DE QVINQVE CIVITATIBVS ROMANA AETATE


[Impronta de moneda de Marco Aurelio -ver aquí la acuñación original- sobre sigillata recuperada en 2009 en un nivel de amortización de calle pública en Los Bañales]

Justificación
: Siguiendo uno de los propósitos básicos del Plan de Investigación que, por encargo del Gobierno de Aragón, la Fundación Uncastillo lleva a cabo en el yacimiento romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza) y con la colaboración académica de la UNED de Tudela, se ha celebrado el pasado día 13 de Febrero, en el Salón de Congresos San Miguel, de la Fundación Uncastillo, una conferencia sobre "La presencia romana en las Cinco Villas a través de sus ciudades" (ver ficha aquí o aquí). Con ánimo de que ésta pueda ser más inteligible para el público que abarrotó esa tarde el salón San Miguel de la Fundación y de que su contenido llegue a quien no pudo acercarse a ella y tratando de equilibrar rigor y capacidad pedagógica, se ofrecen aquí las líneas maestras de la misma que, en definitiva, versó sobre un territorio cuyas antiguas ciuitates romanas (auténticos oppida en el lenguaje pliniano) son objeto de atención muy habitual en las entradas de este blog. El título en latín "De quinque ciuitatibus romana aetate" no es sino la traducción del título original de la conferencia: "Las ciudades romanas de las Cinco Villas". No es la primera vez que una de las entradas de Oppida Imperii Romani da cabida a reflexiones teóricas (algo se hizo ya en Noviembre de 2008 a propósito del modo de funcionamiento de las comunidades ciudadanas hispanorromanas) pero sí queremos recalcar que ésta es especial. Estas líneas quieren, además, ser un sentido homenaje a toda la buena gente de las Cinco Villas de Aragón, a todos y a cada uno de los grandes "amigos" que, gracias a la investigación en Los Bañales, quien escribe este blog ha tenido la suerte de conocer y, por supuesto, a E.ON, Fundación ACS, Vestas, Caja Navarra y General Eólica Aragonesa que -junto con el Gobierno de Aragón- constituyen los patrocinadores de una investigación a la que estamos entregando tantos desvelos.
Las fuentes de información: Sobre ellas (fundamentalmente literarias, epigráficas, numismáticas y arqueológicas), pueden verse las que oportunamente se comentan en los epígrafes de la presente entrada.
¿Suessetanos o Vascones?: Durante algún tiempo, y siguiendo las noticias de Tito Livio (Liv. 34, 20) sobre las habituales razzias de los Suessetanos en el territorio de los Jacetanos -que el propio Catón empleó en el 195 a. C. como estratagema para, presentando a los primeros frente a las puertas de los segundos, aquéllos funcionasen como "cebo" en la toma de Iacca- se había considerado a los Suessetanos vecinos de los Jacetanos y, por tanto -otorgando a los Jacetanos una entidad étnica que las fuentes en absoluto dejan clara- considerar que los Suessetanos ocupaban el territorio de las Altas Cinco Villas ubicando, además, la ciudad de Corbio (citada en Liv. 39, 42) en dicha Comarca. Sin embargo, si tenemos en cuenta que, seguramente, los Jacetanos no tuvieron entidad étnica sino que, sencillamente, cuando Livio se refiere a ellos sólo quiere aludir a "los habitantes de la ciudad de Jaca", los Suessetanos no deberían buscarse demasiado lejos de Iacca, tal vez en el espacio de la Hoya de Huesca y, en cualquier caso, al Oeste del Gállego (este debate en el foro Celtiberia -pincha aquí- plantea los términos del problema con todas las cuestiones que en él intervienen y con alusión directa a los textos aquí comentados, y el mapa interactivo de la Gran Enciclopedia Aragonesa sobre la conquista romana puede resultar sugerente al respecto). Además, supuesto el carácter indoeuropeo de los Suessetanos, la notable presencia de antropónimos vascónicos en la epigrafía imperial de las Cinco Villas -desde algunos de los equites Segienses del Bronce de Áscoli: Sosimilus Sosinasae f(ilius), Elandus Enneges f(ilius)... pasando por el P. Calpurnius Serhuhoris de Valpalmas (AE, 2002, 801), por el Altus Dusanharis f(ilius) de Sofuentes (AE, 1977, 481) o por los diversos nombres atestiguados en la conocida inscripción romana de Lerga (Navarra) (IRMN, 50)- parece casaría mejor con la atribución de esta zona a los Vascones, algo que, en cualquier caso, como ha quedado demostrado recientemente (ver aquí) no debe ser tomado como sinónimo de que en ese territorio atribuido a los Vascones (ver mapa) sólo vivían gentes de habla eúscara. Y, desde luego, quien piense que afirmar la "vasconicidad" original -en la Antigüedad- de este territorio, es dar cancha a quienes pretenden absurdas anexiones territoriales, es tan ignorante como quien reivindica dichas infundadas pretensiones anexionistas.
Roma en las Cinco Villas: Al margen de la polémica cuestión de la conquista de la supuesta "capital" de los Suessetanos -Corbio-, la primera noticia fidedigna sobre la presencia de Roma en el territorio de las actuales Cinco Villas -que, en cualquier caso, debió ser anterior tal como parecen documentar las cecas monetales de sekia (ver piezas y emisiones aquí) y de arsaos (ver piezas y emisiones aquí), en funcionamiento desde el siglo II a. C. en la zona, tal vez en Ejea de los Caballeros y en el Norte de la provincia de Zaragoza o, quizás, ya en Navarra: leer, al respecto, este excelente trabajo de J. Fernández Gómez- la constituye el Bronce de Áscoli, una placa de bronce (CIL, I, 709: con traducción aquí) en la que Cneo Pompeyo Estrabón, el padre de Pompeyo Magno, concedía la ciudadanía uirtutis causa -"por su valor"- a diversos jinetes de un escuadrón reclutado en Salduie y, por tanto, denominado turma Salluitana (sobre la razón del reclutamiento de ésta en Salduie, la actual Zaragoza, puede verse este trabajo de F. Pina). Si Segia está ubicada -como nos parece- en Ejea de los Caballeros, indígenas de onomástica fundamentalmente vascónica de dicha ciudad sería reclutados -junto a otros procedentes de otras comunidades- para servir a Roma en el grave conflicto que tuvo que sostener con sus tradicionales aliados itálicos cuando éstos se sublevaron contra ella (ver más datos aquí) y la dejaron desprovista de fuerza militar. Habrá, sin embargo, que esperar a la época de Augusto -y en particular a los años subsiguientes a la fundación de la colonia Caesaraugusta (Zaragoza), hacia el 14 a. C.- para que constatemos la intervención de la administración en la zona amojonando -con participación de la l(egio) X G(emina)- la vía que surcó las Cinco Villas y que sería la misma a la que alude Estrabón como eje de unión entre Caesaraugusta y Oiasso (Str. 3, 4, 11): así lo constata, por ejemplo, un miliario de Ejea de los Caballeros (ERZ, 19), o erigiendo homenajes programáticos como el que se recuperó en Rivas, en las cercanías del Embalse de San Bartolomé (HEp5, 916) dedicados a los sobrinos de Augusto: Cayo y Lucio César. Según las noticias de Plinio el Viejo -transmitidas en época flavia pero tomadas de documentación oficial de época augústea: Plin. Nat. 3, 3, 24- para dicho momento todas las comunidades que -supuestamente- se vienen ubicando en el territorio actualmente cincovillés y que, por tanto, formaban parte del conuentus Caesaraugustanus ("distrito de Caesaraugusta") eran -a excepción de Tarraca (¿Los Bañales?), de estatuto federado, tal vez contraído con Roma en época republicana- todas ciudades estipendiarias, sometidas, por tanto, al pago de un tributo a Roma. Esta situación cambiaría, sin embargo, a partir de la donación del derecho Latino a las Hispanias por Vespasiano en torno al 70 d. C. convirtiéndose, en el área cincovillesa, en municipios flavios al menos Segia y Los Bañales. Esa "conversión" -promoción, en sentido estricto- las convertía en comunidades, por tanto, de estatuto privilegiado, con ordenamiento constitucional netamente romano: más datos aquí. Las pruebas al respecto son evidentes: en el puente que conduce a la Ermita de la Virgen del Campo, de Asín (CIL, II, 2981) y en el célebre Mausoleo de los Atilios de Sádaba (CIL, II, 2973) están documentados los ciues [-] Post(umius) Flaccus, de origo Segiensis -es decir, "natural de Ejea"-, Caius Atilius Genialis y L. Atilius Festus adscritos a la Quirina tribus, el "distrito" al que quedaban vinculados los ciudadanos romanos de los municipios flavios. Es presumible que -como está bien documentado en otras ciudades hispanas y aun del entorno: ver un trabajo nuestro sobre el tema aquí- fuera entonces cuando estas ciudades -y el fenómeno está muy bien atestiguado en el caso de Los Bañales- iniciasen una ferviente actividad edilicia que pretendía, en última instancia, que dichas ciuitates -ahora de rango municipal- tuvieran un aspecto externo "digno" de su nueva condición jurídica: las espectaculares termas de Los Bañales (ver fotos aquí) y el singular acueducto (ver fotos aquí) con presa de regulación (ver foto aquí) -ya en el término municipal de Biota- parece deben adscribirse a dicho momento una vez que los modelos arquitectónicos en que se inspiran las primeras no pasan de la segunda mitad del siglo I d. C. Sin embargo -contra lo que podría esperarse y, desde luego, tal como consta sucedió en otros municipios flavios hispanos (piénsese, por ejemplo, en las dificultades económicas vividas por las arcas municipales del municipio bético de Munigua -AE, 1962, 288- en el momento inmediatamente posterior a su promoción municipal)- la vida de estos enclaves no estaría exenta de dificultades (los propios Muniguenses se endeudaron de tal modo con un contratista de obras públicas -un tal Seruilius Pollio- que el emperador Tito hubo de intervenir en el conflicto en el otoño del 79 d. C.) . La excavación de 2009 en Los Bañales (algo sobre ella puede leerse, además de en la página web del yacimiento -aquí- en otra antigua entrada de este blog -aquí-) ha revelado que a mediados del siglo II d. C., espacios centrales y neurálgicos de la ciudad -como, es de suponer, lo habría sido el área ubicada al Este de las termas: ver foto aquí- fueron objeto de profundas remodelaciones urbanísticas en el transcurso de las cuales sillares, fustes monumentales de columnas y materiales arquitectónicos diversos acarreados desde otros edificios ya en declive en la ciudad, fueron reutilizados. Todo parece indicar que, poco después -y si hacemos caso al antoniniano de Caracalla que fecha la última ocupación de una de las estancias de los espacios domésticos en que devinieron aquéllas antiguas áreas centrales (RIC, IV, 528, del 214 d. C.: ver aquí)- la ciudad se abandonaría de forma paulatina como también lo sugiere la escasez de los materiales recuperados. Tal vez, ya entonces el campo se había convertido en un espacio más "rentable" -y siguió siéndolo durante el siglo IV y V d. C., a juzgar por el interés de la administración local en reamojonar la red viaria en la época de Constantino, por ejemplo (AE, 1977, 478 o CIL, II, 4910 de Sofuentes) o por la extraordinaria monumentalidad de la uilla tardoantigua de La Sinagoga de Sádaba- y en las ciudades había desaparecido toda autoridad municipal iniciando éstas un proceso de reducción del que nos habla, por ejemplo, Ausonio, respecto del Valle del Ebro (Auson. Ep. 26, 55). La falta de bases estratigráficas fiables para las ciuitates de Campo Real/Fillera de Sos y de Cabezo Ladrero de Sofuentes nos impiden, a día de hoy, avanzar conclusión alguna sobre su perduración en la denominada Antigüedad Tardía si bien todo parece indicar que, al menos en el primer caso, algunos materiales estarían evidenciando no sólo que ya eran florecientes ciudades en época Julio-Claudia y que estaban notablemente monumentalizadas en el siglo II d. C. sino que pudieron perdurar -tal vez con una extensión menor- hasta época hispano- visigótica.
Las ciudades romanas: Sobre ellas pueden verse las sugerencias que se hacen en el apartado [4] de la Bibliografía de este post.
Bibliografía: [1] Para las fuentes literarias antiguas que parecen aludir al territorio objeto de estudio en este post, puede constituir una excelente aproximación el clásico trabajo de FATÁS, G.: Antología de textos para el estudio de la Antigüedad en el territorio de Aragón, Zaragoza, 1993 (existe una versión on-line bilingüe de algunos de esos textos en la Web del Patrimonio Romano en Aragón). En cualquier caso, una panorámica general sobre todas estas fuentes y sobre los datos que aportan -en especial las arqueológicas- puede verse en las páginas dedicadas a Roma en CABELLO, J., y ZAPATER, M. Á.: "Cinco Villas: de la Prehistoria a la Edad Media", en ASÍN, N. (coord.): Comarca de las Cinco Villas, Zaragoza, 2007, pp. 55-72 (publicación disponible on-line aquí). Sobre las fuentes epigráficas, al margen de que muchas de ellas están subidas al excelente Hispania Epigraphica OnLine (Sádaba, Uncastillo, Sos del Rey Católico/Sofuentes..., por citar sólo los conjuntos más numerosos), nos hemos venido ocupando del tema en ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: "Epigrafía, organización del territorio y poblamiento en territorio de Vascones (Los Bañales, Uncastillo, Zaragoza)", Espacio, Tiempo y Forma. 2. Historia Antigua, 16-17, 2003-2004, pp. 419-461 (disponible aquí) (respecto de Los Bañales), en ANDREU, J., ARMENDÁRIZ, J., OZCÁRIZ, P., GARCÍA-BARBERENA, M., y JORDÁN, Á. A.: "Una ciudad de los Vascones en el yacimiento de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-Sangüesa)", Archivo Español de Arqueología, 81, 2008, pp. 75-100 (disponible aquí) (respecto de Campo Real/Fillera) y en un trabajo ya entregado a la revista Epigraphica sobre el amplísimo corpus epigráfico del Cabezo Ladrero de Sofuentes y que verá la luz en 2010. [2] Sobre la cuestión de la etnicidad del territorio cincovillés, la síntesis más reciente, útil y esclarecedora es la de BELTRÁN LLORIS, F.: "Hacia un replanteamiento del mapa cultural y étnico del Norte de Aragón", en VILLAR, F. y FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Mª P. (eds.): Religión, lengua y cultura prerromanas de Hispania, Salamanca, 2001, pp. 61-82, aunque también son útiles los apuntes al respecto del volumen de CABELLO, J., y PAZ, J. Á. (dirs.): ArquEJEAlogía. Ejea de los Caballeros y las Cinco Villas de la Prehistoria a la Antigüedad Tardía, Zaragoza, 2006. Sobre la "controversia vascónica", puede verse el volumen de ANDREU, J. (ed.): Los Vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad Peninsular, Barcelona, 2009 (en especial las contribuciones de F. Wulff, F. Beltrán Lloris y J. Velaza y F. Pina). [3] Sobre la evolución histórica del territorio, además de los trabajos antes citados -especialmente el volumen ArquEJEAlogía- pueden resultar útiles los patrones generales propuestos en BELTRÁN LLORIS, F., MARTÍN-BUENO, M., y PINA, F.: Roma en la Cuenca del Ebro. La Romanización en Aragón, Zaragoza, 2000; para la incidencia de la municipalización flavia, quizás sea útil la aproximación que ofrecimos en su día en ANDREU, J.: "Incidencia de la municipalización flavia en el conuentus Caesaraugustanus", Salduie, 3, 2004, pp. 163-185 (disponible aquí); y, desde luego, para el periodo que se abre con el siglo III d. C., son claves, a nuestro juicio, los trabajos de PAZ, J. Á.: "La Antigüedad Tardía", Caesaraugusta, 72, 1997, pp. 171-274 y Caesaraugusta, 75-2, 2001, pp. 539-592 (disponible aquí). [4] Para cada una de las ciuitates aludidas, basta remitir a la bibliografía que se cita sobre ellas en los posts correspondientes de este blog (Los Bañales de Uncastillo, Cabezo Ladrero de Sofuentes y Campo Real/Fillera de Sos del Rey Católico-Sangüesa, la relativa a la primera, además, disponible en su mayor parte online en la página web del yacimiento) o a la que se cita en nuestro propio curriculum on-line pues gran parte de los trabajos publicados en los últimos años versan sobre ellas (ver aquí) ya que la zona ha sido objeto preferente de nuestra investigación.