DE MVNDO MVLIEBRE



[Portada de El arreglo del cabello femenino en época romana: evidencias arqueológicas en la Bética occidental, de M. Jiménez Melero -Cádiz, 2012-, un sensacional trabajo sobre el mundo femenino, y, en particular, sobre el culto a la belleza, al cuerpo y a la imagen de las féminas en época romana a través de los textos y, especialmente, de la cultura material. Pincha aquí para descargar el volumen, completo, en formato pdf]

Los historiadores de la Antigüedad hacemos Historia, reconstruimos la Historia de las sociedades del pasado, usualmente, además, con muy pocas fuentes algo que hace más difícil, pero también más atractiva, nuestra labor. Es cierto que lo propio de los que nos llamamos "historiadores de la Antigüedad" son los textos de los autores antiguos, las noticias que aquéllos nos han aportado sobre el pasado de las sociedades ubicadas en el marco cronológico de la Antigüedad y, en particular -por la mayor dedicación de los historiadores de la Antigüedad a Grecia y a Roma- de las de las civilizaciones clásicas. Sin embargo -y vuelvo sobre el tema (algo dije en un post anterior de este blog: pincha aquí) pues sé que a algunos les cuesta entenderlo (note el lector que paso a escribir en primera persona por la "seriedad" de lo que aquí quiero "postear" como introducción a esta nueva "etiqueta" de Oppida Imperii Romani, sí, has leído bien...)- hay ocasiones en las que el historiador de la Antigüedad, si quiere hacer Historia -y dadas las limitaciones inherentes a muchas de las fuentes escritas de la Antigüedad- debe ir más allá de los textos y, sin descuidar éstos, ha de hacer Historia a través de la cultura material, ese objeto de estudio que -parece- es predominio absoluto -casi monopolio- de los arqueólogos. No estoy de acuerdo con ello, en absoluto. Jamás me consideraré arqueólogo y rectifico centenares de veces a los periodistas cuando se empeñan en presentarme así a propósito de mi trabajo en Los Bañales y también a los estudiantes que así me consideran. Podré explicar en las aulas universitarias Arqueología, Cultura Material del Mundo Clásico, incluso Prehistoria, pero siempre he sido, y seré historiador pero, eso sí, "historiador de la Antigüedad". Y eso, implica que, muchas veces -y más si quiero recrear y reconstruir la Historia de una ciudad romana y la de sus espacios domésticos, por ejemplo- las únicas fuentes que "hablarán" -y a las que tendré que interrogar- serán los objetos, la cultura material, los "pequeños objetos olvidados" (pincha aquí para el origen de esta acertadísima expresión). Y a ellos habré de interrogarles -a veces de modo exclusivo ante el silencio de otras evidencias, fenómeno éste bastante frecuente, por cierto- si quiero saber algo, por ejemplo, sobre el mundo doméstico, sobre el artesanado urbano romano, o sobre el ámbito femenino -ése que hoy se llamaría "de género"- que ya los autores antiguos (Dig. 34, 25, 12) bautizaron como mundus muliebris... ¿Estoy siendo con eso arqueólogo? Yo creo que no... Sé que muchos pensarán -y muchos lo piensan- que invado la absurda -sí, absurda, con todas las letras- separación que existe entre Historia Antigua y Arqueología dos áreas de conocimiento de frontera casi infranqueable, incomprensiblemente, o no, en nuestro país. Si lo piensan, no es problema mío: allá ellos. Yo sigo siendo historiador sólo que, un proyecto como el de Los Bañales me obliga, cada vez más a menudo, a trabajar con fuentes arqueológicas, a hacer Historia -a escribirla- con ese tipo de fuentes. Eso, lógicamente, me exige -por mi condición profesional de historiador- un esfuerzo suplementario de "reciclaje" y me demuestra, a cada momento, lo mucho que me queda por aprender, pero, al menos, hasta ahora, ese esfuerzo está mereciendo la pena...

Es así que, trabajando en varios artículos -que verán la luz muy pronto, a lo largo de este año de 2013, en las prestigiosas revistas científicas Turiaso, del Centro de Estudios Turiasonenses de la Institución Fernando el Católico y en la revista Habis, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla- que han tenido como hilo conductor ese mundus muliebris (uno sobre las coticulae que las féminas romanas -también las de Los Bañales- empleaban para preparar sus medicamina, sus "ungüentos" medicinales y cosméticos: si eres chica no dejes de leer el  delicioso Medicamina faciei feminae -Cosméticos para el rostro femenino- de Ovidio, del que te he enlazado parte de una conocida traducción en castellano; y otro sobre las acus crinalis -¡¡¡que no aci crinales!!!, acus es un sustantivo de la cuarta declinación latina...-, las "agujas para el pelo" empleadas por las damas romanas: si no has visto nunca una en nuestros Museos echa un vistazo a este link de la Red Digital de Colecciones de Museos de España o mira la foto que, de un ejemplar encontrado en Los Bañales, publicamos en un viejo post de este blog: pincha aquí) me he tropezado con el libro que preside este post y que, además, está a disposición de cualquier lector, íntegramente, en pdf, en la web del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Un sensacional trabajo de una autora a la que no conocía -Milagrosa Jiménez Melero- y que, sin embargo, hace un estudio, a través de la evidencia arqueológica pero sin descuidar -como muchas veces, tristemente, se descuidan- los textos antiguos, una antología de los cuales es, además, presentada en el volumen. Un libro delicioso de una investigadora que no sé si se considerará a sí mismo arqueóloga o historiadora pero que, desde luego, me ha cautivado y que, creo, por su acercamiento a la vida cotidiana romana, te gustará también descubrir (por cierto, muy recomendable el post que, a la publicación de este volumen -o, mejor, a la defensa de la Tesis de Doctorado del que éste surge- dedica el blog de la Asociación Profesional del Patrimonio Histórico-Arqueológico de Cádiz, un blog, de hecho, a tener en cuenta).

Es por eso -y porque muchos me habéis comentado que os resultan muy útiles los posts "Instrumenta" de este blog que, hace no mucho, hemos empezado a elaborar- que me he decidido a lanzar, como una subdivisión de esa "etiqueta" de Instrumenta una que llamaré Digitalia Scripta -"escritos digitales"- en la que os iré ofreciendo trabajos de referencia -o que me resulten cautivadores- con los que me vaya tropezando por ahí, por la red, en mis investigaciones. Desde luego, no será muy frecuentemente pues soy más dado a consultar los libros en papel pero éste con el que abro esta sección no lo encontraba en ninguna biblioteca hasta que, algo escondido, es cierto, lo hallé por la red. Y por eso, con gozo y vocación de utilidad, lo comparto contigo, con la seguridad de que te encantará... ¡Ya me contarás!



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