[Complejo hidráulico e inscripción de Andelo]
Situación: El yacimiento de Andelo se sitúa en Mendigorría, pequeño pueblo de la Navarra Media Occidental, a apenas 30 kilómetros de Pamplona y muy cerca de otros centros de referencia del turismo navarro como Puente la Reina, Eunate, Olite o Artajona (ver Mapa de acceso desde Pamplona). El propio yacimiento se cuenta entre los más visitados de la Comunidad Foral y constituye un extraordinario ejemplo del esfuerzo que el Gobierno de Navarra está haciendo por poner en valor espacios arqueológicos como éste, o el también vecino de la villa romana de Arellano.
Acceso: Aunque el yacimiento está perfectamente indicado -tanto si se accede desde Larraga como si se llega a él desde Pamplona atravesando Mendigorría- se llega cruzando el río Arga por un antiguo puente que desemboca en un camino que, a la izquierda, conduce en primer término a las ruinas de la ciudad romana y, si se continúa a la derecha, tras una pequeña subida, a los del monumental embalse y, más allá (también señalizado), a los de la presa que servía a dicho embalse.
Tipología: Ciudad romana perteneciente al territorio que las fuentes antiguas atribuyen a los Vascones (una divulgativa pero válida publicación sobre éstos puede descargarse, gracias al Gobierno de Navarra, a través de la red). Ofrece una excelente aproximación a tres elementos clave en la vida urbana romana: el abastecimiento de agua, la vida municipal y el mundo funerario.
Descripción: Andelo -mejor que Andelos- aparece citada por Plinio en su descripción de las comunidades del conuentus Caesaraugustanus (Plin. Nat. 3, 24). En dicho pasaje los Andelonenses aparecen como populi stipendiarii, es decir, sometidos al pago de un tributo a Roma tras la conquista. Después, son citados por Ptolomeo (Ptol. 6, 67), entre los Vascones, un pueblo que, contra lo que su nombre pudiera sugerir, ocupó el área central de Navarra -especialmente la Navarra Media Oriental- y parte de la actual provincia de Zaragoza, hasta el Gállego y diferente, por tanto, de los Caristios, Várdulos o Autrigones que -de raigambre céltica- ocuparían la actual Comunidad Autónoma Vasca. Pese a ese estatuto inicial de comunidad estipendiaria -por otra parte el más frecuente en el ordenamiento jurídico romano- está confirmado que alcanzaría el rango municipal tal como constata una inscripción de bronce con alusión a los aediles -una de las magistraturas supremas de los municipios romanos, responsable de cuestiones de abastecimiento urbano, la denominada cura urbis- Sempronius Carus y Lucretius Martialis (AE, 1989, 456). Esa misma inscripción -de la que se conserva una copia en el Museo ubicado a la entrada del yacimiento mientras el original se custodia en el Museo de Navarra, en Pamplona- documenta la existencia de un templo de Apolo -en el que la placa estaría fijada- todavía no constatado arqueológicamente. No se trata de la única inscripción interesante del conjunto. También en el Museo de Navarra se exhibe un mosaico en opus signinum, de datación republicana, con un interesante texto en lengua ibérica, en su día estudiado por Mª Ángeles Mezquíriz (puedes descargar desde aquí dicho estudio) y que vuelve a documentar cómo desde época temprana, la ciudad romana -que se asentó sobre un poblado anterior de la Edad del Hierro- fue punto de cruce cultural entre celtíberos, vascones y romanos. Junto a ambas inscripciones merecen ser destacadas las dos que se conservan empotradas en la Ermita de Nuestra Señora de Andión -ya fuera del área acotada del yacimiento arqueológico- y que permiten constatar a los Aemilii como otra de las familias importantes de la comunidad pues es probable que dichos textos (CIL, II, 2966 y CIL, II, 2967) formaran parte de su monumento funerario. Las inscripciones pueden verse en la pared de la cabecera de la Ermita. La mayor de ellas -de la que se reproduce una foto en esta entrada de nuestro blog- documenta cómo un ciudadano de onomástica netamente romana, L. Aemilius Seranus, dedica el homenaje a su madre (mater, en dativo), Calpurnia Urchatetellis, de clara onomástica vascónica. Dicho cruce cultural se percibe también en la epigrafía religiosa que ha arrojado el yacimiento. Así, está atestiguada la divinidad local vascónica Larrahe (AE, 1989, 457) pero, como vimos, también la latina de Apolo. Al margen de estas cuestiones epigráficas -que, en definitiva, nos informan sobre los pobladores del enclave- las excavaciones arqueológicas han permitido constatar un extraordinario desarollo del yacimiento entre finales del siglo I y finales del siglo II d. C., seguramente, además, en relación con la explotación y el forjado del hierro. A partir de ese momento -en el que se construye el extraordinario complejo hidráulico, con capacidad para 20.000 metros cúbicos de agua- la ciudad debió entrar en cierto declive pasando el protagonismo a las numerosas uillae rústicas que debieron poblar su territorium uno de cuyos mejores ejemplos es la ya citada villa romana de Arellano. En el Museo del yacimiento se ofrece al visitante un detallado folleto con las plantas de las viviendas -algunas con termas propias- y con la restitución del complejo hidráulico que, en teoría (aunque el asunto es cada vez más discutido) iba a desembocar a un notable castellum aquae -visible a la entrada del yacimiento si no se trata mejor de un templo- que distribuía el agua para las diversas necesidades cívicas.
Bibliografía: Yacimiento de referencia en la arqueología navarra, su bibliografía es muy abundante. En cualquier caso, como síntesis son muy recomendables los trabajos de MEZQUÍRIZ, Mª A.: "Claves del urbanismo en el territorio de Navarra", Complutum, 6, 1996, pp. 441-449 (para los aspectos urbanísticos, después recogido en Trabajos de Arqueología Navarra, 17, 2004, pp. 193-200, descargable desde aquí) "La ciudad romana de Andelos: secuencia estratigráfica y evolución cronológica", Príncipe de Viana, 7, 1987, pp. 517-53o (que puedes descargar a través de este enlace), y "De hidráulica romana: el abastecimiento de agua a la ciudad romana de Andelos", Trabajos de Arqueología Navarra, 7, 1998, pp. 237-266 (que puedes descargar desde aquí). Su autora es, de hecho, la auténtica responsable de la puesta en valor del enclave. Existe una muy buena síntesis científica de la evolución histórica de Andelo en VELAZA, J.: "La evolución de la ciudad romana de Andelo a la luz de los testimonios epigráficos", en Los orígenes de la ciudad en el Noroeste Hispánico, Lugo, 1998, pp. 623-642. Todas las fuentes sobre el yacimiento y algunas hipótesis sobre su importancia y la de su territorio pueden verse en PERÉX, Mª J.: Los Vascones (el poblamiento en época romana), Pamplona, 1986, pp. 81-85 y ANDREU, J.: "Ciudad y territorio en el solar de los Vascones en época romana", en ANDREU, J. (ed.): Navarra en la Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona, 2006, pp. 181-183.
Recursos en internet: Por su carácter didáctico, Andelo es un yacimiento bien presente en la red. Se recomiendan la página de recursos que a él le dedica el Gobierno de Navarra, la guía que ofrece el Ayuntamiento de Mendigorría, e incluso dos anónimos vídeos en Youtube (Andelos: ciudad romana I y Andelos ciudad romana II) que permiten, a quien lo desee, un paseo particular por la parte urbana del yacimiento.
Recomendaciones: Son tantos los atractivos turísticos, gastronómicos y, en definitiva, culturales, de la Navarra Media que la visita a Andelo puede ser una excelente excusa para conocer toda la Comarca. En la ejemplar red de infraestructuras hoteleras y -de modo especial- de turismo rural, que ofrece Navarra nos permitimos recomendar tres opciones excelentes: el Parador de Turismo de Olite -antiguo Palacio de Carlos III el Noble de Navarra-, el Hotel El Peregrino, en Puente La Reina, o la Casa Rural El Diezmo, en pleno cerco de Artajona donde Anacrís y su gente han sabido poner en valor un antiguo edificio medieval que se antoja ideal para convertirlo en centro de operaciones por la zona. En términos gastronómicos, y aunque la variedad de la cocina navarra -y también de la que ofrece la zona- excede con creces lo que puede recomendarse en estas líneas, sugerimos Casa Perico, en Larraga, donde puede degustarse -a nuestro juicio- una de las más jugosas chistorras de Navarra. La visita al poblado protohistórico de Las Eretas, en Berbinzana, se antoja también un buen complemento a la de Andelo. Una vez al año -en Junio, y ya con siete ediciones- los Festivales Romanos de Mendigorría devuelven la vida al yacimiento adelonense.
Acceso: Aunque el yacimiento está perfectamente indicado -tanto si se accede desde Larraga como si se llega a él desde Pamplona atravesando Mendigorría- se llega cruzando el río Arga por un antiguo puente que desemboca en un camino que, a la izquierda, conduce en primer término a las ruinas de la ciudad romana y, si se continúa a la derecha, tras una pequeña subida, a los del monumental embalse y, más allá (también señalizado), a los de la presa que servía a dicho embalse.
Tipología: Ciudad romana perteneciente al territorio que las fuentes antiguas atribuyen a los Vascones (una divulgativa pero válida publicación sobre éstos puede descargarse, gracias al Gobierno de Navarra, a través de la red). Ofrece una excelente aproximación a tres elementos clave en la vida urbana romana: el abastecimiento de agua, la vida municipal y el mundo funerario.
Descripción: Andelo -mejor que Andelos- aparece citada por Plinio en su descripción de las comunidades del conuentus Caesaraugustanus (Plin. Nat. 3, 24). En dicho pasaje los Andelonenses aparecen como populi stipendiarii, es decir, sometidos al pago de un tributo a Roma tras la conquista. Después, son citados por Ptolomeo (Ptol. 6, 67), entre los Vascones, un pueblo que, contra lo que su nombre pudiera sugerir, ocupó el área central de Navarra -especialmente la Navarra Media Oriental- y parte de la actual provincia de Zaragoza, hasta el Gállego y diferente, por tanto, de los Caristios, Várdulos o Autrigones que -de raigambre céltica- ocuparían la actual Comunidad Autónoma Vasca. Pese a ese estatuto inicial de comunidad estipendiaria -por otra parte el más frecuente en el ordenamiento jurídico romano- está confirmado que alcanzaría el rango municipal tal como constata una inscripción de bronce con alusión a los aediles -una de las magistraturas supremas de los municipios romanos, responsable de cuestiones de abastecimiento urbano, la denominada cura urbis- Sempronius Carus y Lucretius Martialis (AE, 1989, 456). Esa misma inscripción -de la que se conserva una copia en el Museo ubicado a la entrada del yacimiento mientras el original se custodia en el Museo de Navarra, en Pamplona- documenta la existencia de un templo de Apolo -en el que la placa estaría fijada- todavía no constatado arqueológicamente. No se trata de la única inscripción interesante del conjunto. También en el Museo de Navarra se exhibe un mosaico en opus signinum, de datación republicana, con un interesante texto en lengua ibérica, en su día estudiado por Mª Ángeles Mezquíriz (puedes descargar desde aquí dicho estudio) y que vuelve a documentar cómo desde época temprana, la ciudad romana -que se asentó sobre un poblado anterior de la Edad del Hierro- fue punto de cruce cultural entre celtíberos, vascones y romanos. Junto a ambas inscripciones merecen ser destacadas las dos que se conservan empotradas en la Ermita de Nuestra Señora de Andión -ya fuera del área acotada del yacimiento arqueológico- y que permiten constatar a los Aemilii como otra de las familias importantes de la comunidad pues es probable que dichos textos (CIL, II, 2966 y CIL, II, 2967) formaran parte de su monumento funerario. Las inscripciones pueden verse en la pared de la cabecera de la Ermita. La mayor de ellas -de la que se reproduce una foto en esta entrada de nuestro blog- documenta cómo un ciudadano de onomástica netamente romana, L. Aemilius Seranus, dedica el homenaje a su madre (mater, en dativo), Calpurnia Urchatetellis, de clara onomástica vascónica. Dicho cruce cultural se percibe también en la epigrafía religiosa que ha arrojado el yacimiento. Así, está atestiguada la divinidad local vascónica Larrahe (AE, 1989, 457) pero, como vimos, también la latina de Apolo. Al margen de estas cuestiones epigráficas -que, en definitiva, nos informan sobre los pobladores del enclave- las excavaciones arqueológicas han permitido constatar un extraordinario desarollo del yacimiento entre finales del siglo I y finales del siglo II d. C., seguramente, además, en relación con la explotación y el forjado del hierro. A partir de ese momento -en el que se construye el extraordinario complejo hidráulico, con capacidad para 20.000 metros cúbicos de agua- la ciudad debió entrar en cierto declive pasando el protagonismo a las numerosas uillae rústicas que debieron poblar su territorium uno de cuyos mejores ejemplos es la ya citada villa romana de Arellano. En el Museo del yacimiento se ofrece al visitante un detallado folleto con las plantas de las viviendas -algunas con termas propias- y con la restitución del complejo hidráulico que, en teoría (aunque el asunto es cada vez más discutido) iba a desembocar a un notable castellum aquae -visible a la entrada del yacimiento si no se trata mejor de un templo- que distribuía el agua para las diversas necesidades cívicas.
Bibliografía: Yacimiento de referencia en la arqueología navarra, su bibliografía es muy abundante. En cualquier caso, como síntesis son muy recomendables los trabajos de MEZQUÍRIZ, Mª A.: "Claves del urbanismo en el territorio de Navarra", Complutum, 6, 1996, pp. 441-449 (para los aspectos urbanísticos, después recogido en Trabajos de Arqueología Navarra, 17, 2004, pp. 193-200, descargable desde aquí) "La ciudad romana de Andelos: secuencia estratigráfica y evolución cronológica", Príncipe de Viana, 7, 1987, pp. 517-53o (que puedes descargar a través de este enlace), y "De hidráulica romana: el abastecimiento de agua a la ciudad romana de Andelos", Trabajos de Arqueología Navarra, 7, 1998, pp. 237-266 (que puedes descargar desde aquí). Su autora es, de hecho, la auténtica responsable de la puesta en valor del enclave. Existe una muy buena síntesis científica de la evolución histórica de Andelo en VELAZA, J.: "La evolución de la ciudad romana de Andelo a la luz de los testimonios epigráficos", en Los orígenes de la ciudad en el Noroeste Hispánico, Lugo, 1998, pp. 623-642. Todas las fuentes sobre el yacimiento y algunas hipótesis sobre su importancia y la de su territorio pueden verse en PERÉX, Mª J.: Los Vascones (el poblamiento en época romana), Pamplona, 1986, pp. 81-85 y ANDREU, J.: "Ciudad y territorio en el solar de los Vascones en época romana", en ANDREU, J. (ed.): Navarra en la Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona, 2006, pp. 181-183.
Recursos en internet: Por su carácter didáctico, Andelo es un yacimiento bien presente en la red. Se recomiendan la página de recursos que a él le dedica el Gobierno de Navarra, la guía que ofrece el Ayuntamiento de Mendigorría, e incluso dos anónimos vídeos en Youtube (Andelos: ciudad romana I y Andelos ciudad romana II) que permiten, a quien lo desee, un paseo particular por la parte urbana del yacimiento.
Recomendaciones: Son tantos los atractivos turísticos, gastronómicos y, en definitiva, culturales, de la Navarra Media que la visita a Andelo puede ser una excelente excusa para conocer toda la Comarca. En la ejemplar red de infraestructuras hoteleras y -de modo especial- de turismo rural, que ofrece Navarra nos permitimos recomendar tres opciones excelentes: el Parador de Turismo de Olite -antiguo Palacio de Carlos III el Noble de Navarra-, el Hotel El Peregrino, en Puente La Reina, o la Casa Rural El Diezmo, en pleno cerco de Artajona donde Anacrís y su gente han sabido poner en valor un antiguo edificio medieval que se antoja ideal para convertirlo en centro de operaciones por la zona. En términos gastronómicos, y aunque la variedad de la cocina navarra -y también de la que ofrece la zona- excede con creces lo que puede recomendarse en estas líneas, sugerimos Casa Perico, en Larraga, donde puede degustarse -a nuestro juicio- una de las más jugosas chistorras de Navarra. La visita al poblado protohistórico de Las Eretas, en Berbinzana, se antoja también un buen complemento a la de Andelo. Una vez al año -en Junio, y ya con siete ediciones- los Festivales Romanos de Mendigorría devuelven la vida al yacimiento adelonense.
3 comentarios:
Gracias por la información. Estoy preparando una visita a Andelos, y ha sido de gran utilidad
Gracias, amigo.
Según de donde procedas, me permito recomendarte que, además de Andelo, visites la ciudad romana de Los Bañales (otra de las espectaculares ciudades del territorio vascón) sobre la que puedes localizar abundante información en www.losbanales.es
Andelo es, ciertamente, sobrecogedor y su sistema hidráulico justifica, por sí solo, la visita.
Un saludo!
untakesoy teresa andelo y me siento honrada con llevar este nombre de apellido
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