BONIS BENE

 

[Cubierta del volumen 101 storie svelate (Roma, 2022) que pone en valor, de un modo singular, las inscripciones romanas del Museo Nazionale Romano]

Aunque el proyecto de Europa Creativa "Valete uos uiatores!: travelling through Latin inscriptions across the Roman Empire" -que tantas entradas ha generado en este espacio en los últimos dos años- se cerró el pasado mes de agosto, en los últimos meses hemos tenido el privilegio de presentar sus resultados en sedes muy distinguidas, entre otras la Universidad de Sevilla, en España, la Universidade de Coimbra, en Portugal, o la Università di Pisa, en Italia. En varios de los actos que se han celebrado en dichos centros universitarios para hacer balance de los logros del proyecto o, como últimamente, para presentar el volumen derivado del mismo -y que, al fin y a la postre, dará perennidad a sus resultados- hemos podido palpar de qué modo cada colega que trabaja con inscripciones romanas siente las inscripciones y concibe la ciencia epigráfica algo que, además, se muestra muy bien en el elenco de intervinientes en la serie audiovisual "Valete uiatores: from Portugal to Rome" que -como uno de los resultados estrella de nuestro trabajo- en estos últimos cuatro meses de 2022 ha emitido el programa "La aventura del saber", de RTVE y que puede verse en la sección correspondiente de la web del proyecto. En uno de esos actos, Vasco Mantas, insigne epigrafista portugués, definió la ciencia epigráfica como una combinación de "paciencia y erudición" y calificó a las inscripciones como "la principal fuente crítica de la Antigüedad". Y, ciertamente, es así y lo es porque, efectivamente, las inscripciones son, para los historiadores, verdaderos relatos históricos de personajes de toda clase y condición que, sencillamente, hemos de saber leer, escudriñar y explotar. El libro que justifica esta nueva entrada de Oppida Imperii Romani muestra con claridad hasta qué punto esa combinación caracteriza -o debe caracterizar- mejor que ninguna otra, el quehacer del epigrafista.

Como solemos contar en esos eventos académicos (se puede acceder a la presentación base que acompaña a las mismas aquí), uno de los objetivos que nos planteábamos al articular el proyecto era el de tratar de dar solución a los problemas de mediación a que -como ya explicábamos en una entrada anterior de este blog- muchos Museos y colecciones museográficas europeas se enfrentan cuando han de exponer los tituli que atesoran en sus colecciones, muchas veces abandonados en insondables y fríos almacenes. Unas veces por su tamaño, otras por el carácter críptico que, para el gran público, tienen los textos latinos, resulta difícil conceder a estas piezas el protagonismo que, sin duda, merecen como documentos escritos de la Antigüedad y como monumentos culturales que son.

Con ese objetivo de hacerlas atractivas, de reivindicar su valor narrativo e histórico y de hacerlas visibles, en los meses de la pandemia del covid-19, el área de redes sociales del Museo Nazionale Romano, el, seguramente, mayor lapidario romano que puede visitarse en Occidente, se embarcó en la elaboración de una serie dinámica de posts en Facebook y en Instagram donde se presentaban inscripciones del repertorio epigráfico del Museo -concebido, esencialmente, en su sede de las Termas de Diocleciano, como un gran "museo de la comunicación escrita de los Romanos"- pero esa presentación se hacía, claramente, en clave narrativa y literaria haciendo lo que ahora ha dado en llamarse story-telling una herramienta ésta que, de hecho, centra la atención de uno de los capítulos del libro del proyecto europeo Valete uiatores (pp. 135-182) -firmado por Valentina Uglietti, del Museo Civico di Reggio Emilia- al tiempo que otro (pp. 95-134) se detiene en las peculiaridades, precisamente, de ese proyecto que, entre la primavera y el otoño de 2020, acabó por transmitir la pasión por la Epigrafía Romana a miles de personas a juzgar por el incremento de followers que las redes del Nazionale Romano registraron en esas históricas y dolorosas jornadas y por el éxito del hashtag #StoriedaMNR relatos e historias compartidas que, efectivamente, constituyeron para muchos, como afirma Silvia Orlandi, Profesora de Epigrafía Romana en la Università di Roma La Sapienza, en el libro que aquí reseñamos, un "appuntamento con l'epigrafia", casi diario, de hecho.

Pues bien, la cara oculta de esa sensacional labor, Carlotta Caruso, epigrafista del citado Museo, se hace visible ahora en un volumen que -como explica Stéphane Verger, el director del Museo Nazionale Romano, en las primeras páginas de la obra- inaugura "una nuova stagione di progetti editoriali" que, sin duda, resulta prometedora a tenor del que constituye su primer hito. El libro, 101 storie svelate. Le iscrizioni del Museo Nazionale Romano raccontano Roma, sobria pero elegantemente editado por Dielle Editore, constituye, sin duda, el primer fructífero paso de una experiencia de tratamiento de las inscripciones cuya potencialidad didáctica y cultural es absolutamente indiscutible y deberá ser más explorada en el futuro. A lo largo de cerca de 220 páginas -que incluyen un pequeño aparato de índice- la autora va presentando una serie de historias que dan vida a los personajes cuyos nombres aparecen en tituli de todo tipo -esencialmente funerarios pero también votivos o sobre soportes y objetos bien diversos, muy singulares- a cuya presentación fotográfica sigue, en apenas página y media, el relato que da vida a los nomina y a los personajes en ellos recogidos así como al contexto al que dichos tituli aluden, elementos todos que, con una notable habilidad, la autora aprovecha como pretexto para explicar costumbres sociales y espirituales de la Roma antigua "stimolando curiosità e interesse ma anche partecipazione emotiva" en los lectores, como afirman dos colegas de la autora en los departamentos educativo y de social media del Museo Nazionale Romano, Sara Colantonio y Agnese Pergola que firman una de las cuatro presentaciones que hacen de pórtico al volumen. Tras el relato que devuelve la vida a las inscripciones escogidas -con un extraordinario acierto en cuanto a la selección tipológica se refiere- cierra cada entrada una breve ficha descriptiva de la inscripción en cuestión, a modo de ficha catalográfica con la esencia básica de la traditio de la misma y de sus características físicas y cronológicas. Sirva como ejemplo el relato que la autora hace de la hermosa inscripción cristiana bilingüe de Licinia Amias (ICUR I, 121) (pp. 80-81), ciertamente tan evocador como profundo y que hace justicia al adjetivo "svelate" ("desveladas") que figura en el título del trabajo.

Precisamente, como decíamos, uno de los aciertos de 101 storie svelate -que, en cierta medida, lo es también de la colección epigráfica que lo inspira, ciertamente única- es el de permitir al lector aproximarse a contextos sociales diferentes de la Roma antigua a partir de inscripciones de formato y características bien diferentes, desde sencillas placas de columbaria (como CIL VI, 6355 -pp. 16-17, nº 1-; 39570 -pp. 36-37-; 6369 -pp. 40-41, nº 13-; 39481 -pp. 44-45, nº 15-; 6246 -pp. 88-89, nº 37-; 8681 -pp. 210-211, nº 98- o la profusamente decorada CIL I2, 1207 -pp. 138-139, nº 62-) -alusivas, además, a profesionales de diversa índole, un sutor ("zapatero"), una psaltria ("tocadora de cítara"), un toparius ("jardinero"), una ornatrix ("peluquera") o un cocus ("cocinero") asunto éste, el de las profesiones, que parece haber sido criterio de referencia por parte de la autora para seleccionar algunos de los materiales- pasando por cineraria, es decir, "urnas de incineración" (como CIL VI, 9214 -pp. 72-73, nº 29-), por hermosos altares profusamente decorados (como CIL VI, 9801 -pp. 82-83, nº 34-; el delicioso 5326 -pp. 108-109, nº 46-, 9801 -pp. 82-83, nº 34- o 37546 -pp. 198-199, nº 92-), cipos sepulcrales (AE 1991, 123 -pp. 52-53, nº 19-), osteothecae pétreas (como AE 1941, 64 -pp. 176-177, nº 81- o CIL VI, 5063 -pp. 192-193, nº 89-) o, saliendo ya del ámbito sepulcral, incluso glandes inscriptae (como CIL XI, 6721 -pp. 24-25, nº 5-), anforiscos con tituli scariphati de contenido erótico (como CIL I2, 477 -pp. 26-27, nº 6-), tegulae marcadas con datación consular (como CIL XV, 1113 -pp. 32-33, nº 9-), tabellae defixionum (como CIL I2, 1012 -pp. 54-55, nº 20-), placas en formato circular (EDR 126783 -pp. 34-35, nº 10-), inscripciones sobre vidrio -como aquélla de la que hemos tomado el título para este post: "(el) bien para los buenos" (AE 1948, 175 -pp. 188-189, nº 87, cuya fotografía sigue a estas líneas)- o el hermoso collar servil en bronce perteneciente a uno de los esclavos de Zoninus (CIL XV, 7194 -pp. 22-23, nº 4-), piezas todas que -por citar sólo algunos casos- suponen un sensacional repaso por la materialidad de la cultura epigráfica de la Roma de los primeros siglos, no sólo en Latín, también en griego como en el ejemplo que reproducíamos más arriba o en la placa del gerente de la Sinagoga de los Calcarenses (pp. 86-87, nº 36). 

Al margen, sin embargo, de la cuestión tipológica -ciertamente sensacional y a la que, en cierta medida, hace justicia también el repertorio de inscripciones del Museo Nazionale Romano que hemos incluido en nuestro Museo Virtual del proyecto Valete uiatores, al que el lector puede acudir para ver las inscripciones enlazadas en este post- el libro es un delicioso manualito para aproximarse e introducirse en cuestiones religiosas, culturales, económicas y sociales de la antigua Roma abordadas, además, con una redacción que, dada la buena pluma de la autora, hará las delicias de cualquier amante del mundo romano pero, también, de la buena literatura histórica. Así, y sin ánimo de exhaustividad, se tratan cuestiones como el ideal romano de la celebritas (pp. 16-17) y la función que la imagen personal jugaba en la iconografía funeraria para satisfacer aquél (pp. 18-19, 122-123, 146-147 o 158-159), se aborda también la normativa jurídica que regulaba la protección de los sepulcros (pp. 38-39) y las evidencias de su constante y festiva frecuentación (pp. 20-21 y 30-31). Se hace hueco también a cuestiones de carácter social como la esclavitud (pp. 22-32 y 152-153), el ejército (pp. 24-25), la carrera municipal y militar y sus singulares ornamenta cívicos (pp. 66-67 y 84-85) amén de la cuestión del trabajo y del mundo laboral que, como se dijo, ocupa un lugar muy distinguido en el volumen (passim). No falta tampoco atención al hecho religioso, tanto atendiendo a la religión pagana oficial -a partir de tituli vinculados a algunas de las más veneradas y populares divinidades del panteón de Roma (pp. 62-63, 80-81, 166-167 o 196-197)- como también al sincretismo que, a partir del siglo II d. C., surge entre paganismo y cristianismo (pp. 80-81), se abordan también cuestiones transversales como los espectáculos, con atención especial a los gladiatorios (pp. 48-51 y 186-187) pero también a los ludi Saeculares (pp. 90-91), e, incluso, hay piezas dentro del catálogo que arrojan luz sobre el complejo y apasionante mundo de la construcción romana (pp. 32-33, 98-99, 110-111 o 124-125) o -deliciosas- sobre el proceso de fabricación de una inscripción romana (pp. 104-105, 1116-117 y 128-129) o sobre el amor y las relaciones humanas en Roma tanto en su dimensión más feliz y erótica (pp. 26-27 o 108-109) como en su componente de dolor, cuando es un amor no correspondido, maldito (pp. 54-55 y 114-115). Tal variedad de asuntos -que, acaso, podrían haberse sistematizado en un añadido a los útiles índices, básicos, que cierran el volumen (pp. 221-223)- demuestra la amplitud de temas que, en nuestro conocimiento de las sociedades antiguas en general y en la romana en particular, son iluminados a partir de las inscripciones y hace justicia también al subtítulo del libro: "iscrizioni (...) raccontano Roma", "inscripciones que nos hablan (de) Roma".

Qué duda cabe que contemplando estas historias, este "acurato lavoro di ricostruzione storica e un po' di immaginazione" -como reza la contraportada del volumen- del que hace gala este libro, en cierta medida se cumple el deseo de muchos de quienes realizaron estas inscripciones en los primeros siglos de nuestra Era, un deseo de "tramandare la storia delle loro vite alle generazioni del futuro", de legar a las generaciones futuras la historia de sus propias vidas. Se trata, pues, nos parece, de un volumen imprescindible -casi equiparable al Si muero no me olvides editado no hace mucho por la Universidad de Alcalá de Henares respecto del singular repertorio epigráfico de la colonia Augusta Emerita, capital de la Lusitania (Alcalá de Henares, 2022, ver reseña aquí)- para quienes, en nuestra docencia de Epigrafía Romana, tenemos por delante el reto de apasionar a nuestros jóvenes estudiantes por el poder que, en la Antigüedad, y todavía hoy, tuvo, tiene y tendrá la palabra escrita, la palabra -en este caso- inscrita. Sin duda que este libro, con el elenco de temas que trata, estimulará la curiosidad de los buenos estudiantes y de quienes -público en general-, tras conectar con el lenguaje de las inscripciones gracias a la labor realizada en la web 2.0 por el Museo Nazionale Romano, se acerquen a un volumen que, sin duda, no les defraudará. 

¡Ojalá sea así! Esperándolo sólo nos queda felicitarnos por este sensacional trabajo de Carlotta Caruso, sobresaliente, y, sin duda, inspirador y que, por ambas razones, bien merecía atención en la sección "Epigraphica" de Oppida Imperii Romani.


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