AVRVM, THVS ET MYRRHAM


[Mosaico de los Tres Reyes Magos, Ravenna, siglo VI d. C.]

Et intrantes in domum uiderunt puerum cum María matre eius, et procidentes adorauerunt eum; et apertis thesauris, obtulerunt ei munera: aurum, et thus et myrrham. Este navideño pasaje evangélico (Mateo, 2, 11, con traducción -si es que hace falta y no es suficientemente explícito- aquí) llama la atención de nuevo de la inminente llegada de la Navidad que, como cada año -y así lo comentábamos en la Navidad de 2008- nos sorprende en medio del ajetreo y de las ocupaciones cotidianas. Y, por su contenido, el citado pasaje creo nos ofrece, además, una auténtica lección: los sabios del mundo antiguo -los Reyes Magos- se postran ante el indefenso Niño recién nacido y, "abriendo sus cofres" le ofrecen "regalos: oro, incienso y mirra". Entre los lectores de este blog, habrá creyentes -que sabrán sondear en lo profundo de su corazón qué munera pueden ofrecer al Niño que nace- y no creyentes. Para unos y para otros, el mensaje del pasaje evangélico escogido nos parece puede ser válido. Ojalá que ante la soledad y ante el dolor, ante todas las tristezas con que el mundo nos "obsequia" cada día sepamos, como los Magos de Oriente, abrir el "cofre" de nuestro corazón (nuestro auténtico tesoro) y esparcir a nuestro alrededor el "oro" de una sonrisa, el "incienso" de una compañía y un optimismo vital oportunos y la "mirra" de la alegría y la fraternidad, de las que tan necesitamos estamos en este tiempo apresurado. Sólo de ese modo haremos que 2010 sea un año diferente para todos: para nosotros y también para quienes nos rodean.

!Feliz Navidad, pues, un año más, a todos! Como la música es ya parte fundamental de la Navidad, no me resisto a que esa felicitación lleve, al menos, tres sonidos para que cada cuál se quede con la sintonía que más le agrade: el emotivo sonido del clásico Adeste fideles, que nos transporta a todos "in Bethlehem" ("a Belén") (pincha aquí), el de los siempre insustituibles The Beach Boys y su sentido Christmas Day, y, el del ya clásico "villancico" de Mariah Carey (pincha aquí) muy indicado para quien -como el escribe este blog- pasa el tiempo durante el periodo lectivo fuera de casa robando tiempo a aquella persona en quien más piensa y la que más debería atender: en fin, "all I want for Christmas... is you".

AQVAE TARBELLICAE (Dax)


















[CIL, XIII, 414, con alusión a un ciudadano de Pompelo
y muro del supuesto templo romano]

Situación
: En la localidad francesa de Dax -perteneciente al Départament des Landes, en el Sur de Francia, en la región de Aquitania, apenas a 90 kilómetros de la frontera con España por Irún- todo -para bien o para mal- evoca al visitante el ambiente de una ciudad termal y hasta existe una Oficina de Turismo enfocada, exclusivamente, a dicho asunto (ver página web aquí). Parece como si, en ella, el tiempo se hubiera parado y como si, a orillas del río Adour, el visitante aun pudiera encontrar ladrando al perro reumático que -según una tradición conmemorada en la plaza de la Catedral de Notre-Dame de Dax- abandonado por un militar romano curiosamente destinado a Hispania, éste encontró curado tras su regreso de campaña lo que, según esa tradición (celebrada ad nauseam en la ciudad y de la que versiones diferentes pueden verse en la red: ver aquí), motivó el rápido crecimiento de la ciudad en época romana, gracias a la explotación de sus surgencias hipertermales por lo visto, entonces y hoy, especialmente indicadas para las afecciones reumáticas. La leyenda -que es, sencillamente, eso, una leyenda, y de la que no se conoce refrendo en las fuentes antiguas- ciertamente dice bastante de la realidad actual de Dax. Dax es hoy, sencillamente, una ciudad termal y, a juicio de este blogero, es lo que se espera que sean todas las ciudades termales (por más que muchos, muchas veces, se hayan empeñado en demostrarme, sin argumentos, lo contrario): un espacio decadente para la solitaria vejez, para la tristeza, para la enfermedad.... Y, desde luego, salvando el corte neoclásico de la zona central de la ciudad, Dax -y, sobre todo, los hoteles de Dax- destilan ese ambiente decadente que tanto están tratando de superar gerentes jóvenes de nuevos Spas y espacios balneares pero que -mucho nos tememos- es algo consustancial a la esencia de una ciudad balnear y, por tanto, resulta difícilmente remediable. Pero, Dax fue una ciudad antigua -vecina de otras especialmente atractivas como Oiasso (Irún) o Pompelo (Pamplona), por citar dos casos hispanos- y, como tal, merece nuestra atención en este blog.
Acceso: Muy próximo a España, para el viajero quizás la información que ofrece al respecto la página oficial de turismo de Dax pueda ser la consulta más cómoda para saber cómo llegar a esta singular ciudad de las Landas (pincha aquí).
Tipología: La hoy -como en época romana- ciudad termal de Dax se corresponde con la Aquae Tarbellae (así en Auson. 3, 6), la ciuitas Aquensium (elocuente nombre: "ciudad de las aguas": Not. Gall. 14, 3) o, más comúnmente, la Aquae Tarbellicae de las fuentes antiguas, citada por Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 7, 8, que también, poco antes, alude al río Adour -que aun hoy surca la ciudad- bajo la denominación latina Atur) entre las póleis de los Tarbelli y a la que Plinio, en su Naturalis Historia, también dedicó atención monográfica (Plin. Nat. 31, 4). El Naturalista lo hizo a propósito de las surgencias de aguas frías y calientes que él conocía como abundantes en la antigua Aquitania (in plurimis terris alibi frigidae, alibi calidae, alibi iunctae: "en muchos lugares hay surgencias de agua, en unos frías, en otros calientes, en otros ambas combinadas") poniendo las de dicha ciuitas, de hecho, como ejemplo de termalismo cuando afirma que ese fenómeno estaba atestiguado in Tarbellis Aquitanica gente: "en la 'nación aguitana' de los Tarbelli". En realidad, el topónimo no está sino haciendo nuevamente referencia -como en otras muchas partes del Imperio Romano- al hábito romano de bautizar con el nombre de Aquae... (y un adjetivo local o étnico) a comunidades destacadas por las propiedades termales de sus aguas. Hispania, por ejemplo (aunque el catálogo salpica a todo el Imperio Romano, véase, por ejemplo: IHM, M.: "Aquae", en Paulys Realencyclopädie der Classischen Altertumswisseschaft, Stuttgart, 1895, cols. 294-307) presenta numerosos casos que sería inabarcable citar en detalle y que obedecen a un fenómeno similar al de las "Alhamas" musulmanas: Aquae Flauiae (Chaves, Portugal), Aquae Calidae (Caldas de Malavella), Aquae Voconiae (Caldes de Montbui), Aquae Bilbilitanorum (Alhama de Aragón), ciudades todas que, por otra parte, aun siguen fieles a su tradición termal, en muchos casos (el fenómeno en Hispania ha sido estudiado por diversos grupos de investigación pero de modo especial por la UNED; quizás sea útil consultar bien todo el volumen monográfico dedicado al termalismo antiguo por la revista Espacio, Tiempo y Forma. Serie 2. Historia Antigua, 5, 1992 -disponible aquí-, bien, cuando menos, el documentado trabajo de DÍEZ DE VELASCO, F., MIRÓ, C., y PERÉX, Mª J.: "Introducción bibliográfica al termalismo antiguo en la Península Ibérica", Espacio, Tiempo y Forma. Serie 2. Historia Antigua, 5, 1992, pp. 593-604, que puedes descargar desde aquí, que, junto al volumen de PERÉX, Mª J. (ed.): Termalismo antiguo, Madrid, 1997 -ver aquí el índice- recoge el punto de partida sobre la cuestión. Recientemente, está trabajando mucho y muy bien sobre la cuestión la joven investigadora Silvia González Soutelo). Las aguas termales pues, actuaron, pues, como "efecto llamada" de un núcleo de población que debió ejercer cierta capitalidad -ya previamente- en el territorio de los Tarbelli aquitanos (tal vez el topónimo Tarbes sea el que más claramente haya transmitido la presencia de dicho grupo aquitano en la zona) y que, por su posición estratégica en los caminos entre Hispania y Aquitania (las fuentes viarias romanas la citan como mansio entre Pompelo -la actual Pamplona- y Burdigala -la actual Burdeos-: It. Ant. 455) alcanzó un cierto florecimiento fenómeno éste que, como podrá observar quien acuda a la bibliografía hasta aquí recomendada se repite notablemente en el mundo romano (una lista de otras ilustres Aquae del Imperio Romano y una válida aproximación a la historia del termalismo romano puede verse en la página oficial de la Asociación Española de Balnearios Urbanos y Spas).
Descripción: A día de hoy, el centro de atracción indiscutible del Dax romano es la exposición instalada -en torno a los monumentales vestigios de la cimentación del templo romano de la ciudad- en la cripta arqueológica construida para garantizar su conservación, en el centro de la ciudad y que es accesible desde el Musee de Borda, en la céntrica Rue Cazade (toda la información sobre dicho recinto arqueológico aquí, además de en el citado enlace del Museo). Dentro de dicha cripta -que ofrece, además, unas vitrinas notablemente bien dotadas con, especialmente, vestigios de material constructivo romano del que pudo ser el forum de la ciuitas- el visitante puede contemplar un notable catálogo de inscripciones votivas -ciertamente algo "ocultas" en la compleja exposición que articula la citada cripta- que documentan tanto divinidades las instituciones locales (o[rdo] Aquensium, en CIL, XIII, 413) como testimonios de los cultos en boga en la zona (Iuppiter en CIL, XIII, 410 o Tutela en CIL, XIII, 411) y hasta del aludido efecto llamada que debió desempeñar el lugar (CIL, XIII, 414, con alusión a un [A]emilius Placidus Pompaelonensis: ver foto en la parte superior de este post). Al margen de ese punto, resulta evocador el monumento de corte neoclásico que -supuestamente reproduciendo un gran balneum al modo romano- se ha edificado sobre el lugar donde se cree estuvo la fuente original romana de aguas hipertermales, en la plaza que hace de centro cívico actual (ver foto aquí) y, por supuesto, tras la catedral local la estatua broncínea del supuesto legionario romano a quien se atribuye la constatación de las propiedades curativas de las aguas del río Adour, a cuyos pies dos sensacionales sectilia ("pavimentos de losas") "a la romana" evocan a las dos divinidades salutíferas romanas por excelencia: Mercurio y Esculapio (el enlazar a la Wikipedia inglesa no es un error: suele estar más documentada que la española, y ser más fiable).
Bibliografía: Desde luego, dado que éste es el blog de un profesional de la Antigüedad con indiscutible vocación docente, no dejaremos pasar la oportunidad que nos ofrece el excelente listado de "Aquae" documentadas en el Imperio Romano de la ilustre enciclopedia Pauly-Wissowa (citado más arriba, en la cateogría "Tipología") para lamentarnos sobre el escaso hábito de trabajo que, quienes se forman en nuestras Universidades en materia de Historia Antigua, tienen de manejar este tipo de monumentales (en todos los sentidos) obras de consulta frente al que sí existe de su manejo en el Reino Unido, en Alemania o incluso en Italia: que no exista una voz sobre esta obra en la versión española de la citadísima Wikipedia es algo más que sintomático-. Efectivamente, se trata de una obra escrita en alemán pero como solía bromear un profesor de mis años de formación en la Universidad de Zaragoza, "las fuentes que cita están en latín o en griego" y, por tanto, son del alcance de casi todo el mundo. Así, consultar IHM, M.: "Aquae Tarbellicae", en Paulys Realencyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft, Stuttgart, 1895, cols. 306-207, puede ponernos sobre la mesa todas las fuentes básicas que existen en la Antigüedad sobre esta comunidad (y la indicación es válida, muy válida, para cualquier otra ciuitas antigua). Lógicamente, no se trata de la única obra que recoge dichas menciones pues existen algunas monografías -más centradas en los datos arqueológicos- sobre Aquae Tarbellicae (recomendamos, como guía arqueológica para los vestigios conservados en Dax el volumen de WATIER, B.: Dax, les ruines romaines de l'Ilot Central, Dax, 1987, o los más genéricos de GARMY, P., y MAURIN, L.: Enceintes Romaines d'Aquitaine: Bordeaux, Dax, Perigueux, Bazas, París, 1996 o BOYRIE-FÉNIÉ, B.: Carte Archéologique de la Gaule. 40. Les Landes, París, 1995, pp. 62-78, una obra, desde luego modélica para la arqueología y que bien podría aplicarse al mundo hispano) pero, quien se precie de saber investigar y de saber documentarse en nuestras disciplinas deberá necesariamente rendir tributo a estas obras consultándolas cuando sea menester, es decir, muy a menudo. Si apenas un sólo lector llega al conocimiento de la existencia de "la Pauly" por estas líneas, el post habrá ya merecido -sobradamente- la pena. Una página del Departamento de Historia de la University of South Carolina ofrece en la red una excelente ficha de sobre Aquae Tarbellicae.
Recursos en internet: Al margen de la atención que dedican a Aquae Tarbellicae -y a sus restos- tanto la web de Turismo de Dax (pincha aquí) como la ya citada Wikipedia (con voz propia en la versión francesa: pincha aquí) o la Wapedia, sólo aporta datos -y muy someros- sobre la antigüedad romana de Dax, la Enciclopedia Britannica OnLine.
Recomendaciones: El Restaurante/Cafetería Le Sévigné, justo en la plaza ubicada tras el museo arqueológico de las ruinas de L'Ilot Central, ofrece unos menús de cierto aire francés (quesos, crêpes...) ciertamente asequibles y deliciosos y está ubicado en uno de los espacios de la ciudad que -por alejados del ambiente termal- resultan más agradables en Dax. Para los amantes de la cocina italiana -esa cocina infalible que se reviste de mil formas diferentes cuando uno la degusta a lo largo y ancho del mundo- puede resultar simpática la Pizzeria Pinocchio, ubicada en frente del muy conocido -pero muy decadente y, desde luego, nada recomendable, a nuestro juicio- Hotel Accor Dax Thermal. Pocas recomendaciones puede el autor de este blog hacer en relación a la zona francesa circundante a Dax (si seguimos el criterio del blog, que sólo recomienda lugares conocidos "de primera mano") y, por tanto, ya en España, San Sebastián e Irún -con el Museo Romano de Oiasso, arriba aludido y que, desde luego, es una de las visitas pendientes- parecen las visitas más recomendables. Ahora bien, uno sigue pensando que estando tan cerquita Pamplona... (cada lector que continúe la frase a su antojo...).