LAPIDES CLAMANTES

Corría el año 1996 y, con nuestro maestro, el Prof. Dr. D. Francisco Beltrán Lloris, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, tratábamos de esbozar un tema de investigación de interés hacia el que encaminar nuestra todavía incipiente vocación por la investigación en Antigüedad. En el último curso de nuestra Licenciatura en Historia, en la Universidad de Zaragoza, además, habíamos realizado, en el marco de la asignatura "Historia de las Religiones", que impartía el Prof. Dr. D. Francisco Marco Simón, un trabajo de síntesis sobre los flamines, los sacerdotes romanos del culto imperial, uno de cuyos capítulos se había detenido en la cuestión de los comportamientos evergéticos de estos sacerdotes en Hispania. Apenas hacía un par de años que se había publicado el volumen El mecenazgo cívico en la Bética. La contribución de los evergetas a la vida municipal (Córdoba, 1994), de Enrique Melchor Gil y dicho volumen y un artículo de Milagros Navarro sobre el asunto para la Tarraconense -que acabaría por ver la luz en 1997 en la Revue des Études Anciennes (REA, 99-1, 1997, pp. 109-140)- ponían el foco sobre la cuestión del evergetismo cívico que había ocupado, también, cierto protagonismo en el X Coloquio Internacional de Epigrafía Griega y Latina celebrado en Nîmes, en Francia, en 1992 (ver aquí) y, para el ámbito hispano, en el encuentro internacional de Arqueología Clásica que, en 1994, se había celebrado en Tarragona donde lo había hecho, en concreto, a partir de una histórica síntesis sobre el tema firmada por Géza Alföldy (ver aquí). La cuestión de la munificencia cívica se antojaba, por tanto, como una orientación investigadora plausible: estaba de moda, contaba como material de base, especialmente con la documentación epigráfica -que nos apasionaba y a la que ya nos habíamos aproximado en el trabajo sobre los flamines-, y, además, estaba dando lugar a nuevas y oportunas reflexiones de carácter territorial. Además, desde un primer momento se vio claro que si ya disponíamos de datos sobre el comportamiento munificente de las elites en la Bética -por el trabajo de Enrique Melchor- y en la Tarraconense -por el de Milagros Navarro-, Lusitania se antojaba como un buen escenario investigador.

Aunque lo ignoramos con certeza, es bastante posible que, antes de encomendarnos ese tema como tema de fondo para la solicitud de beca de investigación que cursamos al Gobierno de Aragón bajo el título "Munificencia cívica y elites en la Lusitania romana", el Prof. Beltrán Lloris debió escribir al Prof. José d'Encarnação, Catedrático de Historia Antigua en la Universidade de Coimbra, en Portugal, para consultarle si alguno de sus numerosos discípulos estaría, acaso, trabajando sobre la cuestión del evergetismo en las tierras de la provincia Lusitania. Como la respuesta resultó negativa, entre septiembre y diciembre de 1996 y, de modo muy especial, en una estancia Erasmus en el Instituto de Arqueología de la Facultad de Letras de la Universidad de Coimbra desarrollada durante los cinco primeros meses de 1997, comenzamos nuestro trabajo sobre la cuestión que, después, merecería la citada beca de investigación autonómica, devendría en nuestra memoria de Licenciatura, defendida en 1998, y vería más tarde la luz como monografía en la prestigiosa serie de trabajos que, sobre Antigüedad, publicó en esos años la Institución Fernando el Católico entonces dirigida por el también Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza Guillermo Fatás. El libro en cuestión, Munificencia pública en la provincia Lusitania (siglos I-IV d. C.) (Zaragoza, 2004), sigue siendo profusamente citado por los colegas lusitanistas -portugueses o no- cada vez que se acercan a la caracterización de los comportamientos propios de las elites de Lusitania y, nos parece, es una de nuestras más singulares aportaciones al conocimiento de la sociedad hispanorromana como glosábamos hace algún tiempo en la entrada "Aurea scripta decem").

Pues bien, como el primer reto para afrontar el citado tema era sondear la documentación epigráfica disponible y configurar un repertorio de actos munificentes atestiguados en el territorio de Lusitania, uno de nuestros primeros recuerdos de aquella época de inicio de nuestra profesión investigadora es el del escrutinio permanente del libro de José d'Encarnação Inscrições romanas do conventus Pacensis (Coimbra, 1984), desde su edición abreviado como IRCP, en las bibliotecas del Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza -no existía todavía la Biblioteca María Moliner- y, a partir de enero de 1997, en la del Instituto de Arqueología de Coimbra, antes citado. El libro en cuestión era -y es- un sensacional e imponente trabajo en dos volúmenes -de 736 páginas el primero y de 205 el segundo, un total de 941 páginas sin contar las láminas y el correspondiente, y entonces muy usual, sobre de microfichas con fotografías-, de cuidada encuadernación, destacado y atractivo color rojo y una prosa, en portugués, ciertamente tan extraordinaria como exacta y respondía a la Tesis de Doctorado del Prof. Encarnação orientada por Jorge de Alarcão y por Robert Étienne, que, como se declara en la sabrosa Introducción al texto, dieron al trabajo la "perspectivação de Epigrafia entrecruzada de Historia" (p. 11). A lo largo del primero de los volúmenes se iban recogiendo, editando y comentando un total de 680 inscripciones, gran parte de ellas inéditas o escasamente atendidas por la investigación y todas, además, tratadas con un extraordinario primor. Acaso porque los otros territorios de Lusitania, el conuentus Scallabitanus y el conuentus Emeritensis adolecían entonces -y todavía hoy- de un volumen que recogiera su también notable -aunque menor- repertorio epigráfico lo cierto es que para quien era entonces un recién licenciado, el libro resultaba ciertamente admirable y útil facilitando sobremanera la labor de elaboración del catálogo epigráfico de partida para la investigación que nos ocupaba en esos meses. Sin embargo, pasadas varias décadas de aquellos primeros contactos con dicho libro, muchos de esos motivos de admiración siguen contándose entre los haberes más notables del volumen de cuya publicación ahora, precisamente, se cumplen cuarenta años y que desde hace varios está disponible para descarga completa -casi toda la producción de su autor, José d'Encarnação, auténtico pionero en materia de difusión de la producción científica en open access, lo estáen el repositorio general de publicaciones digitales de la Universidad de Coimbra. Se trata, sin duda, de un libro que ha envejecido extraordinariamente bien lo que es buena prueba de su modernidad y lo convierte en uno de esos corpora epigráficos que hay que tener siempre en mente cuando uno se inicia en la ciencia de las inscripciones, como otros a los que hemos prestado atención en Oppida Imperii Romani (ver "Tituli ad res Romanas pertinentes").

El contexto de la publicación también debe ser tenido en cuenta una vez que unos años antes, su autor, había editado un sensacional manual de Epigrafía Romana, Epigrafia: as pedras que falam (Coimbra, 1980) -luego varias veces reeditadoy del que, en cierto modo, parafraseando la cita evangélica (Lc. 19, 40), hemos tomado el título para esta entrada- en el que glosaba los rasgos básicos del quehacer del epigrafista rasgos y retos que, como citaba en Inscrições romanas do conventus Pacensis, (p. 9, nota 5) habían, en cierta medida preparado la estructura del catálogo y de cada una de las más de 700 fichas epigráficas que integraban IRCP. Todas esas fichas, además, habían sido concebidas con un convencimiento que José d'Encarnação deja nítidamente claro en la primera página de la 2ª edición de su tratado de Epigrafía Romana, cuando afirma: "Para um período como o da História Romana ou Grega, para que apenas a Arqueologia podia trazer informações concretas e se tinha a consciência clara de que a literatura era 'fonte' mas de um valor decerto relativo, erudito, elitista (quem lia? quem escrevia? quem nos garantia a fidalidade das versões chegadas até nós?...) - a Epigrafia representava, assim, manantial insubstituível. Que se saberia dos Lusitanos ou da organização romana na Península Ibérica sem os documentos epigráficos?" (p. 13). Para entonces, este investigador, que acumula en su historial académico más de 800 publicaciones, ya había editado Divindades indígenas sob o domínio romano en Portugal: subsídios para o seu estudo (Lisboa, 1975) y ya había coordinado varios números de Ficheiro Epigráfico, una de las revistas de actualización en materia epigráfica de referencia en la Europa Latina y, en particular, para la Península Ibérica que, cuando se escriben estas líneas supera ya las 250 entregas. Y lo cierto es que ese convencimiento en el poder documental de las inscripciones ha estado en el centro de la labor investigadora de José d'Encarnação como con acierto se recordaba hace algunos años en un sensacional trabajo de Amílcar Guerra, del Centro de Arqueologia de la Universidade de Lisboa, a propósito del "percurso de investigação em Epigrafia" del autor de IRCP (Conimbriga, 55, 2016, pp. 29-49).

Así, el volumen Inscrições romanas do conventus Pacensis pretendía "pôr à disposição dos historiadores e dos arqueólogos, com o maior rigor possível, o material epigráfico existente" (p. 8) algo que, desde luego, cumplió con creces para nuestro interés en el estudio de la munificencia cívica en Lusitania. Ese rigor, además, se concretaba en una intensa labor de archivo y de autopsia en campo y en el deseo de su autor (p. 8) de solucionar algunos de los problemas que acuciaban al repertorio epigráfico de la zona en los años 80 del siglo XX y que han sido generales para muchas regiones sobre las que, con el paso de los años, se ha detenido la investigación epigráfica peninsular. A saber "a inexistência de bons catálogos; a referida dispersão dos monumentos; a escasez ou incorreção das fontes aliadas à sua indiscriminada utilização desprovista de espíritu crítico; o sistemático desinteresse dos investigadores pelos fragmentos e pelo monumento epigráfico total...", solución que, sin desdeñar nada de lo que sobre cada inscripción se había publicado con anterioridad, se basó, en atinada expresión de José d'Encarnação, en un "retorno total à pedra" que, de hecho, ha sido nota característica de los trabajos en Epigrafía Romana hasta nuestros días y en elemento característico de la extensísima producción bibliográfica de este investigador. Ese primoroso tratamiento de cada documento epigráfico se plasma en el modelo de ficha que el autor siguió para cada una de las inscripciones que se recogían en el repertorio y que, en cierta medida, planteado como estaba el trabajo como "actualização do CIL" (p. 8) era heredera de la ficha del Corpus Inscriptionum Latinarum pero preconizaba ya los rasgos que ésta acabaría por adoptar sólo a finales de los años noventa cuando empezasen a ver la luz las editiones alterae, de actualización, de la obra-madre de todos los repertorios epigráficos. Así, y sirva como ejemplo la ficha de IRCP 78 de Balsa (Tavira, Portugal), una de las inscripciones de temática munificente que recogeríamos luego en nuestro estudio sobre el evergetismo en Lusitania (pp. 124-126, que capturamos más abajo, si bien el lector puede acceder a la edición completa del volumen, en PDF, en el enlace que se incluyó en la primera alusión a la obra en este post), la ficha deja claro, desde el primer momento y respecto de cada una de las inscripciones inventariadas [1] lugar de hallazgo y [2] paradero actual de la pieza; le sigue [3] una descripción muy detallada de los aspectos monumentales del soporte incorporando [4] las dimensiones, aspectos que preceden a la [5] lectio del texto a la que sigue, además, [6] su traducción y la indicación -pues, efectivamente, tiene que ver más con el texto que con el soporte- de las [7] dimensiones de las letras y de los espacios que las separan y que condicionan la ordinatio, la paginación del texto y que muestran, por tanto, rasgos singulares de la acción del scriptor como glosamos en la entrada "De quadratario titulorum" de este mismo blog. Terminado ese primer bloque propiamente monumental y textual, y antes del [11] apartado de comentario -generoso en esta pieza por las instituciones que en su texto comparecen pero siempre extenso con, al menos, consideraciones onomásticas y cronológicas- se incorpora [8] la traditio completa de la pieza y [9] la indicación de las variantes de lectura propuestas por los responsables de dicha traditio a las que sigue, como singularidad, [10] una observación detenida de cuantos rasgos formales llamasen la atención del editor respecto del tratamiento del texto. Esa exhaustividad que no deja nada sin analizar y que nace, además, del hecho y de la voluntad decidida del autor de preferir ser, en la composición de su trabajo, "sobretudo epigrafista para, mas tarde, sermos nós, ou otros, historiadores mais ilustrados" (p. 8) constituye, sin duda, uno de los aciertos del particular approach de José d'Encarnação a esas lapides clamantes, a esas "piedras que hablan" a las que ha dedicado tantos desvelos. Y lo cierto es que, efectivamente, esa exhaustividad y pormenor nos consta que ha estimulado no pocas visiones complementarias a las propuestas por el autor para cada uno de los monumentos. 





Con ser, sin embargo, meritoria la aproximación a los documentos epigráficos realizada en el primer volumen de IRCP -absolutamente ejemplar, y más para el momento en que el volumen veía la luz pocos años después de que empezase a tomarse en cuenta, en la ciencia epigráfica, el monumento como documento de valor histórico y arqueológico integrales- no debe pasarse por alto lo innovador del segundo. En él, el autor desgranaba lo que denominaba "capítulos de síntese" como "panorâmica general da epigrafia do conventus" (p. 10) tratando en ellos, con rigor pero también con brevedad descriptiva y sintética, "dos aspectos político-administrativos (...), das componentes sociais detectadas (...) dos elementos de índole demográfica e vida quotidiana (...); os dados relativos às divindades clásiccas, indígenas e orientais, bem como ao culto dos mortos (...) as questões propiamente epigráficas" (p. 10) trazando con ese índice el rumbo que, en estructura, han ido teniendo los corpora epigráficos que desde mediados de los años 80, en España y en Portugal, han ido viendo la luz y sistematizando -y esto será especialmente útil para cualquier estudiante que se acerque al estudio de la Epigrafía Romana- los prismas desde los que cualquier repertorio epigráfico puede y debe ser escudriñado.



Para los días 25 y 26 de mayo, en la que fuera la capital del conventus Pacensis, Pax Iulia (Beja, Portugal), como puede verse en las imágenes que figuran sobre estas líneas, se ha programado un sensacional coloquio-homenaje a los 40 años, que se cumplen en este 2024, de la publicación del libro cuya portada encabezaba esta entrada y algunos de cuyos méritos se han glosado aquí. El encuentro lo promueve el CEAACP - Centro de Estudos en Arqueologia, Artes e Ciências do Património de la Universidad de Coimbra y tendremos el honor de participar en él. El título que para esta reunión científica celebrativa se ha escogido "Escritas e leituras do passado romano" no puede resultar más apropiado un vez que, esencialmente, las Inscrições romanas do conventus Pacensis son, precisamente, eso, una colección de textos, de documentos históricos que sirven a la lectura de un proceso de Romanización que, en el distrito de Pax Iulia, "faz-se sem conflitos" (p. 845) y que, además, como se afirma en la Introducción del libro -ya varias veces citada-, "fornece necessariamente infinidas pistas de análise" (p. 12). 

Resulta evidente que, mirando a la carrera del autor de este repertorio cuya vigencia es indiscutible pese a las cuatro décadas transcurridas, su ingente producción investigadora -muy centrada en aspectos sociales, culturales y espirituales del mundo romano a partir de la evidencia epigráfica- ha dado razón de ser a lo que afirmaba el propio José d'Encarnação al cerrar la Introducción (pp. 7-12) de IRCP: "a sensação que temos, ao dar por concluido este trabalho, é que, em boa verdade, agore é que ele devia começar. Ou, dizendo doutra forma: agora é que ele vai começar" (p. 12) en clara alusión al constante incrementeo de conclusiones propio de la disciplina epigráfica que, efectivamente, ha llevado a su autor a abordar muchas de las cuestiones que, en el volumen, "nem sequer foram abordadas". Comprobar cómo, en cierta medida, una carrera investigadora como la de José d'Encarnação, se ha edificado sobre los buenos cimientos del libro cuya edición ahora se ha conmemorado, sobre su singular concepción de la ciencia epigráfica -de la que dio buena cuenta en la entrevista que una buena estudiante del Grado en Historia con Diploma en Arqueología que ofrecemos en la Universidad de Navarra en la serie documental "Valete vos viatores", en el capítulo sobre Portugal que enlazamos más abajo, al final de este post (a partir del minuto 8:22)- y sobre una siempre constructiva y afable relación con colegas y discípulos no puede ser sino motivo de extraordinaria satisfacción y, también, de notable celebración a la que no podía ser ajena la sección "Epigraphica" de Oppida Imperii Romani. Puede decirse aquí, como recordaremos en el Museu Rainha Dona Leonor de Beja, donde van a tener lugar las sesiones del encuentro científico de celebración, que siempre será de justicia rendir homenaje magistro optimo ob amorem et merita eius, como reza una conocida inscripción de Ostia (CIL XIV, 374).En 2014, en la revista Antrope (1, 2014, pp. 145-170), en un artículo titulado "Da Epigrafia como ciência", José d'Encarnação tuvo a bien valorar nuestro manual de Epigrafía Fundamentos de Epigrafía Latina (Madrid, 2009). En su valoración afirmaba "agrada-me naturalmente saber que posso ter incentivado, com o meu magistério conimbricense, o despertar de Javier Andreu para o importante papel que os estudos epigráficos desempenham no âmbito do estudo da História em geral e, designadamente, da História Antiga" (p. 155). Es de justicia decir que ese magisterio Conimbricense no sólo incentivó sino que motivó profundamente, la dedicación del autor de estas líneas a la Historia Antigua y, en particular a la que puede escribirse y contarse a partir de los textos escritos sobre soportes duraderos.