"En estos momentos examino atentamente los gastos, las rentas y los deudores de la ciudad de Prusa (rei publicae Prusensium impendia, reditus, debitores exceutio); considero esta actividad, según profundizo en ella, más y más necesaria. En efecto, mucho dinero está en poder de particulares por motivos muy diversos (pecuniae a priuatiis detinentur); además algunas cantidades se gastan en conceptos muy poco legítimos (minime legitimis sumptibus erogantur)". Con estos términos escribía Plinio el Joven al emperador Trajano a finales del verano del año 109 d. C. (Plin. Ep. 10, 17a, 3). A vuelta de correo, podríamos decir, el emperador hispano contestaba al entonces gobernador provincial: "en primer lugar debes examinar detenidamente las finanzas de las comunidades (rationes rerum publicarum excutiendae sunt): pues es evidente que han estado muy descuidadas (eas uexatas satis constat)" (Plin. Ep. 10, 18, 3).
Poco más puede añadirse para abrir este post. El tema sobre el que se cartearon Plinio el Joven y Trajano resulta tremendamente actual pero es que, además, no faltan en la documentación epigráfica del Occidente Romano -y especialmente en la hispana- elementos para entender que la ecuación municipio/cargos municipales/cargas públicas (municipia/honores/munera) -que tan bien explica el libro PEREIRA, G., Munera civitatum. La vida de la ciudad romana ideal, Sevilla, 2011 cuyo autor nos ha dejado hace apenas unos días: ¡descanse en paz!- no siempre funcionó a la perfección y que los reveses económicos que, en forma de crisis global, vivió el Occidente Romano a partir del siglo III d. C. -si no es que comenzaron algo antes- unidos a una cierta desmesura en el crecimiento monumental de determinadas comunidades (puedes leer sobre el tema, en positivo, en un viejo trabajo nuestro publicado en Iberia, 7, 2004) debilitaron una de las claves del éxito -durante al menos tres siglos- del modelo municipal romano: la gestión de la res communis municipii, la caja pública municipal, el erario público complementado, además, con las prestaciones voluntarias (munera personalia) que los magistrados locales debían realizar en beneficio de su ciudad otro tema de extraordinaria actualidad en nuestra contemporánea situación política (sobre las claves del funcionamiento estándar del municipium romano puedes leer este antiguo trabajo: pincha aquí). A esa impresión procedente de la documentación epigráfica y de los textos -que hablan, incluso de "ciudades en dificultad", de oppida labentia (SHA., Marc. 23, 3)- se ha venido uniendo como testimonio la constatación, cada vez más frecuente en el registro arqueológico, de que muchas ciudades hispanorromanas fueron proyectos fallidos, muy escenográficos, altamente propagandísticos, reflejos de la maiestas de Roma pero de duración relativamente corta. Así lo hemos visto, por ejemplo, en Los Bañales de Uncastillo que nos está revelando de modo muy nítido -casi desde la campaña de 2009 (pincha aquí)- evidencias claras de la transformación urbanística que se esconde detrás del término que encabeza este post como la arquitectura de spolia atestiguada en la parte baja de la ciudad (pincha en este trabajo de Habis, 44, 2013 y -aunque aun por confirmar- el nivel de amortización de estatuaria cuya excavación nos viene ocupando desde 2013 parecen también sugerir (pincha en este trabajo de Zephyrus, 73, 2014).
Precisamente esa impresión adquiere ahora carta de naturaleza como evidencia gracias a la publicación de dos trabajos -en los que hemos tenido el privilegio de colaborar (pincha aquí para la de [1] y aquí para la de [2], quizás más "programática")- que -en primer lugar- por tratar de lleno el tema de la vida urbana -tan del gusto de Oppida Imperii Romani- nos parece merecían un post monográfico -en la etiqueta Volumina- en este espacio pero es que -como explicaremos más abajo- están, además, en relación con un apasionante objeto de investigación que, seguro, habrá de darnos muchas sorpresas en años venideros.
Poco más puede añadirse para abrir este post. El tema sobre el que se cartearon Plinio el Joven y Trajano resulta tremendamente actual pero es que, además, no faltan en la documentación epigráfica del Occidente Romano -y especialmente en la hispana- elementos para entender que la ecuación municipio/cargos municipales/cargas públicas (municipia/honores/munera) -que tan bien explica el libro PEREIRA, G., Munera civitatum. La vida de la ciudad romana ideal, Sevilla, 2011 cuyo autor nos ha dejado hace apenas unos días: ¡descanse en paz!- no siempre funcionó a la perfección y que los reveses económicos que, en forma de crisis global, vivió el Occidente Romano a partir del siglo III d. C. -si no es que comenzaron algo antes- unidos a una cierta desmesura en el crecimiento monumental de determinadas comunidades (puedes leer sobre el tema, en positivo, en un viejo trabajo nuestro publicado en Iberia, 7, 2004) debilitaron una de las claves del éxito -durante al menos tres siglos- del modelo municipal romano: la gestión de la res communis municipii, la caja pública municipal, el erario público complementado, además, con las prestaciones voluntarias (munera personalia) que los magistrados locales debían realizar en beneficio de su ciudad otro tema de extraordinaria actualidad en nuestra contemporánea situación política (sobre las claves del funcionamiento estándar del municipium romano puedes leer este antiguo trabajo: pincha aquí). A esa impresión procedente de la documentación epigráfica y de los textos -que hablan, incluso de "ciudades en dificultad", de oppida labentia (SHA., Marc. 23, 3)- se ha venido uniendo como testimonio la constatación, cada vez más frecuente en el registro arqueológico, de que muchas ciudades hispanorromanas fueron proyectos fallidos, muy escenográficos, altamente propagandísticos, reflejos de la maiestas de Roma pero de duración relativamente corta. Así lo hemos visto, por ejemplo, en Los Bañales de Uncastillo que nos está revelando de modo muy nítido -casi desde la campaña de 2009 (pincha aquí)- evidencias claras de la transformación urbanística que se esconde detrás del término que encabeza este post como la arquitectura de spolia atestiguada en la parte baja de la ciudad (pincha en este trabajo de Habis, 44, 2013 y -aunque aun por confirmar- el nivel de amortización de estatuaria cuya excavación nos viene ocupando desde 2013 parecen también sugerir (pincha en este trabajo de Zephyrus, 73, 2014).
Precisamente esa impresión adquiere ahora carta de naturaleza como evidencia gracias a la publicación de dos trabajos -en los que hemos tenido el privilegio de colaborar (pincha aquí para la de [1] y aquí para la de [2], quizás más "programática")- que -en primer lugar- por tratar de lleno el tema de la vida urbana -tan del gusto de Oppida Imperii Romani- nos parece merecían un post monográfico -en la etiqueta Volumina- en este espacio pero es que -como explicaremos más abajo- están, además, en relación con un apasionante objeto de investigación que, seguro, habrá de darnos muchas sorpresas en años venideros.
[1] VAQUERIZO, D., GARRIGUET, J. A., y LEÓN, A. (eds.): Ciudad y territorio: transformaciones materiales e ideológicas entre la Antigüedad Clásica y el Altomedioevo, Universidad de Córdoba, Córdoba, 2014 [ISBN: 978-84-9927-163-7]. Promovido por el activísimo y envidiable Grupo Sísifo, de la Universidad de Córdoba (responsable de proyectos de difusión del patrimonio arqueológico en redes sociales tan sugerentes como ArqueoCórdoba o Arqueología somos todos y, sin duda, también generador de un volumen de conocimiento en materia arqueológica -sobre ciudades históricas y sobre mundo funerario, al menos- muy notable) el volumen en cuestión tiene más validez que, sencillamente, la de ofrecer notable información -casuística, si se quiere- sobre las transformaciones que se han descrito más arriba y que podrían evidenciar los procesos que caracterizan a un oppidum labens, a una "ciudad en dificultad". Estamos convencidos, por ello, de que este libro se convertirá -como anteriores entregas de la serie en que se inscribe- en un clásico de la investigación sobre ciudad y territorio en el mundo hispanorromano. Parte de ese complemento de su valor está en que incluye una serie de trabajos que, a nuestro juicio -y así lo hemos expuesto en una reseña detallada de este libro que verá la luz pronto en una conocida revista de la especialidad- tienen una extraordinaria utilidad y, seguramente, alcanzarán, con el tiempo, una extraordinaria -y muy merecida- vigencia. A este grupo de contribuciones con carácter global -pese a que, algunas, se centren en un caso concreto de estudio- y cuya validez, por tanto, va más allá de la estrictamente documental y es, también, casi disciplinar pertenecen, a nuestro juicio, los estudios que abren el volumen -a cargo de D. Vaquerizo y de A. Ruiz Osuna (pincha aquí) y que aluden más, sobre todo el primero, a la siempre interesante cuestión de los territoria periurbanos que ya fuera objeto de estudio de una entrega anterior de las Monografías de Arqueología Cordobesa-, los trabajos que D. Romero dedica a Astigi (pincha aquí) donde traza -de modo claro- los problemas de la ciudad hispanorromana con posterioridad a la época flavia, el que J. A. Garriguet consagra al estudio del fenómeno de los spolia escultóricos en Corduba -pero con alusión a otros casos y con bibliografía muy generosa, extraordinariamente útil (pincha aquí)- o el que C. González Gutiérrez consagra al fenómeno de la madina islámica andalusí desde una óptica estrictamente arqueológica muy sugerente (pincha aquí), acaso uno de los más claros trabajos de la miscelánea. Pero, además, el acierto de los editores de completar el volumen -gran parte del cual reúne trabajos bajo el epígrafe "Córdoba, como laboratorio" (pp. 11-126)- con trabajos relativos a investigaciones arqueológicas en marcha -y con novedades sobre sus fases finales- en ciudades de otros rincones de las Hispanias permite que -como sucede en el volumen que comentamos más abajo ([2])- se obtenga de su lectura una detallada panorámica de ejemplos concretos de la evolución urbanística de importantes ciudades hispanas como Bilbilis (a cargo de M. Martín-Bueno y Carlos Sáenz, pincha aquí), Barcino (a cargo de J. Beltrán de Heredia), Valentia (a cargo de J. L. Jiménez, A. Ribera y M. Roselló), Complutum (a cargo de S. Rascón) o Munigua (a cargo de Th. Schattner) (en este sentido resulta también ejemplar el estudio relativo a las ciudades del área occidental del conuentus Hispalensis, pincha aquí) -que tanto tienen que decir sobre el asunto central del libro- pero también sobre ámbitos más recientes de la ciudad histórica. Ejemplares resultan, en este sentido, el estudio de la Mérida visigótica firmado por M. Alba -que cierra el volumen- o el de la Córdoba islámica a cargo de R. Blanco (pincha aquí). Un libro, desde luego, absolutamente imprescindible.
[2] RAMALLO, S., y QUEVEDO, A. (eds.): Las ciudades de la Tarraconense oriental entre los siglos II-IV d. C. Evolución urbanística y contextos materiales, Universidad de Murcia, Murcia, 2014 [ISBN: 978-84-16038-63-3]. Resultado de la celebración de un oportunísimo -y entonces, en Marzo de 2012, pionero- congreso en la Casa de Velázquez centrado en el asunto "¿Crisis urbana a finales del Alto Imperio?", el volumen que aquí comentamos (ver aquí el índice) supone otro hito de referencia para pulsar la marcha de los últimos siglos -y siglos difíciles- de la vida de muchas ciudades romanas en esta ocasión, especialmente, del sector más oriental de la Tarraconense peninsular. Así, desfilan por él trabajos sobre conocidos centros urbanos -en su mayoría del conuentus Tarraconensis meridional, aunque no sólo- como Edeta (por X. Escrivá, pincha aquí), Tarraco (por A. Perich, pincha aquí), Dertosa (por R. Járrega, pincha aquí), Ilici (por A. Ronda, pincha aquí) y otros más transversales que analizan la crisis urbana a partir de otras evidencias como los programas pictóricos -en un excelente trabajo de A. Ruiz- o los edificios de espectáculos (a cargo de F. Fernández Mata, M. C. Berrocal y J. Pérez Ballester: pincha aquí). A ellos se unen dos que nos parecen especialmente sugerentes sobre dos ciudades que están dando mucho que hablar en los últimos años, Los Bañales de Uncastillo y Iulia Lybica, en la Cerdaña (una reflexión conjunta sobre ambas desde su condición de ciudades del ámbito prepirenaico y pirenaico protagonizará una jornada que estamos organizando en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra: pincha aquí). Precisamente, si hay una laguna -que no desmerece del resultado final- que se puede achacar al trabajo de las Monografías de Arqueología Cordobesa que comentábamos más arriba -la ausencia de un prólogo a modo de estado de la cuestión o de presentación de objetivos- lo cubre con creces esta publicación de la Universidad de Murcia. En las primeras páginas, los editores, S. Ramallo y A. Quevedo realizan una excelente contextualización al problema de la crisis urbana en las Hispanias en particular e, incluso, en el Occidente Latino en general (pincha aquí). En ese trabajo -y como recientemente ha subrayado también una investigadora a la que tenemos el privilegio de orientar, Judit Mata, en un artículo publicado en la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 22, 2014 que, estamos seguros, va a convertirse en citadísimo- ambos autores subrayan varias ideas que nos parece importante resaltar aquí. En primer lugar, que a partir de finales del siglo II y, desde luego, desde el siglo III, el fenómeno urbano -esencial en la relación de Roma con los territorios provinciales- pasa por momentos de dificultad; en segundo lugar que esos momentos y las razones de los mismos sólo pueden ser aprehendidos con un estudio detenido y comparativo de casos concretos -algo que, precisamente, se vuelve ahora más fácil con estos dos trabajos que aquí reseñamos y que para la Tarraconense está ya estudiando Judit- y con una adecuada contextualización arqueológica de los mismos; y, por último, que -en esta cuestión, ¡como en tantas otras!- es necesario un adecuado diálogo interdisciplinar entre historiadores y arqueólogos para resolver las cuestiones implicadas en este sugerente proceso histórico.
No podemos terminar sin esconder que, más allá de la conexión del tema -de dimensiones claramente urbanas, municipales- con el horizonte que inspira Oppida Imperii Romani, a la cuestión de los oppida labentia le tenemos especial cariño. Ha sido una problemática que ha surgido trabajando en la ciudad romana de Los Bañales y, tal vez, la primera cuyo estudio hemos podido encomendar -y se ha asumido, desde luego, con altas dotes de entusiasmo y aun mejores, si cabe, aptitudes de trabajo- a una estudiante formada al abrigo del gran proyecto formativo que es aquélla excavación. Ella ya ha dado pasos al respecto, con un sensacional Trabajo de Fin de Máster que defendió hace algunos meses (y que inspira el artículo de los Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra que se ha citado hace unas pocas líneas) y con ella vamos a dar varios pasos, el primero presentar una reflexión al respecto, desde una óptica jurídica pero, también, material, arqueológica e institucional- en el Congresso Internacional de História da Antiguidade Clássica, a celebrar en la Universidade de Coimbra en Mayo y el segundo, también en este 2015, la celebración del II Coloquio de Arqueología e Historia Antigua de Los Bañales -cuyo programa estamos aun cerrando: estad al tanto de la homepage del proyecto (pincha aquí) y de su página de seguidores en Facebook (pincha aquí)- sobre esta cuestión. ¿No nos dirán que el tema no es actual? Y lo mejor de todo es que ahora es más fácilmente comprensible gracias a estos dos volúmenes que, desde luego, van a dar mucho que hablar...
[2] RAMALLO, S., y QUEVEDO, A. (eds.): Las ciudades de la Tarraconense oriental entre los siglos II-IV d. C. Evolución urbanística y contextos materiales, Universidad de Murcia, Murcia, 2014 [ISBN: 978-84-16038-63-3]. Resultado de la celebración de un oportunísimo -y entonces, en Marzo de 2012, pionero- congreso en la Casa de Velázquez centrado en el asunto "¿Crisis urbana a finales del Alto Imperio?", el volumen que aquí comentamos (ver aquí el índice) supone otro hito de referencia para pulsar la marcha de los últimos siglos -y siglos difíciles- de la vida de muchas ciudades romanas en esta ocasión, especialmente, del sector más oriental de la Tarraconense peninsular. Así, desfilan por él trabajos sobre conocidos centros urbanos -en su mayoría del conuentus Tarraconensis meridional, aunque no sólo- como Edeta (por X. Escrivá, pincha aquí), Tarraco (por A. Perich, pincha aquí), Dertosa (por R. Járrega, pincha aquí), Ilici (por A. Ronda, pincha aquí) y otros más transversales que analizan la crisis urbana a partir de otras evidencias como los programas pictóricos -en un excelente trabajo de A. Ruiz- o los edificios de espectáculos (a cargo de F. Fernández Mata, M. C. Berrocal y J. Pérez Ballester: pincha aquí). A ellos se unen dos que nos parecen especialmente sugerentes sobre dos ciudades que están dando mucho que hablar en los últimos años, Los Bañales de Uncastillo y Iulia Lybica, en la Cerdaña (una reflexión conjunta sobre ambas desde su condición de ciudades del ámbito prepirenaico y pirenaico protagonizará una jornada que estamos organizando en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra: pincha aquí). Precisamente, si hay una laguna -que no desmerece del resultado final- que se puede achacar al trabajo de las Monografías de Arqueología Cordobesa que comentábamos más arriba -la ausencia de un prólogo a modo de estado de la cuestión o de presentación de objetivos- lo cubre con creces esta publicación de la Universidad de Murcia. En las primeras páginas, los editores, S. Ramallo y A. Quevedo realizan una excelente contextualización al problema de la crisis urbana en las Hispanias en particular e, incluso, en el Occidente Latino en general (pincha aquí). En ese trabajo -y como recientemente ha subrayado también una investigadora a la que tenemos el privilegio de orientar, Judit Mata, en un artículo publicado en la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 22, 2014 que, estamos seguros, va a convertirse en citadísimo- ambos autores subrayan varias ideas que nos parece importante resaltar aquí. En primer lugar, que a partir de finales del siglo II y, desde luego, desde el siglo III, el fenómeno urbano -esencial en la relación de Roma con los territorios provinciales- pasa por momentos de dificultad; en segundo lugar que esos momentos y las razones de los mismos sólo pueden ser aprehendidos con un estudio detenido y comparativo de casos concretos -algo que, precisamente, se vuelve ahora más fácil con estos dos trabajos que aquí reseñamos y que para la Tarraconense está ya estudiando Judit- y con una adecuada contextualización arqueológica de los mismos; y, por último, que -en esta cuestión, ¡como en tantas otras!- es necesario un adecuado diálogo interdisciplinar entre historiadores y arqueólogos para resolver las cuestiones implicadas en este sugerente proceso histórico.
No podemos terminar sin esconder que, más allá de la conexión del tema -de dimensiones claramente urbanas, municipales- con el horizonte que inspira Oppida Imperii Romani, a la cuestión de los oppida labentia le tenemos especial cariño. Ha sido una problemática que ha surgido trabajando en la ciudad romana de Los Bañales y, tal vez, la primera cuyo estudio hemos podido encomendar -y se ha asumido, desde luego, con altas dotes de entusiasmo y aun mejores, si cabe, aptitudes de trabajo- a una estudiante formada al abrigo del gran proyecto formativo que es aquélla excavación. Ella ya ha dado pasos al respecto, con un sensacional Trabajo de Fin de Máster que defendió hace algunos meses (y que inspira el artículo de los Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra que se ha citado hace unas pocas líneas) y con ella vamos a dar varios pasos, el primero presentar una reflexión al respecto, desde una óptica jurídica pero, también, material, arqueológica e institucional- en el Congresso Internacional de História da Antiguidade Clássica, a celebrar en la Universidade de Coimbra en Mayo y el segundo, también en este 2015, la celebración del II Coloquio de Arqueología e Historia Antigua de Los Bañales -cuyo programa estamos aun cerrando: estad al tanto de la homepage del proyecto (pincha aquí) y de su página de seguidores en Facebook (pincha aquí)- sobre esta cuestión. ¿No nos dirán que el tema no es actual? Y lo mejor de todo es que ahora es más fácilmente comprensible gracias a estos dos volúmenes que, desde luego, van a dar mucho que hablar...