NASCENTI PVERO

 

[Fresco con representación de la Epifanía en las catacumbas de San Calixto, en Roma, siglo IV]

Vltima Cumaei uenit iam carminis aetas; / magnus ab integro saeclorum nascitur ordo. / Iam redit Virgo, redeunt Saturnia regna, / iam noua progenies caelo demittitur alto. / Tu modo nascenti puero, quo ferrea primum / desinet ac toto surget gens aurea mundo, / casta faue Lucina; tuus iam regnat Apollo. (Verg. Ecl. 4, 4-10)

"La última edad, que anunció la Sibila, ya ha llegado; / ya de raíz nace un nuevo orden de los tiempos. / Vuelve la Virgen ya, a reinar, ya vuelve Saturno; / ya una nueva raza nos es enviada desde lo alto del cielo. / Tú, a ese niño que nace, en quien la época dura del hierro terminará / y brotará por todo el mundo una estirpe dorada, / casta Lucina, ampáralo tú: ya reina tu Apolo".

Los versos que abren este nuevo post de Oppida Imperii Romani, y que constituyen la tradicional felicitación navideña a nuestros lectores en un año en que parece hemos sido capaces de recuperar el pulso al blog en el contexto de la pandemia del Covid-19 (ver aquí las felicitaciones de 2019, 2018 o 2017, por remitir a algunas anteriores), proceden, aunque pueda resultar sorprendente, de un poema pagano compuesto hacia el año 40 a. C. Se trata de los primeros versos de la cuarta égloga del poeta latino Virgilio. Quien escribe estas líneas ha de confesar que no las conocía hasta que, en 2014, las vio citadas en el recomendable libro -para creyentes y para no creyentes y, desde luego, para amantes de la Historia y, más en estos días- La infancia de Jesús, del Papa emérito Benedicto XVI. La razón de la alusión virgiliana por parte de Joseph Ratzinger parece evidente: desde la Antigüedad Tardía, a través de autores como Lactancio o Eusebio de Cesarea o, incluso, como Agustín de Hipona, se fue extendiendo la idea de que había un algo profético en esas palabras de Virgilio que hoy, sin embargo, la crítica resuelve como un simple eco hebraico en la poesía latina en una de las, además, épocas doradas de las letras de Roma (para algunas de esas interpretaciones y la controversia respecto de ellas puede verse la entrada "Christian interpretations on Vergil's Eclogue 4" de la versión británica de la Wikipedia). 

En cualquier caso, las imágenes que se dan cita en ese poema, entre ellas la de una Virgo regnans, una "Virgen que reina", la de un nascens puer, un "niño que nace" y la de una noua progenies, de una "nueva raza", resultan muy apropiadas para estos días de Navidad en que, además, el mundo recupera, en parte, la esperanza ante los difíciles momentos causados, en este 2020, por la pandemia que ha cambiado nuestras vidas. Es evidente que en este año, como comentábamos en un anterior post, hemos hecho Historia y hemos vivido, con toda su crudeza, la Historia. El Papa emérito, Benedicto XVI, comentaba a propósito de estas interpretaciones de la égloga virgiliana en el libro antes citado: "¿Qué se promete allí? ¿Quién es la virgen? ¿Quién el niño del que se habla? (...) Estas ideas antiguas adquieren una viva actualidad mediante la esperanza de que habría llegado la hora de un gran cambio (...) Lo que hasta entonces había sido sólo un esquema lejano, de pronto se hace presente. En la época de Augusto, después de tantos trastornos provocados por las guerras y las luchas civiles, el país se ve invadido por una ola de esperanza: ahora debería comenzar, por fin, un gran periodo de paz, debería despuntar un nuevo orden del mundo. Y en esa atmósfera de espera en la novedad se incluye la figura de la virgen, imagen de la pureza, de la integridad, de un comienzo ab integro. Y también la espera en el niño, el brote divino (deum suboles)"

Como ya comentamos en la felicitación de 2014, el reinado de Augusto -del que hemos hablado no hace mucho en un vídeo de nuestro canal en YouTube- fue el contexto histórico en que se operó el, probablemente, más misterioso y trascendente acontecimiento de la Historia de la Humanidad -la Encarnación del Hijo de Dios- y, también supuso, como se recordaba más arriba, un tiempo de esperanza, de articulación de un nuevo orden mundial en el que la paz se presentaba como una obsesión casi necesaria. No resulta difícil trasponer las sensaciones que el mundo debió vivir entonces, tras casi un siglo de continuas guerras civiles, con las que vamos a vivir en estos días de Navidad con la esperanza de que las anunciadas vacunas traigan la normalidad de siempre a nuestras vidas y acaben con las cifras de fallecidos a las que, tristemente, parece que nos hemos acostumbrado en los últimos meses. Puede ser una buena intención para poner a los pies del Belén y de ese nascens puer al que miraremos, a menudo, creyentes y no creyentes, en estos días de Navidad. Seguro que ése deseo es el más urgente en estos días de Navidad aunque, muy probablemente, no el único que pidamos para esa carminis aetas y ese magnus ordo ab integro com que, desde luego, todos soñamos. También tendremos que poner de nuestra parte siendo luz, encendiendo la luz de la Navidad, como decía la felicitación navideña de la Universidad de Navarra, difundida hace apenas unos días, para hacer llegar esa luz a nuestro alrededor, no sólo en estos días, sino durante todo 2021. 

Con el que, seguramente, es el más hermoso villancico de todos los tiempos, queden aquí los mejores deseos de una entrañable y feliz Navidad y de un 2021 lleno de esperanzas -y también de nuevos posts en los que encontrarnos- por parte de quien hace posible, con no poco esfuerzo, Oppida Imperii Romani. ¡Gracias por seguirlo!





SANTA CRIZ (ESLAVA) (y IV)


[Trabajos de medición en Santa Criz de Eslava en el invierno de 2019]

Parece que fue ayer cuando, en febrero de este año que se nos marcha -antes de que se declarase en todo el mundo la pandemia del Covid-19 que ha cambiado nuestras vidas, al menos por el momento- anunciábamos en este blog la aprobación por el Parlamento de Navarra de una enmienda parlamentaria en favor de Santa Criz de Eslava para la adecuada gestión del yacimiento -bien representado últimamente en este blog (ver etiqueta)- y, también, de la exposición permanente instalada en el municipio de Eslava en junio de 2018 (ver texto de la enmienda aprobada). En dicho post indicábamos qué pretendíamos hacer con la cantidad adjudicada a dicha enmienda evidenciando, ya entonces, que creíamos en un proyecto arqueológico para Santa Criz de Eslava que fuera un proyecto de gestión integral del patrimonio. Un proyecto, por tanto, de investigación, sí, pero también de transferencia; de conservación y apuesta por la sostenibilidad del yacimiento; de gestión cultural y dinamización del lugar -y no sólo turística-; pero, por supuesto, de empleo de éste como motor de desarrollo económico para el futuro (algunas herramientas para conseguirlo han sido mostradas en un vídeo compartido en un reciente post de Oppida Imperii Romani). Hace apenas unos días, recibimos en Santa Criz de Eslava -en esta ocasión no en el yacimiento sino en la exposición arqueológica "Santa Criz de Eslava, reflejos de Roma en territorio vascón"- a la Comisión de Cultura del Parlamento de Navarra y les expusimos, con la presentación en diapositivas que cierra este post, el alcance de nuestros trabajos. Justo una semana después, se aprobaba en el Parlamento de Navarra, y por unanimidad, la enmienda a favor de Santa Criz de Eslava, para 2021, promovida por el grupo EH-Bildu dotada de una cantidad bastante menor pero que despertó el apoyo unánime de todos los grupos políticos del parlamento foral lo que, sin duda, es un neto motivo de satisfacción.

El presente post quiere acercar al gran público qué se ha hecho con ese dinero, de todos los navarros y, también, qué expusimos a los parlamentarios -aunque de ello se han hecho eco en estos últimos días Diario de Navarra y Diario de Noticias de Navarra- como líneas principales para el trabajo futuro. También porque, como refirió la arqueóloga Txaro Mateo en su intervención ante los parlamentarios en la visita de hace unos días, lo hecho con esos recursos puede servir de plantilla de lo que, si acompañan los recursos, podría hacerse, cada año, en una ciudad romana muy especial, seguramente, como siempre hemos subrayado, una de las más monumentales del nordeste peninsular. Así, si en el post del pasado febrero hablábamos de [1] investigación[2] viralización [3] dinamización, con arreglo a esos tres objetivos, las acciones desarrolladas en este año han estado encaminadas a [1] la atención a la exposición arqueológica, a [2] la intervención directa sobre el yacimiento y, en particular, sobre sus condiciones de, accesibilidad, visitabilidad y conservación y, por último, a [3] la incentivación de la investigación como medio para generar conocimiento que sirva, además, a los tres objetivos que se citaban al comienzo de este párrafo. Quienes, lectores de Oppida Imperii Romani, siguen a Santa Criz de Eslava en las redes sociales -tanto en Facebook como en Twitter- o quienes están suscritos a su Museo Virtual, conocen parte de esas actividades porque hemos ido dando cuenta de ellas en dichos espacios, ejemplos claros de las herramientas de mediación más inmediatas que tenemos hoy en día en los estudios sobre Antigüedad empleando las potencialidades de la web social 2.0. Todo eso que se ha hecho, además, se ha hecho en clara colaboración con la administración, con la Dirección General de Cultura de la Institución Príncipe de Viana y, en particular, con la Sección de Arqueología del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, que ha brindado un apoyo constante a cada una de las acciones aconsejando la realización de unas y apoyando, siempre sin reservas, el desarrollo de todas las demás. Por su parte, con recursos propios, el Ayuntamiento de Eslava se ha implicado al máximo en muchas de las acciones y, por supuesto, gratamente lo han hecho también, con aportaciones económicas, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, que ha cooperado desde su Diploma de Arqueología, y, también un proyecto financiado por la UNED de Pamplona en colaboración con la Obra Social La Caixa y la Fundación Caja Navarra

Santa Criz de Eslava alcanzó, en el curso 2018-2019, una cifra de casi 3.000 visitantes anuales -por encima de los 2.900, para ser exactos- repartidos entre quienes visitaron sólo el yacimiento arqueológico o quienes, la mayoría, pasaron también por la exposición arqueológica. Se trata de cifras extraordinarias para un yacimiento sin un centro de recepción de visitantes ni un museo de sitio. En las condiciones de este año, con tantas restricciones en el tamaño de los grupos y varios meses de cierre forzoso la cifra ha alcanzado los 600 visitantes. La arquéologa Nerea López, formada en la Universidad de Navarra, que atiende esas visitas contratada por el Ayuntamiento de Eslava, se ha convertido en todo un referente en Santa Criz. Su amabilidad, su pasión por la Antigüedad y su extraordinaria orientación al cliente son, de hecho, ponderadas en las numerosas reseñas con que Santa Criz cuenta ya en Google. Pero, lógicamente, ese deseable trajín de visitantes -que, estamos convencidos, se incrementará cuando se retomen las excavaciones y se aporten novedades continuadas- exige a un proyecto arqueológico inversión en su sostenibilidad, en su conservación. La reserva, en el trujal cooperativo de Eslava, de extraordinarios materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones antiguas, y el paso por él de los visitantes ha forzado gratamente a que parte de los fondos de la enmienda parlamentaria se destinasen a la atención a la exposición -en tareas de limpieza, de refacción de algunas de las peanas, de iluminación de algunos de los materiales más representativos, todos ellos extraordinarios (puedes verlos en el catálogo publicado sobre la muestra, que se vende en Eslava)- y, también, a la atención del yacimiento no sólo dañado, con afecciones menores, por el paso de visitantes, sino, especialmente, dañado en sus accesos por las inclemencias atmosféricas y más en un año marcado por los meses de confinamiento derivado de la situación sanitaria. Así, se ha realizado un profundo adecentamiento de las paredes laterales exteriores de la sala de exposiciones para garantizar, además, la ausencia de humedades en el interior (diapositiva 13 de la presentación que cierra este post); se han regularizado tramos del camino de acceso que habían sido dañados por la lluvia y en los que comenzaban ya a aflorar estructuras arqueológicas (diapositiva 7); se han instalado balizas y cordeles para guiar al visitante (diapositiva 8); se han consolidado con morteros las partes altas de muros que habían sido deteriorados por el paso de los turistas (diapositiva 8); se ha añadido mobiliario urbano -con papeleras y mesas de descanso en varios puntos del enclave-; y, por último, se han colocado algunas pasarelas de madera para, en cierta medida, facilitar al visitante autónomo, que en número creciente se ha acercado a Santa Criz este año durante la primavera y el otoño, un cierto itinerario de visita (diapositiva 8). El plato fuerte, quizás, de esa inversión sobre el propio bien arqueológico ha sido la redacción, de la mano de la Fundación ONCE y de la empresa Ilunion, de un plan de accesibilidad universal a Santa Criz de Eslava (diapositiva 11) que, cuando pueda ejecutarse, convertirá a Santa Criz -con las limitaciones propias de su posición en altura- en el primer yacimiento con accesibilidad total, proyecto éste que, incluso, ocupó la atención de Televisión Española en el pasado mes de noviembre.

Lógicamente, como demostramos a comienzos de año con un amplio estudio publicado en la prestigiosa revista SPAL de la Universidad de Sevilla (ya en acceso abierto), las posibilidades que, a nivel investigador, ofrecen tanto la necrópolis como, especialmente, el foro de Santa Criz de Eslava, son múltiples. Conocer a fondo su estado de conservación y documentar con rigor su geometría se han presentado siempre como un reto fundamental, como toda una inversión de futuro. De este modo, por un lado la restauradora Clara Calvo ha trabajado, con la Sección de Bienes Muebles del Gobierno de Navarra, en un estudio pormenorizado de las patologías de las estructuras inmuebles del yacimiento (diapositiva 10) y, por otra parte, la aclamada empresa 3D Scanner Patrimonio e Industria, spin off de la Universidad de Zaragoza, con Jorge Angás a la cabeza -uno de los mayores expertos en España en digitalización y documentación geométrica del patrimonio arqueológico, no en vano acaba de publicar un destacado volumen sobre la cuestión (con reseña en Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 29, 2021)- ha procedido a la digitalización completa del yacimiento (diapositiva 9) generando una información geométrica que obra ya en el servidor del Gobierno de Navarra para poder ser compartida, oportunamente, con técnicos e investigadores pero que, también, servirá de base para la promoción de visitas virtuales -pronto habrá una demo disponible en el canal de YouTube de Santa Criz de Eslava- y para la creación de herramientas de mediación en realidad aumentada en las que se quiere trabajar, especialmente, en 2021 incluyendo la edición, desde la Universidad de Navarra, de un cuadernillo pedagógico para escolares y familias en cuyos dibujos trabaja ya la artista navarra Pati Trigo (diapositiva 26) y que se confía pueda estar listo para el arranque del curso 2021-2022, ojalá ya de vuelta a la "antigua normalidad".

Cuando, en septiembre de 2017, se produjo el hermanamiento entre la villa romana de Liédena, Los Bañales y Santa Criz de Eslava y, poco después, la firma del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Eslava y la Facultad de Filosofía y Letras y la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, se tenía muy claro que el futuro de Santa Criz de Eslava pasaba por un ejercicio de la "Arqueología pública" que tuviera su base en la investigación seria, rigurosa, con equipos abiertos e interdisciplinar. El incremento de publicaciones que, sobre Santa Criz, se han producido en estos últimos dos años ha sido absolutamente notable -una lista de dichos trabajos se recogió en un post anterior sobre Santa Criz de Eslava aunque para la lista completa puede verse el perfil de Academia.edu de quien firma estas líneas- pero, tras la atención prestada al repertorio epigráfico de la ciudad y, también, a su foro, estaba pendiente dedicar esfuerzos investigadores, de manos de expertos, al material recuperado en las excavaciones de los años 90, en parte pendiente de ordenación y de inventario, al repertorio estatuario procedente del derrumbe de la zona meridional del foro -la única excavada hasta la fecha-, al impresionante conjunto de pintura parietal -con casi 10.000 fragmentos- recuperado en los rellenos constructivos de la amortización del probable almacén anexo al foro, al repertorio numismático y, con nuevas metodologías, al sensacional registro funerario recuperado en las excavaciones de la necrópolis. La actividad investigadora ha constituido, por tanto, el tercer pilar del proyecto de Santa Criz de Eslava en este 2020.

De este modo, y dando apoyo al sensacional trabajo de inventario desarrollado, en los almacenes del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, por las arqueólogas Txaro MateoLorena Marín y Nerea López -que han inventariado más de 14.000 fragmentos cerámicos, más de 900 objetos metálicos, cerca de 1300 materiales de construcción o, casi 4.000 restos de fauna (diapositiva 15)- y con un entusiasta apoyo de alumnos del Diploma en Arqueología de la Universidad de Navarra (ver el álbum en Flickr de dicho título, retrocediendo a partir de esta fotografía) han trabajado, en estos últimos tres meses, con materiales de Santa Criz de Eslava Luis Romero, de la Universidad de Navarra, que se ha ocupado del material escultórico y de la decoración arquitectónica (diapositiva 17) con notables novedades que, entre algunas otras de que se dará cuenta en el volumen del Corpus Signorum Imperii Romani ya comprometido al efecto, convierten a Santa Criz en la más septentrional de las ciudades hispanorromanas en contar con programas dinásticos heroizados (diapositivas 18 a 20), Lara Iñiguez, de la Universidad de Zaragoza, que ha sido capaz de identificar tres grandes conjuntos pictóricos de las primeras décadas del siglo I d. C. a través de un puzle casi imposible (diapositivas 21 y 22), Gianluca Mandatori, de la Societas Scientiarum Fennica que, desde Roma, ha inventariado el monetario de Santa Criz así como los grafitos parietarios y los grafitos y sigilla sobre cerámica, fotografiados en el laboratorio por Elena Alguacil, de la Universidad de Navarra (diapositiva 24) y, Paloma Lorente que, colaboradora de la Humboldt Universität y con una larga formación en arqueotanatología, se ha ocupado -con notables ecos en prensa- del registro de la necrópolis (diapositiva 23). La conformación de este equipo ha puesto de manifiesto la capacidad de quienes coordinan actualmente el proyecto, por encargo del Ayuntamiento de Eslava, de crear las sinergias suficientes para hacer que el conocimiento fluya incluso sin, hasta la fecha, mover un gramo de tierra en excavación.

Es mucho, por tanto, y a todos los niveles, lo que se ha hecho. La atención a la conservación del yacimiento, a su gestión cultural y turística, a su accesibilidad, a su documentación y a su investigación ha sido posible por la existencia de una generosa partida parlamentaria, bien aprovechada. Lo realizado y aquí resumido pone de manifiesto, de forma evidente que -como hemos dicho hace apenas un par de meses en otro post de este blog- la investigación en los yacimientos arqueológicos y, en especial, la que se hace desde universidades y organismos de investigación -y que busca, siempre, ser Arqueología "integral" (véase nuestro trabajo en el Journal of Tourism and Heritage Research, 3-3, 2020)- necesita de cierta estabilidad presupuestaria a varios años vista evitando, de este modo, estar sometida al vaivén de la disponibilidad de recursos establecida por enmiendas parlamentarias o por iniciativas municipales. Es urgente, pues, que quienes tienen en su mano la competencia de investigación sobre el patrimonio arqueológico planifiquen, con el marco, al menos, de una legislatura, la atención presupuestaria a proyectos concretos, punteros, de notable retorno y demandados socialmente -como se ha demostrado que lo es éste de Santa Criz de Eslava- para que, de ese modo, la investigación pueda planificarse y dar frutos como los que, en este 2020, ha dado el proyecto de Santa Criz de Eslava que, desde luego, tiene, todavía, mucho que aportar a nuestro conocimiento de la Romanización en el norte peninsular. 


PARVA CIVITAS, SED GLORIA INGENS

 


[Cartel anunciador de la Jornada sobre La Romanización en Cinco Villas, celebrada, en formato telemático, el 21 de noviembre, en la UNED de Ejea de los Caballeros, con apoyo del Centro de Estudios Cinco Villas de la Institución Fernando el Católico]

En el trabajo que venimos desarrollando, desde hace más de una década, en la ciudad romana de Los Bañales -y cuyos valores hemos resumido hace apenas unas semanas en un post anterior de Oppida Imperii Romani y aun en un reciente vídeo- siempre hemos tenido presente que los problemas históricos planteados por la excavación arqueológica y los estudios territoriales desarrollados en Los Bañales de Uncastillo sólo deben ser validados tras un diálogo incesante, y abierto, con colegas expertos en las distintas parcelas que nutren el conocimiento sobre la Antigüedad y en comparación, incesante -pues es así como trabaja la Arqueología Clásica, como recuerdan, incluso, las películas de Indiana Jones- con otros yacimientos y enclaves sometidos a condicionantes históricos y territoriales parecidos. Esa filosofía, por ejemplo, ha impregnado la Serie de Monografías "Los Bañales" que, ya con tres volúmenes editados, ha ido poniendo sobre la mesa cuestiones que, atestiguadas en Los Bañales y en la intensa presencia romana en la Comarca de Cinco Villas -cuyo conocimiento, el proyecto de Los Bañales, fundamentalmente con apoyo de la propia Comarca, ha venido a dinamizar- se han revelado con un alcance territorial mayor que ha aportado la contextualización necesaria de cualquier fenómeno histórico. 

Una de esas cuestiones ha sido la del despegue monumental temprano -entre Augusto y los Flavios- de comunidades pequeñas que, sin embargo, no alcanzaron su maduración jurídica y estatutaria hasta la extensión del ius Latii por Vespasiano, ya en época flavia, los denominados parua oppida sobre los que existe una etiqueta específica en este blog. Ese fue, precisamente, el tema principal de la Jornada de la que se da cuenta en estas líneas, una jornada de estudio inicialmente prevista para el mes de octubre, en formato presencial, pero que la situación sanitaria vivida en aquellas fechas por Ejea de los Caballeros, obligó a trasladar al mes de noviembre celebrándola, finalmente, a puerta cerrada pero con una inusitada participación de cursillistas, que, en un número superior a sesenta, sometieron a los ponentes a un extraordinario coloquio no sólo tras sus intervenciones sino, también, en la mesa redonda final.

Todo el evento, como ya se hiciera con el que, en el verano de 2017, se celebró en torno a la presentación del volumen 2 de la Serie de Monografías Los Bañales, fue grabado gracias a la extraordinaria diligencia del personal de la UNED de Ejea y de la UNED de Calatayud y, gracias a ello, y al vídeo resultante, alojado en YouTube, el público de la jornada podrá multiplicarse dando a la investigación que se hace en Los Bañales un carácter, si cabe, aun más abierto. La jornada contó con las intervenciones de quien escribe estas líneas, que habló sobre las ciudades romanas de las Cinco Villas como paradigma de esa categoría historiográfica de los parua oppida; con la de Lara Iñiguez Berrozpe, de la Universidad de Zaragoza, que profundizó en los programas de decoración pictórica públicos y privados de las primeras décadas del siglo I d. C. como evidencia de la efervescencia monumental y cívica del periodo; y con la de Joaquín Ruiz de Arbulo, de la Universitat Rovira i Virgili que dictó una magistral conferencia de clausura sobre el significado de la promoción social y política en la Roma del Alto Imperio con una especial mirada a Tarraco. La sesión se cerró con una Mesa Redonda sobre la cuestión del despegue monumental de las ciudades del Ebro Medio, y de la Tarraconense, entre Augusto y los Flavios, que sirvió de presentación al volumen 3 de la Serie de Monografías Los Bañales, y que, moderada por María Jesús Peréx, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, contó, además de con los ponentes antes citados, con Aitor Blanco-Pérez, de la Universidad de Navarra y María Ruiz del Árbol, del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Todo el material resultante de la misma, con enlaces medidos al momento de arranque de cada una de las ponencias, puede verse en el post que la UNED de Calatayud ha preparado para recoger el evento y garantizar, como era también nuestro deseo, su máxima difusión.

Sí nos parece oportuno, al margen del caudal de información histórica que las ponencias presentadas, y la discusión final, ofrecen, llamar la atención sobre unas sentidas palabras que, en la apertura del acto, pronunció José Luis Jericó, gerente de SOFEjea y secretario del Centro de Estudios Cinco Villas y que nos conmovieron, por su extraordinaria oportunidad (puedes verlas extractadas, en vídeo, aquí). En ellas este historiador de formación que tanto trabaja por la promoción de Ejea de los Caballeros y de las Cinco Villas de Aragón, subrayó no sólo el papel que Los Bañales tienen como "elemento importantísimo de la Historia de Aragón" sino también como "elemento irradiador para la vertebración del territorio de las Cinco Villas y para su desarrollo económico" -"eje estructurante de la Comarca", de hecho, llegó a llamarlos- poniendo de relieve de qué modo aspectos como "la promoción de la imagen, la visibilización de las potencialidades de la Comarca Cinco Villas y de su actividad turística" se han beneficiado, en estos años, del proyecto que hemos desarrollado en Los Bañales y al que, ojalá, le queden todavía muchos años de recorrido. Gracias por estas palabras que tanto significan para un proyecto que debe seguir uniendo a todos los cincovilleses en torno a la apuesta que -creciente y comprometidísima en estos últimos años- ha hecho la Comarca de Cinco Villas de la que seguimos esperando todo lo mejor. 

Toca ahora disfrutar de este evento en diferido que, seguro, resultará -como nos resultó para quienes pudimos intervenir en él- absolutamente inspirador. 


E-PIGRAPHIA (y III)


[Póster presentado el pasado día 25 de noviembre al workshop virtual de la red INTELE: INfraestructura de TEcnologías del LEnguaje, orientada a la promoción de las nuevas herramientas de investigación en materia de Humanidades Digitales. Para el resto de pósteres presentados al foro, pincha aquí y para obtener éste en pdf, aquí]

Copiando el nombre del blog del colega y amigo Manuel Ramírez Sánchez, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, no es éste el primer post de Oppida Imperii Romani que incorpora este acertado título para abordar cuestiones relacionadas con la denominada Epigrafía digital o, acaso mejor, Epigrafía virtual o Epigrafía 3D (sobre esos conceptos, puede verse, con bibliografía, nuestro reciente trabajo en el volumen Ex Baetica Romam. Homenaje a José Remesal Rodríguez, Barcelona, 2020). Ya lo empleamos en 2016 para compartir el vídeo de un encuentro que, sobre Nuevas Tecnologías y Epigrafía Latina celebramos en la UNED de Tudela y, antes, en 2012, para, precisamente, recomendar el blog E-Pigraphia, del epigrafista y colega arriba citado.

En esta ocasión, el pretexto de este post es compartir un póster que, en apenas unas líneas y con cuatro ideas muy simples, resume lo que el trabajo en fotogrametría digital aplicado a la documentación, estudio y difusión de inscripciones romanas ha aportado a proyectos como el de Santa Criz de Eslava -entre 2017 y hoy- y el de Los Bañales de Uncastillo -entre 2015 y hoy- y, a través de ello, también a la Epigrafía Romana en general y a la Epigrafía 3D o Epigrafía Virtual, como antes la llamábamos, en particular. El póster, presentado en noviembre de este año a un workshop de una de las redes de trabajo y conocimiento auspiciadas por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, resume las tres facetas en que, además con publicaciones recientes y de impacto al respecto -y siempre de la mano de Pablo Serrano Basterra- el trabajo con tecnologías de fotogrametría 3D nos parece ha incentivado aspectos concretos del mestiere di epigrafista que, lógicamente, se ha transformado mucho desde que en 1987 se publicara el volumen de I. di Stéfano Manzella en que se inspira esa expresión, conocida por cualquiera que se haya aproximado alguna vez a la ciencia de las inscripciones.

Esas tres áreas, testadas a partir de la creación de los Museos Virtuales de Los Bañales y de Santa Criz de Eslava son, por orden: 

[1.] La mejora de las competencias lectoras de los epigrafistas, especialmente ante textos dañados y, por tanto, de difícil lectura. Efectivamente, nuestro trabajo con una dañada inscripción procedente de la ladera norte del cerro de Santa Criz (Eslava, Navarra), de El Soto, y hoy conservada en un domicilio particular -que ha resultado ser un altar dedicado al deus magnus Peremusta- y la experiencia desarrollada, como complemento a la autopsia tradicional, con una de las inscripciones altoimperiales más tempranas del repertorio cincovillés, la estela recuperada hace décadas en Collado de Malvar, en Castiliscar (Zaragoza), nos ha permitido trazar un protocolo de actuación con la fotogrametría digital como aliada para la lectura de inscripciones afectadas por procesos de erosión de sus textos, protocolo que, no hace mucho, ha visto la luz en la revista Digital Applications in Archaeology and Cultural Heritage, 12, 2019 a la que remitimos, con bibliografía.

[2.] El empleo de los visores 3D de inscripciones como vitrinas que facilitan la socialización de un patrimonio, como el epigráfico que, en ocasiones, no puede ser disfrutado en abierto por los públicos ávidos del disfrute del patrimonio cultural. Como hemos recordado no hace mucho (III CAPA, Zaragoza, 2020), en proyectos arqueológicos todavía incipientes el planteamiento de programas museográficos suele llevar tiempo. Hasta que éstos encuentran el apoyo necesario para su feliz puesta en marcha la conformación de Museos Virtuales puede resultar una buena alternativa para poner al cabo de la calle el patrimonio material recuperado en las excavaciones. Los condicionantes de volumen de las inscripciones romanas hacen, además, que, incluso si se cuenta con museos o centros de exposición, aquéllas ocupen demasiado espacio como para ser expuestas o, al menos, todas ellas. De igual modo la dispersión del material epigráfico de una misma ciuitas, que, por avatares historiográficos diversos, ha podido acabar en colecciones diferentes y geográficamente separadas, puede encontrar solución en la creación de espacios virtuales en que ese material pueda ser visto, compartido con el tejido investigador y disfrutado por el gran público. Con esa vocación nació el Museo Virtual de Los Bañales (Cuadernos del Marqués de San Adrián, Ext., 2018) que ofrece a cualquier visitante, a través de los visores de Sketchfab, prácticamente todo el repertorio epigráfico procedente de una de las más generosas ciudades romanas del nordeste peninsular en lo que a hábito epigráfico romano se refiere con atención, también, al de otras localidades de la Comarca de Cinco Villas una vez que ADEFO Cinco Villas, el ente de desarrollo comarcal, colaboró en una segunda fase del proyecto de conformación de la citada exhibición virtual. Sobre las posibilidades de las virtual exhibitions, como se las ha llamado en la literatura anglosajona, disertamos hace algunos meses en el penúltimo workshop de la red Epigraphy.info, celebrado en Hamburgo (Alemania). 

[3.] Las prestaciones de los modelos 3D de inscripciones romanas -y, en general, también de objetos arqueológicos- para el diseño de herramientas concretas de mediación patrimonial. Obviamente, documentar, con toda la exactitud geométrica posible, cualquier objeto arqueológico permite no sólo la impresión de éste en 3D sino el uso de ese objeto virtual, con un evidente realismo, en cualquier tipo de material de mediación patrimonial o pedagógico que se quiera generar un asunto para el que ya ofrecimos algunos ejemplos, a partir del material epigráfico del Museo Virtual de Santa Criz de Eslava, en una reciente publicación (Cuadernos del Marqués de San Adrián, 11, 2019). Así, por ejemplo, en el videorecorrido de recreación de Santa Criz de Eslava que, con motivo del centenario de la primera noticia científica sobre el yacimiento, elaboró Iker Ibero Iriarte, y que puedes ver aquí, en el Canal de YouTube de Santa Criz, la mayor parte del aparato epigráfico de la necrópolis se integró en el vídeo a partir del uso de los modelos 3D que Pablo Serrano Basterra había elaborado para el citado Museo Virtual.

Es evidente que esta última línea de trabajo tiene muchas posibilidades. Felizmente, vamos a poder comprobarlo en los próximos meses con el material epigráfico de tres colecciones que, además de las de Los Bañales de Uncastillo y Santa Criz de Eslava, se cuentan entre las más atractivas, también cuantitativamente, de la Epigrafía del Occidente Romano: la del Museu Epigráfico de Idanha-a-Velha, la antigua ciuitas Igaeditanorum, en Portugal, la del Musée d'Aquitaine de Burdeos, la antigua Burdigala, en Francia, y la del Museo Nazionale Romano, en Roma. Ese trabajo va a ser posible gracias a la concesión, a la Universidad de Navarra, de un proyecto europeo de la línea Europa Creativa que, titulado "Valete uos uiatores!: travelling through Latin inscriptions across the Roman Empire" -título que arranca del que fue el primer post de Oppida Imperio Romani- va a generar varios outputs en formato audiovisual -de los que se encargará Clau Creative Services-, digital -de los que se ocupará Pablo Serrano-, y de videojuego -de la mano de Iker Ibero-, en torno al paisaje epigráfico de las ciudades romanas de Occidente proyecto en el que participan también, además de los Museos citados, la Universidade de Coimbra, la Université Michel de Montaigne de Bordeaux y la Universitá La Sapienza de Roma... ¿No suena magnífico? ¡Arrancamos!


LABOR OMNIA VINCIT

 

Hace ya algunas semanas, quien escribe este blog, tuvo la oportunidad de dictar la conferencia inaugural del Máster Interuniversitario del Mediterráneo Antiguo que ofrecen la Universitat Oberta de Catalunya -de referencia en la formación a distancia en España-, la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universidad de Alcalá de Henares. A pesar del enfoque del Máster, muy centrado en el estudio de las sociedades antiguas del Mediterráneo, la coordinadora del mismo, la Prof. Dra. Dña. Glòria Munilla, vinculada a un proyecto patrimonial ejemplar como es el del Alto de la Cruz de Cortes de Navarra, nos encargó abordar con qué herramientas habíamos conseguido hacer, en estos años, del proyecto de Los Bañales de Uncastillo, en Zaragoza, y del de Santa Criz de Eslava, en Navarra, motores de desarrollo territorial. Se trató, por tanto, de una ponencia sobre gestión del patrimonio arqueológico, un asunto del que nos hemos ocupado en estos últimos años en no pocas publicaciones que, no se oculta, impregnaron parte del contenido de la misma (recomendamos, especialmente, nuestra reciente trabajo en el Journal of Tourism and Heritage Research, 3-3, 2020; nuestra contribución a las jornadas portuguesas Arqueología 3.0, Vila-Viçosa, 2019; y, al menos, nuestra contribución a las Actas del I Congreso Nacional de Arqueología Profesional-CNAP, Zaragoza, 2018, por citar tres contribuciones consecutivas en el tiempo). 

Recuperar el patrimonio, conservar el patrimonio y aprovecharlo como recurso para el futuro a través de una comprometida gestión cultural -abierta, innovadora, social y plural- del yacimiento arqueológico han sido, desde hace años, los valores clave del proyecto de Los Bañales que ha sido reconocido como un referente en la ahora denominada Arqueología Pública. Pero, muy probablemente, las claves del éxito del proyecto de Los Bañales y, también -a otra velocidad, por ser un proyecto aun joven pero con notables avances en el último año y medio, como tuvimos ocasión de recapitular en otro post de Oppida Imperii Romani a comienzos de año- del de Santa Criz de Eslava no se citan en el vídeo que encabeza este post aunque, eso sí, podrá intuirlos quien lo siga con atención: trabajo y generosidad, claves que, además, deben estar siempre detrás de la investigación y gestión del patrimonio arqueológico. Claro que ese trabajo y esa generosidad individuales y de equipo -que, para el caso de Los Bañales, ya glosamos en un viejo vídeo del año 2014- sirven de poco, aunque nunca son en balde, si no van correspondidas con un compromiso institucional estratégico, unido y constante, del que estamos hablando, profusamente, por necesario, últimamente (ver este post sobre la cuestión de hace apenas unas semanas). 

En estos últimos años -y enlazamos aquí a presentaciones empleadas en varias conferencias sobre las cuestiones aludidas-, hemos partido de la base de que desde al Universidad se pueden gestionar proyectos arqueológicos que pongan en el centro la investigación rigurosa y seria que genere conocimiento constante que pueda ponerse al servicio de tareas de difusión; hemos sostenido, también, que la investigación arqueológica -y más si se hace con fondos públicos, aunque sean escasos- debe ser social y abierta y tener un retorno público más allá de la propia investigación; y, por supuesto, hemos privilegiado, en la captación de recursos, la formación de jóvenes valores y de futuros profesionales anteponiendo eso a cualquier tipo de honorario o de reconocimiento crematístico de una labor que, sobre todo, hemos entendido siempre como apasionante y como social por estar orientada a mejorar el contexto social, cultural y económico de los territorios en que nuestros proyectos arqueológicos se han desenvuelto. Esas son, de verdad, y no otras, las claves de la verdadera conversión de un proyecto arqueológico en motor de desarrollo territorial. Así lo hemos defendido en estos últimos años, así lo glosamos -con herramientas y acciones concretas, que se detallan- en el vídeo que inspira este nuevo post y, por supuesto, así también lo seguiremos reivindicando frente a quienes siguen pensando que cualquier proyecto arqueológico es igual que otro y que cualquiera merece esas ayudas que, a nosotros, tanto esfuerzo y trabajo nos cuestan suscitar. 

AVT VASCO, INSVETVS GALEAE

 

[Reverso de un denario de la ceca barskunes procedente de la ciudad celtibérico-berona de La Custodia, en Viana, Navarra© Monetario del Museo de Navarra, Gobierno de Navarra]

Obviamente, abrir un canal en YouTube -como, hace algunas semanas, os conté en otro post que había hecho-, como disponer de cualquier perfil en redes sociales es, hoy en día, una forma de exponerse, tanto a los halagos como, naturalmente, a las críticas. Y así debe ser y es propio de la denominada web social. Hace algunos días, en uno de nuestros vídeos de dicho canal -en concreto en éste- un tal Alexander Supertramp acusaba al autor de Oppida Imperii Romani de manipular y no ser fiel a las fuentes antiguas -en concreto por afirmar, ni siquiera en el vídeo en cuestión, que Ptolomeo no era una fuente fiable- y de hacerlo en pro de una "visión céltica de protoespaña", expresión cuyo verdadero significado apenas podemos intuir. Como, efectivamente, no entendimos muy bien a qué se refería, buscamos al autor de ese comentario en la red y dimos con su canal de vídeos en YouTube, que hemos enlazado más arriba. No tuvimos que ver mucho, en uno de los vídeos de dicho canal, Alexander -como lo llamaremos- procedía a desmontar -a su juicio- algunas de las afirmaciones de un reportaje de la Euskal Telebista, de hace ya cuatro años, titulado "Las águilas de Roma" que, en alguna ocasión, siempre con salvedades, hemos recomendado en charlas y conferencias sobre la cuestión vascónica. En el vídeo en cuestión, nuestro hater recapitulaba lo que, a su juicio, eran gazapos históricos del documental de la EiTB. Lo hacía con el objetivo -que pensábamos ya superado- de demostrar que los Vascones -en los que Alexander incluye a todos los pueblos del ámbito navarro, vasco, galo y aquitano actuales- siempre fueron hostiles a Roma y que nunca llegaron a romanizarse del todo o, al menos, por no manipular sus palabras, con el de denunciar que la televisión autonómica vasca afirmase en dicho vídeo que "estábamos completamente sometidos al poder romano, muy unidos y metidos dentro del Imperio y ciudadanos de pleno derecho y muy a gusto dentro del Imperio Romano". Increíble pero cierto que aun se sostenga esto en pleno siglo XXI con todo lo que, sobre los  Vascones y sobre su Romanización -ese proceso de pasar de Vascones a Romanos para volver a ser Vascones que definió tan acertadamente Juan José Sayas en Revista Internacional de Estudios Vascos, 44-1, 1999-, hemos avanzado en nuestro conocimiento en los últimos años (remito, al menos, a nuestro volumen Entre Vascones y Romanos. Sobre las tierras de Navarra en la Antigüedad, Pamplona, 2013, en acceso abierto, y que recoge toda la bibliografía anterior y, también, a la etiqueta Vascones de este blog). En su argumentario, nuestro Alexander utilizaba, apenas iniciado su vídeo, un pasaje del poeta flavio Silio Itálico para demostrar que ya en el marco de la Guerra Púnica II los Vascones se oponían a Roma actuando como aliados de Aníbal. El pasaje, del que tomamos el título de este post (Punica, 3, 358 con traducción al inglés, aquí), efectivamente, cita a varios pueblos pirenaicos, entre ellos a los Cántabros, a los Cerretanos y a los Vascones -de los que se dice que luchan "sin casco", insuetus galeae- como aliados de Aníbal.

Resulta sorprendente que alguien que se permite criticar a quien ha pasado años -décadas ya- estudiando la cuestión vascona no tenga en cuenta -como, precisamente, explicamos en uno de los vídeos de nuestro canal- que no todas las noticias de los autores antiguos tienen la misma validez y que la mayoría de los comentaristas de Silio Itálico -que, no debe olvidarse, es sólo un poeta y que, por tanto, no busca la verdad histórica como objetivo supremo sino el entretenimiento y, en este caso, un cierto toque de erudición por no entrar en la distancia cronológica que le separa de los acontecimientos sobre los que escribe- señalan que esta noticia obedece a un enfoque etnográfico nada justificado que resta toda validez a ese autor como fuente histórica y que, efectivamente, le convierte, al respecto, en una fuente "no fiable" por usar la expresión que Alexander nos atribuye respecto de Ptolomeo (bibliografía sobre este autor puede verse recogida en un trabajo nuestro, con Ángel A. Jordán, publicado en Lucentum, 26, 2007 donde hacemos también un comentario sobre los pasajes relativos a los Vascones y, por cierto, también sobre los múltiples problemas que -como ha señalado en los últimos años, entre otros, Juan Luis García Alonso- plantea Ptolomeo que ha inspirado, de hecho, el comentario de Alexander).

Resulta curioso que la misma serie "Una historia de Vasconia" en la que se insertaba el capítulo antes citado de "Las águilas de Roma" haya también inspirado también, en estas últimas semanas, varios posts sobre Vascones del consultadísimo y animadísimo blog Desolvidar, del divulgador navarro Patxi Mendiburu, con un posicionamiento ideológico totalmente contrario, intuimos, al de Alexander. En concreto, un primer post a propósito de la intervención del más reputado lingüista que tenemos en España sobre el vasco antiguo, Joaquín Gorrochategui en el capítulo "La euskaldunización tardía", de esa serie, y un post más reciente en que se vuelve sobre las tesis de este filólogo a propósito de la sentencia en el lamentable proceso judicial de Iruña-Veleia. En su perfil en Facebook, Patxi ha recuperado, también en estas últimas semanas, un viejo post de 2016, en que da voz a María García-Barberena, experta en la Pompelo antigua, respecto del "poblado vascón" antecesor de la fundación pompeyana de la ciudad. 

Estos dos acontecimientos digitales, el comentario de Alexander y su vídeo deconstruyendo el documental de la EiTB y, también, el fondo de los posts de Patxi Mendiburu nos han hecho pensar que, desde el punto de vista social -otra cosa es el científico, en el que las posturas están cada vez más claras y que siempre conviene revisar (y remitimos a un post donde recogimos la mayor parte de ellas el pasado 2017)- parece existen dos posturas claras en relación a los Vascones antiguos, negacionista una, inclusiva otra. Nos ha parecido sugerente resumirlas aquí en este nuevo post de Oppida Imperii Romani y denominarlas de ese modo para evitar relacionarlas con posturas políticas o ideológicas concretas como, en parte, hicimos en un consultado artículo de la Revista de Historiografía, 8, 2008 por más que, efectivamente, una y otra postura esconden un cierto fondo ideológico y político bastante nítido lo que hace la cuestión más atractiva aun si cabe.

La postura inclusiva, por llamarla de algún modo, es la que representan, en parte, los comentarios que vierte Alexander en su vídeo. Quienes la defienden consideran que la supuesta Euskal Herria hubo de existir en la Antigüedad y, para justificarlo, buscan cualquier evidencia de resistencia de las tribus prerromanas de la zona contra Roma llegando, incluso, a negar la Romanización de esos grupos étnicos que describen las fuentes antiguas acaso sin tener en cuenta el carácter dispar de muchas de esas etnias y, también, que fue la ciudad, y no la etnia, la que articuló las relaciones políticas con Roma en la época. Además, a la hora de defender el carácter monolítico de, al menos, los Vascones -y monolítico desde el punto de vista cultural y lingüístico- recurren a dos tópicos: afirmar que la conservación de la milenaria lengua vasca es, exclusivamente, resultado de la resistencia de estos pueblos ante Roma -si hubieran sido romanizados y conquistados la lengua se habría perdido, sostienen- y que, además, el hecho de que se conserven poquísimos testimonios de vasco antiguo en la zona -apenas concentrados, además, como sabemos, en la Navarra Media Oriental y en las Cinco Villas de Aragón- se justifica afirmando que el paleovasco fue una lengua sólo hablada, y no textual, y que, por eso, ha dejado tan pocos restos afirmándolo, además, con una rotundidad que sorprende dada la lejanía de los acontecimientos y la ausencia total de fuentes al respecto, fuentes que, como sabemos quienes nos dedicamos a la Antigüedad, deben ser, con la adecuada crítica del historiador, la piedra de toque de cualquier teoría y de cualquier evidencia histórica. Por otro lado, la postura negacionista es la que, exagerando y desfigurando algunas de las conclusiones científicas de la investigación reciente -que ha insistido en el carácter tremendamente elusivo de las etnias antiguas-, parecen querer borrar de un plumazo cualquier evidencia vascónica al sur del Pirineo poniendo, efectivamente, el acento en los componentes indoeuropeos de la Hispania antigua y, en particular, de la Hispania septentrional y desdibujando, en cierto modo, la existencia de unos Vascones que, de algún modo y por alguna razón, sí llamaron la atención de los autores antiguos y por tanto, conviene recordarlo, sí existieron. Consideran que nunca se habló vasco, en absoluto, en los territorios ni de Navarra ni de la Comunidad Autónoma Vasca e insisten, además, en que el componente esencial de la población fue el céltico ignorando los elementos ibéricos y olvidando que, muy probablemente, la clave de la etnografía del norte peninsular fue la completa diversidad. En este sentido, a veces fuerzan las fuentes y convierten en anecdótica cualquier evidencia de paleovasco cuando, sin embargo, sigue siendo un reto para los historiadores, saberla explicar y, sobre todo, ser capaces de entender qué elementos llevaron a Roma a conceder identidad étnica a esos Vascones que los textos clásicos citan en distintos y bien conocidos pasajes (ver las recopilaciones de María J. Peréx en Gerión, 2-Extra, 1989 y de José Mª Blázquez en Trabajos de Arqueología Navarra, 20, 2007-2008).

Como ya en anteriores posts hemos recogido algunas de las cuestiones clave de la "controversia vascónica" sistematizando las principales conclusiones recientes de la investigación al respecto (recomendamos especialmente el post "Navarrorum", de 2017, y el "De controuersia Vasconica", de 2015) no vamos a entrar aquí a valorar los errores de ambas posturas aunque, ciertamente, bastarán las pocas palabras de opinión que se han deslizado al enumerarlas. Hay bibliografía suficiente ya publicada para, quien quiera molestarse, formarse un criterio al respecto. Sí queremos cerrar el post adelantado una muy buena noticia. Ya está en prensa, en la colección Artes y Humanidades de la Editorial UNED, y como homenaje a María Jesús Peréx Agorreta, por su reciente jubilación, un volumen de opera selecta coordinado por quien escribe este blog y por su alumno Javier Larequi, que ultima su Trabajo de Fin de Grado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra sobre "Vascones y nacionalismo vasco", en el que se recogen, comentan y reeditan algunos de los trabajos de referencia de esta autora en torno a la cuestión vascónica. Ojalá el volumen sirva para seguir desterrando tópicos en torno a tan apasionante y evocadora cuestión. 


OPPIDA LABENTIA (y IV)

 


[Portada del volumen 8.7 de la serie de actas del XIX AIAC Congress celebrado en Bonn, Alemania, en 2018]

Quien es lector asiduo de Oppida Imperii Romani sabe la atención que, al menos desde febrero de 2015, hemos venido dedicando a las transformaciones urbanas vividas por algunas comunidades hispanas en el periodo que, cada vez con más nitidez, se está denominando medio-imperial, coincidente, grosso modo, con las transformaciones de época antonina y, también severiana. Esa atención ha inspirado nuestra dedicación a los denominados oppida labentia, las "ciudades en dificultad" y ha explicado, también, nuestra muy reciente atención al perfil de ciudades que pudieron, acaso, ser más sensibles a una crisis urbana -y, sí, también institucional- algo anterior a la tan discutida crisis del siglo III d. C., esas ciudades a las que, en una publicación recentísima, hemos catalogado como parua oppida, "pequeñas ciudades". 

El post que el lector lee ahora mismo figuraba como borrador en el área interna de este blog desde hace algunos años una vez que del volumen que presenta -y que pasa, por tanto, a engrosar el repertorio de recomendaciones bibliográficas que se recogen en Oppida Imperii Romani con la etiqueta Volumina- se revisaron las segundas y últimas pruebas en julio de 2019. La crisis sanitaria desatada por toda Europa algunos meses después ha retrasado, notablemente, la edición final del mismo que, sin embargo, acaba de ver la luz en este último trimestre de 2020, casi apenas unas semanas después de que el volumen sobre los parva oppida de la Serie 3 de las Monografías de Los Bañales empezase a comercializarse, por cierto, con bastante éxito.

El origen del volumen que aquí se presenta es sencillo. El pasado 2018, en el mes de mayo, y en medio de una huelga de controladores aéreos que colapsó parte del espacio aéreo de Europa, se celebró, entre Colonia y Bonn, en Alemania, la decimonovena edición del Congreso de la Asociación Internacional de Arqueología Clásica, la AIAC, centrado en el tópico "Archaeology and Economy in the Ancient World". Quien escribe este post tuvo la fortuna de moderar en dicha cita un panel ubicado en el bloque sobre "The role of the city in the ancient economy", en concreto el panel séptimo de dicha sección cuyo título coincide con el del libro que ahora ve la luz. En él intervinieron, en realidad, más colegas que los que, finalmente, acabaron presentando su texto para la edición del volumen y se generó un diálogo muy fructífero en torno al tema del proyecto de investigación de que, entontes, disfrutábamos gracias a la financiación del, entonces, Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (ahora Ministerio de Ciencia e Innovación). 

Pese a la brevedad del volumen que aquí presentamos, apenas algo más de setenta páginas, éste contribuye a internacionalizar la que ha sido la conclusión fundamental del citado proyecto: sí, por más que se intente matizar -por ejemplo en publicaciones recientes como el sensacional volumen sobre Ciudadadanías, ciudades y comunidades cívicas que acaba de coordinar Estíbaliz Ortiz de Urbina, de la Universidad del País Vasco- es evidente que para muchas ciudades hispanas, y en particular para aquéllas que se equiparon monumentalmente con programas edilicios quizás demasiado optimistas entre Augusto y los Flavios, las dificultades del siglo II d. C. acarrearon, en muchas ocasiones, un debilitamiento de sus estructuras urbanas y, muy probablemente, como es lógico, también de sus estructuras de gobierno y jurídicas. Internacionalizar esa tesis, como en parte ya había hecho el sensacional volumen coordinado, en 2015, por Laurent Brassous y Alejandro Quevedo -Urbanisme civique en temps de crise, que reseñamos en Zephyrus, 77, 2016- fue el objetivo fundamental del panel que se discutió en el Congreso pero, también, lo es ahora de la publicación que, además, ve la luz en la prestigiosa serie de editorial Propylaeum Fachinformationsdienst Altertumswissenschaften, de la Universität Heidelberg. que está incrementando, en estas últimas fechas, su catálogo (ver aquí) y que está acogiendo los volúmenes derivados del congreso en cuestión (ver los volúmenes específicos generados por el encuentro de Bonn, en este enlace). El libro está ya disponible para descarga libre y gratuita online -desde aquí- pero, además, se imprime en papel bajo demanda, como se explica en el enlace anterior. 

La estructura del volumen es muy clara: tres capítulos introductorios sobre las que pudieron ser las causas -principalmente estructurales, pero también coyunturales- del proceso de paso de las splendidissimae ciuitates a labentia oppida incidendo, sobre todo, en las contribuciones de Aitor Blanco-Pérez, Javier Andreu y David Espinosa, en las debilidades del sistema municipal romano y, en particular, del surgido al abrigo del ius Latii asunto que ha centrado parte de la producción investigadora de estos tres autores vinculados a la Universidad de Navarra, los dos primeros, y a la Universidad de Oviedo -a la que se ha incorporado muy recientemente- el tercero. La segunda parte incide ya en el estudio de casos tanto de carácter local -Baetulo, en el conuentus Tarraconensis, a cargo de Clara Forn y su equipo; Los Bañales, en el conuentus Caesaraugustanus, a cargo de Luis Romero; y Lucentum, en el conuentus Carthaginiensis, a cargo de Tamara Peñalver en una contribución que se complementa muy bien con la que sobre esta ciudad del Levante peninsular firmaron Antonio Guilabert, Manuel Olcina y Eva Tendero en el volumen Signs of weakness and crisis in the Western cities of the Roman Empire (c. II-III AD), que vió la luz en la prestigiosa editorial alemana Steiner Verlag el pasado año- como con un balance general a cargo de Diego Romero, uno de los investigadores que mejor conoce la vida urbana en la Hispania de los Antoninos y de los Severos. 

En definitiva, un volumen para descargar y que complementar con la compra (pídelo desde aquí) del recentísimo de los parua oppida de la Tarraconense -con cuya venta obtenemos fondos para seguir haciendo posible el proyecto de Los Bañales de Uncastillo- para, de ese modo, entender el final y el principio de un proceso material y cívico clave para entender la urbanización de los territorios de la península ibérica durante la Antigüedad.

DE PATRIMONIO ARAGONENSE



[Accede aquí al vídeo de la mesa sobre patrimonio arqueológico en Aragón emitida por el programa Aragón en Abierto, de Aragón Televisión, el pasado 8 de octubre]

Hace apenas unas semanas quien escribe este blog tuvo su primera experiencia, al menos de cierta duración, con un directo en un plató de televisión tras un breve paso por el mismo programa y el mismo canal en la que, técnicamente, fue la primera ocasión, exactamente en el mes de septiembre de 2018, entonces acompañado de un brillante estudiante de Historia y Periodismo de la Universidad de Navarra, Javier LarequiEsta segunda experiencia televisiva en directo de quien escribe este blog -como decíamos, la primera de entidad- ha sido, de nuevo, en el magazine de las tardes aragonesas, el programa  Aragón en Abierto, de Aragón Televisión, uno de los más seguidos de la televisión autonómica. Uno de sus redactores, César López, que pasó por Los Bañales el pasado verano para cubrir algunos de los hallazgos de la XII Campaña de Excavaciones, nos propuso, acabado el verano y al hilo del estreno de un magistral videorecorrido por Los Bañales realizado por Pablo Serrano Basterra y Juanmi Cirez que acumula miles de visitas en Facebook, intervenir en dicho programa participando en una "mesa" sobre patrimonio arqueológico en Aragón a cuyo vídeo -editado, sin la pausa publicitaria y sin alguna conexión extra que se hizo por exigencias de la actualidad informativa de la tarde del 8 de octubre- puedes acceder pinchando en el pie de la fotografía que encabeza este post (el programa entero puede verse en la excelente sección de Aragón Televisión a la carta). 

Ante tan sugerente reto no sólo no podíamos negarnos sino que, además de aprovechar la ocasión para seguir demandando y recabando apoyos para el proyecto que, desde hace más de doce años, venimos desarrollando en la ciudad romana de Los Bañales de Uncastillo -que, hace poco, además, hemos tenido la oportunidad de mostrar como paradigma de las posibilidades que la Arqueología tiene como motor de desarrollo territorial en la conferencia inaugural del Máster Universitario en Mediterráneo Antiguo de la Universitat Oberta de Catalunya/Universitat Autònoma de Barcelona/Universidad de Alcalá de Henares- debíamos también reflexionar, como el propio César nos propuso, sobre la intensa tradición arqueológica de Aragón, sobre cómo la investigación arqueológica y la práctica profesional de la Arqueología -y también la transferencia del conocimiento- han cambiado en estos últimos años -papel fundamental ha jugado ahí la incansable iniciativa de la sección de Arqueología del Colegio Oficinal de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras de Aragón- y, por supuesto, para apuntar retos y ocasiones de mejora que los tiempos actuales se hacen, si cabe, más urgentes, como ya hicimos notar en un post anterior, de los incluidos en Oppida Imperii Romani con la etiqueta Covid-19.

La rapidez con la que pasa el tiempo en directo en televisión y la amplitud del tema -además de los extraordinariamente bien escogidos mini-vídeos que, sobre El Palao de Alcañiz (Teruel), Bilbilis (Catalayud, Zaragoza) y Labitolosa (La Puebla de Castro, Huesca), se incluyeron para hacer más interactiva la sesión-, obviamente, dejaron muchas cosas pendientes de tratar que, sin embargo, formaban parte de nuestras notas de preparación, tarea a la que, gracias a la profesionalidad de César López, dedicamos bastante tiempo en las semanas previas al día del programa. Son, precisamente, esas cuestiones las que nos pareció que podrían quedar aquí escritas, para discusión pública, en este nuevo post de Oppida Imperii Romani. Se trata, además, de tres ideas muy sencillas de enunciar pero, acaso, complicadas de llevar a la práctica aunque, ciertamente, quizás no tanto si hay voluntad. El tono en que se presentan puede parecer de cierta denuncia pero ésta nace exclusivamente de la experiencia, en esta última década, de un historiador de la Antigüedad -que no arqueólogo- en gestión del patrimonio arqueológico y, simplemente, abunda en ideas que ya alimentaron otras disputationes, como así las llamamos, recogidas en este espacio sobre Antigüedad Romana que es Oppida Imperii Romani

[1.] Compromiso autonómico y estrategia competitiva en la gestión pública del patrimonio arqueológico. En los últimos años, en Aragón, la iniciativa en la financiación de los proyectos arqueológicos ha recaído, casi de modo exclusivo, en fondos municipales y comarcales. La comarcalización de Aragón ha permitido que, efectivamente, en algunas de las comarcas del territorio se manejen presupuestos para actividad cultural y de recuperación patrimonial que se alinean muy bien con un proyecto de investigación arqueológica en campo y con la propia idiosincrasia de este acertado modelo de vertebración territorial que está contribuyendo, como ninguno, a la integración del mundo rural. Con ser esa, en sí misma, una buena noticia, no puede llevarnos a ocultar la que, de verdad, mucho menos positiva, subyace a esta realidad: la dolorosa retirada del Gobierno de Aragón, hace ya varias legislaturas, de la inversión en investigación del patrimonio arqueológico y su sólo testimonial dedicación -forzada, a veces, por enmiendas parlamentarias o por necesidades absolutamente perentorias e inexcusables- a la restauración y conservación que, en principio, es responsabilidad de la administración y no de los equipos investigadores. Para esta vergonzante falta de inversiones públicas autonómicas en la investigación arqueológica pueden alegarse decenas de pretextos, todos, desde luego, tan comprensibles como injustificados. Desde la situación de crisis económica en la que vivimos hasta el tamaño del territorio aragonés y una política, tristemente habitual en la administración pública y en la gestión pública del patrimonio arqueológico, de querer contentar a todos los proyectos arqueológicos por igual conduciendo a un indigno "reparto de la miseria" con aportaciones que, para algunos proyectos, apenas dan para analíticas o mínimas labores de consolidación y mantenimiento. Urge que la administración autonómica -y ésta fue una idea defendida por el Director General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón a inicios de la pasada legislatura, que luego quedó en nada pese a ser recalcada por el propio presidente del Gobierno de Aragón en su visita a Los Bañales en agosto de 2015- realice, de una vez por todas, una gestión del patrimonio arqueológico inteligente, presidida por una estrategia clara en la que se fijen grandes proyectos de legislatura y las inversiones se dediquen, quizás de modo rotativo, a esos proyectos, tal vez uno por época histórica de modo que, al cabo de los años, los grandes yacimientos arqueológicos aragoneses, se hayan beneficiado, en alguna ocasión, de inversiones que den para algo más que para sufragar pequeños gastos de investigación o de mantenimiento. Lógicamente, para hacer eso posible, el Gobierno de Aragón debería animarse, como se hace en otras Comunidades Autónomas, a valorar, de verdad, qué proyectos arqueológicos están aportando valor al territorio, cuáles pueden, de verdad, posicionar a Aragón en la ciencia y la investigación europeas y cuáles, además, están de verdad impactando económicamente -por su capacidad para convertirse en recursos turísticos, si no lo son ya- en un castigado mundo rural, castigadísimo en Aragón. Sólo, por tanto, con criterios estratégicos y con una asignación competitiva, y proactiva, de los recursos, se conseguirá que enclaves en los que se viene trabajando desde hace décadas puedan, de forma profesionalizada, convertirse en modelos de dinamización territorial como lo son en España parques arqueológicos como el de Segobriga (Saelices, Cuenca), el de Baelo Claudia (Bolonia, Cádiz), el de Torreparedones (Baena, Córdoba) o, en Portugal, el de Conimbriga (Condeixa) por citar, como es propio de Oppida Imperii Romani, yacimientos arqueológicos romanos. Apoyar con palabras y con disponibilidad -excelente en los últimos meses desde la nueva Dirección General de Patrimonio Cultural- no es suficiente para ninguno de los proyectos arqueológicos en marcha en Aragón. 

[2.] Unificación de los esfuerzos territoriales en torno a proyectos de impacto. No resulta infrecuente que, cuando un proyecto realiza una decidida labor de socialización patrimonial y de eso que ahora ha dado en llamarse Arqueología Pública, la investigación arqueológica se ponga de moda en el territorio y la resultante concienciación social e institucional derive en un inusitado interés por excavarlo todo, y en todas partes, como si cada municipio tuviera que tener un yacimiento arqueológico en proceso de investigación y como si cada proyecto investigador -y, por tanto, cada yacimiento- pudiera generar el mismo impacto económico que otro con el que, quizás, no comparta ni ubicación -lógicamente- ni época ni equipo ni valores. Obviamente, cualquier enclave arqueológico puede ser sugerente desde el punto de vista investigador, qué duda cabe, y más cuando las fuentes arqueológicas, como hemos repetido aquí tantas veces, son las que, de verdad, están revolucionando nuestro conocimiento sobre la península ibérica en la Antigüedad. Pero de ahí a que en un mismo territorio convivan varios proyectos arqueológicos con apoyos y subvenciones por parte de las mismas entidades va todo un trecho que, al final, puede conducir a la falta de sostenibilidad de las inversiones y a la crisis del modelo de financiación. Si se llegase a ese extremo los paganos serían, sin duda, los propios proyectos arqueológicos. En Arqueología, y en Arqueología en el medio rural, no vale -como se indicó en el punto anterior- el axioma del "divide y vencerás" sino más bien lo contrario: sólo la unificación de esfuerzos en torno a proyectos consolidados y que hayan demostrado sus posibilidades de futuro como proyectos integrales puede conducir al éxito. Tampoco a esos niveles municipales y comarcales la opción de la democratización de las inversiones -con ánimo de no ofender a nadie y de no coartar ninguna iniciativa- parece una buena política máxime cuando existan en los territorios proyectos dotados de evidentes fortalezas y posibilidades de desarrollo. La división no es buena en nada y, tampoco, en gestión del patrimonio arqueológico. Si en la cadena de valor del patrimonio la unificación de esfuerzos en torno a un proyecto es un axioma fundamental urge dotar también a la inversión municipal y comarcal de una estrategia semejante a la que se ha reclamado más arriba. Otra cosa es que se configuren proyectos de gran espectro para territorios concretos -como se ha hecho, por ejemplo, con éxito, en Aragón, en el Consorcio Patrimonio Ibérico del Bajo Aragón- que consigan generar fondos establecidos que una gerencia competente y científica atribuya consecuentemente y de modo cíclico y objetivo a las necesidades de los diversos yacimientos integrados, a través de los consistorios de que dependen, en dichos consorcios. Ese modelo, que urgiría replicar a otros territorios y que, incluso, hace algunos años, quisimos promover en la Comarca de Cinco Villas, -que, con los Ayuntamientos de Uncastillo, Layana, Biota y Sádaba tanto ha hecho y está haciendo, y hará, por la sostenibilidad e impulso de nuestro proyecto en Los Bañales- tiene también sus sombras pero lo cierto es que es capaz de crear identidad territorial en torno al patrimonio y dotar a las inversiones locales de estrategia separándolas de una lamentable gestión de subvenciones "por impulsos". 

[3.] Gestión proactiva y autosostenibilidad de los proyectos arqueológicosTodo lo escrito hasta aquí, seguramente, es, sin duda, simple reivindicación que nace de la conciencia -fraguada tras más de una década de esfuerzos en pro de crear sinergias en torno a proyectos arqueológicos tanto en Aragón, con Los Bañales de Uncastillo, como en Navarra, con Santa Criz de Eslava- de que sólo la suma de intereses y de inversiones -públicas y privadas- puede, en los tiempos que corren, hacer realmente sostenibles -materialmente y en el tiempo- los proyectos que tengan al patrimonio cultural en el centro una idea que en Los Bañales tuvimos clara desde el principio, como ya expusimos hace casi una década en un vídeotutorial para la UNIR, Es por ello que quien lidera un proyecto arqueológico debe -como también hemos recordado en una reciente publicación- ensayar sistemas de financiación acaso nunca intentados o usualmente infrecuentes en nuestro país, sistemas que inciden en la autofinanciación y autogestión, sostenible, de esos proyectos. No quiere decir esto que la Arquelogía no suponga una carga para los poderes públicos -que, no lo olvidemos, son los últimos responsables de, al menos, la conservación del patrimonio arqueológico y que han de comprometerse con esa responsabilidad, actualizándola- sino que se han de promover cuantas iniciativas -a partir de la explotación turística de los yacimientos, de la venta de artículos de merchandising o, como hacemos en Los Bañales con la Serie de Monografías Los Bañales, también de publicaciones- estimulen un micromecenazgo de largo alcance que pueda complementar al micromecenazgo a fondo perdido que nace, en ocasiones, de la vibración de determinados individuos y colectivos sociales con el patrimonio arqueológico en sí mismo. Sólo de ese modo lograremos poner la gestión del patrimonio arqueológico en nuestro país, y en Aragón, a la altura de cómo se lleva a cabo esta en países de nuestro entorno que parecen tener una concienciación -social e institucional- mayor respecto del patrimonio arqueológico como sucede en Francia, Alemania o, por ejemplo, últimamente, también en Portugal. Probablemente, en los comienzos, este tipo de recursos propios representarán poco en el presupuesto de un proyecto arqueológico pero qué duda cabe que lo hacen realmente viral y contribuyen a hacer posibles pequeños gastos que cualquier proyecto acarrea para su feliz consecución.

En una tierra como Aragón, de solvente e ilustre tradición arqueológica -desde Roque Joaquín de Alcubierre, primer arqueólogo de Pompeya a Manuel Martín-Bueno, promotor del grupo URBS de la Universidad de Zaragoza y de tantos proyectos arqueológicos dentro y fuera de Aragón- urge implementar nuevas fórmulas para, como se comentó en el programa de la televisión autonómica que inspira estas líneas, seguir haciendo del patrimonio arqueológico un verdadero recurso pedagógico, cultural y, también, económico, para el futuro. Queden aquí para reflexión algunos modos de hacerlo posible.