AVRVM, THVS ET MYRRHAM


[Mosaico de los Tres Reyes Magos, Ravenna, siglo VI d. C.]

Et intrantes in domum uiderunt puerum cum María matre eius, et procidentes adorauerunt eum; et apertis thesauris, obtulerunt ei munera: aurum, et thus et myrrham. Este navideño pasaje evangélico (Mateo, 2, 11, con traducción -si es que hace falta y no es suficientemente explícito- aquí) llama la atención de nuevo de la inminente llegada de la Navidad que, como cada año -y así lo comentábamos en la Navidad de 2008- nos sorprende en medio del ajetreo y de las ocupaciones cotidianas. Y, por su contenido, el citado pasaje creo nos ofrece, además, una auténtica lección: los sabios del mundo antiguo -los Reyes Magos- se postran ante el indefenso Niño recién nacido y, "abriendo sus cofres" le ofrecen "regalos: oro, incienso y mirra". Entre los lectores de este blog, habrá creyentes -que sabrán sondear en lo profundo de su corazón qué munera pueden ofrecer al Niño que nace- y no creyentes. Para unos y para otros, el mensaje del pasaje evangélico escogido nos parece puede ser válido. Ojalá que ante la soledad y ante el dolor, ante todas las tristezas con que el mundo nos "obsequia" cada día sepamos, como los Magos de Oriente, abrir el "cofre" de nuestro corazón (nuestro auténtico tesoro) y esparcir a nuestro alrededor el "oro" de una sonrisa, el "incienso" de una compañía y un optimismo vital oportunos y la "mirra" de la alegría y la fraternidad, de las que tan necesitamos estamos en este tiempo apresurado. Sólo de ese modo haremos que 2010 sea un año diferente para todos: para nosotros y también para quienes nos rodean.

!Feliz Navidad, pues, un año más, a todos! Como la música es ya parte fundamental de la Navidad, no me resisto a que esa felicitación lleve, al menos, tres sonidos para que cada cuál se quede con la sintonía que más le agrade: el emotivo sonido del clásico Adeste fideles, que nos transporta a todos "in Bethlehem" ("a Belén") (pincha aquí), el de los siempre insustituibles The Beach Boys y su sentido Christmas Day, y, el del ya clásico "villancico" de Mariah Carey (pincha aquí) muy indicado para quien -como el escribe este blog- pasa el tiempo durante el periodo lectivo fuera de casa robando tiempo a aquella persona en quien más piensa y la que más debería atender: en fin, "all I want for Christmas... is you".

AQVAE TARBELLICAE (Dax)


















[CIL, XIII, 414, con alusión a un ciudadano de Pompelo
y muro del supuesto templo romano]

Situación
: En la localidad francesa de Dax -perteneciente al Départament des Landes, en el Sur de Francia, en la región de Aquitania, apenas a 90 kilómetros de la frontera con España por Irún- todo -para bien o para mal- evoca al visitante el ambiente de una ciudad termal y hasta existe una Oficina de Turismo enfocada, exclusivamente, a dicho asunto (ver página web aquí). Parece como si, en ella, el tiempo se hubiera parado y como si, a orillas del río Adour, el visitante aun pudiera encontrar ladrando al perro reumático que -según una tradición conmemorada en la plaza de la Catedral de Notre-Dame de Dax- abandonado por un militar romano curiosamente destinado a Hispania, éste encontró curado tras su regreso de campaña lo que, según esa tradición (celebrada ad nauseam en la ciudad y de la que versiones diferentes pueden verse en la red: ver aquí), motivó el rápido crecimiento de la ciudad en época romana, gracias a la explotación de sus surgencias hipertermales por lo visto, entonces y hoy, especialmente indicadas para las afecciones reumáticas. La leyenda -que es, sencillamente, eso, una leyenda, y de la que no se conoce refrendo en las fuentes antiguas- ciertamente dice bastante de la realidad actual de Dax. Dax es hoy, sencillamente, una ciudad termal y, a juicio de este blogero, es lo que se espera que sean todas las ciudades termales (por más que muchos, muchas veces, se hayan empeñado en demostrarme, sin argumentos, lo contrario): un espacio decadente para la solitaria vejez, para la tristeza, para la enfermedad.... Y, desde luego, salvando el corte neoclásico de la zona central de la ciudad, Dax -y, sobre todo, los hoteles de Dax- destilan ese ambiente decadente que tanto están tratando de superar gerentes jóvenes de nuevos Spas y espacios balneares pero que -mucho nos tememos- es algo consustancial a la esencia de una ciudad balnear y, por tanto, resulta difícilmente remediable. Pero, Dax fue una ciudad antigua -vecina de otras especialmente atractivas como Oiasso (Irún) o Pompelo (Pamplona), por citar dos casos hispanos- y, como tal, merece nuestra atención en este blog.
Acceso: Muy próximo a España, para el viajero quizás la información que ofrece al respecto la página oficial de turismo de Dax pueda ser la consulta más cómoda para saber cómo llegar a esta singular ciudad de las Landas (pincha aquí).
Tipología: La hoy -como en época romana- ciudad termal de Dax se corresponde con la Aquae Tarbellae (así en Auson. 3, 6), la ciuitas Aquensium (elocuente nombre: "ciudad de las aguas": Not. Gall. 14, 3) o, más comúnmente, la Aquae Tarbellicae de las fuentes antiguas, citada por Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 7, 8, que también, poco antes, alude al río Adour -que aun hoy surca la ciudad- bajo la denominación latina Atur) entre las póleis de los Tarbelli y a la que Plinio, en su Naturalis Historia, también dedicó atención monográfica (Plin. Nat. 31, 4). El Naturalista lo hizo a propósito de las surgencias de aguas frías y calientes que él conocía como abundantes en la antigua Aquitania (in plurimis terris alibi frigidae, alibi calidae, alibi iunctae: "en muchos lugares hay surgencias de agua, en unos frías, en otros calientes, en otros ambas combinadas") poniendo las de dicha ciuitas, de hecho, como ejemplo de termalismo cuando afirma que ese fenómeno estaba atestiguado in Tarbellis Aquitanica gente: "en la 'nación aguitana' de los Tarbelli". En realidad, el topónimo no está sino haciendo nuevamente referencia -como en otras muchas partes del Imperio Romano- al hábito romano de bautizar con el nombre de Aquae... (y un adjetivo local o étnico) a comunidades destacadas por las propiedades termales de sus aguas. Hispania, por ejemplo (aunque el catálogo salpica a todo el Imperio Romano, véase, por ejemplo: IHM, M.: "Aquae", en Paulys Realencyclopädie der Classischen Altertumswisseschaft, Stuttgart, 1895, cols. 294-307) presenta numerosos casos que sería inabarcable citar en detalle y que obedecen a un fenómeno similar al de las "Alhamas" musulmanas: Aquae Flauiae (Chaves, Portugal), Aquae Calidae (Caldas de Malavella), Aquae Voconiae (Caldes de Montbui), Aquae Bilbilitanorum (Alhama de Aragón), ciudades todas que, por otra parte, aun siguen fieles a su tradición termal, en muchos casos (el fenómeno en Hispania ha sido estudiado por diversos grupos de investigación pero de modo especial por la UNED; quizás sea útil consultar bien todo el volumen monográfico dedicado al termalismo antiguo por la revista Espacio, Tiempo y Forma. Serie 2. Historia Antigua, 5, 1992 -disponible aquí-, bien, cuando menos, el documentado trabajo de DÍEZ DE VELASCO, F., MIRÓ, C., y PERÉX, Mª J.: "Introducción bibliográfica al termalismo antiguo en la Península Ibérica", Espacio, Tiempo y Forma. Serie 2. Historia Antigua, 5, 1992, pp. 593-604, que puedes descargar desde aquí, que, junto al volumen de PERÉX, Mª J. (ed.): Termalismo antiguo, Madrid, 1997 -ver aquí el índice- recoge el punto de partida sobre la cuestión. Recientemente, está trabajando mucho y muy bien sobre la cuestión la joven investigadora Silvia González Soutelo). Las aguas termales pues, actuaron, pues, como "efecto llamada" de un núcleo de población que debió ejercer cierta capitalidad -ya previamente- en el territorio de los Tarbelli aquitanos (tal vez el topónimo Tarbes sea el que más claramente haya transmitido la presencia de dicho grupo aquitano en la zona) y que, por su posición estratégica en los caminos entre Hispania y Aquitania (las fuentes viarias romanas la citan como mansio entre Pompelo -la actual Pamplona- y Burdigala -la actual Burdeos-: It. Ant. 455) alcanzó un cierto florecimiento fenómeno éste que, como podrá observar quien acuda a la bibliografía hasta aquí recomendada se repite notablemente en el mundo romano (una lista de otras ilustres Aquae del Imperio Romano y una válida aproximación a la historia del termalismo romano puede verse en la página oficial de la Asociación Española de Balnearios Urbanos y Spas).
Descripción: A día de hoy, el centro de atracción indiscutible del Dax romano es la exposición instalada -en torno a los monumentales vestigios de la cimentación del templo romano de la ciudad- en la cripta arqueológica construida para garantizar su conservación, en el centro de la ciudad y que es accesible desde el Musee de Borda, en la céntrica Rue Cazade (toda la información sobre dicho recinto arqueológico aquí, además de en el citado enlace del Museo). Dentro de dicha cripta -que ofrece, además, unas vitrinas notablemente bien dotadas con, especialmente, vestigios de material constructivo romano del que pudo ser el forum de la ciuitas- el visitante puede contemplar un notable catálogo de inscripciones votivas -ciertamente algo "ocultas" en la compleja exposición que articula la citada cripta- que documentan tanto divinidades las instituciones locales (o[rdo] Aquensium, en CIL, XIII, 413) como testimonios de los cultos en boga en la zona (Iuppiter en CIL, XIII, 410 o Tutela en CIL, XIII, 411) y hasta del aludido efecto llamada que debió desempeñar el lugar (CIL, XIII, 414, con alusión a un [A]emilius Placidus Pompaelonensis: ver foto en la parte superior de este post). Al margen de ese punto, resulta evocador el monumento de corte neoclásico que -supuestamente reproduciendo un gran balneum al modo romano- se ha edificado sobre el lugar donde se cree estuvo la fuente original romana de aguas hipertermales, en la plaza que hace de centro cívico actual (ver foto aquí) y, por supuesto, tras la catedral local la estatua broncínea del supuesto legionario romano a quien se atribuye la constatación de las propiedades curativas de las aguas del río Adour, a cuyos pies dos sensacionales sectilia ("pavimentos de losas") "a la romana" evocan a las dos divinidades salutíferas romanas por excelencia: Mercurio y Esculapio (el enlazar a la Wikipedia inglesa no es un error: suele estar más documentada que la española, y ser más fiable).
Bibliografía: Desde luego, dado que éste es el blog de un profesional de la Antigüedad con indiscutible vocación docente, no dejaremos pasar la oportunidad que nos ofrece el excelente listado de "Aquae" documentadas en el Imperio Romano de la ilustre enciclopedia Pauly-Wissowa (citado más arriba, en la cateogría "Tipología") para lamentarnos sobre el escaso hábito de trabajo que, quienes se forman en nuestras Universidades en materia de Historia Antigua, tienen de manejar este tipo de monumentales (en todos los sentidos) obras de consulta frente al que sí existe de su manejo en el Reino Unido, en Alemania o incluso en Italia: que no exista una voz sobre esta obra en la versión española de la citadísima Wikipedia es algo más que sintomático-. Efectivamente, se trata de una obra escrita en alemán pero como solía bromear un profesor de mis años de formación en la Universidad de Zaragoza, "las fuentes que cita están en latín o en griego" y, por tanto, son del alcance de casi todo el mundo. Así, consultar IHM, M.: "Aquae Tarbellicae", en Paulys Realencyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft, Stuttgart, 1895, cols. 306-207, puede ponernos sobre la mesa todas las fuentes básicas que existen en la Antigüedad sobre esta comunidad (y la indicación es válida, muy válida, para cualquier otra ciuitas antigua). Lógicamente, no se trata de la única obra que recoge dichas menciones pues existen algunas monografías -más centradas en los datos arqueológicos- sobre Aquae Tarbellicae (recomendamos, como guía arqueológica para los vestigios conservados en Dax el volumen de WATIER, B.: Dax, les ruines romaines de l'Ilot Central, Dax, 1987, o los más genéricos de GARMY, P., y MAURIN, L.: Enceintes Romaines d'Aquitaine: Bordeaux, Dax, Perigueux, Bazas, París, 1996 o BOYRIE-FÉNIÉ, B.: Carte Archéologique de la Gaule. 40. Les Landes, París, 1995, pp. 62-78, una obra, desde luego modélica para la arqueología y que bien podría aplicarse al mundo hispano) pero, quien se precie de saber investigar y de saber documentarse en nuestras disciplinas deberá necesariamente rendir tributo a estas obras consultándolas cuando sea menester, es decir, muy a menudo. Si apenas un sólo lector llega al conocimiento de la existencia de "la Pauly" por estas líneas, el post habrá ya merecido -sobradamente- la pena. Una página del Departamento de Historia de la University of South Carolina ofrece en la red una excelente ficha de sobre Aquae Tarbellicae.
Recursos en internet: Al margen de la atención que dedican a Aquae Tarbellicae -y a sus restos- tanto la web de Turismo de Dax (pincha aquí) como la ya citada Wikipedia (con voz propia en la versión francesa: pincha aquí) o la Wapedia, sólo aporta datos -y muy someros- sobre la antigüedad romana de Dax, la Enciclopedia Britannica OnLine.
Recomendaciones: El Restaurante/Cafetería Le Sévigné, justo en la plaza ubicada tras el museo arqueológico de las ruinas de L'Ilot Central, ofrece unos menús de cierto aire francés (quesos, crêpes...) ciertamente asequibles y deliciosos y está ubicado en uno de los espacios de la ciudad que -por alejados del ambiente termal- resultan más agradables en Dax. Para los amantes de la cocina italiana -esa cocina infalible que se reviste de mil formas diferentes cuando uno la degusta a lo largo y ancho del mundo- puede resultar simpática la Pizzeria Pinocchio, ubicada en frente del muy conocido -pero muy decadente y, desde luego, nada recomendable, a nuestro juicio- Hotel Accor Dax Thermal. Pocas recomendaciones puede el autor de este blog hacer en relación a la zona francesa circundante a Dax (si seguimos el criterio del blog, que sólo recomienda lugares conocidos "de primera mano") y, por tanto, ya en España, San Sebastián e Irún -con el Museo Romano de Oiasso, arriba aludido y que, desde luego, es una de las visitas pendientes- parecen las visitas más recomendables. Ahora bien, uno sigue pensando que estando tan cerquita Pamplona... (cada lector que continúe la frase a su antojo...).

LESERA (Forcall)


























[Inscripciones de La Iglesuela del Cid -arriba- y de Morella -abajo-: CIL, II2/14, 775 y 770]
[Domus en la parte alta de La Moleta dels Frares y aterrazamiento para el posible foro de Lesera]

Situación: Visitando el yacimiento de La Moleta dels Frares (Forcall, Castellón) uno puede entender perfectamente la razón de la existencia en el lugar –hoy totalmente despoblado– de un municipio augústeo en época romana (asunto sobre el que volveremos seguidamente). Todavía hoy, el recoleto municipio castellonense de Forcall se encuentra perfectamente comunicado con el Valle del Ebro a través de la N-232 –por Alcañiz, cuyo pasado romano queda más claro cada día a medida que avanzan las excavaciones en El Palao, tal vez la antigua Osicerda de las fuentes (y, en especial de las monedas) antiguas si es que ésta no debe buscarse en La Puebla de Híjar (sobre éste debate puede profundizarse aquí)– pero también excelentemente enlazado con la costa mediterránea a partir de Morella y de un trazado surcado en su día por la uia Augusta que recorría el litoral en época antigua y que, de hecho, está siendo puesto en valor últimamente (pincha aquí para ver información sobre ese proyecto en el tramo catalán y aquí para el valenciano). Por tanto, la ciudad que en época romana ocupó La Moleta dels Frares de Forcall, gozó de unas potencialidades geoestratégicas que tal vez hoy se han desplazado a la vecina Morella, localidad en la que se conserva, de hecho, la inscripción (CIL, II2/14, 770) que, gracias a la genialidad de G. Alföldy (ALFÖLDY, G.: Res Publica Leserensis (Forcall, Castellón), Valencia, 1977) ha permitido que el yacimiento de Forcall pueda reducirse a la Lesera citada por las fuentes antiguas (aunque volveremos sobre ello más adelante, desde luego, la día de hoy, la referencia inexcusable para conocer en detalle el yacimiento es la sensacional monografía que Ferrán Arasa -de la Universitat de València- acaba de publicar sobre el lugar: ARASA, F.: La ciutat romana de Lesera, Forcall, 2009). Si a dicha situación añadimos que todavía hoy Forcall está ubicada en la confluencia de los ríos Catanvella, Bergantes y Calders –cuya acción fluvial, de hecho, ha sido históricamente responsable del paisaje de muelas que circunda la localidad, una de ellas la propia Moleta, solar del yacimiento– esas potencialidades estratégicas antes comentadas se multiplican para explicar por qué y sobre una extensión de no más de 7 Has, se ubicó un municipio que debió adquirir su estatuto en la soberbia acción municipalizadora llevada a cabo por Augusto seguramente en la segunda parte de su reinado.
Acceso: Para comprender la historia de Lesera, es necesario –desde luego– visitar La Moleta dels Frares en Forcall pero también el yacimiento de La Ermita de la Virgen del Cid en La Iglesuela del Cid (Teruel, pero apenas a 25 kilómetros de Forcall bien por Cinctorres bien por Cantavieja) –como concluye la introducción a la epigrafía de Lesera del volumen II2/14 del Corpus Inscriptionum Latinarum, seguramente un espacio poblacional relacionado con Lesera y no, como ha apuntado recientemente J. Corell (CORELL, J.: Inscripcions romanes del País Valencià. II. 1. L’Alt Palencia, Edeba, Lesera i els seus territoris, Valencia, 2005) otro municipio independiente– y, por supuesto, el Plá d’Estudis de la hermosa localidad medieval de Morella donde, embutida en una antigua construcción solariega, puede verse –a apenas dos metros del suelo– la inscripción que, alusiva a Caracalla, documenta la dedicación de un ara a Júpiter por la res publica Leserensis y a la que antes aludimos (CIL, II2/14, 770 con foto en el encabezamiento de este post). En cualquier caso, y dado que tanto el Plá d’Estudis de Morella como la Ermita de la Virgen del Cid de La Iglesuela están perfectamente indicados, recomendamos que para acceder a La Moleta dels Frares, el solar urbano de la antigua Lesera, se pregunte en la localidad de Forcall. En cualquier caso, es necesario atravesar el pueblo por la carretera que lo circunda y, una vez que se ha salido de éste tomar el primer camino a la derecha, seguidamente el primero, de nuevo, a la derecha y seguirlo hasta que se divise La Moleta, momento en que –y siempre a partir de pistas engravadas más o menos transitables– se ha de girar a la izquierda, dejar el coche y continuar a pie por la pendiente vía de acceso al yacimiento abierta en los últimos años.
Tipología: El yacimiento que ocupa las dos últimas terrazas de La Moleta dels Frares es, como hemos anotado más arriba, y, a todas luces, el solar de la antigua Lesera. Ausente en las menciones plinianas –lo que no deja de dar una pista sobre la posible fecha de su promoción a estatuto municipal–, Lesera aparece citada en la Geographiké Hyphegésis de Claudio Ptolomeo, en el siglo II d. C. (Ptol. Geog. 2, 6, 63) y, además, nos consta que hacia el 211 d. C., durante el reinado de Caracalla, funcionaba con un estatuto municipal como res publica (literalmente, en el texto epigráfico llevado a Morella y antes citado: res [pu]blica Leser[en]sis). Por tanto, si en los albores del siglo III d. C. Lesera tenía un estatuto jurídico privilegiado, bien la época de Augusto bien la época de los Flavios –los dos grandes momentos de extensión del expediente municipalizador en la Hispania romana– deben proponerse como el momento de la promoción al estatuto municipal de un enclave que debió estar poblado ya desde la Edad del Bronce y que siguió estándolo hasta la época andalusí (lo que, en gran parte, explica el arrasamiento de muchas de sus antiguas estructuras monumentales). Como, además, un altar del siglo II d. C. (CIL, II2/14, 771) alude a un Cn(aeus) Baebius Cn(aei) f(ilius) Gal(eria tribus) Geminus y una estela del área necropolitana de Lesera –fechada a finales del siglo I d. C.– alude a un C(aius) Iulius Gal(eria tribus) Fronto (CIL, II2/14, 772) –ambas hoy en la colección museográfica local, aun en formación– nos hacen constar que fue la Galeria la tribus en la que estaban inscritos los ciues de Lesera, por tanto, ello nos permite concluir en la municipalización augústea del enclave como ya demostrara hace tiempo el propio G. Alföldy. El silencio pliniano –nada infrecuente: otro presunto municipio (quizás mejor augústeo que flavio) como Labitulosa (La Puebla de Castro, Huesca) tampoco aparece citado en Plinio y Segobriga, indiscutible municipio de Augusto, aparece en los listados del Naturalista como ciudad estipendiaria, no privilegiada– no debe invalidar la teoría sino, más bien, aportar datos sobre el momento en que la promoción jurídica del lugar se llevó a cabo. Si, además, como creemos, las menciones a la Galeria tribus de una de las inscripciones de La Ermita de la Virgen del Cid, en La Iglesuela, han de ponerse en relación con Forcall no quedará más remedio que concluir que Forcall esconde los restos del municipium Leserense, promocionado a dicho estatuto privilegiado en época de Augusto y que, aun funcionando todavía como tal a comienzos del siglo III d. C., no tardaría en iniciar, poco después, un declive lento pero progresivo como sucedió en tantos y tantos enclaves peninsulares de municipalización temprana, bien augústea, bien flavia.
Descripción: Desde luego, visitar Lesera es un ejercicio muy recomendable para comprender cómo –contra lo que, insistentemente, por ejemplo, ha proclamado la historiografía francesa (LE ROUX, P.: “´Municipium Latinum` et ´Municipium Italiae`: a propòs de la Lex Irnitana”, en Epigrafía: actas du Colloque Internacional d’Épigraphie Latine en mémoire de Attilio Degrassi, Roma, 1991, pp. 561-582 o, más recientemente, KREMER, D.: Ius Latinum. Le concept de Droit Latin sous la République et l’Empire, París, 2006)– lo esencial de un municipio romano –y, en especial, de uno de estatuto jurídico latino (sobre las diferencias entre ambos puede verse, grosso modo, otro antiguo post de este blog)– no es ni su extensión, ni su monumentalidad, ni su posesión de sensacionales monumentos epigráficos de naturaleza jurídica, ni siquiera su mención en las fuentes literarias. Como ha demostrado –a nuestro juicio con rigor y solvencia– la investigación de E. García Fernández (GARCÍA FERNÁNDEZ, E.: El municipio latino. Origen y desarrollo constitucional, Madrid, 2001, disponible aquí, y con unas pp. 73-124 ciertamente inspiradas y documentadas aunque, tristemente, muchas veces soslayadas por los investigadores sobre temática municipal), un municipio es, sencillamente, la mejor muestra de la capacidad de adaptación de Roma a las circunstancias locales y al sustrato indígena reconociendo el funcionamiento ajustado a Derecho Romano de comunidades que, muchas veces, contarían con apenas unas pocas familias hábiles para el desempeño de magistraturas -que ya debieron existir en la época pre-municipal- pero que, en cualquier caso, por existir éstas, debía ya existir el ordenamiento jurídico municipal (piénsese en el caso de Irni, excepcionalmente documentado como municipio flavio a través de la Lex Irnitana pero que, sin embargo, no ha aportado ningún dato arqueológico de entidad) (sobre estas cuestiones, nada tangenciales, puede verse nuestro trabajo ANDREU, J.: “En torno al ius Latii flavio en Hispania. A propósito de una nueva publicación sobre Latinidad”, Faventia, 29/2, 2007, pp. 37-46, disponible aquí). Y es que, lo que hoy queda de Lesera pero –sobre todo– las infraestructuras con las que ésta debió contar en la Antigüedad a juzgar por los restos arqueológicos ponen de manifiesto que se trataba de un pequeño enclave dotado de infraestructuras domésticas –una notable vivienda de los siglos I y II d. C. puede contemplarse en la parte alta de La Moleta, sobre la terraza presuntamente ocupada por el foro–, seguramente de un notable área forense -de la que, como se verá más adelante, parecen haberse localizado las primeras evidencias este verano- ubicada sobre un espectacular aterrazamiento de opus caementicium y opus uitattum (para la vivienda y para este aterrazamiento, pueden verse las fotos que encabezan este post), y de una monumental puerta de acceso en la cara Oeste de La Moleta. Eso es todo lo que hoy puede visitarse, pero es suficiente, como comentábamos más arriba, para comprender qué es y qué necesitaba un municipio para funcionar algo que, por otra parte, ya lo recordaban los textos clásicos que se ocuparon del concepto de municipium en el mundo romano (Gell, NA., 16, 13 y Festus, Gloss. Lat., 117L y 262L, comentados, por ejemplo, por RODRÍGUEZ NEILA, J. F.: “A propósito de la noción de municipio en el mundo romano”, HAnt., 6, 1976, pp. 147-167): magistraturas y ciudadanos dispuestos a hacerse cargo de ellas, nada más ni nada menos. En cualquier caso, y volviendo a los recursos arqueológicos de Forcall ya el verano pasado, el Ajuntament de Forcall organizó una pequeña muestra museográfica en la Oficina de Turismo de la localidad que habrá de constituir el germen de una futura colección museográfica local: materiales, desde luego, no faltan para ello como habrá deducido el lector a propósito de las inscripciones aludidas, por ejemplo, en el apartado Tipología de este mismo post.
Bibliografía: Ahora que ya contamos con un completo y documentadísimo listado bibliográfico sobre La Moleta dels Frares/Lesera a partir de las páginas 157-165 del trabajo de ARASA, F.: La ciutat romana de Lesera, Forcall, 2009 huelga hacer aquí reiterar una relación que puede consultarse en ese trabajo -ya de referencia sobre el yacimiento pese a su reciente edición-. En cualquier caso, los resultados de las campañas ya publicadas pueden consultarse en PDF en las revistas en que fueron publicados, por ejemplo, una síntesis sobre las mismas a fecha de 2007 puede verse en ARASA, F.: "Las excavacions a la ciutat romana de Lesera (Forcall, Els Ports)", Saguntum, 39, 2007, pp. 199-201 (que puedes descargar desde aquí avanzando en el documento hacia las últimas páginas) de igual modo que la página en Dialnet del Prof. Arasa ofrece un listado completo de muchas de ellas. A ella, pues, remitimos.
Recursos en internet: Pese al atractivo del lugar, no es mucha la información que sobre Lesera -como, por otra parte, suele ser habitual en yacimientos aun en proceso de estudio- ofrece la red. Sí hay algunas alusiones -raquíticas, en cualquier caso- a Lesera en la web del Museo de Prehistòria de Valencia, un emotivo y meritorio "homenaje" al yacimiento fruto del amateur Enrique Polo y alojado en Lycos (las fotografías que ofrece de la puerta de acceso a la ciudad y la panormámica de La Moleta son de extraordinario interés), y, lógicamente, noticias en la prensa local sobre las últimas campañas de excavación, sobre la exposición museográfica instalada este verano en Forcall o sobre la Fira Ibero Romana (El Mercantil Valenciano y el Diario Crítico de la Comunitat Valenciana, Las Provincias y 3 x 4 Info, respectivamente) evento estival de animación lúdica inspirada en el mundo romano que va ya por su segunda edición (ver datos y aquí).
Recomendaciones: La envidiable situación estratégica de Forcall hace que unas buenas recomendaciones relativas a las posibilidades turísticas de la zona merezcan, prácticamente, una web por sí misma para poder ser contempladas lo que excede, en mucho, las posibilidades del autor de este blog. Morella, Cantavieja, La Iglesuela del Cid, Tronchón, Molinos, Mas de las Matas… y, en general, todas las localidades de las comarcas del Alt y Baix Maestrat (ver también aquí la página de recursos turísticos de la franja turolense de esta Comarca) valen una visita para quien se haya acercado a estas tierras animado por los restos arqueológicos de La Moleta dels Frares. Por eso, vamos a limitarnos aquí a hacer unas recomendaciones de carácter gastronómico para quien quiera conocer de primera mano la excelente cocina forcallana y a insistir al visitante en que el mejor complemento para quien visita Lesera es –como antes dijimos– acercarse a La Iglesuela del Cid y visitar el yacimiento de El Morrón del Cid o, al menos, la Ermita de la Virgen del Cid y su soberbia colección de inscripciones pertenecientes a varios monumentos funerarios romanos (sobre éstos ha de verse ARASA, F.: “El monumento romano de la Ermita de la Virgen del Cid (La Iglesuela del Cid, Teruel)”, BMZ, 6, 1987, pp. 141-170). Por partes, las recomendaciones gastronómicas en Forcall pasan por el Restaurante Hostal Aguilar, ubicado al pie de la carretera que, una vez cruzado el río Caldes, circunvala la localidad de Forcall y, especialmente, por el Mesón/Mesón de la Vila, en la plaza del pueblo –salpicada de agradables terrazas como las de los bares Els Ports y Ca Costa– y en el que deben degustarse la sopa forcallana o la cazuela típica de dicho Mesón, un contundente potaje muy propio de la cocina de estas tierras castellonenses. Ambos restaurantes ofrecen menús a precios más que asequibles y un trato excelente. Y en La Iglesuela del Cid –donde se ha instalado una muy bien dotada Oficina de Turismo que ocupa el local de una antigua casa solariega local, hermosísima: la Casa Aliaga–, el visitante ha de rendir pleitesía a las inscripciones alusivas a M(arcus) D(omitius) Proculus y M(arcus) D(omitius) Seranus en dos piezas que hacen hoy de esquinas de la fachada lateral de la Ermita, la inmediata al aparcamiento habilitado en la misma (CIL, II2/14, 778, 1-2 y 779) y, muy especialmente, en la nave de sacristía de la Ermita, han de contemplar el sensacional basamento de un monumento funerario tal vez de tipo turriforme –uno de cuyos presuntos puluini puede verse sobre la primera de las dos inscripciones antes aludidas– y a la placa de mármol brocatello –un mármol rosáceo explotado en la antigua Dertosa (Tortosa) y que alcanzó una notable popularidad en el mundo romano– que perteneció a la sepultura de C(aius) Domitius Proculus y, más tarde, acogió también la de algunos de sus familiares de sangre y libertos que actuaron, en su día, además, como dedicantes (CIL, II2/14, 775, con foto en la parte superior de este post). La adscripción a la Galeria tribus de dos de esos Domitii de esta placa permite alimentar, de nuevo, la idea de que Lesera fue un municipio de época de Augusto y que en La Iglesuela del Cid no tendríamos sino una monumental uilla o centro rural indeterminado adscrito al territorium del espectacular municipio al que hemos querido rendir atención en esta entrada invernal de este blog.

ELIGIS...DECIDIS



[Cabeza de aguja en hueso con retrato femenino recuperada en las excavaciones arqueológicas de 2009 en la ciudad romana de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)]

Pocas iniciativas han resultado tan revolucionarias en la banca española como la propuesta de banca cívica que, desde hace algunos años, viene practicando Caja Navarra. Por medio de ella –y como se explica en su página Tú eliges tú decides– cualquier cliente de dicha entidad puede elegir a dónde quiere que se destinen –en materia de obra social– los beneficios que generan sus ahorros, un proyecto que, desde luego, ha sido pionero en la banca española y está activando –¡y de qué modo!– la implicación ciudadana en cuestiones de promoción social, cultural, asistencial, benéfica…

Pues bien, el yacimiento arqueológico de Los Bañales –al que tanta atención, por razones que el lector asiduo ya conocerá y el neófito podrá encontrar aquí, dedicamos en este blog– y el ilusionante plan de investigación histórico-arqueológica y de puesta en valor que un equipo coordinado por la Fundación Uncastillo llevan a cabo en el lugar también puede ser elegido por los clientes de Caja Navarra como proyecto al que orientar un pequeño –¡pero siempre grande cuando se trata de investigación arqueológica!– porcentaje de sus beneficios. Los datos del proyecto puedes conocerlos en detalle pinchando aquí. Comprobarás que -más allá de la investigación arqueológica de campo- el Plan de Investigación de la Fundación Uncastillo en Los Bañales contempla la formación (a partir de la concesión de becas de investigación y estudio a estudiantes), el desarrollo socio-cultural comarcal (a través de la conversión de Los Bañales en centro de una ruta sobre el mundo romano en la Comarca de las Cinco Villas) y, por tanto, la dinamización económica de una zona necesitada –y merecedora– de una nueva oportunidad histórica.

Eligis, decidis, elige ciuitatem Balneorum: “tú eliges, tú decides, elige el proyecto de la ciudad romana de Los Bañales”, podríamos decir en la lengua de los antiguos romnos. Si eres cliente de Caja Navarra sólo tienes que acercarte por tu oficina antes del 31 de Diciembre y votar por el proyecto 18.135. Pero, además, si puedes ayudarnos a llegar a más gente y que seamos más quienes apoyemos Los Bañales a través de la opción que nos brinda Caja Navarra, desde aquí puedes descargarte un DIN A-4 a partir del cual, una vez impreso, puedes generar tarjetas informativas sobre el proyecto para todos tus amigos y conocidos.

¡Gracias por elegirnos!

LOS BAÑALES (Uncastillo) (y III)




















[Dique romano de Cubalmena y vivienda romana al Oeste de las termas, dos nuevos atractivos del yacimiento de Los Bañales]

[Colabora con la investigación en Los Bañales si eres cliente de Caja Navarra: pincha aquí]

Hace poco menos de un año, este blog (ver aquí) avanzaba algunos resultados del primer año del Plan de Investigación que la Fundación Uncastillo, por encargo de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, había entonces iniciado en el yacimiento arqueológico romano de Los Bañales, en las Cinco Villas de Aragón (sobre el yacimiento en el marco de este mismo blog, pincha aquí). Un año después -y como también anunciamos en otra entrada del blog fechada en Julio (ver aquí)- la concurrencia de diversos factores -fundamentalmente económicos, pero también humanos- hizo posible que tan singular yacimiento volviera a ver a los arqueólogos y que entre el 13 de Julio y el 15 de Agosto se desarrollase en el lugar una campaña de excavación dirigida por los arqueólogos Juan José Bienes y Silvia González Soutelo y coordinada por quien escribe estas líneas. A esa campaña de verano le está siguiendo una “campaña de invierno” en la que Juan José Bienes y un equipo de estudiantes de la UNED de Tudela está sacrificando parte de su tiempo libre en pro del eficaz estudio y catalogación de los materiales recuperados en la campaña del verano y que, desde luego, tendrá su colofón en el I Coloquio de Arqueología, Epigrafía e Historia Antigua de Los Bañales, que se celebrará en la sede de la Fundación Uncastillo entre el 25 y 28 de Marzo de 2010 con la participación de ponentes de más de diez universidades europeas diferentes. Un año después de aquella entrada es hora, pues, de hacer balance.

Pero, generalmente, quienes nos dedicamos a la investigación en Ciencias de la Antigüedad (y esa debería ser la denominación de la disciplina pues ¿qué es de los datos arqueológicos sin los argumentos históricos o de éstos sin los testimonios epigráficos o numismáticos?: la parcelación de cada una de esas disciplinas sin contar con las otras sólo conduce a una aporía sin sentido) corremos el peligro de, a la hora de hacer balance, recrearnos en conclusiones y valoraciones científicas -muchas veces casi eruditas- que de poco o nada sirven al gran público, que poco o nada expresan. Por eso, respecto del Plan de Investigación de Los Bañales -lo subrayaremos de nuevo, un Plan de la Fundación Uncastillo aunque en él participen profesionales e investigadores de diversas universidades españolas- el mejor balance ha de ser el hecho casi “a pie de calle” y que conecte con uno de los objetivos que la Fundación siempre tuvo cuando se decidió a intervenir en Los Bañales: convertirlos en foco de atracción y de desarrollo turístico -y, por tanto, socio-económico- de una comarca tan espléndida -en sus recursos turísticos pero, sobre todo, en sus gentes- como la de las Cinco Villas, todo a partir de un trabajo científico serio que ponga a Los Bañales en el lugar que el yacimiento merece en el panorama de la arqueología hispanorromana peninsular. Ese balance, el de “a pie de calle” es, a nuestro juicio, el principal balance, el más necesario, el más válido, y -sí, también- el más emotivo, el que, a la larga, más compensa. El yacimiento ha recibido en apenas cuatro meses a más de tres centenares de visitantes (cien de ellos en la I Jornada de Puertas Abiertas, como recogió la prensa local, pincha aquí), ha desarrollado una página web que -modestamente- está a la vanguardia de los sites referidos a yacimientos arqueológicos peninsulares tanto en diseño como en contenidos (pincha aquí si aun no la conoces y juzga tú mismo), los avances de la investigación arqueológica han trascendido del circuito científico y han llegado al ciudadano a partir de una inusitada -y muy trabajada- presencia en la prensa escrita y aun en la audiovisual (pincha en los enlaces que te sugerimos para conocer algunos de esos ecos publicados en blogs prestigiosos en la materia como el Blog del Aragón Romano, en medios locales como Heraldo de Aragón, El Periódico de Aragón o Aragón Televisión pero también en otros foráneos como Diario de Navarra o incluso Diario de Mallorca -aunque esta noticia y la siguiente precisan de ciertas matizaciones-, nacionales, como ABC o la Cadena COPE -en el programa A cielo abierto del día 20 de Agosto-, y de tremenda proyección como La 2 de TVE que ha emitido en las últimas semanas dos sensacionales programas sobre las investigaciones: pincha aquí y aquí para acceder a ellos, ya disponibles también en la web de Los Bañales) y por medio de una oportunísima instalación de un Espacio “Los Bañales” en la nueva Oficina de Turismo de Uncastillo, visita, desde ya, inexcusable para conocer Los Bañales y que muy pronto tendrá, además, nuevos contenidos (además del sensacional audiovisual y de varios paneles explicativos introductorios ya allí instalados). Qué duda cabe que nada de eso habría sido posible sin el apoyo de las empresas patrocinadoras del Plan de Investigación: E.ON, General Eólica Aragonesa y Vestas que -junto con la colaboración académica, y más que eso, clave en las cuestiones de comunicación, de la UNED de Tudela- han hecho posible lo que hace unos años era impensable. Tal vez todo está sucediendo tan deprisa que no acertamos a hacernos una idea de lo que Los Bañales -como yacimiento arqueológico, como fuente histórica y como espacio turístico- ha cambiado en este último año.

Pero, en este balance -al margen de la exhumación de una notable vivienda que, ahora en proceso de estudio, ha de arrojar mucha información sobre los ritmos históricos sufridos por esta ignota ciudad romana del territorio de los antiguos Vascones y de la limpieza de un monumental y posible dique de contención de agua de factura romana relacionado con el sistema hidráulico tan característico en el yacimiento (sus fotos encabezan este post)- no debe faltar una dimensión de los trabajos de investigación que quizás sólo en este blog podría destacarse: la humana. Sería incontable listar aquí a tanta y tanta gente que de Uncastillo, Layana, Sádaba, Biota o Ejea ha tendido una mano -siempre útil- para llevar adelante los trabajos, promocionar el lugar o, sencillamente, interesarse por la marcha de la investigación. Y en ese lugar, Ignacio Iturralde y Roberto Pérez -propietarios de los terrenos en los que se ha realizado la excavación y ya verdaderos amigos- merecen un destacado espacio de honor. A todos ellos, gracias. Pero, sinceramente, sería imperdonable omitir aquí los nombres de los estudiantes -éstos sí pueden contarse- que -becados por la UNED de Tudela pero venidos de centros de investigación superior de los cinco puntos cardinales de nuestra geografía- se han formado en las técnicas de investigación arqueológica de campo a partir de Los Bañales devolviendo a este yacimiento el papel “educativo” que tuvo en el pasado (por él pasaron como estudiantes quienes hoy son notables cátedros universitarios: F. Beltrán Lloris, F. Burillo o A. Jimeno entre otros). Los nombres de Mimmo Ampolo, Juan Carlos Alcón, Juan Arroyo, José Luis Armendáriz, Fernando Casado, Francisco Castillo, Silvia Chumillas, David Espinosa, Sergio Galindo, Manuel Iguaz, Pilar Jiménez, Carmen Marín, Koldo Lorea, Delia Martínez, Paula Faus y Rubén Olmo evocan -para quien ha tenido y tiene la suerte de trabajar con ellos- las cualidades de espíritu de sacrificio, voluntad firme, laboriosidad y capacidad de aprendizaje que -tan ausentes en nuestra sociedad- nacen de la tremenda vocación por la Antigüedad que uno tiene la suerte de compartir con ellos.

Desde luego, si hay que hacer balance sobre Los Bañales, el balance va implícito es el propio yacimiento: lo que ha sido, lo que es y, desde luego, lo que si seguimos trabajando, será. ¡Gracias a todos!

SEGOVIA (Segovia)













[Vista noctura del acueducto e inscripción HEp14, 276 sobre placa de bronce]

Situación
: La ciudad de Segovia, en la siempre atractiva -aunque austera- Castilla y León, está tan bien ubicada en el centro de la Península Ibérica que se convierte -por méritos propios- en un complemento turístico excelente -y casi necesario- para quien se acerque a Madrid (para conocer las posibilidades turísticas de la ciudad puede consultarse la sensacional página web de Turismo de Segovia: pincha aquí) pero también para quien quiera adentrarse en otras de las áreas más fascinantes de España: el área oriental de Castilla y León y el Noroeste Peninsular.
Acceso: Excelentemente comunicada con Madrid a través de la casi recién estrenada línea del AVE, la A-6 conecta esta ciudad con Madrid y, por tanto, la ciudad de los ríos Eresma y Clamores, goza -prácticamente- de las mismas posibilidades geoestratégicas que la capital del país.
Tipología: A priori, Segouia -que aparece citada, sencillamente, como oppidum, en Plinio (Plin. Nat. 3, 27, en el listado de populi del conuentus Cluniensis) y que es, después, citada por Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 55)- alcanzó su rango municipal en época flavia no en vano, la soberbia reconstrucción de la inscripción con litterae aureae (“letras con apliques metálicos”) del acueducto obrada por G. Alföldy (AE, 1997, 882 a partir de su excelente trabajo ALFÖLDY, G.: Die Bauinschriften des Aqüaduktes von Segovia und des Amphitheaters von Tarraco, Berlín-Nueva York, 1997) alude al título de munic(ipium) Fl(auium) Segouiensium para la ciudad. Aunque pueda señalarse que dicha reconstrucción no deja de ser una propuesta interpretativa que -como tal, aunque no nos lo parezca- pueda ser errada, o algo "fantasiosa" es cierto que -a nuestro juicio- esa condición municipal flavia está garantizada además no sólo por la propia fecha de construcción del soberbio acueducto -que debió inaugurarse entre el 28 de enero y el 7 de diciembre del año 98 d. C. pero cuyas obras debieron iniciarse justo después de la aludida promoción jurídica- sino también porque en Segovia se han constatado varias inscripciones con individuos adscritos a la Quirina tribus, la tribu específica de los municipios flavios. Se trata de Q(uintus) Curius Pa[---] Abliqum (CIL, II, 5738), de L(ucius) Acilius Maxsuminus (HEp2, 457) que, además, por el modo de indicar su filiación respecto del patronímico: Maxsumi f(ilius): “hijo de Máximo”, pudo ser uno de los primeros ciues Romani del nuevo municipio. Sin embargo, en el debate sobre el estatuto jurídico de esta comunidad han entrado recientemente los fragmentos de una placa de bronce con alusión a un flamen de época de Tiberio y a la posible fórmula d(ecreto) d(ecurionum) (HEp14, 276, con foto de detalle en la parte superior de este post) que, como pregona tajantemente la vitrina del Museo de Segovia/Casa del Sol donde las piezas se exhiben (ni que decir tiene que su visita es obligada para conocer la arqueología de la antigua Segouia), podrían alumbrar la idea de una promoción jurídica previa para Segouia, de época augústea, tal vez. Sin embargo, a nuestro juicio, tanto la habitual presencia en contextos secundarios de este tipo de piezas de bronce -muchas veces traídas y llevadas para ser refundidas en hornos-, la ambigüedad de la fórmula final D. D., que también podría esconder la lectura d(ono) d(ant) o d(edit) d(edicauit) y no necesariamente aludir a un consejo de decisión local (sobre todas estas magistraturas puede verse otro post de este blog: pincha aquí) y, por último, el hecho de que se tratase de un flamen no necesariamente municipal y no necesariamente Segouiensis hacen que a día de hoy sea más fácil defender la condición municipal flavia de Segouia que su privilegio augústeo (sobre este debate puede verse nuestra visión del tema en ANDREU, J.: Edictum, municipium y lex: Hispania en época flavia (69-96 d. C.), Oxford, 2004, p. 151 y la sagaz revisión de la inscripción publicada por SANTOS, J., HOCES, Á. L., y HOYO, J.: Epigrafía romana de Segovia y su provincia, Segovia, 2005, pp. 144-149 y, antes, en relación a la promoción municipal de Segouia, por MARTINO, D.: "Reflexiones sobre la municipalización de Segovia", Hispania Antiqua, 29, 2005, pp. 61-78, esp. pp. 75-76, disponible aquí, aunque, a nuestro juicio, este documentadísimo trabajo complica tal vez demasiado una promoción estatutaria que, con la documentación disponible, como hemos comentado, nos parece clara. A la inscripción del citado flamen y a su problemática se ha referido también BARAHONA, P., y HOCES, Á. L.: "Placa de bronce con inscripción de época romana en la ciudad de Segovia", Veleia, 11, 1994, pp. 45-48).
Descripción: Hablar de Segovia en época romana es, sencillamente, hablar del acueducto. El insigne monumento, que cuenta incluso con una activa Asociación de Amigos, fue inaugurado bajo la curatela de los magistrados municipales -IIuiri: "duunviros", la más alta magistratura del ordenamiento municipal romano- P(ublius) Mummius Mummianus y P(ublius) Fabius Taurus en los comienzos del reinado de Nerva, para traer agua a la ciudad desde la fuente de Fuenfría, a unos 15 kilómetros del centro del municipio. Técnicamente, además de la larga distancia recorrida, siguen hoy sobrecogiendo los datos cuantitativos que de él pueden darse: 15 kilómetros de recorrido -como se ha dicho-, 28,5 metros de profundidad en las zonas más profundas del canal (que, lógicamente, no siempre transcurre sobre arquationes="arcos"), 167 arcos en total en el tramo elevado, o 44 arcadas dobles -por citar sóplo algunos de ellos: para más datos puede recurrirse a las webs recomendadas más abajo-, datos todos que nos posicionan ante una de las obras maestras de la ingeniería romana -de la "mejor ingeniería romana" de la época altoimperial- pero que, sin embargo, parece ejerce sobre ciertos arqueólogos un efecto hipnótico que les lleva a buscar dataciones imposibles para todos aquéllos acueductos que -a diferencia de éste- o bien fueron menores en ambición técnica o más toscos en acabado estético. No olvidemos, que, en cualquier caso, el gran milagro romano estuvo en la adaptación a la diversidad local y que sus excelentes soluciones técnicas en la traída de aguas, aun siendo siempre excelentes y casi infalibles técnicamente, no siempre contaron con el aparato ingenieril que, sin duda, debió acompañar la planificación de una obra como el acueducto de Segovia. Ello, a nuestro juicio, no debe llevar a desestimar como romanos -o, al menos, como romanos alto-imperiales- otros trabajos hidráulicos de acabado menos impactante pero igualmente útiles e igualmente alto-imperiales (el que quiera entender que entienda: el De Architectura de Vitrubio aconseja, no impone). Además del acueducto, como se ha hecho notar anteriormente, para una aproximación a la huella del mundo romano en Segovia -no sólo en la ciudad, también en otros enclaves de la provincia- es de visita obligada el Museo de Segovia cuyas salas de Arqueología Clásica ofrecen un notable caudal de información sobre el acueducto (el audiovisual que se proyecta es, sencillamente, sensacional) y sobre otros aspectos de la vida en el municipio antiguo. Desde nuestra óptica -tal vez interesada dada nuestra natural manía (en sentido griego) epigráfica- resulta especialmente delicioso contemplar el notable repertorio de inscripciones funerarias romanas que se dan cita en torno al patio central del Museo. Se trata, fundamentalmente, de piezas del registro funerario de la ciudad y que permiten un paseo por diversos tipos de soportes de los tituli sepulcrales: estelas con rosas hexapétalas al más puro estilo de las producciones meseteñas (CIL, II, 2731), altares (AE, 1991, 1048 e HEp4, 629), bloques (CIL, II, 2730) o sencillas placas (CIL, II, 2754) para ser encastradas en monumentos mayores.
Bibliografía: La arqueología segoviana y -sobre todo, ésta en relación al estatuto jurídico de la ciudad romana- ha ocupado la atención de algunos de los más prestigiosos historiadores de la Antigüedad y arqueólogos hispanos. Así, debe citarse el pionero trabajo de MANGAS, J.: "Derecho latino y municipalización en la Meseta Superior", en ORTIZ DE URBINA, E., y SANTOS, J. (eds.): Teoría y práctica del ordenamiento municipal en Hispania, Vitoria, 1996, pp. 223-238, esp. pp. 231-232 -el Prof. J. Mangas ha sido pionero en los estudios sobre estatutos jurídicos de las comunidades hispanorromanas- o el igualmente válido de SANTOS, J.: "La sociedad de Segovia en época romana reflejada en su epigrafía latina", en Segovia Romana, Segovia, 2000, pp. 139-162 -también J. Santos es toda una autoridad en los estudios sobre municipalización en Hispania habiendo creado, como el Prof. J. Mangas, una notable escuela en dicha línea de trabajo-, trabajo incluido en las actas de una exposición cuya consulta es inexcusable para acercarse a la arqueología romana segoviana al igual que el catálogo de la celebrada a mediados de los años noventa (V. V. A. A.: Últimos años de Arqueología en Segovia, Segovia, 1994-1995).
Sitios en internet: Lógicamente, quien busca aspectos de la Segovia romana en internet se sorprende por la notable presencia que el verdadero icono de la ciudad -el acueducto- tiene en la red. Además de disponer de voz propia en las inevitables Wikipedia, Spanisharts, Encarta o ArteHistoria (con vídeo incluído, aquí), a esta singular edificación le dedica una notable y documentadísima página el Servicio de Turismo de Castilla y León. Un excelente estudio -desde una perspectiva muy técnica pero útil- del monumento lo ofrece -como no podía ser de otro modo- la web TRAIANVS, con un excelente aparato fotográfico. Muy recientemente, el diario Segovia al día ha publicado una noticia sobre unas conferencias dictadas por el Prof. Alföldy en la ciudad y que recoge, además, en varios vídeos, la explicación que el propio G. Alföldy hace del texto de la inscripción del acueducto (pincha aquí).
Recomendaciones: Las 3B (para desayunar, en plena Plaza Mayor), el restaurante El Figón del Corregidor -en la trasera de la iglesia de San Miguel en la que la ciudad de Segovia proclamó reina a Isabel de Castilla y que los jueves, en su menú del día ofrece un suculento cocido segoviano- y el Hotel Infanta Isabel -a dos minutos de la Catedral, en pleno casco histórico, con amplias habitaciones, conexión Wi-Fi en todas ellas y, sobre todo, un personal de muy notable amabilidad- se nos antojan las tres paradas de referencia para quien quiera hacer de Segovia no sólo una ciudad de paso -bien accesible desde Madrid- sino un destino turístico base para, a partir de él, adentrarse en las múltiples posibilidades que ofrece la provincia.

ILVBERIS (Lumbier)
















Situación: Lumbier, recoleta villa navarra de la antigua e histórica Merindad de Sangüesa, está situada a apenas 40 kilómetros al Oeste de Pamplona, la capital de la Comunidad Foral de Navarra y, además, se encuentra excelentemente comunicada con ella gracias a la proyectada -y ejecutada ya en más de 20 kilómetros de recorrido- autovía de Pamplona a Jaca. Por tanto, su visita -y la del entorno que preside, con elementos monumentales tan notables como el Monasterio de San Salvador de Leyre o el Castillo de Javier- es un extraordinario complemento para conocer las primeras estribaciones prepirenaicas de la montaña navarra.
Acceso
: Para llegar a los únicos restos arqueológicos muebles conocidos de la ciuitas de los Iluberitani de Plinio (Plin. Nat. 3, 3, 24, en su conocida descripción del conuentus Caesaraugustanus, ya varias veces aludida en este blog), el viajero ha de acceder a Lumbier y en la primera rotonda -apenas cruzado el río Irati- dirigirse hacia la derecha. Después de una ligera subida, se gira a la izquierda y, una vez estacionado el coche en esa zona se continúa a pie hasta los bajos de una notable y moderna edificación de ladrillo -donde, tras unas verjas (cierto que con el interior algo sucio y descuidado, por más que la opción de conservar los restos resulte digna de encomio) se ubican las estructuras más notables- y, después, bordeando dicho edificio hacia la izquierda, accediendo a la denominada Plaza del Claustro, sobre la puerta del Centro de Jubilados del Centro Cívico de la localidad, se conserva el mosaico que -con dichas estructuras de opus caementicium- preside este post junto a una imagen de la monumental estructura de opus caementicium, evidencia de la existencia de algún notable edificio -tal vez de uso público- en la antigua Iluberis.
Tipología
: Como ya anotamos en otra ocasión (ANDREU, J.: "Ciudad y territorio en el solar de los Vascones en época romana", en ANDREU, J. (ed.): Navarra en la Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona, 2006, pp. 179-228, esp. pp. 212-213) el hecho de que Iluberis aparezca sólo citada entre los populi stipendiarii del conuentus Caesaraugustanus referidos por Plinio (se trataría, pues, de los stipendiari Iluberitani: "los habitantes de la ciuitas stipendiaria de Iluberis") dificulta nobalemente conocer datos sobre esta comunidad a partir de época de Augusto, momento en que hay que fechar las fuentes de Plinio el Viejo. Es presumible pensar que la ciuitas -como todas las comunidades hispanas no privilegiadas antes del 70 d. C.- se debió convertir en municipio flavio si bien su ausencia en Ptolomeo (a no ser que, como ha propuesto RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: "Las ciudades vasconas según las fuentes literarias y su evolución en la tardoantigüedad", en Espacio y tiempo en la percepción de la Antigüedad Tardía [Antigüedad y Cristianismo, 23], Murcia, 2006, pp. 185-202 -descargable desde aquí- la Biturís ptolemaica -Ptol. Geog. 2, 6, 66- pueda identificarse con Iluberis) plantea la incógnita de su supervivencia "jurídica" en dicha época. Es evidente que en el siglo II d. C., el solar de la actual Lumbier estaba poblado y notablemente monumentalizado, como demuestran los restos arqueológicos presentados por Mikel Ramos y a los que pertenecen los que hoy pueden visitarse (RAMOS, M.: "Excavaciones en la ciudad romana de 'Ilumberis' (Lumbier, Navarra)", Caesaraugusta, 78, 2007, pp. 521-534, disponible aquí) pero otra cosa será saber el estatuto jurídico que la ciudad tuvo. ¿Resultó vinculada (adtributa) a algún centro cívico municipal mayor próximo (¿tal vez la ignota ciuitas de Campo Real?)?, ¿estamos ante una ciudad más de las muchas que Ptolomeo no cita y que sin embargo, sí tuvieron importancia en el siglo II d. C., cuando el alejandrino escribe?. Son muchos los interrogantes pero lo que sí está claro es que, como ha demostrado, nuevamente, J. L. Ramírez Sádaba (RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: "La toponimia de las ciudades vasconas", en ANDREU, J. (ed.): Los Vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad Peninsular, Barcelona, 2009, pp. 127-143) su topónimo es una evidencia más de que -al margen de cuál fuera, si la hubo, la conciencia de grupo de los Vascones en la antigüedad y de que éstos puedan ser casi un constructo étnico creado o potenciado por los propios romanos (SAYAS, J. J.: "Cuestiones relacionadas con la etnia histórica de los Vascones", en RODRÍGUEZ NEILA, J. F., y NAVARRO, F. J. (eds.): Los pueblos prerromanos del Norte de Hispania. Una transición cultural como debate histórico, Pamplona, 1998, pp. 89-139)- al menos en el sector oriental del solar atribuido a los Vascones por las fuentes antiguas, si quiera parte de la población hablaba vasco (de la zona proceden los antropónimos vascónicos Dusanharis/Naru[-]eni, Abisunhari/Ummesahari/Narhungesi, Naruheni, o Irurciradin documentados en Sofuentes -AE, 1977, 477 e IRMN, 63-, en Lerga -IRMN, 50- o en Sádaba -CIL, II, 2976- respectivamente, por ejemplo, o el teónimo Lacubegi documentado en Ujué -IRMN, 34-, por ejemplo). La propia evolución del término Iluberis -en latín pero con el componente vascónico ilu="ciudad" también persente en la formación de los topónimos Andelo o Pompelo- al topónimo vasco Irunberri -Lumbier en su denominación euscárica- es bastante transparente en este sentido. Sea como fuere, la ciuitas debió ser centro de un territorium especialmente productivo, al pie de la vía que unía Iacca con Pompelo y no demasiado lejos de la que, según una reciente propuesta (MORENO, I,. LOSTAL, J., y BIENES, J. J.: Item a Caesar Augusta Beneharno. La carretera romana de Zaragoza al Bearn, Ejea de los Caballeros, 2009) conectaba Caesaraugusta -por tanto el valle del Ebro- y Aquitania -por tanto el Pirineo-. La uilla romana conservada en Liédena (con página oficial aquí y amateur aquí), frente a la espectacular Foz de Lumbier, es un extraordinario ejemplo de esas posibilidades económicas que explicaron la instalación de la ciuitas en un amplio cerro sobre el río Irati (sobre su origen como ciuitas y las peculiaridades del poblamiento prerromano en la zona, es inexcusable consultar el trabajo de ARMENDÁRIZ, J.: De aldeas a ciudades. El poblamiento en Navarra durante el primer milenio a. C., Pamplona, 2009, pp. 251-301, esp. 296-297).
Descripción
: Como se dijo más arriba, es muy poco lo que ha llegado a nuestros días de la antigua ciuitas de los Iluberitani, sin embargo, el ambicioso proyecto municipal de construcción de un Centro Cívico en el pueblo ha permitido no sólo reexhumar algunos restos arqueológicos ya conocidos desde antiguo sino, sobre todo, conservar aquéllos y otros nuevos. Lo que el visitante puede contemplar hoy es un notable mosaico en blanco y negro -muy parecido, en técnica a los que decoraban el peristilo de la vecina uilla romana de Liédena, hoy en el Museo de Navarra- y que puede fecharse en el siglo II d. C., y, sobre todo, unos monumentales muros de opus caementicium (el resistente y admirable hormigón romano) que han sido interpretados como de aterrazamiento del terreno o de apoyo a un notable edificio de carácter público de la antigua ciudad romana sin que pueda precisarse nada más sobre el uso que dicho edificio pudo tener en la Antigüedad. Se trata de dos vestigios que suponen un acertado complemento a una ruta de ciudades romanas que -ojalá un día sea real- podría articularse en la zona a partir de las notables de Santa Crís de Eslava, Cabezo Ladrero de Sofuentes (ya en Zaragoza), y, especialmente, Los Bañales de Uncastillo (también en la provincia de Zaragoza). Desde luego, invertir en el mejor conocimiento y la necesaria puesta en valor de estos enclaves -al que habría que unir el espectacular pero aun virgen de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-Sangüesa) dotaría a estas tierras de un atractivo más complemento, sin duda, del que por sí tiene la riqueza monumental medieval de la zona algunos de cuyos reclamos ya se comentaron más arriba.
Bibliografía
: Al margen de los títulos citados hasta aquí, se recomienda la consulta de un antiguo post de este blog (pincha aquí) que, consagrado a los Vascones, ofrece enlaces de interés sobre la cuestión y, prácticamente, pistas para localizar la ya vastísima producción bibliográfica sobre esta singularísima y muy atractiva etnia de la Antigüedad hispana.
Recursos en internet
: Un atractivo vídeo disponible en la web del Ayuntamiento (pincha aquí), incide, precisamente en la capacidad estratégica de esta villa navarra que, desde luego, debió resultar -como se ha dicho- clave en la Antigüedad. La propia web del Ayuntamiento alude a los restos romanos (pincha aquí) de los que, por otra parte, apenas puede tenerse constancia a través de internet sino por medio de noticias de prensa alusivas al descubrimiento de los vestigios referidos (a través de la web Foces del Camino o de las noticias de Diario de Navarra).
Recomendaciones
: La proximidad de Lumbier a lugares aludidos en anteriores posts de este blog y que han vuelto a ser traídos a colación en esta misma entrada nos exime aquí de abundar en recomendaciones y remitimos a dichos lugares para ellas. Eso sí, si se quiere comer en Lumbier, barato y bien, La Tieta, junto al Centro de Interpretación de Las Foces.