VACVNAE PRO VALETVDINE

[Anverso de dos denarios de plata del año 57 a. C., acuñados por el edil M. Plaetorius Cestianus, con representación del busto de la diosa Vacuna Foto: © CoinArchives]

En el contexto pandémico en que vivimos y que ha inspirado ya un buen número de entradas en Oppida Imperii Romani, casi desde el pasado mes de marzo, la palabra más repetida ha sido la de "vacuna" una vez que todos sabíamos que su descubrimiento y posterior autorización y generalización iba a constituir la primera luz de esperanza tras estos meses inciertos y dolorosos para tantas familias en todo el mundo. Pero la palabra "vacuna" tiene una acepción singular para quienes nos dedicamos al mundo antiguo, que queremos centre esta nueva entrada en nuestro blog, acepción que, en cualquier caso, nos viene bien y resulta conveniente en este momento en que, parece, la curva de contagios comienza a descender al ritmo que se amplía la de personas total o parcialmente inmunizadas con las dosis de Pfizer, Astrazeneca, Moderna o Jannsen, nombres que estarán, sin duda, entre los más pronunciados de este 2021 que avanza inexorable. 

En el contexto de la XVI Semana Romana de Cascante, celebrada hace apenas unos días en esa hermosa y acogedora localidad navarra que es la antigua Cascantum (Cascante), el experto en religiones antiguas, y Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, Francisco Marco Simón, nos contaba la conversación que, al vacunarse y en torno a la diosa prelatina Vacuna tuvo con la enfermera que le administró la dosis de tan ansiado profiláctico contra el Covid-19. Nos pareció que, como anotábamos más arriba, ahora que hemos dejado de mirar las estadísticas de avances de los contagios y hemos puesto la vista en el avance del ritmo de la vacunación -que casi todos los diarios digitales españoles ofrecen con actualizaciones diarias- y una vez que, quien escribe estas líneas, ha recibido ya su segunda dosis, Vacuna -y, con ella, también, la "vacuna"- merecía un post que acercase al gran público a esta enigmática y, en parte, oscura divinidad de la Antigüedad y, de paso, como hemos hecho en otros posts de este blog, ayudase a nuestros lectores a entender lo difícil, pero a la vez apasionante, que es la construcción de conocimiento en Historia de la Antigüedad. 

¿Quién era Vacuna? ¿Sobre qué ámbitos, como diosa, ejercía su influjo? ¿Cómo la conocemos? ¿Guarda alguna relación Vacuna con las propiedades de las diversas vacunas que nos están permitiendo dominar esta pandemia? Con ser apenas una breve alusión en uno de sus versos, nuestra más generosa fuente sobre la diosa Vacuna es, sin duda, el poeta latino Horacio con quien nos deleitábamos en nuestro reciente post "Flexamina oratio". Es en sus Epistulae (Hor. Epist. 1, 10, v. 49) -libro dedicado a Mecenas, el protector y promotor del poeta- donde aquél alude a la existencia de un fanum a esta diosa (fanum Vacunae) frente al cual -en las proximidades de la localidad italiana actual de Licenza, no lejos de Tívoli, en el corazón del territorio de los antiguos Sabinosen su monumental uilla de recreo, escribe Horacio esa carta a su amigo Aristius Fuscus jugando con la etimología Vacuna-uacare, "Vacuna-aliviar", muy apropiado, también en nuestro contexto actual. Sabemos que ese espacio sería más tarde reconvertido en un santuario a la Victoria restaurado por el emperador Vespasiano en época flavia como muestra la inscripción CIL, XIV, 3485, donde se habla de aquél como aedes Victoriae. Volviendo a Horacio, precisamente, un comentario de Varrón al citado pasaje de las Epistulae permitiría constatar ese sincretismo Vacuna-Victoria aunque la relación con las diosas Diana, Minerva o Ceres tampoco debe descartarse actuando Vacuna como una especie de genio personificación del campo fértil luego, quizás en época flavia, precisamente, asimilado a la Victoria dada la estrecha relación entre esta dinastía, y en particular Vespasiano -ya estudiada en otro post de este espacio- y este ideal político celebrativo y acaso también por la propia procedencia Sabina del primero de los Flavios (para los atributos de Vacuna y estas identificaciones sincréticas puede verse el artículo de la WorldHistory, "Vacuna: the hidden goddess - veiled in the mist of History", muy recomendable). Ese mismo pasaje horaciano motivó que el escoliasta Pomponio Porfirión, en el siglo III d. C., indicase que era una divinidad de incierta naturaleza, como más arriba decíamos. Por su parte, Dionisio de Halicarnaso podría referirse a ella cuando describe el lago sagrado de la Victoria ubicado en las proximidades de la localidad también Sabina de Aquae Cutiliae (Dion. Hal. Ant. Rom. 1, 15) lo que ampliaba a las esferas acuáticas, también, el campo de acción de esta divinidad presentada como una especie de "diosa para todo" propia de una sociedad eminentemente agrícola y ganadera como parece fue la Sabina. Por su parte, Plinio el Viejo, en un pasaje de su libro tercero incluido en el capítulo en que éste describe el territorio de los Sabinos (Plin. Nat. 3, 109) se entretiene en hablar de los Vacunae nemora, "los santuarios de Vacuna", ubicados en dicha región -prueba, por tanto, al ser varios, del arraigo de su culto en la zona- y que un clásico trabajo de Mary A. Grant en The Classical Journal, 18-4, 1923, pp. 220-224 trató de situar en el ya citado entorno de Tívoli y de Rieti, justo donde Horacio, unos años antes, había ubicado el fanum Vacunae. De hecho, y en ese concurso multienfoque a las fuentes antiguas propio de la investigación en Ciencias de la Antigüedad, las alusiones epigráficas a la dea Vacuna -apenas cinco en todo el Occidente Romano- parece se concentran -salvo una, fragmentada, procedente de Britannia (AE, 2015, 772)- en el área de la regio IV itálica, correspondiente, en parte, con el área Sabina y con el Samnio. Así, consta un voto a Vacuna por parte de un tal Q. Murrius en Forum Decii (CIL, IX, 4636), una sugerente dedicación pro reditu Luci Acesti ex Africa"en favor del regreso desde África de Lucio Acestio" que da razón de ser a la probable atención de la diosa Vacuna a proteger a los familiares alejados atestiguada en Poggio Fidoni (CIL, IX, 4751), un hermoso altar procedente de Reate (AE, 1907, 212) dedicado a la diosa por un comandante de la armada y, por último, una dedicación de Esuuius Modestus pro ualetudine patris, también de Poggio Fidoni (CIL, IX, 4752) en el territorium de la ciudad de Reate que parece, por tanto, el epicentro del culto a esta antigua diosa. La fórmula de este último titulus es muy sugerente por cuanto se acude a ella en favor de la salud del padre, fórmula que hemos tomado para el título de este post, dada su oportunidad una vez que todos estamos acudiendo a la vacunación con esa misma esperanza. Pero, por si las atribuciones de esta divinidad no estaban del todo enmarañadas, todavía una mención del poeta Ovidio (Ov. Fast. 6, vv. 305-308) califica a Vacuna como antiqua, "antigua" y se aporta un dato sugerente, la coincidencia de sus fiestas con las de Vesta, en el quinto día antes de los idus de junio lo que podría ampliar su ámbito de actuación también a ideales como la fidelidad o la piedad, que eran los que esta diosa representaba en la Roma clásica. 

A partir del escrutinio de estos datos procedentes de las fuentes textuales, en 1916, el historiador de la Antigüedad A. W. Van Buren, publicaba en el Journal of Roman Studies (6, 1916, pp. 202-204) una aproximación general a la diosa Vacuna, de cuyo contenido, con más bibliografía, se han hecho eco, adecuadamente, varios diccionarios al uso en internet en los que se puede obtener más información sobre tan singular como poco conocida deidad (la Wikipedia holandesa o la británica, por ejemplo, o la utilísima página de recursos En-Academic.com), aproximación, que, esencialmente, coincide con la que, en 1912-1917, se recogía en la voz "Vacuna" del utilísimo Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines de Ch. Daremberg y E. Saglio, disponible en red y punto de partida insustituible para el arranque de cualquier investigación sobre la Antigüedad.

Algunos eruditos del Renacimiento -acaso aprovechando el juego etimológico horaciano que antes anotábamos- quisieron ver en la etimología del teónimo Vacuna una alusión a uacui ("vacíos") y, por tanto, al momento en que las sociedades campesinas actualizaban su culto a esta diosa, justo cuando se quedaban sin faena alguna en el campo por haber terminado la cosecha, con cuyo ciclo parece relacionarse también a esta divinidad, si bien el gran historiador de las religiones Georges Dumézil, planteó que pudiera proteger a los familiares, amigos o conocidos que estaban lejos de quien rendía culto a Vacuna (DUMÉZIL, G., La religion romaine archaique: avec un appendice sur la religion des Étrusques, Paris, 1966, p. 369) como vimos más arriba a propósito de alguno de los tituli que, para la época imperial romana, conservamos, tituli propios de un momento en que el culto a Vacuna era ya sólo una reminiscencia arcaica enmascarada por el tributado a otras divinidades con las que se asemejaba pero que, en cualquier caso, nos hablaban de su relativa vigencia -al menos local y regional para el ámbito sabino- que, todavía, recordaría en el siglo IV el poeta burdigalense Ausonio, al hablar de tota Vacuna (Auson. Ep. 14, v. 101).

Por último, y con algunos datos sugerentes para cerrar este post, las fuentes numismáticas, por su parte, presentan a Vacuna en el anverso de una serie de denarios de plata acuñados entre el 67 y el 57 a. C. donde, en algunos de ellos (RRC, 409/1) -y como se ve en los dos anversos que encabezan esta entrada- aparece portando, en su característico casco, los atributos de Victoria -las alas-, de Diana -el arco-, de Apolo -la corona de laurel- e incluso de Fortuna -el cuerno de la abundancia- piezas de plata que, además, en su reverso llevan, indefectiblemente, el águila victoriosa de Roma. Tal vez podamos quedarnos con esto para terminar. Nuestra "vacuna" -cuya etimología no está relacionada con la diosa sabina sino con la "viruela de la vaca", uariola uaccinae, de ahí que en otras lenguas haya dado pie a términos como vaccination, en inglés, vaccinazione, en italiano o vacinaçao, en portugués- está también protegiendo nuestra salud y, sobre todo, la de nuestros familiares mayores -como, parece, lo hacía también la diosa Vacuna- y, además, está permitiendo que el mundo recobre la normalidad y que, por tanto, el desarrollo económico y productivo no se vea truncado por los tan perniciosos confinamientos. Podría decirse que nuestras vacunas, como la Vacuna cuyo busto luce espléndido en las piezas de numerario arriba recogidas, también nos está aportando la corona de laurel y las alas de la victoria sobre una pesadilla que dura, ya, demasiado tiempo. 

Jugando con el texto de la dedicatoria epigráfica que justifica el título de este post, y a la que se ha aludido más arriba, podríamos decir: sí, vacunas pro ualetudine, "vacunas, en favor de la salud (de todos)"


AVREA SCRIPTA DECEM

Con la Loba Capitolina, en el Passeig Arqueològic de la colonia Tarraco

No es infrecuente que, entre quienes critican el sistema universitario actual -especialmente quienes están dentro de él aunque no faltan, tampoco, quienes consideran que el mundo ha conspirado contra ellos para que se encuentren fuera de la academia- cunda la reflexión de la incesante evaluación a la que los investigadores y docentes universitarios somos sometidos más si cabe desde la incorporación al sistema, como evaluador externo, de las agencias nacionales o regionales de acreditación y calidad. A quien escribe estas líneas, que existan organismos que -siendo transparentes- establezcan, desde el conocimiento del sistema universitario y de las exigencias investigadoras de las distintas áreas de conocimiento, cuáles son los estándares para la calidad docente y para el reconocimiento investigador nunca nos ha parecido negativo. Puede, eso sí, resultar tedioso. Y, la mayor parte de las veces, resulta. El problema, no es, por tanto, la evaluación en sí misma sino la separación de esa evaluación en agencias diferentes y la inexistencia de una plataforma común en la que podamos, quienes nos dedicamos a la investigación académica, volcar nuestro historial académico y de investigación y que éste pueda ser objeto de estudio tanto por nuestra propia Universidad como por el Ministerio correspondiente como por la agencia de evaluación pertinente. Algo se intentó con el Curriculum Vitae normalizado, el célebre CVN, pero, parece, su utilidad quedó en entredicho al ser sustituido, poco después, por otros formatos. Es, por tanto, hacia la simplificación de los procesos y hacia la eliminación de trabas burocráticas hacia la que deberíamos caminar en el mundo universitario para que no tengamos que elaborar historiales diferentes para alojarlos, a su vez, en plataformas diferentes, ante cada convocatoria de tramos de investigación, ante cada convocatoria de proyectos o ante cada validación curricular por parte de las agencias pertinentes. El mundo académico ha parodiado con gracia y resignación -pero con notable realismo- estas un tanto incoherentes y cambiantes exigencias formales a partir de la tuneadísima escena final de la película "El hundimiento" (Oliver Hirschbiegel, 2004) que, tristemente, esconde una amplia matriz de realidad.

En estas últimas semanas hemos tenido que rendir cuentas ante una de esas instancias. En uno de los puntos del formulario a rellenar se solicitaba que se indicasen las diez aportaciones que, del historial investigador, se considerasen más importantes justificándolo. Nos ha parecido que parte de ese trabajo, adaptado al formato pedagógico e instrumental de Oppida Imperii Romani, podría interesar a nuestros lectores. Ése es, por tanto, el espíritu de esta entrada, recoger las que han sido nuestras grandes preocupaciones investigadoras -que, en parte, han ido desfilando, sobre todo en los últimos años, por este espacio- y ofrecer muchas de ellas en acceso abierto, o en posibilidad de compra, para aquellos lectores de este blog que, a través de ellas, quieran pulsar cómo ha ido avanzando la investigación en cuestiones concretas de Historia Antigua, Epigrafía y Arqueología hispanorromanas. Nos hacemos mayores, sin duda, tras comprobar los frutos de casi dos décadas de investigación en Ciencias de la Antigüedad que ofrecemos aquí, parafraseando a Lucrecio (3, 11-12), como aurea scripta

[1.] (2004) Autor de Munificencia pública en la prouincia Lusitania (siglos I-IV d. C.), Institución Fernando el Católico, Zaragoza (299 pp.). Gracias, fundamentalmente, a los trabajos de Milagros Navarro y de Enrique Melchor, los estudios sobre el evergetismo en la Hispania Romana habían alcanzado un notable desarrollo en los últimos años 90 del siglo pasado. Sin embargo, como nos sugirió nuestro maestro, Francisco Beltrán Lloris, que consensuó el tema con José d'Encarnaçao, estaba pendiente la realización de un análisis de este fenómeno para la provincia Lusitania, que se abordó en ese trabajo que ha tenido una notable repercusión, especialmente en la historiografía portuguesa. El tema, de hecho, ha sido también objeto de otras publicaciones nuestras en destacados órganos editoriales (Conimbriga, 38, 1999, pp. 31-64) o en volúmenes de miscelánea sobre la cuestión (Économie et territoire en Lusitanie Romaine, Casa de Velázquez, Madrid, 1991, pp. 453-471 o Culto imperial: política y poder/Imperial Cult: polítics and power, L’Erma di Bretschneider, Roma, 2006, pp. 613-637) y nos han permitido ser invitados a participar en trabajos de puesta al día sobre procesos de monumentalización urbana en los que el evergetismo de las elites desempeñó un papel importante (Poder central y autonomía municipal: la proyección pública de las elites romanas de Occidente, Universidad de Córdoba, Córdoba, 2006, pp. 385-415) o en otros sobre la propia acción política de esas elites locales, algunos de ellos muy recientemente (La glòria del circ, ICAC, Tarragona, 2017, pp. 37-42 o Termas públicas en Hispania, Universidad de Sevilla/Universidad de Murcia, Murcia, 2020, pp. 119-129). Aunque el tema ha estado siempre presente en los posts 'urbanos' de Oppida Imperii Romani no hace mucho hablamos sobre él en este espacio a propósito de un nuevo hallazgo epigráfico en la provincia de Málaga, con más bibliografía

[2.] (2004) Autor de Edictum, Municipium y Lex: Hispania en época Flavia (69-96 d. C.), BAR International Series, Oxford (300 pp.). Este volumen -que ya mereció un post monográfico en su día en este blog- supuso un análisis de conjunto sobre la municipalización flavia en Hispania y sobre la extensión del ius Latii por Vespasiano -tema que fue el central de nuestra Tesis de Doctorado- así como sobre el propio concepto de Latinidad que había ocupado un lugar importante en el debate historiográfico sobre la Historia Antigua Peninsular en los años 80 y 90 del siglo XX. El trabajo ha sido, desde entonces, abundantemente citado y ha estimulado, también, interesantes discusiones científicas, en particular, con la escuela francesa (Faventia, 29-2, 2007, pp. 37-46) convirtiéndose en trabajo de referencia para autores como Julián González, Antonio Caballos, Estela García Fernández o David Espinosa, que lo han citado en algunos de sus estudios sobre la Latinidad, entre 2004 y la actualidad. Además, la aproximación a la cuestión nos ha habilitado para estudios de carácter local sobre la incidencia del Derecho Latino en determinadas provincias del Imperio (Latomus, 69-3, 2010, pp. 745-757) o en concretos territorios de Hispania (Salduie, 3, 2003, pp. 163-185 o Conimbriga, 44, 2005, pp. 69-146).

[3.] (2009) Editor de Los Vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad Peninsular, Instrumenta, Barcelona (569 pp.) volumen también celebrado con un post monográfico en este espacio. Como explicábamos hace algunos meses, desde nuestro trabajo “Ciudad y territorio en el solar de los vascones en época romana”, en Navarra en la Antigüedad. Propuesta de actualización, Gobierno de Navarra, Pamplona, 2006, pp. 179-228, incluido en un volumen que nosotros mismos promovimos, algo hemos tenido que ver en la dinamización de los estudios sobre Vascones antiguos siguiendo la línea abierta por los investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Juan José Sayas y María J. Peréx, Universidad en que entonces profesábamos pero, en cualquier caso, aportando una visión renovadora y conectada con los estudios de paleohispanística e identidades antiguas en boga en las últimas décadas. El volumen ha sido profusamente citado y dio pie a una tercera entrega sobre la cuestión publicada como número monográfico de Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 21, 2013 dedicado a Entre Vascones y Romanos: sobre las tierras de Navarra en la Antigüedad que está en open access desde su publicación y sobre cuya importancia ya advertimos hace algunos años en Oppida Imperii Romani. Como sabrá el lector de este blog -que, de hecho, cuenta con una etiqueta específica sobre Vascones-, la cuestión vascónica, por su alcance social, ha motivado también nuestra constante participación en conferencias sobre el tema, nuestra recentísima colaboración en el rediseño del proyecto museográfico de las salas de Romanización del Museo de Navarra y, también, nuestra moderación de una mesa redonda temática en el IX Congreso General de Historia de Navarra, celebrado en Pamplona en septiembre de 2018 y promovido por la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra.

[4.] (2011) Autor principal y coordinador de La ciudad romana de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza): entre la historia, la arqueología y la historiografía, Institución Fernando el Católico, Zaragoza (438 pp.). Más allá del volumen -accesible completo a partir del enlace-, publicado como monográfico de la revista Caesaragugusta, de la Cátedra Galiay de la Institución Fernando el Católico, y que ponía orden en el estudio de una ciudad romana que era, por entonces, sólo una promesa de la Arqueología hispanorromana, uno de nuestros grandes logros, quizás de los más perennes, ha sido el impulso dado, en materia de investigación y en materia, también, de gestión, a la ciudad romana de Los Bañales de Uncastillo cuyo modelo de trabajo -liderado por la Fundación Uncastillo- mereció en 2016 el Premio Sísifo a la Investigación y Promoción del Patrimonio Arqueológico en los premios del mismo nombre que, cada año, concede la Universidad de Córdoba y que, como proyecto arqueológico, ha estado presente en foros internacionales de diverso signo como referente y benchmark en buenas prácticas en materia de investigación arqueológica. La excelencia de los materiales arqueológicos y epigráficos recuperados ha hecho que el yacimiento circule por algunas de las más prestigiosas revistas científicas (Archivo Español de Arqueología, 87, 2014, pp. 243-255; Epigraphica, 80, 2018, pp. 201-208 y 78, 2016, pp. 510-515; Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik, 200, 2016, pp. 553-556 y 196, 2015, pp. 296-402 o Gladius, 38, 2018, pp. 35-45 por citar sólo algunos casos recientes) y esté presente en misceláneas sobre procesos de monumentalización urbana en Hispania bien diversas y de referencia (Escultura Romana de Hispania. VIII, Universidad de Córdoba, Córdoba, 2018, pp. 366-388; Monumenta et memoriae: estudios de epigrafia romana, Universidad de Cantabria, Santander, 2017, pp. 223-242, entre otros). También el yacimiento ha protagonizado, con sus constantes novedades arqueológicas e históricas, el contenido de un buen número de conferencias impartidas por quien escribe estas líneas, algunas disponibles en la sección específica de nuestro canal de YouTube de igual modo que el canal específico sobre Los Bañales ofrece acceso a videotutoriales sobre algunos de estos destacados materiales que han contribuido a poner Los Bañales en el mapa a nivel mundial.

[5.] (2019) Autor (con P. Ozcáriz y Tx. Mateo) de Epigrafía romana de Santa Criz de Eslava (Eslava, Navarra), Fratelli Lega Editori, Faenza (187 pp.). En un intento, liderado por el Ayuntamiento de Eslava, de reproducir el modelo de gestión de la investigación llevado a cabo en Los Bañales de Uncastillo, fuimos llamados en 2017 por dicho consistorio para, de la mano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, dar impulso -en materia de investigación y de socialización- a los trabajos arqueológicos desarrollados en Santa Criz de Eslava durante los años 90 y cuyos resultados permanecían prácticamente inéditos. Además de coordinar varios proyectos de investigación -fundamentalmente resultado del convenio UNED de Pamplona y UNED de Tudela/Fundación Caja Navarra/Fundación La Caixa y de ayudas competitivas del Departamento de de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y del Parlamento de Navarra- los resultados investigadores han tomado forma en este volumen de actualización, como corpus, de las inscripciones romanas de la ciudad que ha sido, además, el primer volumen en la Epigrafía Latina europea en incorporar acceso a los modelos 3D de las inscripciones incluidas en el catálogo lo que, como se verá más adelante, se inscribe en otras de las líneas de trabajo desarrolladas por nosotros en materia epigráfica. Santa Criz, tanto por su modelo de gestión (Journal of Tourism and Heritage Research, 3-3, 2020, pp. 34-50) como por sus materiales (Santa Criz de Eslava, reflejos de Roma en territorio vascón, Gobierno de Navarra, Pamplona, 2019 o Príncipe de Viana, 272, 2018, pp. 1007-1026) o por sus conjuntos arquitectónicos (SPAL, 29-1, 2020, pp. 213-242) ha pasado en estos años de ser un perfecto desconocido, como enclave arqueológico, en la Arqueología hispanorromana, a ser una de las ciudades antiguas más prometedoras de la investigación en el norte peninsular, baste ver las valoraciones que, sobre la marcha de los trabajos, hemos ido haciendo en este mismo espacio

[6.] (2018) Autor de “La sacralización del agua en la Hispania Romana”, en Peréx, Mª J., y Miró, C. (eds.), Vbi Aquae ibi Salus. Aguas mineromedicinales, termas curativas, y culto a las aguas en la península ibérica (desde la Protohistoria a la Tardoantigüedad, Universidad Nacional de Educación a Distancia/Fundación Aquae, Madrid, pp. 91-121 (libro disponible, completo, aquí). Desde la presentación de un trabajo sobre la cuestión en el XVIII AIAC Congress celebrado en Roma en 2008, el autor fue analizando, en foros diversos, todos de notable impacto internacional (L’eau: risques et représentations dans le Soud-Ouest de la Gaule et le Nord de la péninsule ibérique, Fédération Aquitanie, Burdeos, 2012, pp. 333-347 o SPA. Sanitas per aquam. Tagusband des Internationalen Frontinus Symposiums zur Technik und Kulturgeschichte der antiken Thermen, Frontinus Gesselschfat, Viena, 2012, pp. 71-78) el asunto de la dimensión epigráfica del culto a las aguas en la Hispania Romana. La muy extensa contribución que aquí se reseña viene a culminar esa dedicación pues no sólo realiza una puesta al día del perfil social de los cultores y de las divinidades en que tomaron forma las propiedades curativas de las aguas sino también porque ese mismo volumen incluye una larga relación de capítulos -más de un centenar de páginas- que se elaboró para el Atlas que incluía la citada miscelánea y que son ya una herramienta de referencia para el estudio de la historia de esta manifestación de la religiosidad romana a escala hispana. 

[7.] (2019) Editor (con Aitor Blanco-Pérez) de Signs of weakness and crisis in the Western cities of the Roman Empire (c. II-III), Franz Steiner Verlag, Stuttgart (223 pp.). A partir de lo atestiguado desde la primera campaña de trabajo arqueológico en Los Bañales ("New findings on Late Antiquity in a town of the Vascones’ area. Los Bañales de Uncastillo, Zaragoza", en New Perspectives on Late Antiquity, Cambridge University Press, Cambridge, 2011, pp. 119-123) la constatación de una intensa crisis urbana en el siglo II d. C. en algunas comunidades privilegiadas por el Derecho Latino en época flavia ha abierto, por parte del autor, la línea de trabajo sobre la crisis urbana en época medio-imperial que ha sido central, de hecho, en el proyecto MINECO/MICINN que entre 2016 y 2019 hemos liderado y que ha llevado por título el mismo que el volumen Oppida labentia. Transformaciones, cambios y alteración en las ciudades hispanas entre el siglo II y la tardoantigüedad, Fundación Uncastillo, Uncastillo, 2017 también importante contribución sobre la cuestión y con cuya compra, como la de los otros volúmenes de la Serie de Monografías Los Bañales, se contribuye a sostener la investigación en el yacimiento. Como se reflejó más arriba el tema ha sido también objeto de una segunda monografía, derivada de un panel de trabajo en el XIX Congreso AIAC celebrado en Bonn/Colonia en 2018 y que ha visto la luz en la serie Propylaeum de la Universidad de Heidelberg, así como de algunas contribuciones recientes a misceláneas sobre el tema y sobre el urbanismo romano de la etapa medio-imperial (por ejemplo Roman Settlements and the Crisis of the 3rd century AD, Haramowitz Verlag, Wiesbaden, 2021, pp. 123-133, publicado bajo los auspicios del Instituto Arqueológico de Austria, o Ruptura y continuidad en el callejero de la ciudad clásica, Museo Arqueológico de Alicante, Alicante, 2020, pp. 189-196, liderado por el Museo Arqueológico de Alicante). Las etiquetas consagradas a los oppida labentia y a los parua oppida en este espacio ofrecen más información, y recursos, sobre esta línea de trabajo que aun habrá de tener nuevos hitos en el futuro.

[8.] (en prensa) Autor de Liberalitas Flavia: obras públicas, monumentalización urbana y exaltación dinástica en las ciudades romanas del Mediterráneo en el Principado de los Flavios (69-96 d. C.), Universidad de Sevilla, Sevilla. A raíz de nuestro trabajo sobre las transformaciones de la Hispania flavia y nuestra atención (aportación nº 2 de las aquí destacadas) en él a los procesos de monumentalización que siguieron a la extensión del Latium por Vespasiano (Iberia, 7, 2004, pp. 39-76), desde el año 2008 el autor se ha ido dedicando al estudio de la imagen que las fuentes literarias (Florentia Iliberritana, 20, 2009, pp. 7-37) y, también, las epigráficas (Dialogues d’Histoire Ancienne, 34-2, 2008, pp. 115-143) ofrecen respecto de la acción urbanizadora de los monarcas flavios en las provincias de Oriente y de Occidente presentando algunos avances al tema en coloquios y misceláneas diversas (L’Africa Romana/18-1, Roma, 2010, pp. 703-712 y L’Africa Romana/17-1, Roma, 2008, pp. 253-260 o Tradition und Erneuerung. Mediale Strategien in der Zeit der Flavier, Walter De Gruyter, Berlín, 2018, pp. 185-219) que han culminado con la preparación de esta monografia que ha sido aceptada para publicación, tras evaluación, en la colección SPAL Monografías de la Universidad de Sevilla y que aborda un estudio completo de las obras públicas atestiguadas epigráficamente en todo el Mediterráneo para la época flavia, trabajo compuesto al abrigo de una beca del Programa Salvador de Madariaga del Gobierno de España, disfrutada en la forma de una estancia de investigación en el Seminar für Alte Geschichte und Epigraphik de la Universität Heidelberg en el año 2020 que, con recursos, también, sobre esta cuestión, fue objeto, también, de atención en un post anterior de Oppida Imperii Romani, de hace algo más de un año.

[9.] (2009) Editor de Las cupae hispanas. Origen, difusión, uso, tipología, Fundación Uncastillo, Uncastillo (567 pp.). A raíz de la notable constatación de cupae en las necrópolis del paisaje rural del entorno de la ciudad romana de Los Bañales (Aquitania, 24, 2008, pp. 123-138) y de la atención al conjunto de las atestiguadas en el territorio de los antiguos Vascones (Polis, 20, 2008, pp. 7-42) nos hemos interesado por este tipo singular de enterramiento promoviendo una reunión científica, el I Coloquio de Arqueología e Historia Antigua de Los Bañales (2010), que ha celebrado ya tres ediciones sobre otras cuestiones, centrada, en ese año, en las cupae. El volumen permitió poner orden en un material más general y disperso de lo que se pensaba y, de hecho, valió que fuéramos invitados a participar, tras una reunión científica en Oristano (Cerdeña), en 2016, en el que, hasta la fecha es el volumen de actualización sobre la cuestión más reciente, articulado por Ángela Donati y por Giulia Baratta: Cupae: riletture e novitá, Fratelli Lega, Faenza, 2018, pp. 261-283 donde al autor abordó la problemática de las cupae de la Tarraconense.

[10.] (2019) Autor, con Pablo Serrano Basterra, de “Contributions of digital photogrammetry and 3D modelling of Roman inscriptions to the reading of damaged tituli: an example from the Hispania Tarraconensis (Castiliscar, Saragosa)”, Digital Applications in Archaeology and Cultural Heritage, 91, pp. 1-7. En el contexto de los trabajos de dinamización y gestión cultural e investigadora de los yacimientos arqueológicos de Los Bañales de Uncastillo y de Santa Criz de Eslava (citados en las aportaciones nºs 4 y 5 de este post) hemos promovido el uso de fotogrametría 3D para la documentación digital del patrimonio arqueológico con atención especial al epigráfico constituyendo sendos Museos Virtuales, en acceso abierto, y muy consultados, enlazados unas líneas más arriba. A partir de ahí se han constatado las posibilidades que, también para la lectura de textos epigráficos en mal estado de conservación, tiene esta tecnología lo que ha abierto una nueva vía de trabajo de la que da cuenta este artículo que aquí se reseña pero que, también, se ha vertido en otros trabajos en los que se han apuntado otras técnicas semejantes que habrán de dar nuevas sorpresas en el futuro (Ex Baetica Romam. Homenaje al Profesor José Remesal, Universitat de Barcelona, Barcelona, 2020, pp. 975-1011), aportaciones de las que también se hizo balance, con más recursos, en un post reciente de este blog. Esta combinación entre fotogrametría digital y Epigrafía para la mejor documentación del patrimonio epigráfico y para su adecuada puesta en valor es el eje central, también, del proyecto europeo “Valete vos viatores: travelling through Roman inscriptions across the Roman Empire” que, en la modalidad de Europa Creativa, lideramos actualmente. En esta categoría quizás convendría señalar, no sin rubor, que quien escribe estas líneas ha sido el primero, en la ciencia epigráfica a nivel mundial, en incluir un modelo 3D móvil, sustituyendo a la fotografía tradicional, en una publicación epigráfica (Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 27, 2019, pp. 153-161).

 



SYNAPOTHNÊISKEIN AUTÔI PESONTI

 

[Minerva y Sertorio, óleo de Juan Andrés Merklein (1768), hoy en el Museo de Huesca, la antigua Osca romana]

Como ya se ha manifestado en estos últimos tiempos en este blog -tanto en las reflexiones relacionadas con la pandemia de la que, gracias a Dios, parece que vemos ya el final, como en algunas de corte más político, especialmente la recentísima "Praecepta ex Historiae corde"- vivimos tiempos convulsos en la política española. Convulsos y tormentosos pero apasionantes, en cualquier caso y sazonados, además, por el convencimiento de estar haciendo Historia dada la situación sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales. En ese contexto, las redes sociales han contribuido a conseguir que cualquier declaración de cualquier político, afortunada o no, genere titulares en prensa y columnas y editoriales que circulan rápidamente empujadas por la vorágine de la redifusión en las redes sociales y que van configurando una agenda política basada, a veces, en cuestiones poco trascendentales pero que despiertan el interés general, a partir de la acción de los medios. 

Una de las últimas declaraciones que se ha visto amplificada por el poder de la web social ha sido la que el todopoderoso asesor del presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez, Iván Redondo -al que algunos califican ya como "el otro presidente", y al que se atribuye la deriva propagandística que está tomando esta primera legislatura completa del actual líder del PSOE- ha protagonizado el pasado 27 de mayo cuando en su comparecencia en el Congreso de los Diputados en calidad de Secretario de la Comisión de Seguridad Nacional afirmó -puede verse el vídeo en el enlace siguiente- que "lo primero que tiene que hacer un asesor es tirarse al barranco por su presidente, y yo lo hago, aquí, ahora y mañana (...) ahí voy a estar con él hasta el final" destacando, después, la determinación, y la capacidad del presidente actual de aportar al país la necesaria estabilidad. 

La frase se ha hecho viral en estos últimos días y a la que, seguramente, fue una afirmación espontánea a modo de manifestación de la lealtad que este todopoderoso asesor siente hacia quien le paga el sueldo, se le ha tratado, rápidamente, y en el contexto de procelosa agenda política propia de la era de las redes sociales, de buscar origen e inspiración. Así, Esdiario afirmaba que estaba tomada -plagiada, se decía- de la serie americana "El ala oeste de la Casa Blanca", como parece, tesis también mantenida por Vozpopuli y que protagonizó una de las reflexiones, en los micrófonos de COPE, de Cristina López Schlichting en la que se volvía sobre el contexto de esa serie americana y sobre la fascinación que las series de contenido político despiertan en parte de nuestra clase política contemporánea. Un medio, sin embargo, La Información, se atrevía a citar como autor de la frase, nada menos que al historiador griego de época imperial romana Plutarco en su caracterización de la denominada devotio ibérica, descrita en la biografía de Sertorio, una de las Vidas Paralelas de de este historiador y biógrafo antiguo

En el contexto de esa reivindicación que, especialmente en fechas recientes, estamos haciendo aquí de la Literatura Latina y del recurso a las fuentes antiguas -ver, especialmente, nuestra reciente entrada "Flexamina oratio"- volvimos al Sertorio de Plutarco para comprobar si, realmente, Iván Redondo había tenido tan clásico y helénico inspirador. Ahora que es tan sencillo encontrar los textos completos de autores antiguos en la red no hubimos de esperar ni a la consulta del pasaje en la Biblioteca de la Universidad de Navarra. El texto está completo, en inglés, en la Perseus Digital Library, que ofrece, también, acceso, a la versión griega y existe una aceptable traducción al castellano en la página de Imperium.org que recomendamos. En concreto, en el capítulo 14 -para el que enlazamos a su versión griega- Plutarco, al describir la admiración que los aliados hispanos de Sertorio, en un claro ejercicio de fides y de clientela -sobre la que hablamos hace algunos meses en este espacio- profesaban hacia su líder escribe: "Siendo costumbre entre los españoles que los que hacían formación aparte con el general perecieran con él si venía a morir, a lo que aquellos bárbaros llamaban consagración" frase de la que procede la expresión griega que encabeza este post. ¿Dónde está la relación entre lo afirmado por Iván Redondo y lo descrito por la biografía plutarquea? Acaso sólo en que, efectivamente, tanto a los Iberikói de los que habla el historiador griego como a Iván Redondo les esperaba la muerte -a los primeros la real, al segundo la política, como mucho-, la autoinmolación, como manifestación de lealtad al jefe. Sin embargo, la identificación de la frase como procedente de Sertorio ha tenido notable impacto gracias al oxígeno que, en su perfil de Twitter, ha dado a la misma el autor de la antes enlazada noticia de La Información, Fernando H. Valls. Muchos, estamos convencidos, habrán sabido de Plutarco, de Sertorio, y de la devotio ibérica por esta ocurrente -y muy forzada- identificación que, quizás -el lector deberá juzgarlo- puede ser, incluso pertinente y, quién sabe, hasta premonitoria.

Al margen de lo artificial de la atribución, nos parece que traer al debate político de la España de hoy el Sertorio de Plutarco resulta, cuando menos, conveniente. Efectivamente, en la práctica de un género biográfico de corte instrospectivo y con afán de profundizar en la psicología de los personajes propio de la historiografía romana (sobre éste pueden verse algunos interesantes trabajos de Vicente Ramón, de la Universidad de Zaragoza, experto en la cuestión, especialmente éste publicado en el II Simposio Español sobre Plutarco, Murcia, 1991, pp. 107-113), Plutarco aporta en el Sertorio algunas claves del verdadero liderazgo político que, al final, es lo que se estaba discutiendo en las controvertidas declaraciones de Iván Redondo en sede parlamentaria. Para Plutarco, el éxito de la causa sertoriana entre "los hispanos" -que no "españoles" como traducía anacrónicamente el traductor de Imperium- descansaba sobre su valor militar, su "fuerza, su ligereza y su frugalidad" (Plut. Sert. 13, 1), sus polémikon erga, sus "hazañas de guerra" (Plut. Sert. 17, 1) que despertaban "admiración" (Plut. Sert. 14, 1) y también sobre su generosidad y su carácter espléndido, "no perdonando gastos" (Plut. Sert. 14, 2) para hacerles parecer, en su forma de vestir, de luchar y de comportarse, verdaderos Romanos. Esta pietas Sertoriana, como a veces se la ha llamado, sabemos que tuvo, de hecho, incluso eco epigráfico como estudió con acierto hace algunos años nuestro maestro, Francisco Beltrán Lloris. De igual modo, se admiraba de Sertorio su capacidad de reponerse de las derrotas (Plut. Sert. 19), y, muy especialmente, su "grandeza de ánimo", la megalóphrosynes (Plut. Sert. 23, 1) de la que ya hablamos en un post anterior vertebrado sobre los Consejos políticos del propio Plutarco y que, en el mundo antiguo, era considerada una cualidad por antonomasia del buen político. Valor militar, autodominio, equilibrio, generosidad y grandeza de ánimo. Ésas eran las cualidades que forjaban, a juicio de la biografía de Plutarco, el liderazgo sertoriano. 

Que cada cual, aunque la neutralidad resultará difícil en el contexto político tan polarizado en que vivimos, piense ahora si, de haber sido Plutarco la fuente de Iván Redondo, no habría dudado éste en enumerar más cualidades de su líder y jefe a partir de las que el biógrafo de Queronea ensalzaba sobre el proscrito Sertorio. Lo cierto es que, conocer el pasaje no le habría venido mal lo que demuestra que los clásicos pueden aportar una inspiración más útil que los thrillers políticos americanos. No olvide, en cualquier caso, el lector, de cuál fue el final de este personaje clave en la primera Historia de la Hispania romana, asesinado y traicionado (Plut. Sert. 26, 5) por quienes, precisamente -pero sin micrófonos ni comparecencias parlamentarias- le habían jurado fidelidad, una traición que, a juicio de Plutarco, se concretó cuando Sertorio abandonó su "primera benignidad y mansedumbre" (Plut. Sert. 25, 4). Saque cada cuál sus propias conclusiones.