IN VIAM PACIS


[Epifanía de la portada de la iglesia de San Miguel, en Biota, Zaragoza, localidad que en estas Navidades acogerá la exposición arqueológica de materiales procedentes de Los Bañales:
pincha aquí]

De nuevo -y tras un 2011 que, precisamente, no ha sido de los de más actividad en este blog (sí la ha sostenido el firmante de estas líneas en la página de la ciudad romana de Los Bañales en Facebook -pincha aquí-, en la propia web del proyecto que la Fundación Uncastillo desarrolla en el lugar -pincha aquí-), estamos en Navidad. Es cierto, muchos claman por una Navidad de exaltación del amor, de la amistad, de la paz, de la fraternidad pero... cualquier celebración que quiera hacerse -y es cierto que cualquiera puede celebrarla "a su modo": lo importante es celebrarla- no debe obviar que el centro de estos días es, vuelve a ser después de más de 2.000 años, un Niño y una gruta algo que no deja de ser un Misterio -uno de los más grandes de la Historia- y que, desde luego, no deja de sobrecoger...

Vivimos tiempos difíciles, de depresión, de crisis, de penuria... de incertidumbre (pues pocas palabras definen mejor la expectativa del Año Nuevo...) Pero, otro año más, la Navidad -y en la liturgia cristiana esto se hace evidente- nos recuerda que Dios se hizo hombre en un momento, además, de plena paz en el mundo como nos recordará el pregón Pascual de Navidad y éso es lo que todos celebramos -consciente o inconscientemente-. Y, como en otros años, me detengo, para felicitar la Navidad a todos -creyentes y no creyentes- lectores de este blog en un pasaje del Nuevo Testamento que, al fin y a la postre, es el que mejor retrata la esencia más genuina de la Navidad: de la primera Navidad. En este caso, lo hago en el penúltimo versículo del capítulo primero de San Lucas (pincha aquí) que nos recuerda que el Niño Jesús vino al mundo "a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte" (illuminare his, qui in tenebris et in umbra mortis sedent, en Latín, siempre más delicioso: ver texto completo aquí) y "a guiar nuestros pasos por el sendero de la paz": ad dirigendos pedes nostros in uiam pacis... Por eso, como cada año, llegadas estas fechas (y como ya recomendaba el pasado año: pincha aquí) necesitamos mirar hacia Belén, ponernos mentalmente -con nuestra imaginación- ante el portal en que se produce el más grande Misterio de la Historia y buscar la Luz y la Paz en el único sitio en que, en realidad, la podemos encontrar: en la inocencia de un Niño, el silencio de un Padre y la entrega paciente, abnegada, enamorada de una Madre. Los creyentes, más allá del símbolo, la encontraremos en un Dios hecho hombre que nace de las entrañas de María, los no creyentes tal vez sólo en el acontecimiento histórico -y entrañable- de un hombre extraordinario pero, todos, encontraremos allí, en Belén y en su portal, paz, ternura, cariño y amor... sentimientos que nos ayudarán a ser capaces de afrontar un 2012 que, deseo, venga lleno de todo lo mejor y que, ojalá, seamos capaces de recorrer in uiam pacis... o, mejor, in uiam Pacis algo que, en realidad, será posible si nos empeñamos en que sea de "paz" -y de alegría- nuestro caminar cotidiano por nuestro día a día.

¡Feliz Navidad a todos, queridos lectores de este blog, con el deseo de que en 2012 la actividad en él sea mayor y muchas sean las alegrías personales que podamos compartir a propósito del mundo romano! (y, como cada año, aquí va mi recomendación musical -a modo de villancico- para ambientar esta sentida felicitación: pincha aquí).

CONSABVRA (Consuegra)





































[Monumental basa de columna romana conservada en el jardín del Restaurante El Alfar de Consuegra y una de las dos estatuas que se guardan en el patio del Bar Casa La Tercia, en el centro de la localidad]

Situación: Pocas instanténas resultan tan características del paisaje manchego como la del cerro de El Calderico de Consuegra -que fuera el solar del oppidum indígena precedente a la Consabura romana, también citado en las fuentes a propósito de un conocido episodio de las guerras sertorianas, en el año 79 a. C. (Ps. Frontin. 4, 5, 19 y Liv. Per. 90, además de otros pasajes: véase, sobre este episodio: CARRASCO, G.: "La presencia romana en Castilla-La Mancha: la anexión del territorio", Al-Bassit, 47, 2003, pp. 41-56, accesible aquí)- con su espectacular castillo y una muy plástica hilera de molinos (ver foto aquí). Lugar hoy de parada obligada para miles de turistas que se sienten atraídos por la singular Ruta de Don Quijote, Consuegra -municipio ubicado en el reborde oriental de la provincia de Toledo- fue en la Antigüedad una importante ciudad romana para la que las noticias de las fuentes literarias están encontrando poco a poco -aunque lentamente- refrendo en la documentación arqueológica. Antes de avanzar en este post he de consignar aquí mi gratitud al estudiante del Programa de Doctorado del Departamento de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Juan Palencia, que, en estos últimos años está llevando a cabo una concienzuda labor de investigación -y, a la par, de sensibilización y educación patrimonial, pues ambos elementos han de ir unidos, como otras veces hemos comentado en este blog: ver aquí, por ejemplo- sobre la Consabura romana orientada a la obtención del Diploma de Estudios Avanzados en dicha Universidad. A él le debo algunas de las noticias aquí presentadas. Se trata el suyo de un trabajo que se plasmará en una memoria titulada Una ciudad romana de la antigua Carpetania: Consabura y que será defendida en acto público en Madrid en Diciembre de 2011 y aportará no pocas novedades sobre la Arqueología y la Historia Antigua de este hermoso municipio toledano. Al igual que comentamos respecto de Oretum, la ciudad romana de Consabura creció también al abrigo de las rutas que comunicaban la Meseta con la Bética (ver mapa aquí) no en vano aparece citada por las fuentes viarias romanas (It. Ant. 446, 6 y Rav. Cosm. 313, 5) en la vía que se dirigía, desde el Sur, hacia Toletum, la actual Toledo, como se estudia en detalle en CARRASCO, G.: "Comunicaciones romanas del ámbito provincial de Toledo en las fuentes antiguas literarias", Espacio, Tiempo y Forma. 2. Historia Antigua, 8, 1995, pp. 298-314 (accesible en pdf desde aquí). De esas relaciones entre Consabura y la Bética -fundamentalmente, a través de la vía que, por Castulo, se dirigía a la Meseta meridional- y de las proverbiales conexiones con el Mediterráneo del área castellano-manchega en la Antigüedad podrían dar prueba, por ejemplo, la presencia de un Consaburensis, el liberto Q. Domitius Macer, en un notable -aunque perdido- monumento funerario de Epora (CIL, II2/7, 155) y de un Q. Dimitius Varinus, también Consaburense, en Archena (Murcia) (AE, 2007, 812), curiosamente, los dos vinculados a una familia, la de los Domitii que, por razones que pronto se indicarán, debió ser una de las de la elite municipal entre finales del siglo I y comienzos del siglo II d. C. (RODRÍGUEZ NEILA, J. F.: "Los jueces de las cinco decurias oriundos de la España romana. Una contribución prosopográfica", Hispania Antiqua, 8, 1978, pp. 17-66).
Acceso: Dado que -a día de hoy (pues, sin duda, aumentarán gracias a los trabajos de investigación en curso antes citados)- son varios los atractivos arqueológicos que ofrece el actual solar de Consuegra y su entorno procedemos a especificar la ubicación de los mismos a continuación dando más detalles arqueológicos y tipológicos sobre ellos en el apartado Tipología de este mismo post. En la Plaza de España (ver callejero interactivo de la localidad aquí) se ubica el Museo Arqueológico Municipal, la mitad del cual ofrece materiales procedentes de la Consabura romana y cuya visita es el mejor y más didáctico pórtico para la comprensión de la historia del lugar (cierto que el Museo necesita una cierta "actualización" en materia museográfica y pedagógica pero, en cualquier caso, resulta una visita obligada). No lejos de allí -la Plaza de España actual debió ser el antiguo solar de la plaza pública romana-, en la C/Hospital, en el patio del bar Casa de La Tercia se conservan dos espectaculares esculturas romanas, una togata y otra thoracata, de procedencia poco clara aunque vinculadas al municipio romano, una de las cuales puede verse presidiendo este post. Algo más lejos, cerca de la elocuente C/Circo Romano, en los jardines del Restaurante El Alfar (C/Rosa del Azafrán) el visitante puede contemplar varios elementos arquitectónicos romanos ciertamente impresionantes uno de los cuales también aparece en la parte superior de esta etnrada. Más complejo resulta el acceso a la presa romana -aun en duda si de abastecimiento de boca o para riego-, el más "popular" monumento de la Consuegra romana, ubicada en el entorno del casco urbano. Para llegar a ella es necesario dirigirse hacia Urda por la CM-4116, que se toma en Consuegra al pie del Instituto de Enseñanza Secundaria "Consaburum" -precisamente- y, pasado el kilómetro 14 de dicha vía, tomar un camino descendente que se abre hacia la izquierda y que conduce a la parte "aguas arriba" de la antigua presa.
Tipología: Como muchas de las comunidades castellano-manchegas citadas en las fuentes clásicas, también Consabura debió convertirse en municipio en un momento que está, todavía, para algunos, abierto a controversia (para un panorama general sobre el privilegio ciudadano en la zona véase CARRASCO, G.: "Sobre los municipia del ámbito territorial castellano-manchego", Espacio, Tiempo y Forma. 2. Historia Antigua, 12, 1999, pp. 309-324, desde aquí o nuestra reciente actualización en ANDREU, J.: "Municipalización y vida municipal en las ciudades romanas de la Meseta Sur", en CARRASCO, G. (ed.): La romanización en el territorio de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, 2008, pp. 225-260). Citada Consabura como stipendiaria en la descripción pliniana del conuentus de Carthago Noua (Plin. Nat. 3, 25), esa mención -unida a la pervivencia de la ciuitas en el listado de póleis de Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 57) y a la ausencia de evidencias de la Galeria tribus en el parco catálogo epigráfico aportado por la localidad (ver aquí)- permite suponer que la comunidad recibió el estatuto municipal en época flavia y no en otro momento. Así podría certificarlo también el cargo de IIuir munic(ipii) Consaburon(is) del a la postre flamen provincial L. Domitius Dentonianus (RIT, 271) (sobre este personaje, véase GONZÁLEZ CONDE, Mª P.: "L. Domitius Dentonianus y la promoción jurídica de Consabura", Hispania Antiqua, 13, 1986-1989, pp. 53-70). No creemos (como ha afirmado MUÑOZ VILLAREAL, J. J.: "Consabura, de oppidum a municipio romano", Hispania Antiqua, 29, 2005, pp. 107-150, descargable desde aquí) que la adscripción de este invididuo a la Sergia tribus -personaje que, además, no tiene por qué ser Consaburensis sino que sólo nos consta fue IIuir en dicha ciudad pues la inscripción no cita su origo, su "procedencia"- o la presencia en la zona -según J. J. Muñoz- de otros municipios de filiación augústea (al margen de Segobriga, los otros casos que plantea no están exentos de dudas) deba, a día de hoy, obligar a adelantar la fecha de esta promoción que habría que fijar en la década de los 70 del siglo I d. C. Sólo algún hallazgo epigráfico -de una mención a la Quirina o a la Galeria tribus- podría confirmar la promoción augústea o flavia pero, desde luego, a día de hoy -y pese a que la incidencia de la labor municipalizadora de Augusto en Hispania se viene revelando cada vez como más intensa (ver, por ejemplo, el trabajo de ABASCAL, J. M.: "Los tres viajes de Augusto a Hispania y su relación con la promoción jurídica de ciudades", Iberia, 9, 2006, pp. 63-78, accesible aquí y de lectura casi obligada, por su claridad)- el momento flavio parece, a tenor de las evidencias de que disponemos, el más apropiado para fechar dicha transformación.
Descripción: La visita a la Consuegra romana -o a las todavía dispersas evidencias que quedan de la misma- debe, necesariamente, comenzar -como antes se dijo- en el Museo Arqueológico Municipal (para la ficha completa del Museo, pincha aquí). En él, a través de una única sala y de media docena de vitrinas, el visitante puede hacerse cargo -por medio de sendas maquetas- de cómo era el abastecimiento de agua a la ciudad romana y, sobre todo, del papel que ocupó la ciuitas en la planicie circundante al cerro de El Calderico. Entre los materiales expuestos algunas monedas y fragmentos escultóricos evidencian el poderío de la ciudad así como fragmentos de pintura mural y diversos materiales constructivos nos acercan a las trazas básicas de la cultura material doméstica del mundo romano. La presa romana -que recientemente ha sido objeto de atención en un volumen que es ya de referencia sobre la hidráulica romana en Occidente: GILES, F.: "Captación y traídas de aguas en la ciudad hispano-romana de Consabura (Consuegra, Toledo)", en LAGÓSTENA, L., CAÑIZAR, J. L., y PONS, Ll (eds.): Aquam perducendam curavit. Captación, uso y administración del agua en las ciudades de la Bética y el Occidente Romano, Cádiz, 2010, pp. 297-312 (el enlace lleva al índice del volumen)- la constituye un amplísimo muro -con relleno interior de argamasa hidráulica impermeabilizante- de casi 800 metros de longitud (lo que da idea de la lámina de agua que podría almacenar) y protegido, aguas arriba, por unos notables contrafuertes. Pese a la polémica que -fundamentalmente, a través de la web de ingeniería romana TRAIANVS y de algunas de las publicaciones en ella recogidas- se ha desatado sobre la romanidad o no de muchas de estas construcciones (partiendo de la interpretación algo torticera, a nuestro juicio, de las afirmaciones vitrubianas -Vitr. Arch. 8, 5, 1- sobre la preferencia, por parte de Roma, y para el agua de boca, de surgencias y manantiales antes que de aguas embalsadas) nuestra opinión es que complejos diversos atestiguados en Hispania (como los de Proserpina, en Augusta Emerita, o Cubalmena, en Los Bañales/Biota) -al margen de otros muchos presentes por todo el Occidente Romano- evidencian que Roma sí represó las aguas -a veces procedentes de manantiales- para el abastecimiento hídrico de ciudades adaptando, además, la solución empleada en cada caso a los materiales, el entorno y las necesidades de cada lugar dando también Roma, en ello, muestra de su capacidad de integración y de adaptación a las realidades locales. La polémica, en cualquier caso (abierta por FEIJOÓ, S.: "Las presas y el agua potable en época romana: dudas y certezas", en Nuevos Elementos de Ingeniería Romana, Astorga, 2006, pp. 145-166, accesible desde aquí) ha contribuido a dinamizar un tema con la participación, además, de un nutrido grupo de ingenieros que aportan a la ciencia arqueológica una visión enriquecedora de la construcción romana y que, desde luego, no puede -ni debe- desdeñarse. Otro atractivo de la arqueología consaburense puede verse, como antes se dijo, en los jardines del Restaurante El Alfar de Consuegra. Allí se han ido atesorando una serie de capiteles graníticos y, sobre todo, dos notables basas de columnas -ciertamente monumentales- que en la ciudad se cree pudieran pertenecer al circo romano (no en vano la C/Circo Romano se encuentra no demasiado lejos del lugar) pero sobre cuya función es aventurado pronunciarse por tratarse de materiales descontextualizados. El último "regalo" que la Consuegra romana puede, a día de hoy, hacer al visitante son dos impresionantes y monumentales estatuas -una de ellas en caliza aparentemente local, otra en mármol de difícil identificación a simple vista- que debieron formar parte del foro de la ciuitas (que no estuvo lejos de la actual Plaza de España) y que pertenecerían bien a emperadores (una de ellas, con seguridad, por tratarse de un ejemplar con coraza) bien a notables locales (sobre estas estatuas, que merecen un tratamiento monográfico a nivel investigador, puede verse el trabajo ya citado más arriba de J. J. Muñoz Villareal, que las describe en p. 136, nota 77) y que dan muestra de la monumentalización de que el enclave debió ser objeto a resultas de su promoción al estatuto municipal.
Bibliografía: La literatura básica sobre la Consuegra romana ya se ha citado con anterioridad y, para el contexto del poblamiento romano en la provincia de Toledo existen varios trabajos de G. Carrasco Serrano que están disponibles on-line a través de su página en dialnet (pincha aquí). Con carácter general, para la zona, en cualquier caso, sigue siendo válido el trabajo de GONZÁLEZ CONDE, Mª P.: Indigenismo y romanización en Carpetania, Alicante, 1987 (accesible desde aquí). Remitimos, además, al post sobre Oretum publicado en este mismo blog (pincha aquí) donde se citaron varios trabajos del Prof. G. Alföldy que, con su habitual acribia, abordan también la cuestión de la promoción municipal de Consuegra en época romana.
Recursos en internet: La presa romana de Consuegra constituye, sin lugar a dudas, el atractivo fundamental de la Consuegra romana en la red. Sin embargo, como en otras ocasiones, la serie "Ciudades de Hispania" de la web Tarraconensis ofrece una modesta ficha sobre Consabura que sintetiza -no sin alguna inexactitud- la historia del lugar y se centra, como no podía ser de otro modo, en el espectacular monumento hidráulico: ver aquí. La presa, como se ha dicho, es también objeto de síntesis en la página de Arqueología de la Península Ibérica y del Mediterráneo-Arqueomas, en la de Turismo del Ayuntamiento de Consuegra, e incluso en la siempre útil Biblioteca Cervantes Virtual que ofrece (pincha aquí) un trabajo del ilustre A. Blanco -padre de la Arqueología Clásica peninsular- publicado originalmente en el Boletín de la Real Academia de la Historia, en torno a la declaración de la presa como monumento histórico-artístico. En cualquier caso, no está mal documentada la sección de Historia del apartado de Turismo de la web del Ayuntamiento de Consuegra (pincha aquí). La presa figura también en el citadísimo inventario de presas romanas del genial M. Arenillas, disponible aquí, a través de TRAIANVS lo que, sin duda, explica la notable presencia de la misma en internet.
Recomendaciones: Uno de los elementos más característicos del urbanismo de los municipios manchegos son sus plazas mayores, y la Plaza de España de Consuegra es un claro ejemplo. Degustar un café, una caña con limón acompañada de una tapa (costumbre la de servir gratuitamente algún bocado con cualquier consumición que es general al Sur de Madrid y que está incomprensiblemente ausente en el Norte de España) en la terraza del Café Bar España, debajo del Museo Municipal, es altamente recomendable. El segundo elemento característico de Castilla-La Mancha es su gastronomía (quesos, vinos, gazpachos, potajes, guisos "de cuchara"...) que aunque varía notablemente en cada una de sus provincias -ver panorama general aquí- constituye un atractivo clave para el turismo en la zona. Una buena aproximación a dicha cocina puede hacerse, en Consuegra, en el restaurante El Alfar de Consuegra, ya arriba citado como reclamo arqueológico por la colección de basas de columnas y de material arquitectónico y ornamental romano que conserva en su jardín. Instalado en un antiguo alfar, al margen de una variadísima carta, ofrece un menú del día -igualmente diverso- asequible para cualquier bolsillo. A nivel de alojamientos, el autor de este blog sólo se ha acercado a Consuegra bien desde el Sur (Valdepeñas, sobre la que se habló aquí a propósito de la ciudad romana de Oretum) bien desde Toledo, ciudad monumental sobre la que sí haremos aquí dos recomendaciones. Para alojarse en la capital de la provincia, quizás una opción asequible -especialmente en temporada baja y también con bonos o con las propias ofertas que ofrece el Hotel para quien reserve por internet- sea el Hostal del Cardenal, a apenas 200 metros del circo romano de la antigua Toletum y pegado a la famosa "Puerta Bisagra" cuyo Restaurante, desde luego, ofrece una excelente cocina. Más asequible resulta comer o cenar -a través de sus suculentas raciones- en la cervecería Gambrinus, en la C/Santo Tomé, en pleno centro del área monumental de la ciudad.


ORETVM (Granátula de Calatrava)


[El área arqueológica de Oretum desde la Ermita de Ntra. Sra. de Oreto]

Situación: A finales de los años 90, en un trabajo que, en realidad, volvía sobre las conclusiones del excelente ALFÖLDY, G.: Römisches Stadtewessen auf der neukastilischen Hochebene. Ein Testfall für die Romanisierung, Heidelberg, 1986, el Prof. Géza Alföldy afirmaba -a partir de un pasaje de El Quijote- cómo durante muchos años la imagen del poblamiento de Castilla La Mancha en época romana había sido casi la misma que la que la novela cervantina transmite sobre el poblamiento manchego en el denominado Siglo de Oro. La historiografía sobre la Hispania romana apenas se había ocupado de la parte oriental y meridional del antiguo conuentus Carthaginiensis y esta actual comunidad autónoma parecía haber estado desocupada durante la época romana (ALFÖLDY, G.: "Aspectos de la vida urbana en las ciudades de la Meseta Sur", en GONZÁLEZ, J. (ed.): Ciudades privilegiadas en el Occidente Romano, Sevilla, 1999, pp. 467-485). Nada más lejos de la realidad, como el propio G. Alföldy demostraba, pocas zonas estuvieron tan ocupadas -con muy sugerentes enclaves de estatuto privilegiado y una excelente situación estratégica viaria- como el actual territorio castellano-manchego. La Naturalis Historia de Plinio el Viejo, en ese sentido -y a modo de ejemplo- era concluyente aunque, hasta finales de los años ochenta, los datos arqueológicos y, especialmente, la investigación epigráfica -incoada magistralmente por G. Alföldy- no le habían dado la razón al viejo geógrafo romano. El Naturalista (Plin. Nat. 3, 25) citabam para dicho distritomsesenta y cinco populi ("ciudades") algunos de las cuales ocuparon el territorio de La Mancha, entre otros los de Libisosa (Lezuza, Albacete), Valeria (Valera de Arriba, Cuenca), Consabura (Consuegra, Toledo), una de las dos Mentesae (Villanueva de la Fuente, Ciudad Real -la Mentesa Oretanorum-), Laminium (Alhambra, Ciudad Real) o Segobriga (Salices, Cuenca) y, por supuesto, Oretum, protagonista de este post. No podía ser de otro modo: los actuales territorios castellano-manchegos en general y los de la actual provincia de Ciudad Real en particular constituían un espacio de paso obligado hacia la provincia Bética -por Sierra Morena- y hacia el Mediterráneo, notablemente privilegiado en época romana (véase, por ejemplo, Dianium, en este mismo blog) haciendo también de puente, a través de las actuales provincias de Cuenca y de Guadalajara, con el valle del Ebro. Razones suficientes para que la zona estuviera notablemente urbanizada e integrada en época romana y, seguramente, desde época bien temprana. Y, Oretum, la ciudad romana que centra este post, es un ejemplo de ello, cierto que no el único. La localidad actual en la que se hallan sus restos -el recoleto pueblo de Granátula de Calatrava, en Ciudad Real- sigue aun, de hecho -como toda la provincia de Ciudad Real-, disfrutando de esos condicionantes geográficos que debieron estimular la presencia en en lugar de una próspera -y de tan dilatada como desconocida historia- ciudad romana. Como nota bibliográfica e historiográfica añadir que este "espejismo" que padeció la historiografía sobre el urbanismo hispanorromano hasta comienzos de los años noventa ha quedado ya superado gracias al concienzudo y meritorio trabajo -de años- de G. Carrasco Serrano, de la Universidad de Castilla La Mancha, y -entre otras- a su obra CARRASCO, G. (coord.): La romanización en el territorio de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, 2008, de referencia ya sobre la cuestión (algunos trabajos del Prof. Carrasco sobre las ciudades romanas de la zona y el poblamiento, en general, en época romana en Castilla La Mancha pueden descargarse desde su página en dialnet, antes enlacada al citar su nombre) y que, en pp. 225-260 recoge un trabajo del autor de este blog que puede servir de síntesis sobre la cuestión.
Acceso: Para acceder a la Ermita de Nuestra Señora de Oreto (curiosa y afortunada pervivencia toponímica) en torno a la cual se ubican los restos arqueológicos es necesario hacerlo (pese a que existen varias señales indicadoras en las calles principales de Granátula de Calatrava) desde la plaza de la iglesia de esta localidad manchega. Desde allí, tomando como referencia -en el costado izquierdo de la plaza- el Bar Oreto, el viajero ha de continuar, durante 5 kilómetros, por una estrecha pero hermosa carretera -en excelente estado como muchas de las infraestructuras de que disfruta Castilla la Mancha- que, cruzando el Embalse del Jabalón, conduce al entorno de la ermita. Allí puede estacionarse el vehículo e iniciar la visita al enclave arqueológico. Un aviso: pese a lo que se dice en la ficha del mismo en la página de Turismo de Castilla La Mancha, el yacimiento está cerrado (y cercado con una verja) excepto Viernes, Sábados y Domingos y, lo cierto es que, a pesar del notable -y meritorio- esfuerzo que, por poner en valor enclaves arqueológicos, se percibe en esta Comunidad (ver la página de Parques Arqueológicos de Castilla la Mancha) no parece que este yacimiento (del que puede obtenerse más información y un notable aparato gráfico en el panel que a él se le dedica en el Centro de Interpretación del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas, del que luego hablaremos) sea un ejemplo de conservación y puesta en valor del patrimonio arqueológico. Lamentable, desde luego, pese a lo prometedor del mismo.
Tipología: Pocas veces una ciudad romana está tan documentada en las fuentes clásicas como Oretum (ver CARRASCO, G.: "Introducción al estudio de la romanización en la provincia de Ciudad Real", Hispania Antiqua, 27, 2003, pp. 225-244, trabajo fundamental disponible aquí, pp. 238 y 239). A ella aluden los geógrafos griegos Estrabón (Str. 3, 3, 2), que la cita como la más "poderosa" ciudad de la Oretania junto con Castulo (c. de Linares, Jaén), y Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 68) y, Plinio, en el pasaje antes comentado (Plin. Nat. 3, 25) la enumera en su relación de populi stipendiarii, de "ciudades estipendiarias". Oretum es, pues, una ciudad romana importante del territorio de los Oretanos (sobre ellos, pincha aquí y, sobre todo, con todas las fuentes, aquí) para la que la documentación epigráfica nos ha aportado notable información. Así, CIL, II, 3221 (hoy en el Ayuntamiento de Almagro) alude a un acto de munificencia cívica (el pago de unos juegos de circo) a cargo del Oretanus P. Baebius Venustus -gasto autorizado, además, por el senado local- y nos pone tras la pista (al margen de otras inscripciones del horizonte funerario -AE, 1983, 622- y cristiano -CIL, II, 3222- de la ciudad, menos elocuentes) de la elite local y del sistema de organización de la ciuitas de Oretum en el momento en que adquirió condición municipal. Según G. Alfödy, la presencia de una Galeria tribus en una inscripción vecina, de Caracuel de Calatrava (AE, 1987, 686), podría advertir sobre la promoción augústea o julio-claudia del enclave, posterior, en cualquier caso, a la fecha de las fuentes de la descripción conventual de Plinio. En esa época o -como hemos defendido nosotros en un trabajo antes citado- en época flavia, Oretum adquiriría su título de municipium, el más digno -tras el colonial- en el ordenamiento jurídico romano de comunidades (ver aquí, en este mismo blog). La ausencia, como en seguida se verá, de las oportunas bases estratigráficas no ayuda respecto de la duda sobre la fecha de dicha transformación estatutaria.
Descripción: Es poco lo que hoy ve el visitante que se acerca a Oretum y mucho, sin embargo, lo que la ciudad aun debe esconder (recuérdese la advertencia estraboniana de que la ciudad constituía, junto con Castulo, una de las principales de la llamada Oretania) si hacemos caso a la generosa presencia de la misma en las fuentes, a su condición de municipio augústeo o flavio y, por supuesto, a las noticias de eruditos locales de otro tiempo que hablaron de circo, teatro y templo para el lugar. En cualquier caso -como se cita en alguno de los informes a los que facilitamos acceso en pdf en la parte de Recursos en Internet de este post- los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo en él -en torno a la Ermita de Nuestra Señora de Oreto- apenas han excavado si no la necrópolis visigótica y medieval del lugar que es, por otra parte, lo que se muestra -con una mejorable "puesta en valor" pero "puesta en valor", en cualquier caso- al visitante. El cerro que se extiende a la izquierda del santuario y gran parte del territorio circundante -en parte, seguramente, oculto bajo el embalse que se ha de cruzar para llegar al lugar- fueron el solar de una ciuitas romana (los materiales romanos parecen más abundantes en el llano frente a los ibéricos, abundantes en la cima) que, por su interés, urge sea objeto de una investigación periódica y sistemática que, además, contribuirá a dinamizar -aunque sólo sea historiográficamente- una zona que, desde luego -como está demostrando el caso vecino de Segobriga- está deparando no pocas sorpresas a la investigación y revelándose clave para entender, sobre todo, la obra política de Augusto en las Hispanias.
Bibliografía: Ya se han citado hasta aquí -en el apartado de Situación- algunas referencias bibliográficas claves sobre Oretum y el resto -la mayoría, sobre todo las que aportan información arqueológica, están recogidas en la página que la Wikipedia dedica al yacimiento: ver aquí- serán citadas, cuando no enlazadas, en el apartado de Recursos en Internet, más abajo. En cualquier caso, los trabajos de CARRASCO, G.: "Avance para el estudio de poblamiento del territorio meridional de Castilla-La Mancha en época romana", Hispania Antiqua, 28, 2004, pp. 117-140 (disponible aquí), "Introducción al estudio de la romanización de la provincia de Ciudad Real", Hispania Antiqua, 27, 2003, pp. 225-244 (disponible aquí), "Sobre los municipia del ámbito territorial castellano-manchego", Espacio, Tiempo y Forma (2). Historia Antigua, 12, 1999, pp. 309-324 (disponible aquí), o "Los itinerarios y la red de comunicaciones romanas en la provincia de Ciudad Real", Cuadernos de Estudios Manchegos, 17, 1987, pp. 27-39 (disponible aquí), y la monografía de HURTADO, J.: Los territorios septentrionales del conventus Carthaginiensis durante el Imperio Romano. Estudio de la romanización de Carpetania, Oxford, 2005 (con carácter general para la zona pues no se detiene en Oretum, más al Sur) parecen -junto a los ya citados y los que oportunamente se referenciarán- material más que suficiente para seguir indagando sobre este enclave tan sugerente y sobre su igualmente atractivo entorno.
Recursos en internet: Además de la ficha que dedica al lugar la página web de Turismo de Castilla La Mancha (ya arriba citada) y de la de Turismo y Cultura en Ciudad Real, sobre la ciudad romana de Oretum existen ciertos recursos en la red. Así, la sección de Ciudades de Hispania del portal Tarraconensis dedica un espacio -cierto que muy escueto- a este yacimiento (ver aquí). Por su parte, la página web de Juan Jesús Donoso Azañón sobre Granátula de Calatrava también dedica atención al yacimiento y en la sección de Arqueología del portal (pincha aquí) pueden descargarse algunas planimetrías sobre el lugar y, seguramente, acceder a la más completa guía disponible en red sobre la antigua Oretum (pese a que ésta se centre, sobre todo, en el horizonte medieval del conjunto). Por supuesto, como síntesis sobre el lugar, debe consultarse (con acceso a la fotografía aérea del conjunto) la ficha del yacimiento en Wikipedia y un dossier titulado El yacimiento arqueológico de Nuestra Señora de Oreto-Zuqueca (Ciudad Real) -resultado de un trabajo de investigación realizado por F. J. Rufián Fernández para la asignatura "Arqueología de la Antigüedad Tardía", de la Universidad Autónoma de Madrid- que puede descargarse en pdf desde aquí y que puede complementarse (desde aquí) con el trabajo de GARCÉS, A. Mª., ROMERO, H., y FUENTES, Á.: "Yacimiento arqueológico de Nuestra Señora de Oreto-Zuqueca (Granátula de Calatrava)", en Investigaciones arqueológicas en Castilla La Mancha, Toledo, 2004, pp. 307-324 una de las referencias bibliográficas básicas sobre el lugar.
Recomendaciones: Desconocida para muchos, la provincia de Ciudad Real se antoja de visita obligada para los amantes de la Arqueología en general y de la romana en particular: el Cerro de la Encantada, en la propia Granátula de Calatrava, un notable y conocido poblado de la Edad del Bronce; la ciudad ibérica del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas; las ciudades romanas de Oretum y de Sisapo (en La Bienvenida de Almodóvar del Campo); o el enclave medieval de Alarcos-Calatrava configuran una ruta abarcable en un par de días de viaje y ciertamente recomendable. Y la recoleta -y, para bien y para mal, decadente- ciudad de Valdepeñas se antoja un buen centro estratégico para trazar desde él la citada ruta. Con merecida fama de ciudad vitivinícola (ver aquí) Valdepeñas ofrece muchas opciones de ocio -al menos gastronómico- a las que se les une un singular valor añadido: es una localidad muy barata. Para alojarse, tal vez el Hotel Central- en el centro de la ciudad y bien comunicado con las autovías hacia Andalucía y hacia Ciudad Real que hacen de eje para la ruta arqueológica que aquí proponemos- resulte la mejor opción: familiar (tal vez demasiado), con una buena relación calidad-precio y muy cómodo. No lejos del Hotel, hay varias opciones gastronómicas muy recomendables: el Restaurante 6 de Junio (en la calle que le da nombre) ofrece un menú del día muy apetecible y para todos los bolsillos (por 12 € ¡¡veinte primeros y veinte segundos...!!); la Casa Carpeto, en la plazoleta Balbuena (una de las típicas para "tapear") permite degustar algunas de las raciones típicas de esta tierra (¡cuidado con el tamaño de las raciones pues éstas resultan demasiado generosas!: La Mancha no es el territorio más recomendable para quien esté a dieta...); y, por supuesto, el Restaurante Casa del Comendador, en el costado derecho de la Plaza Mayor de Valdepeñas (salpicada de agradables terrazas y con el habitual sabor de las plazas mayores manchegas), sin duda el mejor de la ciudad, también el más elegante y que, sin embargo, ofrece menús diarios a 15 €. Como hemos apuntado, sin embargo, quien sea amigo de comidas ligeras o de ofertas gastronómicas convencionales, encontrará pocas posibilidades en este sentido en la ciudad. Por cierto que, para quien viaje a Ciudad Real desde el Norte de España, en la Salida 69 de la Autovía de Andalucía (A-4), el Restaurante Los Arcos, en Dosbarrios (Toledo), resulta muy recomendable.

BARBOTVM (Coscojuela de Fantova)


[Una de las inscripciones empotradas en la Ermita del Socorro de Monte Cillas, entre Coscojuela de Fantova y Hoz de Barbastro, en el Alto Aragón: CIL, II, 5845]

Situación: Coscojuela de Fantova es un recoleto y hermoso pueblo encaramado en los riscos del Somontano prepirenaico de Barbastro, en la siempre hermosa provincia de Huesca (ver mapa aquí) que, a tenor de la historiografía más reciente, debió ser el solar de la antigua Barbotum, una ciudad romana enclavada en un eje de comunicaciones que debió ser clave en el mundo romano al hallarse -como, de hecho, subrayaría la historiografía de comienzos de siglo que se ocupó del lugar- al pie de la vía (ver MAGALLÓN, Mª Á.: La red viaria romana en Aragón, Zaragoza, 1986, pp. 136) que desde Barbastro se dirigía hacia Labitolosa, en La Puebla de Castro, y de otro itinerario que, precisamente desde dicho lugar, y hacia Aínsa, alcanzaba Boltaña, muy probablemente la antigua Boletum de la que era originario, precisamente, L. Val(erius) Maternus, el personaje honrado por M. Cor(nelius) Pompeianus -y del que se conoce una segunda inscripción procedente del lugar, hoy perdida (CIL, II, 5846)- en el pedestal que corona este post y que puede verse en uno de los laterales de la Ermita del Socorro del Monte Cillas, colina de unas 8 Hectáreas de extensión que debió ser el enclave de la citada ciudad. Como explica en detalle la bibliografía recogida más abajo, otra inscripción procedente del lugar que nos ocupa (CIL, II, 5841, lamentablemente hoy perdida) documentó la presencia de un individuo de origo Barb(otana?) y de nombre Publius Aemilius Ductus. Barbotum -que no aparece citada en ninguna otra fuente antigua al margen de la inscripción latina citada- sí consta, con notable asiduidad, en la documentación medieval, en concreto en el Cartulario del Diácono Vicente, del siglo VI d. C., que alude a una terra Barbotana y, después, en una serie de documentos medievales de los siglos X y XII -que incluyen una sentencia de Sancho Ramírez, del año 1080- que aluden a una Barbitaniya o Barbutana regio (para el seguimiento de estos documentos puede consultarse el trabajo publicado en Salduie, 1, 2000, esp. pp. 248-250, disponible en red como consta en el enlace citado en "Bibliografía" en este mismo post así como la versión disponible en red de un artículo de F. Fita en el Boletín de la Real Academia de la Historia, 4, 1894, pp. 214-218, con enlace también recogido más abajo, en idéntico apartado). Aunque durante algún tiempo -y todavía hoy en algunos sites de internet (ver aquí, en la sección de Historia de la web del Somontano de Barbastro o aquí, en la web del Ayuntamiento de Barbastro)- se quiso defender la reducción Barbotum-Barbastro la ausencia de restos romanos en el solar de la capital del Somontano y, sobre todo, la asiduidad con la que este tipo de traslados toponímicos se dio en los primeros siglos medievales (un caso notable es el de Conimbriga-Coimbra, enclaves separados unos 12 kilómetros como lo está hoy el Monte Cillas de la ciudad de Barbastro) permiten avalar la hipótesis de que el Monte Cillas fuera el solar de esta poco conocida ciudad romana en la que, ojalá, algún día alguna institución cultural y científica se decida a liderar una investigación arqueológica sistemática (pocos yacimientos, sin haber sido apenas aun excavados -el Monte Cillas sólo lo fue en los primeros años 20 del siglo XX- aportan un conjunto de evidencias y materiales tan interesante como éste).
Acceso: Como se ha dicho más arriba, la ciudad romana de Barbotum ocupó el cerro del Monte Cillas, una colina a 570 metros de altitud controlando el piedemonte y, por tanto, en una posición muy parecida a la que, no demasiado lejos, exhibe la ciudad romana de Labitolosa (por cierto que, sobre ella, es recomendable visionar estos vídeos, algunos de los cuales se ha difundido después de la redacción de nuestro post sobre dicho enclave en este mismo blog). Para llegar al Monte Cillas el viajero, desde la carretera A-138 que comunica Barbastro con El Grado, debe desviarse a la izquierda -a la altura del Restaurante Tres Caminos, justo frente a una estación de servicio de REPSOL (el restaurante queda a la izquierda de la carretera, la gasolinera a la derecha)- para, en dirección a El Grado, tomar la A-2209, primero, durante apenas 1,5 kilómetros de acusada subida, y, después, ante la indicación "Coscojuela de Fantova" y "Hoz de Barbastro", girar a la izquierda siguiendo hasta Coscojuela por una sinuosa pero aceptable carretera que, en algunos tramos, circula paralela al Canal del Cinca. Tras llegar a Coscojuela, el viajero ha de continuar aun hasta el kilómetro 14,5 de dicha carretera momento en que, a la izquierda, encaramada sobre el Monte Cillas y tras una curva, divisará la Ermita del Socorro, en cuya pared izquierda se hallan las inscripciones que, dado su interés, justifican por sí sola esta visita (existe posibilidad de aparcar en varias pistas que van a dar a la carretera e incluso de adentrarse con el vehículo hasta los alrededores de la ermita). Ahora bien, una advertencia: la excursión al Monte Cillas es sólo apta para quien -como, entiendo, son la mayoría de los lectores de este blog- sabe emocionarse y vibrar más con lo que hay que imaginar que con lo que hay que ver en un enclave arqueológico, con el esplendor de una antigua ciudad que hoy se encuentra, todavía, oculta entre los campos de labor y bajo los almendros y vides que confieren a la zona un aspecto tan "romano". Absténgase, pues, de ella quien no sepa emocionarse ante varias inscripciones romanas (en la pared izquierda de la Ermita del Socorro se han empotrado, por este orden y de izquierda a derecha un fragmento anepígrafo de mármol, la pieza CIL, II, 5845, una dedicatoria a [A]em[i]lia Placida, la esposa de L. Val(erius) Maternus -CIL, II, 5844- y una última pieza dedicada por disposición testamentaria a Maria Co[---] D(---), seguramente la madre de Aemilia Placida -CIL, II, 5842-: para seguir las lecturas de las piezas con texto, pueden consultarse los nºs 1, 3 y 5 del catálogo publicado en Salduie, 1, 2000, citado más abajo).
Tipología: Con apenas el conocimiento del nombre de la ciudad, poco puede decirse sobre la historia de Barbotum, nombre con el que, verosímilmente, se conoció al asentamiento que ocupó el cerro de Monte Cillas perfectamente orientado hacia el Sur y con un notable control estratégico sobre el entorno circundante. Sin embargo, los datos arqueológicos que nos aporta el material recuperado en las excavaciones históricas en el lugar dirigidas por R. del Arco sí nos permiten suponer que más allá de un florecimiento de la ciudad en el siglo II d. C. (en el que debe fecharse la colección epigráfica que, a día de hoy, es el principal atractivo del lugar) y contra lo que, por ejemplo, está atestiguado en muchos otros enclaves del Valle del Ebro (algunos próximos como Labitolosa, cuya historia puede servir de patrón de comparación para la del municipio asentado en el Monte Cillas) la ciudad sobrevivió a las alteraciones del siglo III d. C. que despoblaron tantas y tantas ciudades de la zona (ver aquí, en otro post de este mismo blog) pues la colección de laudas sepulcrales proporcionada por el yacimiento nos habla de la presencia en el lugar de una elite cristianizada de la que conocemos los nombres de algunos de sus integrantes: el presbítero Macedonius y otros individuos de rango no precisado como Rufus, Viuentius o Maria que corren con los gastos de los sepulcra cubiertos por laudas musivas (ver, para las inscripciones completas y su descripción el apartado "Descripción" de este post). Sin embargo, la presencia de la Galeria tribus (la tribu a la que quedaban adscritos los ciudadanos romanos que pasaban a serlo en época de Augusto o Julio-Claudia) en las vecinas comunidades de Boletum (citada, precisamente, en la origo Boletana -la "procedencia Boletana"- del personaje cuya inscripción corona este post) y de Labitolosa (para la colección de inscripciones véase este insustituible trabajo publicado en Archivo Español de Arqueología, 68, 171-172, pp. 107-130, pincha aquí) permite pensar que también Barbotum, con una historia parecida, próxima a ambas y conectada con ellas, tuviera a sus ciudadanos (seguramente Cornelii y Aemilii, que son las familias mejor representadas en el catálogo epigráfico barbotano) adscritos a dicha tribu. Y, como manifesté en este mismo blog a propósito de Labitolosa, tal vez sean ya demasiadas referencias en la zona a la Galeria tribus -y ninguna a la Quirina tribus, la propia de los municipios flavios: ver aquí- para seguir pensando que los tres enclaves (Boletum, Barbotum y Labitolosa) recibieran el estatuto municipal a finales del siglo I d. C., en época de Vespasiano. ¿No se tratará de municipios de época de Augusto relacionados con una intensa organización del Norte del actual Aragón desarrollada por este emperador tras la fundación de la colonia Caesar Augusta? Sólo el avance de la investigación (de momento sólo iniciada arqueológicamente en Labitolosa: ver síntesis aquí) podrá confirmar o desmentir esta posibilidad... que, desde luego, parece más lógica...
Descripción: Como se ha dicho más arriba, en realidad, el viajero que acude a Monte Cillas intuye más que ve, es más lo que le evoca el material -fundamentalmente epigráfico- que se aprecia en el lugar que la entidad de éste (sin duda sobrecogedora por la generosidad de la información con que nos obsequia). En el lateral de la Ermita del Socorro se han colocado los bloques de caliza local de aspecto marmóreo (aunque no sean técnicamente mármol) arriba citados y, en los campos que se abren frente a la Ermita y en todo su contorno -especialmente en los ubicados frente a la fachada ornamentada con las inscripciones- se recoge abundante material constructivo romano: tejas, fragmentos de mármol y, por supuesto, material mueble: cerámica, sobre todo. Sabemos, además, que ese tipo de material fue el que se recuperó en las únicas -y últimas- excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el lugar hasta la fecha, las dirigidas en los años 20 por el insigne aragonés Ricardo del Arco (algunas de las fotografías de este humanista pueden verse on-line en la página web de la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca: pincha aquí) en las que se halló el catálogo de laudas sepulcrales cristianas sobre mosaico al que ya más arriba se aludió. Es por ello que la visita a Monte Cillas ha de completarse con un paseo por el Museo de Huesca -ya hablamos sobre él en otro post de este blog: pincha aquí- que custodia algunas de esas laudas sepulcrales tardoantiguas, del siglo IV d. C., y que se cuentan entre las más hermosas de la Hispania romana (ver foto de una de las laudas, la correspondiente a AE, 1977, 472 aquí y, para una contextualización de lo que este material supone para el conjunto de la epigrafía cristiana peninsular, consúltese el trabajo de J. Gómez Pallarés sobre la cuestión, disponible totalmente en red -pincha aquí- y que alude a las piezas que nos ocupan en HU1, HU2, HU3, HU4 y HU5).
Bibliografía: La preparación de este post sobre el fascinante paraje del Monte Cillas ha recordado a quien escribe estas líneas el extraordinario servicio que internet presta ya a la investigación, también en Ciencias de la Antigüedad. El lector interesado en saber más sobre el más que probable solar de la antigua Barbotum encontrará casi toda la bibliografía sobre el Monte Cillas disponible en la red, toda excepto el volumen de DEL ARCO, R.: Excavaciones en Monte Cillas, término de Coscojuela de Fantova (Huesca), Madrid, 1921 que -publicado por la Junta Superior de Antigüedades y Excavaciones- contiene parte esencial de los descubrimientos llevados a cabo por este ilustre aragonés (ver biografía aquí) en el lugar (un libro que, seguramente por haberse publicado en Madrid falta en muchas bibliotecas aragonesas donde, precisamente, debería estar: para que luego haya aun gente que se queje del estado de las Autonomías...). Sin embargo, diversas bibliotecas digitales disponibles on-line nos obsequian con otros de los trabajos de R. del Arco, así, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes permite descargar los trabajos de DEL ARCO, R.: "Nuevos restos romanos hallados en Coscojuela de Fantova", Boletín de la Real Academia de la Historia, 75, 1919, pp. 127-142 (pincha aquí) y "Nuevos mosaicos sepulcrales cristiano-romanos de Coscojuela de Fantova (Huesca)", Boletín de la Real Academia de la Historia, 86, 1922, pp. 247-254 o aun otro de FITA, F.: "Inscripciones romanas de la diócesis de Barbastro", Boletín de la Real Academia de la Historia, 1884, pp. 211-217, imprescindible, donde (pincha aquí), en pp. 214-218 se hace inventario de parte del material epigráfico que puede contemplar hoy quien se acerque a Monte Cillas. Y, naturalmente, como complemento a estos trabajos -y con el acierto de haber sido sus autores los primeros en sugerir la reducción Barbotum-Monte Cillas de Coscojuela de Fantova tras las hipótesis de LOSTAL, J.: Arqueología del Aragón Romano, Zaragoza, 1980, pp. 38-42, donde se propone relacionar el topónimo "Monte Cillas" con el término latino cellae ("estancias" y, especialmente, "cámara central de un templo"- el excelente y extenso artículo de NAVARRO, M., MAGALLÓN, Mª Á., y SILLIÈRES, P.: "Barb(otum?): una ciudad romana en el Somontano pirenaico", Salduie, 1, 2000, pp. 247-272 (pincha aquí) con un tratamiento exhaustivo de la cuestión (que recoge toda la documentación epigráfica) semejante al de NAVARRO, M., y MAGALLÓN, Mª Á.: "Las ciudades del prepirineo occidental y central hispano en época altoimperial: sus habitantes y su status", en GONZÁLEZ, J. (ed.): Ciudades privilegiadas en el Occidente Romano, Sevilla, 1999, pp. 30-56. Por supuesto, también parte del material epigráfico con que nos ha obsequiado la zona puede seguirse a través de los buscadores al uso en internet, especialmente, por medio del Clauss-Slaby, de la Universität Frankfurt (pincha aquí y, busca por "Coscojuela de Fontova", sic, en "Lugar") y, por supuesto, del Epigraphische Datenbank Heidelberg, de la Universität Heidelberg (pincha en los siguientes enlaces para el texto de las tres laudas sepulcrales halladas en el Monte Cillas y hoy en el Museo de Huesca: AE, 1920, 4; 1977, 472; y AE, 2004, 795 pues no figuran en la base de datos heidelbergense el resto de piezas una vez que este buscador sólo recoge las inscripciones que han sido publicadas en L'Anée Épigraphique).
Recursos en internet: El yacimiento de Monte Cillas, en la pedanía rural de Coscojuela, adscrita al ayuntamiento de El Grado, no está demasiado presente aún en internet al margen de los recursos bibliográficos que arriba han sido citados y que, sin duda, suplen esa carencia. Además de la voz que se dedica a dicho enclave en la Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine, sólo se encuentra información sobre el lugar en alguna que otra página amateur (como ésta de Salasaltas, con una breve síntesis sobre la historia del lugar) o en la web de Turimagias (pincha aquí) apenas con la indicación de la presencia de restos romanos en el lugar, sin más precisión. También esta carencia de referencias a tan sugerente enclave en la red nos ha animado a dedicarle atención en este espacio además de la debilidad que sentimos por esas ciudades documentadas, fundamentalmente, a través de la documentación epigráfica.
Recomendaciones: La presencia en este blog de otras dos ciudades romanas de la actual provincia de Huesca, la propia Osca (Huesca) y Labitolosa (La Puebla de Castro) y, especialmente, la proximidad de ésta última al lugar que ocupó la antigua Barbotum pueden eximirnos aquí de ser prolijos en recomendaciones de carácter gastronómico y turístico que, como siempre, nacen de la experiencia personal de quien escribe respecto de los establecimientos recomendados. Sin embargo, sí haremos algunas a todos los niveles. Desde el punto de vista paisajístico -cuando menos- merece la pena que el viajero que se dirija al Monte Cillas -tal vez como parada en una ruta sobre la presencia romana en el Prepirineo central que ha de incluir también Labitolosa, mucho más espectacular que el enclave que aquí nos ocupa que, sin embargo, tiene el singular encanto de las ciudades romanas que espera su oportunidad investigadora- se acerque al Santuario de Torreciudad y contemple desde él las extraordinarias vistas que éste ofrece sobre el Pirineo y sobre el Embalse de El Grado (ver panorámica con la cola completa del Embalse aquí); se detenga a degustar la gastronomía local bien en la Hostería El Tozal (pasada la presa del Embalse, en dirección a Artasona) bien en el Restaurante Tres Caminos (antes de atravesar la presa, justo sobre la carretera que conduce a Coscojuela de Fantova) quizás opción ésta última algo más refinada (el ternasco de Aragón, desde luego, se sirve excelente en este lugar aunque no justifica los 25 € del menú de fin de semana...); y, por último, se encamine hacia las tierras del Sobrarbe visitando, al menos, Aínsa o Boltaña si no todas las posibilidades que ofrece la comarca (ver aquí). Camino de Aínsa, un colega de la UNED, de raíces sobrarbeñas, me ha recomendado el Restaurante del Hotel Cotiello, en Campo, según él delicioso. En atención a su amabilidad me atrevo también aquí a someterlo a la consideración de los lectores de este post... una excepción siempre puede caber. Por cierto que, mientras se escriben estas líneas, el Instituto de Estudios Altoaragoneses -referente en la dinamización cultural de Huesca ciudad y de la provincia- ultima la preparación de un ciclo de conferencias sobre el Alto Aragón en la Antigüedad que se celebrarán en Octubre de este año y que, desde luego, serán una excelente excusa para acercarse a Huesca y visitar, tal vez, alguno de estos enclaves.

SVPREMAS ARTES DOCVI (Los Bañales) (y VI)



[Vídeo "Los Bañales, un año después", producido por Canal UNED
y emitido por La 2 de TVE en Abril de 2011, más vídeos aquí]

Para quien, siendo apenas un adolescente, descubrió su vocación por el mundo romano visitando la Tumba Romana de los Atilios, en Sádaba; aportó su granito de arena al conocimiento de la sociedad del Valle Medio del Ebro en época romana trabajando sobre la rica -pero olvidada durante años- documentación epigráfica del entorno de Los Bañales (ver aquí); y, sencillamente, es un enamorado de la Comarca de las Cinco Villas; todo lo que ha sucedido desde 2008 -en que la Fundación Uncastillo recibió del Gobierno de Aragón el encargo de liderar un Plan de Investigación en la ciudad romana de Los Bañales- hasta hoy -en que se convocan las becas para que estudiantes de Historia de toda Europa colaboren en la nueva (ya la tercera) campaña de excavación arqueológica en el yacimiento no es sino un sueño hecho realidad. Pero, romanticismo aparte -aunque éste también sea útil y necesario en la investigación que exige, tantas veces, conservar la intocable ilusión del principiante- el trabajo de estos últimos tres años -como no hace mucho explicaba el Director de la Fundación Uncastillo y Coordinador General del Plan de Investigación de Los Bañales, José Francisco García (ver aquí)- ha permitido que en la ciudad romana de Los Bañales pueda aplicarse un triple objetivo que forma parte de los objetivos básicos de cualquier actuación de la Fundación Uncastillo y que, sin embargo no es muy tenido en cuenta en otros proyectos arqueológicos: recuperar el patrimonio (rescatándolo del olvido, investigando sobre él y poniéndolo en valor), conservar el patrimonio (garantizando la transparencia e inteligibilidad del mismo así como su paso a las generaciones futuras) y, sobre todo, aprovecharlo para el futuro (de momento incrementando notablemente las visitas al yacimiento y generando en torno a él una activísima labor de difusión y gestión cultural que puede percibirse si se realiza una visita somera a la sección de Noticias de la web oficial del enclave: www.losbanales.es...). Dicho triple objetivo es, desde luego, todo un reto que habrá que seguir cumpliendo en los años venideros para hacer de Los Bañales el centro de referencia en la Antigüedad Clásica -y en su investigación- con el que, a buen seguro, muchos otros -profesionales o simples amantes del Aragón Romano- ya soñaron.

Pero, ante todo -y eso es lo que hemos querido glosar trayendo la fórmula supremas artes docui que aparece en algunos epitafios romanos de pedagogos (CIL, III, 8175, por ejemplo)- Los Bañales es un proyecto pedagógico y por ello, cada año, la convocatoria de becas para la excavación arqueológica (pincha aquí para la de este año) se hace de la mano de la UNED de Tudela y permite a la Fundación Uncastillo que -gracias a los recursos aportados por el Gobierno de Aragón, E.ON, la Fundación ACS, General Eólica Aragonesa y Caja Navarra- pasen por el yacimiento estudiantes procedentes de toda Europa (el pasado año italianos, franceses, ingleses además de españoles: este año habrá también suizos, italianos, franceses y, la Universität de Trier desarrollará una campaña de estudio territorial del cerro de El Pueyo -el supuesto enclave indígena previo a la ciudad romana- entre el 8 y el 15 de Agosto prolongando de ese modo la actividad arqueológica, pero sobre todo formativa, en el lugar) y, en su paso por Los Bañales, se formen en las técnicas propias de la metodología arqueológica de campo. Y por eso, además, todos y cada uno de los miembros del Equipo Técnico del Plan de Investigación de Los Bañales (como se explica en este vídeo: pincha aquí) se "desviven" por formar a los estudiantes en las técnicas propias del trabajo de documentación arqueológica completo (del campo a la vitrina pasando por el laboratorio: ver también vídeo explicativo aquí) durante el periodo que dura la campaña de excavación (en esta ocasión del 26 de Junio al 24 de Julio) y por, además -contribuyendo al desarrollo local, otra de las líneas estratégicas del trabajo de la Fundación Uncastillo- aprovechar como recurso formativo la intensa huella que el pasado romano ha dejado en la Comarca: los enclaves, por supuesto, de Los Bañales, pero también, de Cabezo Ladrero de Sofuentes y de Campo Real/Fillera de Sos del Rey Católico.

Todo ese trabajo -de investigación, de puesta en valor, de aprovechamiento del patrimonio como recurso pedagógico y del uso de éste para el desarrollo socio-económico- se hará especialmente evidente el próximo Sábado 23 de Julio cuando, a partir de las 10.30 horas, de comienzo la III Jornada de Puertas Abiertas de la Excavación de Los Bañales un evento que el pasado año reunió a más de doscientas personas (ver vídeo aquí) y cuya fecha queremos anticipar ya aquí conscientes de que -tras el esfuerzo que quien escribe estas líneas dedica cada día del año a Los Bañales- dicho acto es la auténtica "puesta de largo" de un Plan de Investigación que, en apenas tres años, ha colocado a Los Bañales en la cumbre de los yacimientos arqueológicos aragoneses y, también, hispanos devolviéndolo, además, a los circuitos científicos de los que había salido a finales de los años setenta (a título de balance de la aportación de estos tres años de trabajo puede visitarse la sección "Publicaciones" de la página web del proyecto donde están alojadas todas las publicaciones generadas por el Equipo Técnico del Plan de Investigación de Los Bañales desde 2008 hasta hoy).

No será éste, desde luego, el último post sobre Los Bañales que aparezca en este blog, pero sí queremos remitir -de nuevo- al lector a la página en Facebook del yacimiento y del Plan de Investigación (con ya más de novecientos seguidores: pincha aquí) desde la que, además, a partir del día 20 de Junio, y como sucedió con la VI Campaña de Prospecciones Arqueológicas del pasado mes de Febrero, se podrá -en una iniciativa sin precedentes y clave para la dinamización del patrimonio arqueológico- seguir un singular "diario de excavación" (facilitaremos de nuevo el enlace en que dicho diario podrá seguirse) que difundirá lo esencial de los descubrimientos cotidianos que se produzcan en el lugar... ¡Allí, y en Los Bañales el 23 de Julio, te esperamos! ¡Anótalo ya en tu agenda y... no faltes!


LVTETIA PARISIORVM (París)





























[Ver aquí algunas sugerentes recreaciones de Archéo3D para algunos de los monumentos romanos de París y aquí vídeo con excelente reconstrucción virtual del foro de Lutetia: arriba, imágenes de la Cripta Arqueológica de Notre-Dame y de las Termas de Cluny]

Situación
: París, en el centro de Francia como lo estuvo su predecesora la mansio Luticia en la época romana (It. Ant. 366, 5) y que debe su nombre a una simplificación (atestiguada por primera vez en Zósimo -Zos. 3, 9- que alude al lugar como Parísion) de la Parisíon Lukotekía con la que se refería a ella, por ejemplo, Ptolomeo -Ptol. Geog. 2, 8, 13-, es perfectamente accesible hoy tanto a través del ferrocarril (ver aquí) como por una extraordinaria red de autopistas (ver aquí) como por un notable complejo de aeropuertos que incluye, desde luego, notables posibilidades para los amantes -a veces forzados- de las líneas low-cost (ver aquí). Por los numerosos atractivos que, para los amantes de la Antigüedad Clásica, contiene su Musée du Louvre (ver aquí información e imágenes de algunas de las piezas de las salas de Antiquités Grecques, Étrusques et Romaines del citado espacio), París es un destino obligado para el viajero amante de Roma. Sin embargo, muchas veces -en el trajín turístico que sume a quien la visita- se olvida que también París tuvo -como hemos dicho- un pasado romano muy floreciente que es sobre el que en este post queremos ofrecer unas sencillas pautas sólo con el ánimo de reivindicar que éste también forme parte de la ruta que todos los que hemos visitado París hemos dedicado un tiempo a planificar.
Acceso: Ver apartado anterior. La sección Transports & Plans de la página oficial de Turismo de París puede ser una buena herramienta al respecto no sólo para planificar los mejores medios de transporte para llegar a París (desde donde uno esté) sino también para informarse sobre posibilidades hoteleras y para elegir los monumentos a visitar.
Tipología: Perfectamente enclavada en el centro de la antigua Gallia Lugdunensis (no en vano consta, por Caes. Bell. Gall. 6, 3 que Julio César llevó a cabo en ella, en el año 53 a. C., una reunión de las tribus galas y todos la conocemos por su continua presencia en los cómics de Astérix: ver aquí singular página didáctica sobre este personaje) Luetia apoyó la revuelta de Vercingétorix (Caes. Bell. Gall. 7, 4) decidiendo entonces César controlarla con varias legiones (Caes. Bell. Gall. 7, 57). A partir de época de Augusto -para la que tenemos el testimonio de Estrabón hablando de la posición de Lutetia y de la tribu gala de los Parisii viviendo alrededor del río Sena (Strab. Geog. 4, 3, 5, al describir la Gallia Lugdunensis)- la ciudad se extendería por los actuales enclaves de la Ile-de-France y por el Quartier Latine iniciando entonces su proceso de monumentalización de ahí que Plinio, en la Naturalis Historia (Plin. Nat. 4, 107) la cite entre las ciudades liberae de dicha provincia. En la Antigüedad Tardía el enclave se haría célebre a partir de la proclamación como emperador de Juliano en ella, noticia recogida por Amiano Marcelino (Ammian. 20, 4-5, ver traducción aquí) (para otras noticias sobre la ciudad y para una breve descripción de su configuración urbanística puede leerse, en inglés, la entrada que le dedica la web Livius.org). Fue poco después cuando -como se dijo más arriba- la ciudad empezaría a cambiar su antiguo nombre de Lutetia Parisiorum por, sencillamente "la ciudad de París" (apud Parisiam civitatem se alude a ella en la correspondencia de San Hilario en relación al Concilio del 360 d. C.) recuperando, por tanto, el nombre del antiguo pueblo galo que la ocupaba: los Parisii.
Descripción: Tres son los atractivos que el amante del mundo romano no puede dejar de visitar en París si quiere conocer, cuando menos de modo aproximado, cómo se articulaba la Lutetia Parisiorum que aquí nos ocupa: el Musée Carnavalet de Histoire de Paris (en pleno barrio latino), la Crytpe archéologique du pavris Notre-Dame (justo a la cabecera de este otro emblema parisino: ver este enlace con sugerentes informaciones sobre Notre-Dame y útiles, además, para la visita a París: aquí) y, por supuesto, las Thermes de Cluny (cerquita del Panteón, sobre el que luego se hablará). De todos ellos, quizás sean los dos últimos espacios los más espectaculares: en el primero el visitante puede comprender la problemática de la arqueología -y de la conservación y gestión del patrimonio arqueológico- en ciudades modernas superpuestas a ciudades antiguas a través de visitar una de las termas de la ciudad y comprender la evolución de éstas y de la trama urbana parisina hasta el siglo VI (hasta Febrero de este año de 2011 ha estado instalado en dicho lugar una interesante exposición -que ignoramos si se ha prorrogado- sobre "Les grandes monuments de Lutèce" (fundamental el enlace, que ofrece algunas recreaciones virtuales de algunos de los monumentos romanos parisinos) que incluía paneles explicativas sobre el foro, las termas, el anfiteatro, etcétera). También resulta recomendable visitar las Arenes de Lutece, los restos -en la Rue de Navarre- del anfiteatro de la ciudad romana. En las Thermes de Cluny, cuyas estructuras monumentales dieron cobijo después al Museo del mismo nombre, a través de un proyecto pedagógico envidiable y de una exposición elegantísima y muy sugerente, el visitante puede aproximarse a uno de los edificios clave en la vida de cualquier ciudad romana (las termas) y a uno de los mejor conservados de la antigua Lutetia. En él se conserva otra de las evidencias clave de la antigua Lutetia: el pilar de los navegantes (los nautae Parisiaci) que atestigua la vocación marinera del enclave (CIL, XIII, 3026) Quizás pueda ser recomendable, en cualquier caso, comenzar las visitas al París romano por la sala "De la préhistoire aux Gallo-romains" (ver aquí) del Musée Carnavalet antes aludido pues ofrece importantes materiales -sobre todo de la cultura material doméstica- recuperados en la ciudad (también pueden observarse algunas de las inscripciones, especialmente epitafios, y no muchos, del legado epigráfico de Lutetia).
Bibliografía: Aunque -como se verá, precisamente, a continuación- la mayor parte de los enlaces que sobre Lutetia Parisiorum pueden verse en la red -como nosotros, de hecho, hemos hecho aquí- recogen casi todas las noticias que las fuentes antiguas dan sobre la ciudad del río Sena, como siempre que nos enfrentamos en este blog a alguna ciudad no-hispana, el punto de partida para quien quiera conocer los últimos datos sobre la ciudad romana de París vuelve a ser la Realencyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft, en concreto LAFOND, Y.:"Lutecia Parisiorum", en Der Neu Pauly, Stuttgart, 2003, cols. 526-527. También resulta útil para una primera documentación sobre cualquier ciudad antigua (aunque no la hubiéramos aun aludido aquí) la Tabula Imperii Romanii, un proyecto iniciado en los años veinte y que ha ido publicando hasta hoy -con los auspicios de diversas instituciones europeas de investigación superior, en España del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas- la "geografía" del mundo romano, en concreto, y para la ciudad que nos ocupa, habría que manejar la Tabula Imperii Romani M-30: Condate, Glevum, Londinium, Lutetia, Frankfurt, 1983. Ya más específicos pueden resultar los trabajos de BUSSMANN, K.: Paris und die Ile de France, die Metropole und das Herzland Frankreichs, von der antiken Lutetia bis zur Millionenstadt, Colonia, 1989 (sobre la evolución urbanística del área de la Ile-de-France/Quartier Latine que centró la antigua ciudad romana), el fascículo dedicado a París en la Guide Archéologique de la Gaule (BUSSON, D.: Paris-75, París, 1998) y, por supuesto, BUSSON, D.: Paris, a Roman City, París, 2001 y el catálogo de la exposición del mismo nombre instalada en los años ochenta precisametne en el Musée Carnavalet: PÉRIN, P. (coord.): Lutèce, Paris de César à Clovis, París, 1984. Para un listado bibliográfico mayor -que se detiene en algunos de los edificios, especialmente en las termas- pincha aquí, uno de los enlaces más recomendables y completos sobre el París romano, y para una síntesis sobre Lutetia -que ubica adecuadamente la ciudad en su entorno- el trabajo de BEDON, R. (ed.): Les villes de la Gaule Lyonnaise, París, 1996, pp. 225-262 (en las que se refiere a Lutetia).
Recursos en internet: A diferencia de lo que sucede respecto de muchas de las ciudades referidas en este blog (especialmente porque el patrimonio arqueológico hispanorromano todavía no ha dado, suficientemente, el salto a la red, al menos de modo riguroso y universitario), Lutetia Parisiorum es objeto de atención en muchos y bien documentados sites en internet. Así, destacaríamos la entrada que -con casi todas las fuentes y muy buenas imágenes (entre ellas una de una maqueta de la ciudad romana: pincha aquí)- le dedica la web Livius.org, muy útil como lo es también el site de la voz "Lutetia" en la versión anglosajona de la Wikipedia (ver aquí, y con traducción al castellano aquí). Pero, sin lugar a dudas, la página de referencia (que completa y supera los recursos y la documentación que se ofrece en este post y al que, perfectamente, puede remplazar) es la promovida por el Ayuntamiento de París y que lleva por título Paris, a Roman city: ofrece bibliografía abundante, listas cronológicas, imágenes, e incluso un sugerente y evocador tour virtual por los principales puntos de la ciudad en los que pueden contemplarse vestigios del pasado romano parisino (más allá, incluso de los dos espacios museísticos arriba recomendados). Para una lista de otros atractivos, puede verse el listado que ofrece la Wikipedia aquí, con enlace a documentación respecto de cada uno de ellos. Desde el punto de vista audiovisual, para una visita virtual a la Crypte archéologique de Paris puede verse este vídeo de YouTube (pincha aquí), un canal en el que también varios amateurs ofrecen vídeos sobre la visita a las Thermes de Cluny (ver aquí uno de ellos).
Recomendaciones: Hoy en día, el recurso a internet soluciona a cualquiera las -muchas veces complejas- cuestiones "de intendencia" que exige la preparación de un viaje a la capital francesa. Pero, siguiendo el espíritu de este blog (que sólo recomienda establecimientos conocidos "de primera mano" por quien lo escribe) aquí van algunas recomendaciones por más que resulte pretencioso recomendar algo a cualquier turista que acude a París (nos conformaremos con que las recomendaciones resulten útiles). Para el alojamiento, en el centro de París resulta recomendable -por su situación y su precio que no tanto por la amabilidad de su personal, que deja bastante que desear- el Hotel Régence, a media hora a pie del arco del triunfo y muy cerquita de Montmartre y del Moline Rouge, uno de esos lugares míticos de París que destila parte del ambiente decadente y caduco que se respira también en otros lugares de la capital francesa (personalmente, me quedo con el Moulin Rouge de la película de 2001, con Nicole Kidman y Ewan McGregor con su revival de grandes canciones del pop del siglo XX, especialmente el "Your Song" de Elton John y Bernie Taupin: ver aquí). En los alrededores de París -y con la garantía habitual, para lo bueno y para lo malo, de los Hoteles Ibis- pueden ser recomendable el Ibis París Bercy. En lo gastronómico no es París una de esas ciudades en las que uno pueda pararse a disfrutar del paladar pues, normalmente, quien la visita anda (y "anda", además, en sentido literal) totalmente afanado en ver y ver -como si de una "olimpíada de visitas" se tratase- todo lo que, turísticamente, ofrece la ciudad (ver la guía oficial de Turismo de París, ya más arriba citada). En cualquier caso, nos atrevemos aquí con varias recomendaciones que van desde la alta gama (El Café de La Paix, por ejemplo, cerca de la Ópera: puede comerse en él a lo grande pero también uno puede tomarse un café o una copa) a restaurantes más turísticos pero que ofrecen algunas de las especialidades de la cocina parisina (como la inevitable soupe a l'onion: "sopa de cebolla"), por ejemplo, el Restaurant Le Quai 21, cerca de la estación de Metro Saint-Augustin, o, cerquita del Panteón -otra de esas visitas inexcusables en París-, la Brasserie Le Cercle Louxembourg, en el agradabilísimo Boulevard Saint-Michel. Pensando en familias con niños nuestras recomendaciones han de incluir también restaurantes de carácter convencional: socorrido resulta la franquicia de restaurantes Hippopotamus (repartidos por todo París), parecidos a los VIPS españoles, en los que se puede, también, degustar algunas de las especialidades parisinas. En fin, para terminar y como uno tiene debilidad por The Beach Boys, qué mejor canción para poner banda sonora a la visita a París (y de paso hacer un check-list de las cosas a visitar) que el "Belle of Paris" de este mítico grupo californiano (ver vídeo aquí, con imágenes, además, de la capital francesa: para ir abriendo boca...).