TRITIVM MAGALLVM (Tricio)



[Detalle de uno de los capiteles del antiguo templo del foro de Tritium Magallum, hoy en la ermita de Santa María de Arcos e inscripción del veterano de la legio VII Gemina Didius Marcellus (CIL, II, 2887) reutilizada en la iglesia parroquial de San Miguel, en el centro de Tricio]

Situación: Con apenas cuatrocientos habitantes Tricio es un pequeño municipio de La Rioja -apenas a 25 kilómetros de Logroño pero, también, a una distancia asequible de Burgos, Pamplona o Zaragoza- cuyo nombre -actual y antiguo- se ha hecho un internacional hueco de justicia en la bibliografía sobre Arqueología dado que en su solar -y también en el entorno de los municipios vecinos de Arenzana de Arriba, Arenzana de Abajo y Bezares- se fabricó en época romana una vajilla de mesa de uso cotidiano caracterizada por su barniz rojizo y su ocasional -y siempre hermosa- decoración figurada a la que, por producirse en dicho lugar -por tanto en la antigua Hispania- se ha llamado terra sigillata hispánica (sobre ella es fundamental FERNÁNDEZ GARCÍA, I. (ed.): Terra sigillata hispánica: estado actual de la investigación, Jaén, 1998 y sobre la fabricada en Tricio algunos de los capítulos de FERNÁNDEZ GARCÍA, I., y ROCA, M. (eds.): Terra sigillata hispánica: centros de fabricación y producciones altoimperiales: homenaje a Mª Ángeles Mezquíriz, Jaén/Málaga, 1999 y, para quien tenga interés en la cuestión de la cerámica romana, es fundamental darse una vuelta periódicamente por la web Ex officina Hispana de la Sociedad de Estudios de la Cerámica Antigua en Hispania). Fue, precisamente, la intensa demanda que de dicho producto se registró en todo el Occidente Latino entre la época flavia -el último cuarto del siglo I d. C.- y el siglo IVd. C., la que motivó que la ciudad romana de Tritium Magallum (pincha aquí para la correspondiente ficha del lugar en Pleiades Gazetter) -gracias, también, a sus elites locales- se convirtiera en un lugar riquísimo casi al nivel del prestigio que otros centros alfareros habían tenido años antes, como, por ejemplo, el envidiable de La Graufesenque, en la vecina Galia (no te pierdas la sección "Les potiers et le commerce des vases" de esta web). Ubicado en el valle del río Najerilla y sobre unos terrenos arcillosos que, aun hoy, tiñen de rojo el paisaje -recordando, además, el por qué de la instalación de estas figlinae ("talleres alfareros") en el lugar hace más de dos mil años- la visita a Tricio es recomendable no sólo por las razones que se citarán más abajo -y que constituyen las únicas pero impactantes y muy "románticas" evidencias hoy visibles de su pasado romano- sino, sobre todo, porque se encuentra cerca de enclaves como Logroño, Calahorra, Nájera, San Millán de la Cogolla o el santuario de la Virgen de Valvanera que, desde luego, bien valen una visita y la articulación de una ruta en la que el paisaje, la arqueología, el arte y la gastronomía se entrelazan de una manera casi magistral. Tal vez por eso, Tritium Magallum merecía, desde hace tiempo, un post en Oppida Imperii Romani. Es de justicia, además, hacer notar aquí que quien escribe estas líneas visitó el lugar tras escuchar una charla de un colega de la Universidad de Zaragoza riojano y experto conocedor de la cerámica sigillata y animado por dos estudiantes exbecarios de Los Bañales de esos con los que uno iría a cualquier parte dada su enorme talla humana... A ambos, ¡gracias!
Acceso: Como se ha dicho hasta aquí, Tricio se encuentra muy cerca de Logroño. Por la AP-68 puede accederse al municipio a partir de la salida Navarrete-Fuenmayor y, después de Navarrete, siguiendo siempre dirección Burgos, pronto, aparece el desvío, sobre una rotonda, a la localidad cuyos restos arqueológicos, con ser interesantes, pueden visitarse en apenas unas horas. Sí es importante que, previamente, y tal vez a través de un callejero de la localidad -como el que puede verse en Google Maps- el visitante señale los puntos de interés: la ermita de Santa María de Arcos -a la que se puede ir caminando pero también en coche pues, a las afueras del pueblo, tiene una amplia zona de aparcamiento-, la iglesia parroquial de San Miguel y las vecinas calles Mayor y del Cierzo, puntos que concentran el atractivo epigráfico y arqueológico de este lugar. 
Tipología: Privilegiado solar para un oppidum indígena que fue, además, el taller de la antigua ceca titiakos -uno se explica esa realidad viendo la ubicación aun hoy, del lugar, sobre un elevado cerro y controlando un amplísimo valle (no te pierdas la vista de Tricio desde Santa María de Arcos o de sus defensas naturales desde el Parque de los Alfareros)- y citada primero por Plinio (Nat. 3, 27) entre los populi próximos a los cántabros y a los autrigones y, más tarde, por Ptolomeo (Geog. 2, 6, 54) entre las ciudades de los Berones (la etnia histórica que, grosso modo, se corresponde con la actual La Rioja, véase VILLACAMPA, Mª A.: Los berones según las fuentes escritas, Zaragoza, 1980, aun imprescindible y en cuyas pp. 50-56 se listan todas las fuentes antiguas sobre la ciudad, recogidas también, nuevamente, en HERNÁNDEZ GUERRA, L.: "Tritium Magallum", en ROLDÁN, J. M. (dir.): Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Madrid, 2006, p. 931, ¡aunque Plinio no dice que sea un municipio de derecho latino en su lacónica mención a Tritium, que se ha ignorado en parte de la bibliografía!) Tritium Magallum estaba colocada, conforme a la información facilitada por el Itinerario de Antonino (It. Ant. 394, 1), entre las mansiones de Vareia (Logroño) y Libia (Herramélluri), en la conocida y transitadísima vía de Italia in Hispania, una vía que, antes de llegar a Tricio pasaba por históricos centros urbanos que, además -y como ya se ha dicho- bien merecen una "arqueovisita": Cascantum, Gracchurris o Calagurris, correspondientes a las actuales localidades de Cascante, Alfaro y Calahorra algunas con post específico en este blog -otras, desde luego, no deberán tardar mucho en tenerlo y, mientras tanto, os facilitamos otros enlaces con información recomendable sobre ellas-. Tritium debió ser ciudad de estatuto jurídico peregrino hasta época flavia (Plinio la cita sólo como ciuitas), momento en que -como gran parte de las comunidades de su entorno- debió convertirse en municipio de derecho latino no en vano en algunas inscripciones posteriores a ese momento se atestigua la expresión res (publica) Tritiensium (CIL, II, 2892), propia ya del ordenamiento jurídico municipal. Como se explica en algunos de los títulos que se citan más abajo, esa promoción estatutaria coincidió, además, con el momento de despegue económico del centro urbano como espacio productor de terra sigillata. 
Descripción: Del insigne, sin duda -y como se ha visto-, pasado romano de Tricio, tres son los elementos que hoy se conservan y que el visitante no ha de perderse, elementos los tres que justifican, desde luego, la visita al lugar. A saber: su conjunto epigráfico -especialmente presente en la iglesia de San Miguel y en las calles Mayor y del Cierzo- (para todo el generoso catálogo epigráfico Tritiense puede consultarse la página correspondiente en Hispania Epigraphica OnLine y, también, leer el antiguo y clásico trabajo de BARAIBAR, F.: "Lápidas romanas de Tricio", Boletín de la Real Academia de la Historia, 50, 1907, pp. 256-70, accesible desde aquí que, aunque desfasado respecto de la localización de algunas piezas, da muestra del potencial y atractivo del lugar, actualizando el catálogo con ESPINOSA, U.: Epigrafía Romana de La Rioja, Logroño, 1986, nºs 26, 23 y 22 -en el orden que se citarán más adelante-, pp. 41-58), los restos del antiguo templo del foro municipal reutilizados en la Ermita de Santa María de Arcos, a las afueras del pueblo cruzando la carretera de Logroño (la ermita no abre todos los días sino bajo petición con un par de días de antelación: se recomienda llamar al Ayuntamiento de Tricio y preguntar por las guías que, a un precio de 2 € por persona, la enseñan con notable solvencia) y, si el visitante es muy aficionado a la Arqueología, lo que queda -que no es prácticamente nada (ya lo explicaremos más abajo)- del taller alfarero romano excavado en el paraje de "El Quemao" (pincha aquí para más información y lee el trabajo de SÁENZ, Mª P.: "Avance sobre la excavación del centro alfarero de "El Quemao" (Tricio, La Rioja)", Salduie, 1, 2000, pp. 295-302, accesible desde aquí) ubicado cerca del actual Parque de los Alfareros. Vayamos, pues, por partes. Tres, como se ha dicho, son las inscripciones, como decíamos más arriba, que pueden verse reutilizadas en diversos lugares de la localidad: el epitafio de Atilius Maternus y Atilius Capito (CIL, II, 2894) ubicado casi al final de la Calle Mayor en su confluencia con la Calle del Cierzo sobre una fragmentada estela de la que sólo se conserva su cabecera triangular y la parte superior del campo epigráfico, la tumba de Val(eria) Kara, hija del veterano de la legio VII Gemina G(aius) Val(erius) Firmanus (CIL, II, 2888), que se conserva en la Calle del Cierzo reutilizada sobre un muro y bajo la cabecera, con decoración figurada, de una estela funeraria fragmentada, y, muy especialmente -por eso la imagen del mismo preside este post-, el hermosísimo -sólo por él vale la pena acercarse a Tricio- homenaje funerario del soldado de esa misma legio VII Gemina Didius Marcellus (CIL, II, 2887) que el visitante descubrirá reutilizado en la pared de la capilla primera de la nave lateral derecha de la hermosa iglesia parroquial de San Miguel, en el centro del pueblo (sobre esa presencia de veteranos de esa legión en el marco del floreciente municipio Tritiense en época altoimperial romana -prueba de las posibilidades económicas y sociales que el lugar ofrecía- puede -y debe- consultarse PALAO, J. J.: "Los veterani de la legio VII Gemina: un ejemplo de integración", Hispania Antiqua, 22, 1998, pp. 175-202 y, antes, NAVARO, M.: "Una guarnición de la legio VII Gemina en Tritium Magallum", Caesaraugusta, 66-67, 1989-1990, pp. 217-225). Si impresionantes y hermosísimas son estas inscripciones -especialmente la primera y la última- ciertamente totalmente deslumbrantes -podría decirse que no hay palabras para describirlos: hay que verlos (y la foto que aparece en el encabezamiento de este post no les hace justicia)- son los restos del antiguo templo romano con que contó el municipio flavio y que pueden verse reutilizados en la ermita de Santa María de Arcos que guarda, además, un mosaico polícromo romano, restos de una antigua necrópolis (desde el siglo III hasta el siglo XIV: véase CANCELA, Mª L.: "Santa Mª de Arcos Tricio (La Rioja): campañas 1984-1986", Boletín Museo de Zaragoza, 5, 1986, pp. 289-296, al menos, aunque hay publicaciones suyas de las intervenciones en los años noventa: pincha aquí) y otras dos  hermosas inscripciones romanas, un epitafio paleocristiano con la hermosa fórmula -al menos para los creyentes- in Christo bene uale in pace (ERRioja, 38) -al fondo, en el lado derecho de la nave, antes del presbiterio- y -entrando en la ermita, a la derecha- el fragmentado epitafio dedicado por [---] Reburrus y Boutia, hija y esposa, a un difunto de nombre perdido (ERRioja, 37). Efectivamente, las notables dimensiones de los fustes de las columnas -al parecer, las mayores de la Hispania romana- y el porte de los capiteles corintios que coronan algunas de ellas nos hablan del esplendor del foro de la antigua ciudad romana de Tritium Magallum que debió monumentalizarse notablemente a comienzos del siglo II d. C. justo en el periodo de florecimiento de las producciones de sigillata hispánica que se fabricaban en sus talleres alfareros y, también, justo después de la adquisición de la condición de municipio flavio por parte de la ciudad (puedes leer sobre ello en nuestro trabajo ANDREU, J.: "Incidencia de la municipalización flavia en el conuentus Caesaraugustanus", Salduie, 3, 2003, pp. 163-187, esp. p. 173, disponible aquí). Además, y como decíamos más arriba, si el lector de este blog es aficionado de verdad a la Arqueología Clásica disfrutará como un niño dando un paseo por las parcelas contiguas al denominado Parque de los Alfareros (singular pervivencia en la toponimia...) y, en particular, por las que están al otro lado de la carretera de Logroño conforme se viene desde el pueblo -por ejemplo, desde la Calle del Cierzo- por la Calle de la Salera y comprobando cómo, efectivamente, los fragmentos de terra sigillata hispánica forman parte, casi prácticamente, del paisaje local sembrándolo -literalmente- todo. En fin, Tritium Magallum es una visita con reclamos suficientes como para volverse totalmente inexcusable si pasas cerca del lugar. Aun así, si tras leer este post no te has decidido aun a visitar Tritium Magallum, descarga esta simpática y evocadora presentación que circula por la red y que, tal vez, acabe por convencerte: pincha aquí.
Bibliografía: Para los aspectos históricos de la ciudad, su origen indígena y su conversión en municipio en época flavia resultan fundamentales los trabajos de ESPINOSA, U., y PÉREZ RODRÍGUEZ, M.: "Tritium Magallum, de ciudad peregrina a municipio romano", Archivo Español de Arqueología, 55, 1982, pp. 65-88 (sin duda la mejor aproximación, hasta la fecha, a la historia del municipio -accede al PDF de este trabajo desde aquí- junto con el capítulo cuarto del trabajo de ESPINOSA, U.: "Tritium Magallum y el sueldo de los gramáticos en la Antigüedad", Contextos Educativos. Revista de Educación, 1, 1998, pp. 115-124, esp. pp. 122-123, disponible aquí) y de ESPINOSA, U.: "Riqueza mobiliaria y promoción política: los Mamilii de Trititium Magallum", Gerión, 6, 1988, pp. 263-272 (descarga el artículo desde aquí). La cuestión alfarera -consustancial a Tricio- ha sido tratada por numerosos autores -entre ellos dos, inexcusables, a los que se alude más abajo, en el apartado de "Recursos en internet"- pero pueden destacarse los trabajos de GARABITO, T., y SOLOVERA, E.: "Los talleres de Tritium Magallum: nuevas aportaciones", Hispania Antiqua, 14, 1990, pp. 69-90 además de varios caspítulos de los trabajos que se citaron más arriba a propósito de las producciones de sigillata hispánica (muy sugerentes son, entre las producciones Tritienses, unas que, con retratos decorativos de Principes de la dinastía flavia, parece se hicieron para conmemorar la recepción del estatuto municipal flavio y el advenimiento de la nueva dinastía precisamente en el último cuarto del siglo I d. C. y que han estudiado con extraordinaria solvencia Macarena Bustamante -sobre todo en BUSTAMANTE, M.: "Cerámica y poder. El papel de la terra sigillata en la política romana", Anales de Arqueología Cordobesa, 19, 2008, pp. 185-202 y en "Representaciones imperiales en pequeño formato: el caso de la terra sigillata hispánica hallada en Emerita Augusta", Bulletino di Archeologia OnLine, Volume Speciale, 2010, pp. 42-47, disponible aquí- y Mª Pilar Saenz Preciado -en su artículo "Retratos de la familia Flavia como motivos decorativos en la terra sigillata hispánica", Annals de l'Institut d'Estudis Gironins, 36, 1996-1997, pp. 549-563 -descárgalo desde aquí-, dos investigadoras que hay, necesariamente, que tener en cuenta. Sobre ese uso de la imagen dinástica en las producciones de sigillata hispánica y a propósito de un fragmento recuperado en las excavaciones de Los Bañales y cuya fotografía encabezó un viejo post de este blog -pincha aquí- debes consultar también la bibliografía que se ofrece en ANDREU, J.: "Motivos decorativos monetales sobre dos fragmentos de sigillata hispánica procedentes de la ciudad romana de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)", Saguntum, 43, 2011, pp. 167-175, accesible completo aquí. Volviendo a Tritium Magallum y a su entorno puede ser útil la consulta del trabajo de CASTELLANOS, S.: "Consideraciones en torno al poblamiento rural del actual territorio riojano durante la Antigüedad Tardía", en DE LA IGLESIA, J. I. (ed.): VII Semana de Estudios Medievales (Nájera, 1996), Nájera, 1997, pp. 331-342 (disponible aquí) que, además, da algunas claves para entender la transformación de la ciudad durante la Antigüedad Tardía.
Recursos en internet: Además de la página Tricio On Line -que incluye un interesante espacio de "Cosas que ver", cierto que no muy orientado hacia el mundo romano excepción hecha de la ermita de Santa María de Arcos- de todo lo que, sobre Tritium Magallum, puede leerse en internet, sin lugar a dudas la página que, consagrada a los centros alfareros en la Antigüedad, y a la terra sigillata hispánica, se presenta con el nombre de la ciudad es, desde luego, la más recomendable (pincha aquí) no en vano está creada y gestionada por los dos investigadores que mejor conocen el entorno y que han tenido la oportunidad de excavar en algunos de sus antiguos alfares, Carlos Saenz y Pilar Saenz (entiéndase los enlaces a sus correspondientes perfiles en dialnet como recurso desde el que obtener artículos completos no sólo sobre las producciones de la zona sino sobre los centros alfareros excavados en el entorno de la actual Tricio: "Los Pozos" y "El Quemao" y sobre la sigillata hispánica en general). La página del Valle del Najerilla cuenta con una bien documentada sección sobre la romanización de la zona que incluye atención monográfica al pasado romano de Tricio (pincha aquí) como también puede obtenerse información, muy breve -pero la página parece sugerente, especialmente para su uso pedagógico- en la web Vivir en la Historia. Aunque no sin algunas inexactitudes, Tritium Magallum también cuenta con su correspondiente voz en la inexcusable Wikipedia
Recomendaciones: Tierra de vinos -aunque quien firma este blog prefiere, por razones obvias y que supondrá fácilmente quien sea observador, los caldos navarros: pincha aquí- La Rioja, por su posición en el Valle Medio del Ebro, es un espacio privilegiado -como lo son también Navarra y Aragón- para la Arqueología Clásica. Por eso, la visita a la antigua Tritium Magallum puede ser un extraordinario complemento a una jornada arqueológica en la que, por ejemplo, el visitante se centre -como punto d epartida- en la antigua Calagurris Iulia Nassica, la actual Calahorra (si estás por la zona no dejes de estar al tanto de los sugerentes eventos que organiza, incansablemente, la Asociación de Amigos de la Historia de Calahorra, cuyo órgano editorial, la revista Kalakorikos, es también de referencia: a ese respecto no debes perderte el libro AMIGOS DE LA HISTORIA DE CALAHORRA (eds.): Así era la vida en una ciudad romana: Calagurris Iulia, Calahorra, 2002, disponible en PDF aquí), pase allí la mañana y por la tarde complete su paseo arqueológico acercándose a Tricio, o a la inversa. En Calahorra, se puede desayunar en El Tostadero/Coffee Shop, en pleno Paseo del Mercadal (justo frente a la réplica de la inscripción de Iulius Longinus Doles: CIL, II, 2984, precisamente hallada en la zona del circo) -el espacio urbanístico resultado de la antigua presencia del circo romano Calagurritano-, comer en el restaurante La Taberna de la Cuarta Esquina, en la C/Cuatro Esquinas -algo caro pero que ofrece una excelente selección y muestrario de la gastronomía riojana- y alojarse en el Parador de Turismo de nombre, además, tipicamente calagurritano: Marco Fabio Quintiliano, el célebre retor que triunfó en Roma y vió la luz en esta ciudad hacia el 35 a. C. También Logroño ofrece opciones gastronómicas altamente recomendables bien en la popular zona de Calle del Laurel o en el área universitaria donde las hamburguesas, platos combinados y pinchos del London Café -justo frente al rectorado de la Universidad de La Rioja- no desmerecen en absoluto. Pero, al margen de Calahorra y de las otras ciudades romanas -de recuerdo sertoriano, como se dijo, muchas de ellas- que fueron citadas al comienzo de este post, muy cerquita de Logroño, apenas a media hora en coche, es visita obligada la Villa Romana de Arellano, ya en Navarra -pero muy accesible por la denominada Autovía del Camino que enlaza Pamplona y Logroño-: un ejemplo de recuperación, puesta en valor y adecuada promoción de un yacimiento arqueológico romano.


2 comentarios:

Isaac Moreno Gallo dijo...

Javier:
En esta entrada, has puesto un enlace a la Vía de Italia a Hispania hacia celtieria.net.
La entrada que has enlazado se puso en 2003 y tiene todos los enlaces inservibles: http://traianus.rediris.es/burgos/ http://www.celtiberia.net/carraquinea. Hace muuucho tiempo que no existe, ni carraquinea (que fundamos para un asunto muy concreto), ni traianus.rediris que sustituí por traianvs.net.
En definitiva, que para enlazar con la vía de Italia a Hispania en esa zona del mundo, en la Rioja, lo tenéis aquí:
http://www.academia.edu/1938295/Descripcion_de_la_via_romana_de_Italia_a_Hispania_en_La_Rioja
Un abrazo.
Isaac Moreno

Javier ANDREU PINTADO dijo...

Muchas gracias, Isaac!