[Detalles de las termas, el teatro y el puerto fluvial]
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Situación: Pocas potencialidades definen mejor Zaragoza que su excelente y nunca bien ponderada posición geoestratégica, en el centro del Valle del Ebro -también de actividad notabilísima en la Antigüedad Clásica- y a casi 300 kilómetros de las principales ciudades del cuadrante nororiental peninsular: Barcelona, Bilbao, Madrid o Valencia, todas, además, unidas a la capital aragonesa con notables infraestructuras tanto para viajar en automóvil como en tren (otra cosa es el avión pues no parece que el aeropuerto de Zaragoza termine de despegar..., y, lamentablemente, otra cosa es la educación -a veces ninguna- que exhiben algunos viajeros habituales del AVE que parece sólo sepan hablar a gritos y competir por quien pone más alto el volumen de sus teléfonos móviles).
Acceso: Perfectamente ubicada (ver mapa), su singular área arqueológica -excelentemente musealizada en un ejemplo sin par de puesta en valor del patrimonio arqueológico y, además, con habituales visitas guiadas organizadas desde el Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza- se concentra en el área del casco histórico zaragozano, grosso modo comprendida entre las calles del Coso y la Avenida de César Augusto y entre el Paseo Echegaray y Caballero y la Plaza de España (ver plano aquí, con indicación de los restos). La propia planta del citado casco histórico de la Zaragoza actual sigue conservando de forma nítida la estructura fundacional -casi campamental, canónica, colonial- romana. Ésta -como era preceptivo- contaría con dos grandes calles perpendiculares -correspondientes a las actuales calles de Espoz y Mina y Mayor, que han fosilizado el trazado del decumanus maximus, y a la calle Don Jaime, que correspondería con el cardo- y un espacio forense en el centro -hoy la Plaza de Santa Cruz, presidida por la Iglesia del mismo nombre (obra de dos discípulos de Ventura Rodríguez, hoy encomendada al Opus Dei y que bien vale una visita) y por el Museo Camón Aznar (con notable colección de grabados de Goya y con algunos restos arqueológicos romanos en sus sótanos tal vez pertenecientes al foro conventual)- que, en el caso de Caesaraugusta, y por el papel que en ella debió jugar el Ebro se desplazaría hacia el cuadrante Nordeste de la colonia, en la actual Plaza de La Seo que alberga la Catedral de Zaragoza.
Tipología: Caesaraugusta, colonia inmunis, amne Hibero adfusa, ubi oppidum antea uocabatur Salduie, regionis Sedetaniae, recipit LV populus ("Caesaraugusta, colonia inmune, a orillas del Ebro, donde antes se ubicaba la ciudad de Salduie, en la región de la Sedetania, acoge en su distrito jurídico a cincuenta y cinco pueblos"). Pocos textos -como éste de Plinio (Plin. Nat. 3, 24)- definen tan adecuadamente la esencia de Caesaraugusta en la Antigüedad. Dicha esencia pasa por su condición de colonia, por su vinculación al Ebro y por su papel de capital del convento jurídico del mismo nombre, el conuentus Caesaraugustanus. A todo ello, debe añadirse su propio nombre, evocador de su fundador: Octavio Augusto, en una zona que, por otra parte, había sido escenario de fundaciones unipersonales de grandes prohombres de la República Romana: Graco -que había fundado Graccurris en el siglo II a. C.- o Lépido -que había fundado la colonia Celsa en el I a. C.- (para la cuestión y las circunstancias históricas debe verse el sensacional trabajo de BELTRÁN LLORIS, F.: "Caesar Augusta, ciudad de Augusto", Caesaraugusta, 69, 1992, 31-44). Como colonia, las bien conocidas series monetales de la misma -y en especial las acuñaciones fundacionales (ver fotos aquí -para la pieza con la yunta de bueyes del rito fundacional urbano romano- y aquí -para la alusión a las legiones fundadoras-) permiten constatar que fue fundada por Augusto en torno al 14 a. C. con veteranos de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina. En el lugar que ésta vino a ocupar -y que, seguramente, sustituyó al que hubiera sido el emplazamiento inicial pensado por Lépido algunos años antes: la colonia Celsa, en Velilla de Ebro- se había alzado antes un poblado ibérico de la Sedetania que acuñó moneda con el rótulo saltuie. En el solar de Salduie, precisamente, debió ser reclutada hacia el 89 a. C. el escuadrón de jinetes conocido como turma Salluitana y citado en el ilustre Bronce de Áscoli (con foto aquí). De él formaron parte varios jinetes de diversas comunidades del Valle del Ebro. A buen seguro que la posición central de dicha comunidad en el curso del Ebro -navegable entonces y con un activo puerto en Caesaraugusta- jugó un papel clave en la elección de Salduie como lugar para tan estratégico reclutamiento tal como ha demostrado el formidable trabajo de PINA, F.: "¿Por qué fue reclutada la turma Salluitana en Salduie?", Gerión, 21-1, 2003, pp. 197-204 (que puede descargarse desde aquí). El distrito jurídico -o conuentus iuridicus (sistema de organización romana sobre el que puede verse el sensacional trabajo de OZCÁRIZ, P.: Los conventus de la Hispania Citerior, Madrid, 2007)- dependiente de Caesaraugusta se extendía por las tierras del actual Aragón, Navarra, parte de Lérida, de Soria y de Guadalajara, controlando, por tanto, un espacio vastísimo (ver mapa aquí). Pese a la importancia y monumentalidad que debió disfrutar Caesaraugusta, el catálogo epigráfico de la colonia es parco, aunque, como siempre, interesante. Seguramente -y como sucedió en toda la depresión del Ebro Medio- la piedra de los pedestales honoríficos o de las inscripciones monumentales que adornarían las plazas y embellecerían los conocidos edificios públicos de Caesaraugusta sería triturada en época medieval para la fabricación de cal. Con todo, se conservan algunas piezas singulares como el bloque alusivo a una porta Romana (AE, 1976, 340, con foto aquí), otro con un posible carmen epigraphicum -es decir, una composición métrica versificada- alusivo a un aula tal vez ya de época cristiana (HEp7, 1106), o el monumental dintel perteneciente a algún edificio público de época augústea (ERZ, 77). Descripción: Aunque hay noticias de un acueducto -transmitidas por el tudelano Juan Antonio Fernández a partir de una serie de inscripciones sobre fistulae plumbeae -"tuberías de plomo hidráulicas" (CIL, II, 2992)- con alusión al siervo público de la colonia de nombre Artemas (el trabajo de J. A. Fernández sobre el acueducto ha sido reeditado por el Ministerio de Fomento -ver aquí- y puede complementarse con un sensacional trabajo de José Carlos Abadía sobre el tema en el portal Traianus)-; aunque es posible que existiera un puente sobre el emplazamiento del medieval Puente de Piedra; por más que las monedas permitan constatar templos y diversos conjuntos escultóricos y la arqueología urbana haya permitido estudiar diversas necrópolis (en la zona del barrio de Las Fuentes, la C/Predicadores y Santa Engracia, véase BELTRÁN LLORIS, M., AGUAROD, Mª C., y GALVE, P.: "Caesaraugusta", en Las necrópolis de Zaragoza, Zaragoza, 1991, pp. 19-47) los restos que hoy pueden visitarse -y de un modo, además, muy didáctico- se circunscriben a las murallas (con un lienzo bien conocido en el área de San Juan de los Panetes y otro menos conocido pero igualmente hermoso en el área del Convento del Santo Sepulcro), a uno de los edificios termales públicos (del que sólo se conserva una gran natatio o "piscina" y en el que el audiovisual que se ofrece al visitante, en torno al tema del evergetismo cívico -para él véase MELCHOR, E.: La munificencia cívica en el mundo romano, Madrid, 1999-, está inspirado en una de las más conocidas descripciones sobre las termas que se conocen en la literatura romana: Sen, Epist. 56, 1-2), al área de tabernae del foro colonial, al embarcadero fluvial y, por supuesto, al teatro, uno de los más grandes de la antigua Hispania y puesto en valor, además, de forma excepcional. Lógicamente, la visita debe complementarse con la del Museo de Zaragoza, que dedica varias salas monográficas a la antigua colonia cesaraugustana (actualmente se encuentra cerrado pero el lector puede realizar una visita virtual a los materiales a través de este enlace o documentarse con BELTRÁN LLORIS, M., y PAZ, J. Á.: Museo de Zaragoza: guía, Zaragoza, 2003). Dado lo extraordinariamente didáctico de los aludidos Museos poco puede añadirse en este espacio al margen de consignar que fue en época de Augusto y, sobre todo, de Tiberio, en la que la ciudad alcanzó sus más notables cotas de monumentalidad así como un nivel de vida y de infraestructuras -como denuncia, por ejemplo, su soberbia red de saneamiento- casi ya de corte moderna.
Bibliografía: La bibiliografía sobre Caesaraugusta es amplísima pues también lo son, naturalmente, y como se ha visto más arriba, las fuentes antiguas que se refieren a ella (un elenco de éstas puede verse en FATÁS, G.: Lo que el mundo antiguo escribió sobre Caesaraugusta, Zaragoza, 1977 y también en el área que la web del Patrimonio Romano en Aragón dedica a la recopilación y comentario de las mismas). Una actualizada -y sugerente visión- sobre la colonia Caesaraugusta puede obtenerse de la lectura del trabajo ya citado de BELTRÁN LLORIS, F.: "Caesar Augusta, ciudad de Augusto", Caesaraugusta, 69, 1992, 31-44 que facilita acceso, además, a toda la bibliografía sobre el lugar. Como guías básicas de enfoque arqueológico e histórico pueden verse los ya clásicos trabajos de ARCE, J.: Caesaraugusta, ciudad romana, Zaragoza, 1979 y también la serie Historia de Zaragoza editada hace algunos años por la CAI y por el Ayuntamiento de Zaragoza (al respecto, son de interés los volúmenes: BELTRÁN LLORIS, M., y FATÁS, G.: César Augusta, ciudad romana, Zaragoza, 1998 -que hace el número 2 de dicha serie- y, en menor medida, los que constituyen el también útil fascículo 1 -BELTRÁN LLORIS, M.: Salduie, ciudad ibérica, Zaragoza, 1998- y el 3 -AGUAROD, C., y MOSTALAC, A.: La Arqueología de Zaragoza en la Antigüedad Tardía, Zaragoza, 1998-). Para el papel de la colonia en el valle Medio del Ebro puede verse el sensacional trabajo de BELTRÁN LLORIS, F., MARTÍN-BUENO, M., y PINA, F.: Roma en la Cuenca Media del Ebro. La Romanización en Aragón, Zaragoza, 2000 que, en cierta medida, puede actualizar el también aun útil trabajo de SANCHO, L.: El convento jurídico cesaraugustano, Zaragoza, 1981. La muy reciente edición del trabajo de BELTRÁN LLORIS, F., y DUPRÉ, X.: Las capitales provinciales de Hispania. Colonia Caesar Augusta, Roma, 2007, convierte este título en el referente necesario para quien quiera adentrarse en la Historia de la colonia que ocupa esta entrada de nuestro blog. Para la época tardía -hoy de actualidad por las excavaciones que, cuando se escriben estas líneas, se están llevando a cabo en la Cripta de la Iglesia de Santa Engracia- y del primitivo cristianismo -especialmente interesante gracias a las noticias vertidas por el Peristephanon del calagurritano Prudencio sobre los mártires cesaraugustanos- pueden consultarse los trabajos de ESCRIBANO, Mª V. y FATÁS, G.: La Antigüedad Tardía en Aragón (284-714 d. C.), Zaragoza, 2001 o de BELTRÁN LLORIS, F.: Los primeros cristianos en Aragón, Zaragoza, 2000, precisamente en una ciudad en la que la devoción a la Virgen está tan arraigada y vinculada a los primeros tiempos del cristianismo (hace algunos años, en los números 5105 y 5104 de Marzo y Abril de 2000 de la revista El Pilar, del Cabildo de Zaragoza, publiqué una síntesis sobre el tema que puede valer como primera aproximación a las noticias históricas sobre la Caesaraugusta cristiana).
Recursos en internet: Con una ficha sintética sobre su urbanística en la biblioteca digital Clío, la presencia de Caesaraugusta en la red es acorde a la importancia de aquélla en la Antigüedad. Por supuesto, está bien representada en la web del Patrimonio Romano de Aragón, ya antes citada y el visitante, además, puede consultar en internet los horarios de los Museos del Foro, del Puerto Fluvial, de las Termas y del Teatro (con toda la información accesible también desde aquí). Mucho material -no sólo científico, también didáctico y turístico- proporciona el espacio dedicado a la antigua colonia por Arqueohispania, también útil para otras ciudades de las tratadas en este blog, y buenas fotografías del teatro y de las murallas pueden verse en Arte España. Para una síntesis de extraordinario rigor científico debe consultarse la Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine. En cualquier caso, a más recursos se puede acceder a partir del portal de recursos que -para la Historia Antigua y la Arqueología peninsulares- ofrece la Biblioteca Cervantes Virtual, que no debe faltar en tus sitios favoritos.
Recomendaciones: Precisamente por la situación estratégica a la que antes se aludió, Zaragoza se convierte en un lugar muy adecuado desde el que acercarse no sólo a muchas de las ciudades tratadas en este blog (a apenas una hora de Zaragoza en coche Los Bañales de Uncastillo o Bilbilis, a hora y media: Andelo o Arcobriga, a un par de horas Labitolosa...) sino también a algunos otros enclaves arqueológicos de interés como -entre otros, y la lista sería inabarcable- la antigua Contrebia Belaisca (en Botorrita, a apenas 20 kilómetros de Zaragoza en dirección Valencia y con buena presencia en la red), la aludida colonia Celsa (en Velilla de Ebro, a algo más de 20 kilómetros aguas abajo del Ebro, dirección Castellón), el poblado ibérico de Azaila (también en dirección Castellón, ver foto aquí) y los singulares diques romanos de Muel -con pinturas de Goya en la Ermita que se apoya sobre dicho dique- y de Almonacid de la Cuba, éste último monumental y con recientes estudios al respecto (ver aquí). Para alojarse en Zaragoza -y para comer en ella- lógicamente, las opciones son múltiples. Sin embargo, aquí van algunas recomendaciones para todos los bolsillos. Para nuestro gusto el mejor alojamiento lo proporciona el muy lujoso Hotel Palafox -cuyo Restaurante Aragonia se ha convertido ya en un referente de la cocina aragonesa adaptada a los nuevos patrones gastronómicos- aunque son también muy confortables -y más económicos- los céntricos Hotel Conquistador (a 10 minutos de las murallas romanas), Zenit Don Yo (a un paso de la Cripta de la Santas Masas de Santa Engracia) y Husa Zaragoza Royal. Para comer, existe una oferta variadísima pero son legendarios los "jamones con chorreras" de Casa Juanico -en la Plaza de Santa Cruz-, los pinchos y tapas de Los Vitorinos -en la Plaza de Santa Marta, no muy lejos del teatro romano- y la adaptación moderna de éstos que propone el bar Pic-Nic, en la calle de Doctor Cerrada (imprescindible probar su singular "paulita"). Para comer a la aragonesa, además de el clásico El Cachirulo -a las afueras de la ciudad en dirección Logroño- resulta original La Posada de las Almas. Cocina de autor para paladares exigentes puede degustarse en Taberna La Piedra -en la zona universitaria- y en los suculentos La Granada o Don Pascual, no lejos del área comercial del centro de la ciudad y ambos ideales para cenas en pareja. Y, por supuesto, uno no puede visitar Caesaraugusta sin probar la ocurrente cerveza Caesaraugusta, lanzada por la empresa cervezera local Ambar: nostra prima ceruisia ex frumento confecta ("nuestra primera cerveza hecha de trigo") como pregona su original spot.
Acceso: Perfectamente ubicada (ver mapa), su singular área arqueológica -excelentemente musealizada en un ejemplo sin par de puesta en valor del patrimonio arqueológico y, además, con habituales visitas guiadas organizadas desde el Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza- se concentra en el área del casco histórico zaragozano, grosso modo comprendida entre las calles del Coso y la Avenida de César Augusto y entre el Paseo Echegaray y Caballero y la Plaza de España (ver plano aquí, con indicación de los restos). La propia planta del citado casco histórico de la Zaragoza actual sigue conservando de forma nítida la estructura fundacional -casi campamental, canónica, colonial- romana. Ésta -como era preceptivo- contaría con dos grandes calles perpendiculares -correspondientes a las actuales calles de Espoz y Mina y Mayor, que han fosilizado el trazado del decumanus maximus, y a la calle Don Jaime, que correspondería con el cardo- y un espacio forense en el centro -hoy la Plaza de Santa Cruz, presidida por la Iglesia del mismo nombre (obra de dos discípulos de Ventura Rodríguez, hoy encomendada al Opus Dei y que bien vale una visita) y por el Museo Camón Aznar (con notable colección de grabados de Goya y con algunos restos arqueológicos romanos en sus sótanos tal vez pertenecientes al foro conventual)- que, en el caso de Caesaraugusta, y por el papel que en ella debió jugar el Ebro se desplazaría hacia el cuadrante Nordeste de la colonia, en la actual Plaza de La Seo que alberga la Catedral de Zaragoza.
Tipología: Caesaraugusta, colonia inmunis, amne Hibero adfusa, ubi oppidum antea uocabatur Salduie, regionis Sedetaniae, recipit LV populus ("Caesaraugusta, colonia inmune, a orillas del Ebro, donde antes se ubicaba la ciudad de Salduie, en la región de la Sedetania, acoge en su distrito jurídico a cincuenta y cinco pueblos"). Pocos textos -como éste de Plinio (Plin. Nat. 3, 24)- definen tan adecuadamente la esencia de Caesaraugusta en la Antigüedad. Dicha esencia pasa por su condición de colonia, por su vinculación al Ebro y por su papel de capital del convento jurídico del mismo nombre, el conuentus Caesaraugustanus. A todo ello, debe añadirse su propio nombre, evocador de su fundador: Octavio Augusto, en una zona que, por otra parte, había sido escenario de fundaciones unipersonales de grandes prohombres de la República Romana: Graco -que había fundado Graccurris en el siglo II a. C.- o Lépido -que había fundado la colonia Celsa en el I a. C.- (para la cuestión y las circunstancias históricas debe verse el sensacional trabajo de BELTRÁN LLORIS, F.: "Caesar Augusta, ciudad de Augusto", Caesaraugusta, 69, 1992, 31-44). Como colonia, las bien conocidas series monetales de la misma -y en especial las acuñaciones fundacionales (ver fotos aquí -para la pieza con la yunta de bueyes del rito fundacional urbano romano- y aquí -para la alusión a las legiones fundadoras-) permiten constatar que fue fundada por Augusto en torno al 14 a. C. con veteranos de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina. En el lugar que ésta vino a ocupar -y que, seguramente, sustituyó al que hubiera sido el emplazamiento inicial pensado por Lépido algunos años antes: la colonia Celsa, en Velilla de Ebro- se había alzado antes un poblado ibérico de la Sedetania que acuñó moneda con el rótulo saltuie. En el solar de Salduie, precisamente, debió ser reclutada hacia el 89 a. C. el escuadrón de jinetes conocido como turma Salluitana y citado en el ilustre Bronce de Áscoli (con foto aquí). De él formaron parte varios jinetes de diversas comunidades del Valle del Ebro. A buen seguro que la posición central de dicha comunidad en el curso del Ebro -navegable entonces y con un activo puerto en Caesaraugusta- jugó un papel clave en la elección de Salduie como lugar para tan estratégico reclutamiento tal como ha demostrado el formidable trabajo de PINA, F.: "¿Por qué fue reclutada la turma Salluitana en Salduie?", Gerión, 21-1, 2003, pp. 197-204 (que puede descargarse desde aquí). El distrito jurídico -o conuentus iuridicus (sistema de organización romana sobre el que puede verse el sensacional trabajo de OZCÁRIZ, P.: Los conventus de la Hispania Citerior, Madrid, 2007)- dependiente de Caesaraugusta se extendía por las tierras del actual Aragón, Navarra, parte de Lérida, de Soria y de Guadalajara, controlando, por tanto, un espacio vastísimo (ver mapa aquí). Pese a la importancia y monumentalidad que debió disfrutar Caesaraugusta, el catálogo epigráfico de la colonia es parco, aunque, como siempre, interesante. Seguramente -y como sucedió en toda la depresión del Ebro Medio- la piedra de los pedestales honoríficos o de las inscripciones monumentales que adornarían las plazas y embellecerían los conocidos edificios públicos de Caesaraugusta sería triturada en época medieval para la fabricación de cal. Con todo, se conservan algunas piezas singulares como el bloque alusivo a una porta Romana (AE, 1976, 340, con foto aquí), otro con un posible carmen epigraphicum -es decir, una composición métrica versificada- alusivo a un aula tal vez ya de época cristiana (HEp7, 1106), o el monumental dintel perteneciente a algún edificio público de época augústea (ERZ, 77). Descripción: Aunque hay noticias de un acueducto -transmitidas por el tudelano Juan Antonio Fernández a partir de una serie de inscripciones sobre fistulae plumbeae -"tuberías de plomo hidráulicas" (CIL, II, 2992)- con alusión al siervo público de la colonia de nombre Artemas (el trabajo de J. A. Fernández sobre el acueducto ha sido reeditado por el Ministerio de Fomento -ver aquí- y puede complementarse con un sensacional trabajo de José Carlos Abadía sobre el tema en el portal Traianus)-; aunque es posible que existiera un puente sobre el emplazamiento del medieval Puente de Piedra; por más que las monedas permitan constatar templos y diversos conjuntos escultóricos y la arqueología urbana haya permitido estudiar diversas necrópolis (en la zona del barrio de Las Fuentes, la C/Predicadores y Santa Engracia, véase BELTRÁN LLORIS, M., AGUAROD, Mª C., y GALVE, P.: "Caesaraugusta", en Las necrópolis de Zaragoza, Zaragoza, 1991, pp. 19-47) los restos que hoy pueden visitarse -y de un modo, además, muy didáctico- se circunscriben a las murallas (con un lienzo bien conocido en el área de San Juan de los Panetes y otro menos conocido pero igualmente hermoso en el área del Convento del Santo Sepulcro), a uno de los edificios termales públicos (del que sólo se conserva una gran natatio o "piscina" y en el que el audiovisual que se ofrece al visitante, en torno al tema del evergetismo cívico -para él véase MELCHOR, E.: La munificencia cívica en el mundo romano, Madrid, 1999-, está inspirado en una de las más conocidas descripciones sobre las termas que se conocen en la literatura romana: Sen, Epist. 56, 1-2), al área de tabernae del foro colonial, al embarcadero fluvial y, por supuesto, al teatro, uno de los más grandes de la antigua Hispania y puesto en valor, además, de forma excepcional. Lógicamente, la visita debe complementarse con la del Museo de Zaragoza, que dedica varias salas monográficas a la antigua colonia cesaraugustana (actualmente se encuentra cerrado pero el lector puede realizar una visita virtual a los materiales a través de este enlace o documentarse con BELTRÁN LLORIS, M., y PAZ, J. Á.: Museo de Zaragoza: guía, Zaragoza, 2003). Dado lo extraordinariamente didáctico de los aludidos Museos poco puede añadirse en este espacio al margen de consignar que fue en época de Augusto y, sobre todo, de Tiberio, en la que la ciudad alcanzó sus más notables cotas de monumentalidad así como un nivel de vida y de infraestructuras -como denuncia, por ejemplo, su soberbia red de saneamiento- casi ya de corte moderna.
Bibliografía: La bibiliografía sobre Caesaraugusta es amplísima pues también lo son, naturalmente, y como se ha visto más arriba, las fuentes antiguas que se refieren a ella (un elenco de éstas puede verse en FATÁS, G.: Lo que el mundo antiguo escribió sobre Caesaraugusta, Zaragoza, 1977 y también en el área que la web del Patrimonio Romano en Aragón dedica a la recopilación y comentario de las mismas). Una actualizada -y sugerente visión- sobre la colonia Caesaraugusta puede obtenerse de la lectura del trabajo ya citado de BELTRÁN LLORIS, F.: "Caesar Augusta, ciudad de Augusto", Caesaraugusta, 69, 1992, 31-44 que facilita acceso, además, a toda la bibliografía sobre el lugar. Como guías básicas de enfoque arqueológico e histórico pueden verse los ya clásicos trabajos de ARCE, J.: Caesaraugusta, ciudad romana, Zaragoza, 1979 y también la serie Historia de Zaragoza editada hace algunos años por la CAI y por el Ayuntamiento de Zaragoza (al respecto, son de interés los volúmenes: BELTRÁN LLORIS, M., y FATÁS, G.: César Augusta, ciudad romana, Zaragoza, 1998 -que hace el número 2 de dicha serie- y, en menor medida, los que constituyen el también útil fascículo 1 -BELTRÁN LLORIS, M.: Salduie, ciudad ibérica, Zaragoza, 1998- y el 3 -AGUAROD, C., y MOSTALAC, A.: La Arqueología de Zaragoza en la Antigüedad Tardía, Zaragoza, 1998-). Para el papel de la colonia en el valle Medio del Ebro puede verse el sensacional trabajo de BELTRÁN LLORIS, F., MARTÍN-BUENO, M., y PINA, F.: Roma en la Cuenca Media del Ebro. La Romanización en Aragón, Zaragoza, 2000 que, en cierta medida, puede actualizar el también aun útil trabajo de SANCHO, L.: El convento jurídico cesaraugustano, Zaragoza, 1981. La muy reciente edición del trabajo de BELTRÁN LLORIS, F., y DUPRÉ, X.: Las capitales provinciales de Hispania. Colonia Caesar Augusta, Roma, 2007, convierte este título en el referente necesario para quien quiera adentrarse en la Historia de la colonia que ocupa esta entrada de nuestro blog. Para la época tardía -hoy de actualidad por las excavaciones que, cuando se escriben estas líneas, se están llevando a cabo en la Cripta de la Iglesia de Santa Engracia- y del primitivo cristianismo -especialmente interesante gracias a las noticias vertidas por el Peristephanon del calagurritano Prudencio sobre los mártires cesaraugustanos- pueden consultarse los trabajos de ESCRIBANO, Mª V. y FATÁS, G.: La Antigüedad Tardía en Aragón (284-714 d. C.), Zaragoza, 2001 o de BELTRÁN LLORIS, F.: Los primeros cristianos en Aragón, Zaragoza, 2000, precisamente en una ciudad en la que la devoción a la Virgen está tan arraigada y vinculada a los primeros tiempos del cristianismo (hace algunos años, en los números 5105 y 5104 de Marzo y Abril de 2000 de la revista El Pilar, del Cabildo de Zaragoza, publiqué una síntesis sobre el tema que puede valer como primera aproximación a las noticias históricas sobre la Caesaraugusta cristiana).
Recursos en internet: Con una ficha sintética sobre su urbanística en la biblioteca digital Clío, la presencia de Caesaraugusta en la red es acorde a la importancia de aquélla en la Antigüedad. Por supuesto, está bien representada en la web del Patrimonio Romano de Aragón, ya antes citada y el visitante, además, puede consultar en internet los horarios de los Museos del Foro, del Puerto Fluvial, de las Termas y del Teatro (con toda la información accesible también desde aquí). Mucho material -no sólo científico, también didáctico y turístico- proporciona el espacio dedicado a la antigua colonia por Arqueohispania, también útil para otras ciudades de las tratadas en este blog, y buenas fotografías del teatro y de las murallas pueden verse en Arte España. Para una síntesis de extraordinario rigor científico debe consultarse la Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine. En cualquier caso, a más recursos se puede acceder a partir del portal de recursos que -para la Historia Antigua y la Arqueología peninsulares- ofrece la Biblioteca Cervantes Virtual, que no debe faltar en tus sitios favoritos.
Recomendaciones: Precisamente por la situación estratégica a la que antes se aludió, Zaragoza se convierte en un lugar muy adecuado desde el que acercarse no sólo a muchas de las ciudades tratadas en este blog (a apenas una hora de Zaragoza en coche Los Bañales de Uncastillo o Bilbilis, a hora y media: Andelo o Arcobriga, a un par de horas Labitolosa...) sino también a algunos otros enclaves arqueológicos de interés como -entre otros, y la lista sería inabarcable- la antigua Contrebia Belaisca (en Botorrita, a apenas 20 kilómetros de Zaragoza en dirección Valencia y con buena presencia en la red), la aludida colonia Celsa (en Velilla de Ebro, a algo más de 20 kilómetros aguas abajo del Ebro, dirección Castellón), el poblado ibérico de Azaila (también en dirección Castellón, ver foto aquí) y los singulares diques romanos de Muel -con pinturas de Goya en la Ermita que se apoya sobre dicho dique- y de Almonacid de la Cuba, éste último monumental y con recientes estudios al respecto (ver aquí). Para alojarse en Zaragoza -y para comer en ella- lógicamente, las opciones son múltiples. Sin embargo, aquí van algunas recomendaciones para todos los bolsillos. Para nuestro gusto el mejor alojamiento lo proporciona el muy lujoso Hotel Palafox -cuyo Restaurante Aragonia se ha convertido ya en un referente de la cocina aragonesa adaptada a los nuevos patrones gastronómicos- aunque son también muy confortables -y más económicos- los céntricos Hotel Conquistador (a 10 minutos de las murallas romanas), Zenit Don Yo (a un paso de la Cripta de la Santas Masas de Santa Engracia) y Husa Zaragoza Royal. Para comer, existe una oferta variadísima pero son legendarios los "jamones con chorreras" de Casa Juanico -en la Plaza de Santa Cruz-, los pinchos y tapas de Los Vitorinos -en la Plaza de Santa Marta, no muy lejos del teatro romano- y la adaptación moderna de éstos que propone el bar Pic-Nic, en la calle de Doctor Cerrada (imprescindible probar su singular "paulita"). Para comer a la aragonesa, además de el clásico El Cachirulo -a las afueras de la ciudad en dirección Logroño- resulta original La Posada de las Almas. Cocina de autor para paladares exigentes puede degustarse en Taberna La Piedra -en la zona universitaria- y en los suculentos La Granada o Don Pascual, no lejos del área comercial del centro de la ciudad y ambos ideales para cenas en pareja. Y, por supuesto, uno no puede visitar Caesaraugusta sin probar la ocurrente cerveza Caesaraugusta, lanzada por la empresa cervezera local Ambar: nostra prima ceruisia ex frumento confecta ("nuestra primera cerveza hecha de trigo") como pregona su original spot.
Por supuesto que para los que somos amantes de la historia obtener imágenes tan importantes como estas, son un tesoro importantísimo. A la gente que le interesa tanto ir a lugares tan trascendentes para la humanidad, les digo que Consulte por los hoteles al mejor precio en Despegar.com ya que de esta manera pueden llegar a estos lugares a un gran precio
ResponderEliminarPerdone, estoy buscando inscripciones latinas de Caesaraugusta y no encuentro. En su artículo hay una parte en la que menciona que hay algún posible carmen epigraphicum, pero no encuentro nada al clickear en el enlace. ¿Podría decirme si hay alguna inscripción latina en Zaragoza? Muchas gracias, que Dios le pague.
ResponderEliminarGracias, Teresa, por tu consulta.
ResponderEliminarLa Epigrafía Latina de la antigua "Caesar Augusta" es muy parca no en vano la ciudad ha crecido tanto -incluso desde la época islámica- que es probable que el programa epigráfico -al menos el oficial- que estuviera hecho en mármol, fuera reciclado poco después... En cualquier caso, algo se conserva y lo tienes perfectamente inventariado -con más o menos generosidad de datos- aquí:
http://edh-www.adw.uni-heidelberg.de/inschrift/suche?hd_nr=&land=&fo_antik=&fo_modern=Zaragoza&literatur=&dat_jahr_a=&dat_jahr_e=&atext1=&bool=AND&atext2=&sort=hd_nr&anzahl=20
El material puede verse, en parte, en el Museo de Zaragoza y, también, en el Museo del Foro de la ciudad, en la Plaza del Pilar.
Un afectuoso saludo,