[Cupa funeraria de Ossonoba -IRCP, 50- imitando las duelas de un tónel, objeto en que parecen haberse inspirado este tipo de singulares sepulcros romanos de incineración; monumental bloque arquitectónico -IRCP, 184- procedente de Salacia con dedicatoria a Augusto por Vicanus Bouti f(ilius); y pedestal dedicado a Apolo por el augustalis M. Iul(ius) Tyrannus en Olisipo -AE, 1936, 107-, todos hoy expuestos en el Museu Nacional de Arqueologia de Lisboa]
Situación: Lisboa, capital de Portugal, es extraordinariamente accesible a día de hoy tanto por vía ferroviaria como por unas excelentes carreteras (especialmente grato es el viaje en coche desde España bien desde el Norte -por Vitoria, Valladolid, Salamanca, la Beira Litoral y, a través de la Regiao Centro y de puntos tan sugerentes como Leiria, Batalha, o Fátima, a Lisboa: para esos sugerentes atractivos pincha aquí- bien a través de Elvas/Évora, por Extremadura) o por medio de un transitadísimo aeropuerto. Sirva, además, el presente post para reivindicar la inclusión en la agenda de visitas de cualquier turista lisboeta de algunos lugares representativos de la huella romana en la ciudad y, desde luego, también modélicos del modo cómo pueden ponerse en valor enclaves arqueológicos en mitad de activos y dinámicos cascos urbanos como lo es el de la ciudad del Tajo.
Acceso: Remitimos -como casi siempre que abordamos las hoy grandes ciudades que antaño fueron apacibles municipios y ciuitates latinas- a lo dicho en el apartado anterior. Para acceder a los espacios arqueológicos que constituyen la huella arqueológica de la Olisipo romana se ofrece información suficiente en el apartado "Descripción" de este post. En cualquier caso -y como ha sucedido en muchas otras de las ciudades que dan razón de ser a este blog, prueba de la mentalidad estratégica y logística (diríamos hoy) romanas- si hoy Lisboa es una ciudad abierta a todas las posibilidades de comunicación, su antecesora romana no lo fue menos. Así, conforme a las menciones de Olisipo en los documentos viarios antiguos (It. Ant. 416, 4; 418, 7; 419, 7 y 420, 8 o Rav. Cosm. 307, 1) sabemos que la ciudad era punto de partida de una vía que se dirigía hacia Baesuris (la actual Castro Marim) pero también de otra que se dirigía hacia Bracara Augusta (la actual Braga, en el Norte del país) así como de tres que se dirigían hacia Augusta Emerita por lo que estaba perfectamente conectada con todos los puntos de la provincia.
Tipología: Las numerosísimas alusiones que las fuentes antiguas hacen a Olisipo (que pueden seguirse a través de los textos recomendados más abajo, en el apartado de "Bibliografía") y, en especial, Plin. Nat. 4, 117 permiten saber que la ciudad fue un municipio de ciudadanos romanos desde la época de Augusto teniendo, además, el sobrenombre de Felicitas Iulia que está bien atestiguado en algunas inscripciones latinas procedentes de la ciudad (CIL, II, 185 y 186 o CIL, II, 4992 donde se citan, además, dos IIuiri locales). Precisamente, fue su promoción al estatuto municipal en época de Augusto la que -como se verá más adelante- garantizó la monumentalización de la ciudad durante dicho reinado y hasta, al menos, la época de Nerón (notablemente en el teatro, objeto de acciones munificentes por parte del liberto C. Heius Primus Cato -CIL, II, 183- que pagó la decoración de la frente escénica y de la orquesta del citado edificio, en época neroniana).
Descripción: No es demasiado lo que queda de la antigua Olisipo romana pero sí es verdad que los tres puntos de interés sobre los que aquí nos detendremos son suficientemente atractivos como para que -en la obligada visita que Lisboa supone para quien se acerque a Portugal (ver aquí)- el mundo romano esté presente en dicho recorrido y lo esté por méritos propios. Y dichos atractivos son: el Museu Nacional de Arqueologia, instalado junto al Mosteiro dos Jerónimos, en pleno barrio de Belêm (uno de los más turísticos y hermosos de la ciudad); el Museu do Teatro Romano, cerca del Castelo de San Jorge, con una de las mejores panorámicas de la ciudad del Tajo y que expone -con un moderno diseño museográfico- los restos del teatro romano de la ciudad (ver más datos sobre dicho monumento aquí); y las galerías del monumental criptopórtico del Museu da Cidade, en la Baixa lisboeta que, en cualquier caso, sólo pueden visitarse una vez al año (ver sección "Recursos en internet" de este mismo post para más información y para una visita "de ocasión"). Acudir a los dos últimos lugares citados, el Museo del Teatro y el criptopórtico del Museo de la Ciudad, permite conocer de cerca el notable desarrollo monumental que vivió la ciudad de Olisipo al promocionar al estatuto municipal en época de Augusto tal como, de hecho, recogen y explican con notable acierto los sites aquí citados y los que se recogen más adelante en este mismo post. Pero es que, además, desde hace más de cinco años, el Museu Nacional de Arqueologia -que tiene cerrada su exposición permanente por más que parte de sus colecciones pueden verse online aquí- mantiene abierta la exposición Loquuntur Saxa: Religioes da Lusitânia, un excelente repaso (como excelente e inexcusable es su catálogo: RIBEIRO, J. Cardim: Religioes da Lusitânia: Loquuntur saxa, Lisboa, 2002) -con la excusa de la cuestión religiosa de la antigua provincia Lusitania como telón de fondo- al fascinante repertorio epigráfico del territorio de esta antigua provincia. Se antoja muy útil visitar dicha muestra y conocer de cerca el suculento catálogo de grandes cupae monumentales (sepulcros de incineración abovedados en forma de medio tonel: ver aquí) como las procedentes de Ossonoba (IRCP, 44 y 50, en Faro: para esta ciudad romana ver el post de referencia en el blog Os Romanos na Península Ibérica) que en ella se exhiben; los excelentes testimonios vinculados con el culto imperial tanto con la dimensión oficial del mismo -como el pedestal alusivo a una flaminica procedente de Olisipo (AE, 1953, 255) o la pieza alusiva al homenaje a Claudio por la ciuitas Ammaiensis (IRCP, 615: sobre la ciudad, ver aquí)- como con la devoción que éste despertaba en la población como vector de cohesión de la munificencia local (IRCP, 184 de Salacia, en Alcácer do Sal, ver datos sobre la ciudad romana, nuevamente, aquí) que la muestra ha reunido; las evidentes y emotivas manifestaciones de la religiosidad popular -como el exvoto a las aguas ofrecido en Conimbriga (AE, 1989, 377, en Condeixa, ciudad que ya fue objeto de atención en otro post de este blog: ver aquí, y sobre la que existe notable material audiovisual y 3D aquí)- y de la oficial -como el pedestal en honor de Venus dedicado por Seuera in honorem Rufinae Reburrini f(iliae) (AE, 1961, 356) en la Ciuitas Igaeditanorum, en Idanha-a-Velha- que marcaron la vida espiritual de los antiguos habitantes de estas tierras; y, en fin, los notables ejemplos que, sobre la variedad de los tipos de monumentos epigráficos funerarios -desde los espectaculares y costosísimos altares como el de IRCP, 210, de Caetobriga, cerca de Tróia a los modestos de fábrica como AE, 1984, 460 también de Caetobriga, ver aquí-, puede aprehenderse a partir de las piezas expuestas en la muestra. En definitiva, un excelente paseo en torno a lo que la documentación epigráfica puede ofrecer a la investigación del historiador de la Antigüedad (tema sobre el que, por cierto, resulta muy útil el trabajo de ABASCAL, J. M.: "Epigrafía Latina e Historia Antigua", Antigüedad y Cristianismo, 12, 1995, pp. 437-447, disponible online aquí: muy recomendable).
Bibliografía: Una buena síntesis la aporta OSLAND, D.: The Early Roman Cities of Lusitania, Oxford, 2005, pp. 19-25 una reciente y meritoria monografía que recoge y analiza -como de otras ciudades de dicha provincia- todas las evidencias disponibles y que puede actualizar el sensacional panorama documental descrito por un válido trabajo de MANTAS, V.: "As cidades marítimas da Lusitânia", en Les Villes de Lusitanie Romaine, París, 1990, pp. 149-206, esp. pp. 160-173. Con carácter general, y a modo de diccionario con todas las referencias que dan sobre Olisipo las fuentes antiguas y una buena síntesis de la problemática arqueológica de su urbanismo, puede verse GUERRA, A.: "Olisipo (Lisboa)", en ROLDÁN, J. M. (dir.): Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Madrid, 2006, pp. 686-687 y, también, ALARCAO, J.: Roman Portugal. II, Warmmister, 1988, pp. 123-126.
Recursos en internet: Desde una perspectiva general, sobre Olisipo puede obtenerse información a través de la versión portuguesa de la Wikipedia o de la siempre recurrente Tarraconensis, esta vez, tal vez demasiado escueta. Y muy documentado, aunque también desigual y farragoso, es el tratamiento que dedica a la Lisboa romana el Blog De Lisboa que, en cualquier caso, repasa todas las menciones a la ciudad en las fuentes antiguas lo que hace especialmente útil dicha entrada. Una síntesis sobre los principales restos arqueológicos romanos de la antigua Olisipo puede verse en la página del Centro Nacional de Cultura de Lisboa. Por su parte, la página web antes citada a propósito del Museo del teatro romano ofrece también una muy buena síntesis sobre la Lisboa romana, que no debe dejar de consultarse (pincha aquí). Recientemente, TVE emitió un simpático reportaje sobre el criptopórtico que -efectivamente, y como antes se dijo, sólo se abre una vez al año (ver datos aquí)- puede servir para conocer de cerca y visitar -si quiera "virtualmente"- dicho monumento (pincha aquí) sobre el que está accesible online un trabajo muy descriptivo y conocido del Prof. J. d'Encarnaçao (pincha aquí). Muy útil también como guía del viajero es la información ofrecida por la página E-Cultura que analiza, en detalle, los lugares lisboetas en los que se pueden contemplar vestigios romanos.
Recomendaciones: Lisboa merece tantas visitas -con una, ciertamente, no basta- que en estas líneas finales sólo haremos dos recomendaciones. Una, la primera, arqueológica, inexcusable: emplear un día para, recorriendo Sintra y su entorno, visitar el sensacional repertorio epigráfico del Museu Arqueológico de Sao Miguel de Odrinhas, enclavado en el centro del que sería el ager Olisiponensis, es decir, el territorio rural administrado por el antiguo municipio romano. La segunda, descubrir el encanto que tiene uno de los barrios lisboetas por los que tal vez se pasa más deprisa -por su marcado carácter turístico y por estar algo alejado del centro histórico propiamente dicho (Praça do Comércio, por ejemplo)- y que bien merecen una parada con tranquilidad: Belêm (ver situación aquí). Hace no mucho, en el centro de dicho barrio, a 20 metros del Mosteiro dos Jerónimos, en la Rúa dos Jerónimos, se ha abierto el Hotel Jerónimos 8, un confortable, asequible y moderno hotel ideal para convertirlo en "centro de operaciones" de ese redescubrimiento de esta parte de Lisboa. Belêm, a nivel turístico lo tiene todo: la Torre de Belêm, el Padrao dos Descobrimentos, el Planetario de la Fundación Calouste Gubelkian, el propio Museo de Arqueología..., pero, además, existen múltiples opciones de ocio no demasiado lejos: la Doca de Alcântara, por ejemplo, donde existen no sólo pubs y discotecas para la noche sino agradables cafés y restaurantes para almuerzos y cafés durante la mañana o al atardecer; las típicas "tasquinhas" portuguesas en las que degustar cualquier plato típico (en la propia Rúa dos Jerónimos es muy recomendable el Restaurante A Rampa: nada del otro mundo pero un ambiente típicamente portugués y una cocina excelente, casera y muy económica); y una convivencia de ofertas de ocio globalizadoras -como Starbucks- con otras que forman parte de la más arraigada tradición portuguesa -exquisita, por cierto- como la pastelería de los auténticos Pastéis de Belém, un dulce a modo de torta de crema de receta secreta sencillamente delicioso y con miles de fans en Facebook (ver aquí). En fin, así es esta parte de la antigua Olisipo, Lisboa, "brisa de Alfama y de mar" (como rezan los versos de Gabriel Sopeña musicados hace ya algunos años por Loquillo: ver vídeo aquí) digna, por supuesto, de ser descubierta -también en su pasado romano- al ritmo de cualquier nostálgica melodía de Madredeus (para esta ocasión me quedo con Viagens Interditas, sencillamente, Lisboa en estado puro: escuchar aquí).