VASCONICA ET EPIGRAPHICA SCRIPTA


[Fotografías tomadas en el Palacio del Condestable de Pamplona, en enero de 2023 (con Javier Larequi), y en la Faculdade de Letras de la Universidade de Coimbra, en diciembre de 2022 (con Armando Redentor), en las presentaciones de los dos volúmenes que justifican esta nueva entrada de Oppida Imperii Romani]

Hace algunos días, en un artículo publicado en The Conversation, un estudiante de doctorado y quien escribe estas líneas subrayábamos la importancia de la publicación de trabajos académicos en acceso abierto no sólo por una objetiva y necesaria democratización de la ciencia sino, también, aunque sea egoístamente, por el impacto que las conclusiones de nuestras investigaciones tienen -siempre mayor- cuando se usa esa modalidad de difusión a la que, cada vez con mayor profusión, se están apuntando más y más editoriales científicas.

Estos días, de hecho, estamos de celebración pues dos volúmenes que guardan relación con dos de las etiquetas más generosas de este espacio y, por tanto, con dos de nuestros intereses académicos históricos -Valete uiatores y Vascones- han sido puestos en acceso abierto por sus editoriales uniéndose, por tanto, a la sección de Digitala scripta que, también, conoce un habitual incremento en este espacio. La coincidencia en el tiempo de la apertura de ambos volúmenes nos parece merecía una entrada monográfica y admonitoria en Oppida Imperii Romani una vez que, además, la presentación del primero de ellos tuvo notable repercusión en la prensa navarra -con eco en Diario de Navarra, que recogemos- y en las redes sociales, haciéndose eco de ella, en su perfil en Instagram, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra en la publicación que embebemos a continuación.

 

[1.] ANDREU, J., y LAREQUI, J. (eds.), Inter medium Vasconum pertransibunt aquae: vascones y termalismo en la antigüedad hispana. Opera selecta de Mª Jesús Peréx Agorreta, UNED, Madrid, 2021. Objeto de noticia en otra anterior entrada de este blog, lo cierto es que muchos de los trabajos que se recogen en la primera parte del libro (pp. 63-184) están absolutamente de actualidad a tenor de la revitalización de la "controversia vascónica" de la que hablábamos en el artículo de The Conversation con que abríamos esta entrada. De hecho, en muchas de las intervenciones que, en los últimos días, están haciendo en medios y sedes académicas de diverso tipo los estudiosos del texto paleohispánico de la mano de Irulegi, Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui -la última la que, inquietante, han dictado, y está disponible en YouTube, en el Museo San Telmo de San Sebastián- no han dejado de aludir a asuntos que pueden seguirse a través de este libro. Por ejemplo, qué autores antiguos -y con qué noticias y argumentos- hablaron de los Vascones (pp. 63-80); cuál fue la relación de este pueblo -desde un punto de vista cultural (pp. 91-94) pero también administrativo y territorial (pp. 165-184)- con Roma; qué aspectos caracterizaron -si hubo alguno- su cultura funeraria (pp. 95-114); y cuál fue el aspecto material de algunas de sus comunidades urbanas como Pompelo (Pamplona) (pp. 119-128), Iturissa (Espinal) (pp. 81-90) o la foederata Tarraca que, de hecho, Mª Jesús Peréx, la autora de las contribuciones recogidas y a cuya trayectoria investigadora el volumen rinde homenaje, identificó (pp. 115-118) con Los Bañales de Uncastillo (Zaragoza). 

Con ser interesantes las aportaciones recogidas sobre esta revitalizada cuestión vascónica, la segunda parte del volumen (pp. 187-264) vuelve sobre un tema que, aunque está, en esencia, compendiado en una obra imprescindible que está también disponible para descarga en red (el volumen Vbi aquae ibi salus. Aguas mineromedicinales, termas curativas y culto a las aguas en la Península Ibérica, Madrid, 2017), se presenta aquí a través de la caracterización de sus singularidades tal como fueron detallándose en la Historia de las investigaciones en las que la autora a la que el volumen rinde homenaje ha sido líder indiscutible durante varias décadas. El asunto, además, se ha puesto, de nuevo, también, de rabiosa y envidiable actualidad por el hallazgo, a final del pasado año, en la Toscana italiana, de un buen repertorio de ofrendas -escultóricas y epigráficas- en el balneario de San Casciano dei Bagni, no lejos de Siena, la antigua Clusium, asunto del que pudimos hablar en Mediodía COPE.

[2.] ANDREU, J., REDENTOR, A., y ALGUACIL, E. (eds.), Valete vos viatores: travelling through Latin inscriptions across the Roman Empire, Imprensa Universidade de Coimbra, Coimbra, 2022. Volumen resultante del proyecto de Europa Creativa del mismo título, ya hablamos de él en la entrada número X de la serie Valete uiatores de este blog, pero, en estos días, el volumen ha sido incorporado al gran repositorio bibliográfico en internet de nuestro país, Dialnet donde, al contar con página específica, el volumen tendrá mayor visibilidad. Como anotábamos entonces, el volumen tiene en su haber varios méritos que conviene recordar: en primer lugar, pone por escrito el know-how derivado del proyecto europeo en que se ha inscrito explicando de qué modo se han generado, con él, una serie de nuevas herramientas puestas al servicio de la docencia en Epigrafía Romana la mayor parte de ellas, además, disponibles en la página web que la Universidad de Navarra ha creado para el proyecto y que, no hace mucho, era profusamente citada en un reportaje sobre uno de los deliverables del proyecto, la serie audiovisual sobre Epigrafía Romana, publicado, también en su versión digital, en la revista Nuestro Tiempo. Además de esas aportaciones (pp. 19-93), el volumen aborda cuestiones que van a marcar el trabajo con las inscripciones romanas en los próximos años: el storytelling (pp. 95-182) -al que dedicábamos no hace mucho un post en este blog-, el valor pedagógico de la epigrafía digital (pp. 183-205) y, también, la poderosa pervivencia del hábito epigráfico hasta nuestros días que, en cierto modo, acerca esta costumbre de los antiguos Romanos, a la actualidad (pp. 229-258). Junto a esas cuestiones se tratan también no pocos aspectos metodológicos -como las posibilidades del manejo de las bases de datos (pp. 207-228)- junto a otros de carácter más propiamente clásicos, que incluyen la presentación de estudios sobre el hábito y la cultura epigráficas de determinadas zonas de Occidente (pp. 259-381). Se trata, en definitiva de un volumen que, en materia de estudios epigráficos, mezcla tradición e innovacción, la Epigrafía tradicional con el poder de la Epigrafía digital y, por supuesto, de la virtual o 3D, a la que también hemos atendido, usualmente, en la serie "Epigraphica" de este blog.


El volumen, por tanto, es de obligada consulta para quienes trabajen cuestiones relacionadas con la ciencia epigráfica y, en particular, con la dimensión digital de ésta. No en vano, ha resultado un gozo descubrir que los colegas de la biblioteca de la Universidad de Yale dieran en noviembre noticia de la publicación del libro a través de su perfil de la sección de Clásicas de la citada biblioteca en twitter

Como anotábamos más arriba, no es la primera vez que una entrada de Oppida Imperii Romani se detiene en informar sobre la publicación digital de dos volúmenes alineados con los intereses de los lectores de este espacio una vez que ya en noviembre de 2014 recogíamos, en un post titulado "Scripta Vasconica" la edición en open access de dos trabajos que, con la revitalización del asunto vascón derivada del hallazgo e interpretación de la mano de Irulegi, siguen estando de actualidad casi una década después. Ojalá que pasen los años y esta entrada que aquí cerramos, y los textos que a ella se enlazan envejezcan también como lo han hecho los de aquélla. Ése es nuestro deseo. 

4 comentarios:

  1. Estimado profesor, aprovecho la formidable oportunidad que nos brinda de aprender Historia Antigua..
    Coincido plenamente con la idea central que usted transmite sobre el bronce de Irulegi (BI). Es fácil de entender, siempre que se tenga voluntad, su observación de que hay que esperar a los resultados de la investigación y no anticiparse en hipótesis vanas que, lógicamente, va a levantar expectativas difíciles de confirmar. En lo que respecta al poblamiento del territorio que los autores greco-latinos han denominado “vascón”, todas las investigaciones indican que no fue ocupado por una sola comunidad étnica en el tiempo en que tuvo lugar la colonización romana.
    No entra en mi ánimo polemizar con un especialista de su talla, sería enfrentar a un peso ligero con un peso pesado. A pesar de ello, paso a señalar algunos de los puntos en los que no estoy de acuerdo, más que con usted, con algún autor que trae a colación. Recoja las aportaciones que pueda realizar en mi tosco planteamiento, como reflexiones que, por lo menos algunas de ellas, merezcan ser tenidas en cuenta.
    Según el profesor Velaza, de confirmarse que el texto del BI pertenece a la lengua vascona, estaríamos ante la demostración de que una parte significada de la población vascona escribía en su lengua nativa. De lo que se desprende que la lengua vascona dejaría de ser anepígrafa, tal y como hasta ahora se suponía. El profesor Velaza nos dice que a partir del hallazgo del BI, donde antes teníamos un mapa epigráfico prácticamente vacío, ahora podemos delinear una zona epigráfica, una cultura epigráfica que hemos de llamar epigrafía vascónica, que por el momento está poco representada, pero no es descartable que vayan apareciendo nuevos testimonios (Conferencia: La Mano de Irulegi, museo San Telmo, 10/02/23).
    No comparto las conclusiones del profesor Fernando Wulff, aunque pueda comprenderlas. De las cinco “rotundas” razones que nos recuerda en el prologo del libro editado por la UPV, y que usted nos proporciona, me llama la atención la que dice: “No hay conexión desde ahí hasta los hablantes de vasco de la Antigüedad. No hay continuidad ni de un pueblo, ni de una lengua”. Digo que me llama la atención la primera de las razones que señala, no porque coincida con las cuatro restantes -con las que tampoco estoy de acuerdo-, sino porque al referirse a ellas utiliza una terminología que sí da lugar a otras opciones, o cuando menos deja abierto el capítulo de las “dudas” en su planteamiento. No tengo que decir que en su argumentación no trae, ni a modo de reflexión o contraste, razonamientos bien fundamentados como es el caso de la transformación lingüística interna de los dialectos vasco-aquitanos, concretamente en territorios con un desarrollo socio-cultural específico, entre los que están incluidos los tres propios de la actual comunidad autónoma vasca.
    Si nos acercamos a los estudios del profesor Gorrotxategi, en relación a los nexos de continuidad que se dan entre la lengua vasco-aquitana y el euskera actual, encontramos conclusiones que refutan de plano las deducciones del profesor Wulf sobre la evolución de la lengua vasca o euskera: “La lengua vascona y aquitana son dos variedades lingüísticas regionales que, documentadas mediante material onomástico hallado en territorio aquitano y vascón, y, por razones de índole territorial, históricas y sobre todo lingüísticas, representan las fases previas de la lengua vasca. Ambas tienen relaciones lingüísticas estrechas y exclusivas con la lengua vasca histórica, por lo que no hay duda de que pertenecen a la misma familia” (Revista Paleo-hispánica, 2020).
    Coincidirá conmigo en que no pueden estar más alejadas las conclusiones de los dos profesores. En esta polémica habría que discernir, como usted bien apunta, quien recurre a hipótesis superadas por investigaciones posteriores ya superadas, que a la postre no hacen más que entorpecer el desarrollo de la ciencia histórica.
    Un saludo.

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  2. Querido amigo,

    Gracias por su amable comentario que, creo, pretendía usted colocar en la entrada "Sorioneku IV" y no en ésta pues es en dicha entrada en la que se cita el nuevo volumen, coordinado por A. Duplá y J. Pérez-Mostazo y editado por la UPV. Remito a ella para el lector despistado: http://oppidaimperiiromani.blogspot.com/2023/03/sorioneku-y-iv.html

    Agradezco mucho su amabilidad y respeto que está lejos de la crítica irracional y vergonzante que algunos están dejando en YouTube sin razonamientos, citando fuentes que, sencillamente, no existen, y dando por sentadas verdades que no son tales y que, nadie, hasta la fecha (salvo ellos) había defendido.

    Totalmente de acuerdo en que el bronce de Irulegi certifica que, lo que sospechaba ya J. Velaza, se confirma: la "literacy" estaba más extendida entre los "Vascones" de lo que pensábamos hasta ahora. Siguen siendo pocas evidencias pero es evidente que escribieron y que, para ello, adaptaron el signario ibérico para poder representar fonemas de su propia lengua. Ojalá haya, en Irulegi o en otros enclaves de esa área neurálgica vascónica, otros hallazgos que aporten luz a este respecto.

    Creo que cuando el Prof. Wulff afirma que no hay continuidad entre vascones y vascos se refiere estrictamente a eso, a habitantes de la actual "Comunidad Autónoma Vasca" y a los "Vascones" de las fuentes antiguas pues estos, como muestran los hallazgos epigráficos, y también el nuevo bronce de Irulegi, se extienden bastante hacia el Este de dicha Comunidad Autónoma actual. Por eso él subraya que no hay esa continuidad entre "vascos", "Vascones" y "lengua vascónica", en el territorio de la actual "Comunidad Autónoma Vasca". Sí podría darse esa continuidad, pero muy mezclada, como usted bien describe, con elementos célticos e ibéricos, en el territorio de la Navarra actual, especialmente la Media Oriental, y en las vecinas Cinco Villas de Aragón.

    Y, sí, obviamente, hay conexión entre el "vasco" actual y la "lengua vascónica" pero, como se ha encargado de subrayar el Prof. Gorrochategui, esa relación, con la mano de Irulegi habrá que ver hasta qué punto puede trazarse. Seguro que en eso hay novedades.

    Gracias por aportar estos elementos a un debate sano, educado y apasionante. Gracias

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  3. Muchas gracias, profesor. Con mucho trabajo he podido dar con su respuesta. La informática tiene muchos misterios para mi generación (casi escribo nuestra). Confío en su objetividad, pero quizás más en sus método de análisis. Si me lo permite, me gustaría hacerle una consulta, y le rogaría que la respuesta la acomadase a su tiempo, no lo haga con tanta premura y diligencia, me bastaría con una indicación bibliográfica ¿Por que tiene aun vigencia la hipótesis de que la lengua de los vascones procede de Aquitania, cuando los registros epigráficos con nombres y teónimos vascones hallados al sur de los Pirineos, aunque limitados, son de mayor antiguedad?
    No le canso más. Un saludo.

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  4. Apreciado amigo,

    Realmente, las evidencias onomásticas y teonímicas vascónicas de Aquitania y del área de los antiguos "Vascones", salvo por los nombres citados en el Bronce de Áscoli, no son unas más antiguas que otras. Todas -las de Aquitania y las del sur del Pirineo- son alto-imperiales y, por tanto, contemporáneas, del siglo I y II d. C.

    El peso de esa hipótesis es, por tanto, más bien cuantitativo, es decir, hay muchas más menciones onomásticas y teonímicas en "lengua vascónica" al norte que al sur del Pirineo lo que ha llevado a plantear que esa presencia "vascónica", en términos lingüísticos, al sur del Pirineo sea, en realidad, un "fondo de saco" de esas evidencias aquitanas.

    Un afectuoso abrazo,

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