobre cerámica, fotografiados en el laboratorio por Elena Alguacil, de la Universidad de Navarra (diapositiva 24) y, Paloma Lorente que, colaboradora de la Humboldt Universität y con una larga formación en arqueotanatología, se ha ocupado -con notables ecos en prensa- del registro de la necrópolis (diapositiva 23). La conformación de este equipo ha puesto de manifiesto la capacidad de quienes coordinan actualmente el proyecto, por encargo del Ayuntamiento de Eslava, de crear las sinergias suficientes para hacer que el conocimiento fluya incluso sin, hasta la fecha, mover un gramo de tierra en excavación.

Es mucho, por tanto, y a todos los niveles, lo que se ha hecho. La atención a la conservación del yacimiento, a su gestión cultural y turística, a su accesibilidad, a su documentación y a su investigación ha sido posible por la existencia de una generosa partida parlamentaria, bien aprovechada. Lo realizado y aquí resumido pone de manifiesto, de forma evidente que -como hemos dicho hace apenas un par de meses en otro post de este blog- la investigación en los yacimientos arqueológicos y, en especial, la que se hace desde universidades y organismos de investigación -y que busca, siempre, ser Arqueología "integral" (véase nuestro trabajo en el Journal of Tourism and Heritage Research, 3-3, 2020)- necesita de cierta estabilidad presupuestaria a varios años vista evitando, de este modo, estar sometida al vaivén de la disponibilidad de recursos establecida por enmiendas parlamentarias o por iniciativas municipales. Es urgente, pues, que quienes tienen en su mano la competencia de investigación sobre el patrimonio arqueológico planifiquen, con el marco, al menos, de una legislatura, la atención presupuestaria a proyectos concretos, punteros, de notable retorno y demandados socialmente -como se ha demostrado que lo es éste de Santa Criz de Eslava- para que, de ese modo, la investigación pueda planificarse y dar frutos como los que, en este 2020, ha dado el proyecto de Santa Criz de Eslava que, desde luego, tiene, todavía, mucho que aportar a nuestro conocimiento de la Romanización en el norte peninsular. 


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