En uno de los primeros posts de Oppida Imperii Romani en este 2020 que, entonces, todavía no imaginábamos marcado por el Covid-19, reflexionábamos sobre algunos interesantes proyectos de Arqueología Virtual que estaban devolviendo la antigua Roma -y el sensacional aspecto que ésta debió tener en época antigua- a la realidad, al menos a la realidad virtual.
En el esfuerzo que, en las redes sociales de Los Bañales de Uncastillo y de Santa Criz de Eslava, hemos tenido que hacer estos meses de confinamiento para ofrecer contenidos novedosos que siguieran recordando que los proyectos arqueológicos están vivos incluso cuando no se puede trabajar ni en campo ni en laboratorio y que promocionar el patrimonio arqueológico es la mejor manera de conservarlo, el sensacional dúo que conforman Pablo Serrano e Iker Ibero -con quienes trabajamos, y aprendemos, en ambos proyectos- ha generado dos mini-vídeos de recreación de ambos yacimientos que nos parece, por su calidad y, sobre todo, por el futuro que anuncian, merecían un post monográfico de este blog.
Cuando hace diez años comenzamos nuestro trabajo en Los Bañales de Uncastillo -algunos viejos posts de este blog sirven para rememorar esos casi ya míticos comienzos- uno de nuestros primeros objetivos fue el de comprender el urbanismo de la ciudad al que, de hecho, intentamos aproximarnos con los primeros y preliminares trabajos de prospección superficial en el lugar (SPAL. Prehistoria y Arqueología, 17, 2008). La impresión de que el enclave era sólo un recinto recreativo y termal para dar cabida, con sus baños públicos, a una población eminentemente rural y absentista ocupada en la explotación agrícola del entorno y en la atención de sus uillae todavía tenía entonces notable peso en la historiografía aragonesa. Transcurridas ya hasta once campañas de excavación arqueológica en el lugar -la decimosegunda comienza cuando se publican estas líneas- es mucho lo que conocemos de la ciudad romana -también mucho lo que de ella aun ignoramos- y, sobre todo, son varios los edificios que hemos contribuido a conocer y, también, ya con un dilatado repertorio de trabajos de Arqueología Virtual, a recrear, siempre de la mano maestra de Pablo Serrano cuya técnica, además, se ha ido depurando en Los Bañales a través de estos años convirtiéndose, ya, en una referencia nacional en este tipo de trabajos de reconstrucción virtual de enclaves arqueológicos.
Pese a la perspectiva sincrónica del vídeo -pues, muy probablemente, cuando se edificó el espacio doméstico-artesanal contiguo a las termas el foro tendría un aspecto prematuramente decadente y no el que luce en el vídeo- que se ha adoptado por una razón práctica, el corto muestra con claridad, pese a ser una versión preliminar, el carácter central en la ciudad, en la parte intermedia y más baja de la ladera de El Pueyo de Los Bañales de dos edificios clave en la esencia misma de cualquier ciudad romana, las termas y el foro, flavias las primeras y augústeo, pero con reformas constantes hasta el inicio de su desmantelamiento entrado el siglo II d. C., el segundo. Una muestra clara del afán habitual de Roma por ordenar de manera conjunta, central y casi axial, los loca publica cívicos rodeándolos, en el caso de Los Bañales, como vamos sabiendo cada año al ritmo de las campañas arqueológicas, de espacios residenciales de diverso signo.
Menos tiempo llevamos esforzándonos por hacer de la ciudad romana de Santa Criz de Eslava un yacimiento arqueológico conocido, que genere valor en su entorno y que, además, pueda ser objeto de una investigación plenamente científica (un juicio sobre alguno de los resultados de dicha labor de socialización y de investigación ha visto la luz recientemente en una reseña publicada en el último número de Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra: 28, 2020 además del balance que hicimos en un reciente post de este blog sobre Santa Criz). Eso, unido a la escasa proporción de la ciudad romana excavada, se nota en el vídeo que aquí recopilamos y que, efectivamente, es más imaginativo que realista pero, aun así, como ya se hizo en un documental de recreación más completo que estrenamos en febrero de 2018, con notable éxito, se perciben en él varios elementos que son perfectamente perceptibles, y están asumidos ya respecto de la urbanística de Santa Criz de Eslava. A saber, la articulación de la ciuitas en la ladera sur del cerro de Santa Criz con la necrópolis y el acceso desde la vía Iacca-Vareia/vía "de la Navarra Media" como elemento vertebrador del solar urbano en su parte baja; el urbanismo aterrazado condicionado por la propia topografía del terreno, a la que éste se adaptó de forma sobresaliente; la preponderancia de la mole forense, acaso al pie de un gran cardo de acceso desde el gran decumanus que constituyó el "Camino Viejo de Gallipienzo" que separaría la necrópolis del área urbana; y la arquitectura plenamente presumida y escenográfica de la ciudad hacia el norte, hacia el que constituyó el verdadero escaparate de esta urbe de la que, desde luego, resta aun mucho por saber (véase como primer avance nuestro reciente, y prometedor, trabajo en SPAL. Prehistoria y Arqueología, 29-1, 2020).
Alguien dijo que la Arqueología sólo servía si, de verdad, era capaz de "contar una historia". Es fácil criticar estas recreaciones por el extraordinario parecido que tienen con cualquiera con la que que las comparemos (Ammaia, Capera, Baelo Claudia, Segobriga, Barcino...). Sin embargo, aunque algo de eso sea cierto -tan limitado es nuestro conocimiento del aspecto del alzado de muchos de los edificios que excavamos- también es verdad que en cada una de estas recreaciones, si están hechas con rigor, hay algo de Roma que, como rezaba la conocida leyenda monetal imperial que da título a este post, renace con ellas.
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