VT DE PLANO RECTE LEGI POSSINT




[Un ejemplo visual clarísimo del respaldo social del proyecto de Los Bañales: las 200 personas que asistieron a la II Jornada de Puertas Abiertas de la Excavación, el pasado mes de Julio]

En una de las más citadas obras de la Literatura Latina, el Satiricón de Petronio (accesible, en latín, desde aquí), Trimalción -el anfitrión de una de las cenas que se narran en dicha obra, tal vez de las más rememoradas de la literatura romana- exhibe ante sus invitados los logros de su carrera como dispensator publicus ("gestor de una caja fiscal") y de su encumbramiento a la elite de Roma como liberto a través de las pinturas que decoran su casa. Este habitualmente invocado ejemplo pone de manifiesto cómo Roma fue, desde luego, una civilización que supo -tal vez como ninguna otra- promocionar los logros de su elite y mostrar como general un procedimiento -el de la promoción social- que, seguramente, no fue tan frecuente como la documentación -y la propia Roma- se ha empeñado en reseñar (al respecto, sigue siendo válida la lectura del genial trabajo de ALFÖLDY, G.: Historia social de Roma, Madrid, 1988). Si algo caracterizó, además -al menos desde Augusto- al arte y a la imaginería política romana fue su obsesión con la publicidad, con lo que algunos han denominado "auto-representación" (este vídeo del Prof. Alföldy, precisamente, lo explica muy bien para el papel que, en ese sentido, jugaron las inscripciones romanas -pincha aquí- aunque también es útil, al respecto, la obrita de DONATI, À.: Epigrafia romana. La comunicazione nell' antichità, Bolonia, 2002). La auto-representación conistía presentar al exterior la imagen de sí mismo que resultase estratégica y oportuna en cada momento apoyando, además, esa presentación pública con merita ("méritos") y con exsistimatio ("prestigio"), algo que, desde luego, resultaría clave, como puede suponerse, también en las campañas electorales (ver aquí traducción del Commentariolum petitionis, el "Manual del Candidato" escrito por Q. Cicerón como consejos dedicados a su hermano Marco para su campaña electoral al consulado del 64 a. C.). Incluso la documentación jurídica pública de la época perseguía un claro afán de notoriedad. Vt d(e) p(lano) r(ecte) l(egi) p(ossint): "para que pueda ser leída con claridad, a la altura de la vista" habría que traducir una indicación habitual en la legislación municipal de época flavia... En resumen, Roma buscaba magnificar sus logros, haciendo partícipe a la sociedad de sus logros; y sin esa publicidad, sin mostrarse de un modo concreto al exterior, nada tenía sentido...

En absoluto pienso que a día de hoy, la Arqueología sólo busca primeras páginas en los periódicos (como alguien, con escaso acierto, ha dicho estos días en un coloquio celebrado en la Universidad española). Pero debe buscarlas y debe apostar, además, por -manteniendo siempre el rigor- llegar a la sociedad y que ésta participe de sus descubrimientos que, en definitiva, son los que, a la postre, construyen el futuro en tanto que nos permiten a todos acercarnos más al pasado. Por eso algo falla en un yacimiento arqueológico cuyos resultados científicos no lleguen a la comunidad intelectual pero, sobre todo, tampoco lo hagan a la sociedad lo que, desde luego, parece tan grave -o más- que lo primero. Y, por eso, en Los Bañales de Uncastillo -tan presentes en este blog-, desde el comienzo del Plan de Investigación de la Fundación Uncastillo en el lugar, nos hemos empeñado en que los resultados de los trabajos arqueológicos lleguen asiduamente al circuito científico (pincha aquí), a las redes sociales (pincha aquí para unirte a la página en Facebook del proyecto), a los estudiantes y docentes de escuelas e institutos (pincha aquí) y, por supuesto, también a ese espacio 2.0 multimedia tan excelente como es YouTube (pincha aquí). Y, todo ello, no es ni obsesión por "hacer ruido", ni marketing banal, es, sencillamente, el ejercicio que el Proyecto de Los Bañales hace de su responsabilidad social. Gracias a nuestros patrocinadores (Gobierno de Aragón, E.On, Fundación ACS, Genera Eólica Aragonesa, Caja Navarra y SERCOMSA) estamos desarrollando un proyecto de investigación que, necesariamente, ha de revertir en la sociedad en forma no sólo de la presentación de nuevos atractivos patrimoniales y de conservación de los ya existentes sino, sobre todo, en una dimensión educativa y social: que la ciudad romana de Los Bañales se convierta en espacio de referencia desde el que aprehender mejor el peso que la cultura romana tuvo -y tendrá- en la conformación de la cultura occidental. En definitiva, que además de investigar, el objetivo es, desde luego "que todos puedan entender con claridad lo que se investiga", que esa investigación llegue a todos con claridad de modo que todos puedan beneficiarse de ella (como rezaba la rúbrica legal con que damos título a este post).

Y, la próxima cita con ese reto está ya fijada en el calendario de este recién estrenado otoño. El día 22 de Octubre, en la UNED de Tudela -socia académica preferente del Plan de Investigación de Los Bañales, por más que algunos sigan sin entenderlo o, mejor dicho, no quieran hacerlo-, a partir de las 17 horas, tendrá lugar un evento científico y divulgativo orientado a hacer balance de los tres años de trabajo que el Equipo de Investigación ha venido desarrollando en Los Bañales y que -ojalá: así lo esperamos todos- han de ser prólogo de una dilatada labor de futuro. Una conferencia sobre la ciudad romana, la presentación en Tudela de la exposición "Los Bañales, una ciudad romana en las Cinco Villas" y una Mesa Redonda con algunos de los miembros del Equipo Científico pondrán a disposición de quien lo desee (el acto es de entrada libre, aunque es necesario inscribirse para recibir la documentación: a través de este enlace, en que también puede verse el programa: pincha aquí) los entresijos de nuestra Historia a través de los de una importante ciudad romana que, ojalá, nos habrá de deparar muchas sorpresas en el futuro. Y el día 23, Sábado, se realizará una visita guiada al yacimiento -una más pero, es cierto que cada una es diferente- para que quien lo desee pueda comprobar de primera mano los retos que tiene abiertos aun tan interesante y sugerente proyecto científico.

¡No faltéis a la cita con Los Bañales! Sólo con vuestro apoyo nuestro compromiso de responsabilidad social tiene algún sentido.

TVRIASO (¿Vera de Moncayo?/Tarazona)














[Vivienda celtibérica reconstruida a escala natural en el Centro de Interpretación, en Vera de Moncayo, y manzana de casas en lo alto del cerro de La Oruña, frente a Veruela]

Situación: La presencia de La Oruña en este blog consagrado a ciudades del Imperio Romano exige, desde luego, una justificación. Casi nadie duda de que la Turiaso romana, que alcanzó el estatuto municipal romano (como más adelante se detallará en este mismo post) estuvo situada en el casco urbano de la actual Tarazona, una de las más hermosas villas de la provincia de Zaragoza. No sucede lo mismo, sin embargo, con su antecesora celtibérica, de rótulo monetal turiazu (ver, también, más abajo, apartado de Tipología) y que, siguiendo una conocida propuesta de BURILLO, F.: Los Celtíberos. Etnias y estados, Barcelona, 1998, p. 327 respecto de la Bilbilis celtibérica, algunos han querido localizar en el poblado de La Oruña, en Vera de Moncayo que tendría, en cualquier caso, una perduración que no pasó del siglo I d. C. (una buena síntesis del debate, con toda la bibliografía y todas las posturas, se puede seguir desde GARCÍA SERRANO, J. Á.: "Turiaso-Turiazu, ¿dónde está la ciudad celtibérica?", Turiaso, 17, 2003-2004, pp. 119-134, descargable desde aquí). A nuestro juicio, muchos de los traslados poblacionales que se creía fueron practicados por Roma en el Nordeste peninsular en los años posteriores a la segunda mitad del siglo II a. C. se han visto -en los últimos años- progresivamente negados y, a día de hoy, todo parece indicar que -por citar también un caso conocido, vecino al de Turiaso y también abordado en este blog: ver aquí- el solar de Kaiskata debe buscarse en Cascante, el de la Bilbilis celtibérica no parece estar en Valdeherrera, el de la bolskan de los rótulos monetales ha de buscarse en Huesca y más una vez que todos los solares modernos de dichas ciudades ofrecían la geomorfología adecuada para la instalación de una ciuitas antigua (para una defensa de esta postura puede verse el trabajo de ARMENDÁRIZ, J.: De aldeas a ciudades. El poblamiento en Navarra durante el I milenio antes de Cristo, Pamplona, 2008), etcétera. Además, quienes, ubicando la Turiasu celtibérica en La Oruña entienden que se produjo un traslado de población hasta la ribera del Queiles, en el lugar hoy ocupado por la actual Tarazona encuentran el problema no sólo de la notable distancia entre ambos lugares (12 kms.) sino también el de la escasa extensión (hoy ya estimada en no superior a 3 Has.) alcanzada por el asentamiento de La Oruña, impropia de una ciudad que llegó a acuñar, en época celtibérica, moneda de plata. Seguramente -como sucede, por ejemplo, en otro ilustre caso, el de Segia/Ejea de los Caballeros- sólo las dificultades inherentes a la arqueología urbana han impedido a los arqueólogos obtener todavía datos suficientes para probar que la Turiasu celtibérica estuvo donde la Turiaso romana, es decir, en Tarazona. Roma, desde luego, acostumbró a estimular el tipo de traslados al llano al que se han aferrado los defensores de la identificación Turiasu/La Oruña (ver PINA, F.: "¿Existió una política romana de urbanización en el Nordeste de la Península Ibérica", Habis, 24, 1993, pp. 77-94 -disponible aquí-, por ejemplo, en el conocido caso de Ilurcis/Gracchurris (Alfaro), citado por Liv. Per. 41) pero sólo en circunstancias excepcionales y siempre fomentando procesos de sinecismo más o menos abarcables en lo territorial, casi nunca con traslados que implicasen tantos kilómetros y, con ellos, la ruptura de los equilibrios geoestratégicos de la zona. Encontrar la Turiasu celtibérica bajo el casco urbano de la Tarazona actual es sólo cuestión de tiempo, seguramente de poco tiempo una vez que la Comarca del Moncayo -en los años ochenta una de las más activas arqueológicamente- y gracias al empuje de un joven equipo parece comenzar a recobrar dicha actividad (ver vídeo aquí sobre nueva campaña de prospecciones arqueológicas en la zona). Ese empuje, el mérito de la instalación en Vera de Moncayo de un Centro de Interpretación sobre La Oruña (el primero sobre el mundo celtibérico en la Comarca junto con el Museo Arqueológico de Borja y el de Tarazaona, al que se aludirá más abajo) y la existencia de ese sugerente debate sobre la ubicación de la antecesora del municipium Turiaso nos parecen razones más que suficientes para dedicar a dicho municipio romano un espacio en este blog.
Acceso: Al poblado celtibérico de La Oruña se accede desde la carretera que comienza justo frente a la entrada al Monasterio de Veruela (con recomendable y visitadísimo Museo del Vino en su interior) y tras cruzar la que se dirige al Parque Natural de la Dehesa del Moncayo. Siguiendo todo recto por dicha carretera -que pronto se transforma en un camino ciertamente muy estrecho y no sé si muy indicado para subirlo en coche (por más que al final de él, y al pie del cerro de La Oruña se haya instalado una zona de aparcamiento)- se llega a la zona de estacionamiento y, desde allí, a pie, el viajero accede al cerro de La Oruña por su cara Sur percibiendo, claramente, la posición estratégica del enclave y, sobre todo, unas vistas del Moncayo -con la recortada silueta del castillo de Trasmoz al fondo- que, ciertamente, son parte del atractivo de dicha visita. Por su parte, el Centro de Interpretación del Poblado Celtíbero de "La Oruña" está ubicado a pie de carretera, en el interior de Vera de Moncayo, unos metros antes del Pabellón Polideportivo y casi a la salida del pueblo (entrada para quien haya visitado La Oruña en primer lugar). Tarazona de Aragón, por su parte, se encuentra a tan sólo 86 kilómetros de Zaragoza y a menos de 70 kilómetros de Soria, por tanto en una encrucijada de caminos entre el Valle del Ebro y la Meseta. El referente básico en materia arqueológica en la ciudad, el Museo del Centro de Estudios Turiasonenses se encuentra en los bajos del Palacio Arzobispal de Tarazona, en el centro de la ciudad.
Tipología: Se ubique -como algunos piensan- o no -como suscribimos nosotros, con parte de la investigación, lógicamente- en La Oruña, la ciudad romana de Turiaso (MVN(inicipium) TVRIASO en las acuñaciones hispano-latinas, ver aquí, y turiazu en los rótulos monetales celtibéricos, ver aquí, con acuñación, incluso, de plata) aparece notablemente bien representada en las fuentes clásicas. Plinio le da el estatuto de municipio de derecho romano (Plin. Nat. 3, 24), Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 57) la adscribe a los celtíberos, seguramente lusones en función de una conocida -y ya tratada en otra ocasión en este blog, teoría del Prof. F. Burillo, pincha aquí- y los Itinerarios (It. Ant. 442, 4 y 443, 3 y Rav. Cosm. 311, 1) aluden a ella en la conocida vía que conectaba Caesaraugusta con Asturica Augusta.
Descripción: Poco puede decirse sobre los restos de la Turiaso celtibérica y aun de la romana que -como ha quedado claro más arriba- nos parece debe buscarse mejor en el casco urbano de la actual Tarazona que en el poblado de La Oruña y el visitante, para contemplar los pocos vestigios -casi todos romanos- de dicha ciuitas -que, como se ha visto, alcanzó el rango de municipio según las referencias plinianas- simplemente ha de acudir a la Exposición Arqueológica del Centro de Estudios Turiasonenses modesta pero meritoria y reducida pero de excelentes materiales. Por su parte, la visita a La Oruña -de la que existe información accesible online, precisamente, en la web de la aludida exposición arqueológica permanente del Centro de Estudios (pincha aquí para descargarlo)- supone un extraordinario acercamiento al aspecto que debieron tener siempre los poblados de la Edad del Hierro II pues, como es sabido, la vida del asentamiento se extiende desde el siglo VI a. C. hasta, al menos, mediados del siglo I d. C. A ello se añade, además, el aliciente de ese relativamente nuevo Centro de Interpretación instalado en la localidad de Vera de Moncayo y que se antoja fundamental para conocer la presencia celtibérica en la zona. Seguramente, el cerro de La Oruña -defendido notablemente bien hacia el Sur- estuvo fortificado por una muralla de adobes y madera y, al interior, las casas se organizaron aprovechando los afloramientos rocosos del terreno, cimentadas sobre muretes de sillarejo recrecidos, después, con adobes y de un aspecto semejante al de la que puede visitarse en el Centro de Interpretación instalado en Vera de Moncayo, desde luego, visita inexcusable para quien se acerque a La Oruña (ver fotos en la parte alta de este post). Como revelaron ya las excavaciones del jesuita P. Mundó durante el siglo XIX, el enclave si no fue la Turiasu celtibérica sí que está claro que debió ser un importante poblado metalúrgico relacionado con el hierro del Moncayo (como hubo otros, de hecho, en la zona, tal como se hace constar en algunos de los títulos referidos -con carácter general- en el apartado de bibliografía), una floreciente industria de la que, de hecho, hablan los autores clásicos (Iust. 44, 3, 8 y 9 -sobre el río Queiles (en Latín Chalybs) y su relación con la forja del hierro- y Plin. Nat. 34, 144 -sobre Turiasu y Bilbilis como principales ciudades productoras de hierro en las Hispanias-). De esa dedicación metalúrgica y de las formas de vida que ha revelado la investigación arqueológica en el lugar -ya de cierta tradición, aunque discontinua- da excelente cuenta el visitante que se acerca al aludido Centro de Interpretación (con un audiovisual al que, desde luego, le cabe el mérito de estar especialmente bien orientado al público infantil y juvenil al que, lógicamente, también hay que atender en este tipo de meritorios proyectos).
Bibliografía: La Oruña aparece recogida en varias obras de consulta fundamentales en la Arqueología aragonesa, así, en BONA, J., y HERNÁNDEZ VERA, J. A. (eds.): El Moncayo, diez años de investigación arqueológica, prólogo de una labor de futuro, Zaragoza, 1989, pp. 54-61 (ahora -y es una excelente noticia- disponible online gracias a las Publicaciones Digitales de la Institución Fernando el Católico); en BELTRÁN LLORIS, M.: "La Oruña, Vera de Moncayo", en Arqueología 92, Zaragoza, 1992, pp. 264-266; y en GARCÍA SERRANO, J. Á., y BIENES, J. J.: "Avance a las primeras campañas de excavación en La Oruña (Vera de Moncayo-Zaragoza)", en BURILLO, F. (ed.): Poblamiento celtibérico. III Simposio sobre Celtíberos, Zaragoza, 1995, pp. 239-244. Sobre Turiasu/Turiaso están recogidas todas las fuentes en los dos últimos títulos que se citan en esta sección bibliográfica y en el trabajo de ASENSIO, J. Á.: La ciudad en el mundo prerromano en Aragón, Zaragoza, 1995, pp. 117-120 (a la bibliografía citada en dicho estudio ha de añadirse el reciente artículo sobre sus acuñaciones monetales GOZALBES, M.: "Las monedas de Turiazu", Turiaso, 17, 2003-2004, pp. 135-154, que puedes descargar desde aquí y la monografía, del mismo autor, La ceca de Turiazu: monedas celtibéricas en la Hispania republicana, Valencia, 2009). Para la presencia celtibérica en la zona (con alusión a La Oruña y a Turiaso) son útiles los estudios de AGUILERA, I.: "El poblamiento celtibérico en el área del Moncayo", en BURILLO, F. (dir.): Poblamiento celtibérico. III Simposio sobre Celtíberos, Zaragoza, 1995, pp. 213-233 y de ANDREU, J.: "Las comarcas de Borja y del Moncayo en época celtibérica", Cuadernos de Estudios Borjanos, 41-42, 1999, pp. 111-238 (trabajo con el que quien firma estas líneas se inició en la investigación y que mereció el premio en la XVIII convocatoria de Premios a la investigación sobre Borja y su Comarca (1995), convocado por el Centro de Estudios Borjanos).
Recursos en internet: Al margen de las citadas con anterioridad, algunas webs turísticas y arqueológicas del ámbito aragonés ofrecen documentación útil sobre el mundo celtibérico (desde luego, para éste, sigue siendo una referencia la web del yacimiento arqueológico de Segeda, en Mara, cerca de Calatayud y el portal y foro de discusión Celtiberia, activísimo) y sobre la presencia romana en la zona del Moncayo. Destacaremos no sólo la síntesis que, sobre la Celtiberia, se hace en la web de Iberkeltia -de la que hablaremos más abajo- sino también la que facilita, sobre los hallazgos muebles romanos en Tarazona, la Diputación de Zaragoza (pincha aquí). Específicamente sobre La Oruña debe consultarse la voz que se recoge en la Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine (que también dedica atención a las tribus celtibéricas de la zona: ver aquí). A nivel de vídeos, además de una excelente noticia de Moncayo Televisión sobre la inauguración, en 2009, del Centro de Interpretación de La Oruña, disponible en YouTube (pincha aquí) y que permite al visitante una "visita" previa al lugar, el Blog del Aragón Romano, en su etiqueta La Oruña (pincha aquí) ofrece varias entradas con documentación audiovisual sobre el yacimiento. Entre ellas, destaca la noticia sobre la publicación de la novela de MONTEAGUDO, J. Á.: Oruña, Tarazona, 2009, un relato histórico ambientado en la lucha entre celtíberos y romanos en esta zona (ver vídeo sobre la misma aquí) que, de hecho, es recogida por las fuentes clásicas gracias a Tito Livio que alude a la batalla del mons Chaunus (Liv, 40, 50, 2).
Recomendaciones: Uno de los principales aciertos de los últimos años en lo que a gestión y difusión del patrimonio arqueológico peninsular se refiere ha sido la consolidación de la iniciativa Iberkeltia/Paisajes de la Celtiberia, una plataforma desde la que, a la vez que poner en valor los yacimientos arqueológicos celtibéricos, promocionar los recursos culturales, turísticos y patrimoniales de las Comarcas en que éstos se ubican (necesariamente, ha de ser así siempre pues la Arqueología es sólo una parte del patrimonio cultural y éste no se entiende sin aquélla pero tampoco a la inversa). Por eso, quien visite el Centro de Interpretación del poblado celtibérico de "La Oruña" podrá hacer allí mismo acopio de notable y generosa información sobre las Comarcas de Tarazona y El Moncayo y Campo de Borja, presentada en una serie de útiles fichas que incluyen útiles recomendaciones de carácter gastronómico, hostelero, turístico y cultural. Eso -y que ya dedicásemos atención a la zona en el post referido a Bursao hace algunos meses- nos exime aquí de añadir otras. Nos quedaremos, pues, con tres, la primera es la tranquilidad del complejo hostelero El Portal del Moncayo, en Albeta, muy cerca de Borja, y al pie de la carretera que conduce, desde Zaragoza, a la capital de la Comarca del mismo nombre. La segunda, en Borja, es la del Restaurante Las Bóvedas del Mercado, en plena Plaza del Mercado de Borja. Es una recomendación que -contraviniendo lo que es costumbre y uso en este blog- no hago por mí mismo pues confieso que no he tenido oportunidad de visitar el lugar pero sí por boca de amigos borjanos de cuyo gusto gastronómico me fío plenamente. Y la tercera -pero, ni mucho menos, la menos importante- está en el recoleto pueblo de Bureta. Allí, en el antiguo palacio de la Condesa de Bureta, se ha instalado un restaurante (Casa Palacio de los Condes de Bureta) tan poco conocido como delicioso y excelente: parada obligada. Nuevamente, la Comarca de Borja y el entorno del Moncayo sigue sorprendiendo incluso a quien, como el que escribe estas líneas, iniciara allí sus primeros pasos en la investigación histórica y arqueológica. La última, por cierto -y como el propio Centro de Interpretación de "La Oruña"- muy recomendable para visitar con escolares es el pequeño parque arqueológico que, esta vez sobre la Edad del Hierro I, se ha instalado en el pequeño pueblo de Fréscano (ver página web aquí, con vídeo explicativo) y que merece ser conocido.